domingo, 19 de marzo de 2017

ABC:El Museo Arqueológico Nacional cumple 150 años: no hay crisis que pueda con él


El Museo Arqueológico Nacional (MAN), que es el museo de la historia de España, cumple 150 años, en los que ha sobrevivido a casi todo, guerras, dictaduras, convulsiones robos y crisis. Pero si repasamos su historia, está claro que a estas últimas no las teme. El 21 de marzo de 1867 se publicó en «La Gaceta de Madrid» el Real Decreto de su nacimiento, sancionado tres días antes. Es un momento decisivo para nuestra cultura porque en el mismo decreto nacía el cuerpo facultativo de conservadores de museos, los profesionales llamados a salvar los tesoros de nuestro patrimonio, y para ello se ordenaba la construcción de instituciones museísticas provinciales.


La primera piedra del edificio que hoy ocupan la Biblioteca Nacional y el MAN se había puesto en un acto solemne, presidido por Isabel II, tan solo un año antes, en abril de 1866. La mala suerte fue que la construcción del edificio se detuviera en varias ocasiones, porque 1866 es también la fecha germinal de la primera y grave crisis financiera de nuestra economía, provocada por la especulación en las compañías de los ferrocarriles, y que se extendió por todo el tejido productivo español. Tan difícil fue avanzar, tantos parones hubo, que el Palacio de Biblioteca y Museos Nacionales no se inauguró hasta un cuarto de siglo después, en 1892, y aprovecharon la fecha para conmemorar el IV centenario del descubrimiento de América. En su construcción, el arquitecto principal, Francisco Jareño, utilizó un material entonces avanzado y de moda para la estructura: el hierro. Mientras las obras duraron, el museo tuvo otra sede temporal, en el Casino de la Reina (cerca de Embajadores).

La crónica de Bécquer
Para celebrar estos 150 años, el MAN va a celebrar la semana próxima un congreso internacional sobre la arqueología de los museos. Una de las aportaciones de este encuentro será el estudio del reflejo que la prensa ilustrada del XIX ofreció del nacimiento del museo.

La actual subdirectora, Carmen Marcos, ha investigado en las hemerotecas y ha encontrado una crónica de Gustavo Adolfo Bécquer, fechada el 29 de abril de 1866, en la que el poeta sevillano, cuatro años antes de su muerte, analiza con lucidez la importancia del nuevo museo «que ha de prestar decoroso albergue á las letras y las artes españolas».

Con la ortografía y retórica de la época, dice que «en medio de las preocupaciones políticas, de cada vez más hondas, cuando las cuestiones de Hacienda [...] son objeto hoy de la atencion de todo el pais que aguarda á verlas resueltas en una ansiosa espectativa, es verdaderamente maravilloso que no se apague el entusiasmo y la fe de los que esperan un povernir más risueño y bonancible, y que no se echen al olvido los proyectos de reformas y mejoras cuya necesidad es tan generalmente sentida».

Como director literario de «El Museo Universal» firma Bécquer esta crónica o «revista de la semana» en la que se exige también la construcción de un cementerio digno para Madrid, y habla de la guerra con Chile, el atentado contra el zar Alejandro II, la preparación de la Exposición Universal de París y aún critica un libro de Ernest Renan y una obra de teatro de Larra, con el romántico título «En brazos de la muerte».

i es cierto que el MAN nació, como decía Bécquer, como algo «verdaderamente maravilloso» en un momento crítico para España, con la bancarrota financiera y el declive del imperio marítimo, no menos milagroso ha sido su «renacimiento», con la reforma terminada entre 2008 y 2014, durante la peor crisis económica que España ha sufrido casi desde entonces. La recesión dejó como huella en ese momento ni más ni menos que tres años de cierre, diez millones más de lo presupuestado y un año de retraso.

Eso sí, cuando abrió sus puertas el 1 de abril de 2014, también fue percibido como algo «verdaderamente maravilloso», porque la reforma del edificio, obra de Juan Pablo Rodríguez Frade, y la modernísima museografía de la empresa Empty permitieron un reencuentro muy intenso con el público. Se convirtió en el museo que mejor explica la historia de España, incluidas las tensiones que nos definen desde hace miles de años.

Dos millones de visitas
¿Es que puede con todas las crisis? Al otro lado del teléfono, el actual director del MAN, Andrés Carretero, se ríe ante la pregunta y rememora que sí precisó un esfuerzo notable reabrir en 2014. «Desde entonces hemos recibido la visita de más de dos millones de personas, cifra que se alcanzó apenas hace unas semanas, y hemos llegado a organizar mil actividades en el último año, lo que demuestra que está muy vivo y sí, parece que puede con todo». A todo ello se suma la renovada actividad del Laboratorio de restauración del museo y algunas iniciativas punteras como el análisis por imagen de las momias egipcias con los más grandes avances de la medicina.

Además del congreso internacional «estamos recordando de manera especial que con el MAN nació la museografía en España, porque el decreto publicado el 21 de marzo de 1867 proyectaba la creación de los museos provinciales y el cuerpo de conservadores. Por eso, el Boletín del MAN ha invitado a todos esos museos a que cuenten su historia 150 años después y ya hemos recibido 255 colaboraciones (en España hay unos 300 museos) con lo que se forma un fondo documental esencial para recordar cómo se protegió el patrimonio en España desde entonces», añade Carretero.

Había otros museos y academias antes del MAN, como el Prado, o los asociados a yacimientos importantes como Mérida, «pero el decreto permitió un gran cambio. Además de lo dicho, Fernando VII había establecido que fueran pintores los directores del Prado. A partir de este momento se piensa en que sean profesionales del cuerpo de conservadores».

Como en la primera ocasión, cuando el MAN de 1867 reunió tantos elementos de patrimonio que debían protegerse y los mostró de manera adaptada a su tiempo, el MAN de 2014 ha tenido réplicas fuera de la capital, la más importante de las cuales es la del Museo de Málaga, el de la Aduana. Esperemos que siga sobreponiendose a las crisis venideras de la misma manera, casi milagrosa.