sábado, 29 de junio de 2019

El País: El galo que perdió una moneda en Palencia


Es solo una hipótesis, pero muy probable… Se le cayó a un soldado galo que formaba parte de las tropas auxiliares del emperador Augusto al llegar a las tierras cerealísticas de la actual Osorno (Palencia). Y más de 2.000 años después, el equipo del Proyecto Dessobriga, que dirige Margarita Torrione, catedrática de Historia y Civilización Hispánicas de la Universidad de Saboya (Francia), encontró aquella moneda que fue acuñada en la segunda mitad del siglo I antes de Cristo por Contoutos, jefe de los santoni, tribu del sudoeste de la Galia (al norte del estuario del Gironda), y el primer pueblo vencido por Julio César en la Guerra de las Galias. Paralelamente, llegaron otros hallazgos, como un gran edificio de unos 50 metros de longitud, detectado por fotografía aérea y actualmente en excavación. O el de varias estelas provenientes de la necrópolis prerromana, algunas grabadas en signario celtibérico. Una de ellas lleva el nombre indígena de Touto: “Bastante común en estelas de la península ibérica de la Segunda Edad del Hierro, cuya etimología proviene del céltico touta, comunidad, tribu, clan. Y resulta casi tan alusivo, desde el punto de vista étnico, como llamarse François o Germán, en Francia o Alemania”, señala Torrione. Detrás de todo ello, subyace una ciudad vaccea y luego romana, militarizada por Roma en función de su privilegiada situación de cruce de caminos y por su abundancia de cereal.

En el último tercio del siglo I a. C., las tribus cántabras y astures seguían sin someterse al poder imperial. Necesitadas del alimento que les faltaba, saqueaban los fértiles campos de sus vecinos vacceos. Cuando Augusto establece su campamento en Segisamo (la actual Sasamón, Burgos), a unos 30 kilómetros de Osorno, sufre la misma necesidad: mantener a sus legiones y tropas auxiliares, además de dejar sin suministros a los rebeldes. Por ello, Dessobriga fue atacada y sometida hacia el año 29 a. C., durante los preparativos de las Guerras Cántabras (29-19 a.C.).

En 2001, a causa del trazado de la Autovía del Camino de Santiago, se llevaron a cabo, no lejos del altozano de Las Cuestas (Osorno) intervenciones de urgencia que pusieron al descubierto parte de un poblado de la primera Edad del Hierro (siglos VIII-V a. C.) Pero no sería hasta 2013, cuando Margarita Torrione comenzó un proyecto definido: desenterrar Dessobriga, una concentración urbana que figura en el Itinerario Antonino, una especie de Guía Michelin de vías romanas. "Para ello elaboré un plan de trabajo que se realizó mediante una prospección geomagnética, con ayuda económica de la Diputación de Palencia, del Ayuntamiento de Osorno, mis propios fondos y permiso de la Junta de  Castilla y León". Se exploraron 23 hectáreas que desvelaron la existencia de cabañas prehistóricas (entre los siglos VIII y V antes de nuestra era), un posterior poblado vacceo de identidad marcadamente defensiva, convertido posteriormente en mansio urbana (finalmente los vacceos no pudieron resistir al imperioso Augusto) y una necrópolis de incineración.

El gran edificio que se excava actualmente en la zona amesetada del altozano de Las Cuestas, responde a una primera construcción indígena, "si bien remozada y reutilizada por los romanos". Según las primeras hipótesis, estas dependencias habrían servido para almacenaje y comercio de grano, siendo en parte arrasadas y recubiertas en las primeras décadas del siglo I d. C. por Roma con una amplia avenida empedrada que podría corresponder al cardo maximus, una especie de gran vía norte-sur.

Un gran muro defensivo y un foso de algo más de seis metros de anchura defendían esta población de posibles ataques en su zona más llana y vulnerable. Así, el abundante material arqueológico hallado (cerámica, fíbulas, monedas, armas, canicas vacceas, junto con edificios y el sistema defensivo)  certifican que este territorio situado a caballo entre los términos de Osorno la Mayor y Melgar Fernamental, provincias de Palencia y Burgos, estuvo intensamente ocupado entre la primera Edad del Hierro y finales del siglo II de nuestra era, período del Alto Imperio Romano.

Del 5 al 25 de agosto se llevará a cabo una nueva campaña arqueológica. Los vacceos, la etnia más desarrollada entre los pueblos vecinos de los celtíberos, según el cronista griego Diodoro de Sicilia (siglo I antes de nuestra era), ocupaban una franja de la Península de unos 45.000 kilómetros cuadrados. Se los ha considerado los primeros “comunistas” de la Historia, dado su sistema de producción colectivista. Diodoro aseguró que la cosecha se repartía entre todos los habitantes a partes iguales. "Pero posiblemente, el reparto estaba controlado por las élites, por lo que la afirmación no es segura, pero dennos tiempo”, bromea Torrione al recordar este sistema económico supuestamente igualitario. El mismo que les llevó a ser objeto de codicia por parte de los pueblos circundantes y por Roma, lo que a la postre supuso su fin como gentes libres, según confirma la moneda de bronce que perdió un soldado galo muy lejos de su casa, en Hispania.

viernes, 28 de junio de 2019

ABC:Sale a luz la ciudad oculta que se esconde a los pies de la Acrópolis de Atenas


Con alegría y muchas actividades, el Museo de la Acrópolis de Atenas festeja este mes sus diez años de existencia. Una de las joyas para celebrar esta efeméride es la inauguración de una exposición muy esperada: «La ciudad bajo la ciudad», que muestra el núcleo urbano de Atenas situado a los pies de la Acrópolis y que ha sido habitado durante miles de años.

Estas ruinas arqueológicas se descubrieron durante las excavaciones para la estación de Metro cercana al lugar y las que se acometieron para colocar los cimientos del nuevo museo entre 1997 y 2004 (el pequeño museo anterior se encontraba en la propia Acrópolis, entre el Partenón y el Erecteión). Esas obras tardaron mucho más de lo normal. ¿El motivo? La extraordinaria riqueza arqueológica de lo encontrado y la necesidad del servicio arqueológico estatal de investigar, almacenar y protegerlo todo: restos de templos, residencias de personas muy acomodadas, baños públicos, talleres de cerámica, pozos, tumbas... Ahora ese es el tesoro que se puede ver y visitar.

Hablamos de los 4.000 metros cuadrados que se encuentran bajo el Museo de la Acrópolis, y que muestran la vida diaria de los atenienses desde el siglo VI a.C. hasta el siglo XII, durante la etapa bizantina de la capital.

Dimitris Pantermalis, arqueólogo y presidente del Museo, ya había confirmado en una entrevista con ABC que la intención del museo era abrir este espacio para ver la ciudad del pasado, algo para lo que se necesitaba tiempo y fondos. Porque hay que recordar que el país atravesó una tremenda crisis económica con hasta tres rescates a partir de 2010, y el museo es una entidad estatal autofinanciada.

Este sueño se ha podido hacer realidad gracias a haber recibido 14,5 millones de visitantes en estos diez años, a cientos de exposiciones y múltiples actividades. También, al hecho de que se pueden «alquilar» su restaurante y su auditorio para presentaciones y actos privados. No hay que olvidar que este museo tiene una administración muy cuidada y entre los vigilantes uniformados de las salas se encuentran arqueólogos dispuestos a contestar cualquier pregunta de los visitantes.
Un museo «ampliado»

Pandermalis declaró con satisfacción que «abrimos ahora una nueva planta del museo, que proporcionará información sobre la vida cotidiana de los atenienses y que se añade a los 15.000 metros cuadrados del museo». Ese museo que en sus tres plantas muestra más de 350 esculturas y los frisos del Partenón: los pocos originales que se retiraron del templo y copias exactas de los muchos que siguen expuestos en el Museo Británico de Londres. Como dice uno de los vigilantes de la sala del tercer piso, donde se encuentran estas célebres y preciadas copias, «cuando finalmente devuelvan lo que se llevó Lord Elgin, sencillamente retiraremos las copias de escayola y colocaremos las piezas originales».

Al entrar en el recinto abierto bajo el museo se ven las edificaciones que a partir del siglo V a.C. muestran el carácter urbanizado de la zona y que hasta el año 86 a.C. tenía muchas calles estrechas con residencias con pequeños patios, tiendas y talleres. Porque aquel año la zona fue asediada y destruida posteriormente por las tropas del general romano Lucio Cornelio Sila y nadie la habitó durante años.

Posteriormente se crearon pequeñas unidades industriales sobre las ruinas existentes. Y a partir del siglo II d.C. el barrio vuelve a desarrollarse, con casas mayores y patios con columnas, cuartos con pinturas murales, en algunos casos mosaicos en los suelos y letrinas privadas o en otros casos baños privados. Una vez más, y debido a la invasión de una tribu germánica en el año 267 d.C., la zona fue destruida y se volvió a construir a partir del siglo IV. Se encuentran en esta época casas más pequeñas, propiedad de ciudadanos de clase media, junto a residencias de mayor tamaño. La vida continuó en este barrio durante varios siglos más, hasta el XIII, con nuevas casas y talleres, y también periodos en los que hubo abandono total de actividad en la zona. Ya sería en el XIX cuando volvería la actividad de este barrio.

Hoy, a pesar de la crisis que atravesó el país y que hundió el mercado inmobiliario de la capital (todo el mundo quería vender y nadie tenía dinero o acceso a financiación para comprar), esta zona ha ido aumentando de valor y ha ido recuperando cierta importancia.

Como regalo, se acaba de inaugurar también una pequeña exposición dentro del propio museo: un homenaje a los escultores de mármol que desde el siglo XIX hasta hoy mismo trabajan en la Acrópolis, restaurándola con técnica, arte y cariño. Bautizada como «Cincel y memoria», la exposición muestra cómo se sigue utilizando mármol de la misma cantera de su construcción original, en la montaña Pendéli (a pocos kilómetros de Atenas). Muchos de los escultores provienen de familias de dos, tres y hasta cuatro generaciones de artesanos que consideran un gran honor restaurar con piezas hechas por sus manos la Acrópolis. Y la gran mayoría proviene de la isla de Tinos, en el archipiélago de las Islas Cícladas: de ahí eran y siguen siendo los mejores escultores de mármol del país.

Un tesoro arqueológico que se extiende del Neolítico al siglo XII

La nueva exposición, situada literalmente en los cimientos del Museo de la Acrópolis, representa un recorrido en el tiempo y en la historia ateniense. Ya conocían desde hace muchos años los arqueólogos del Ministerio de Cultura que las faldas de la colina donde se encuentra este conjunto monumental de templos habían sido habitadas ininterrumpidamente desde el Neolítico hasta la época bizantina, para volver a crecer a partir del siglo XIX tras la lucha por la independencia del país. Pero ha sido en los últimos años cuando se ha visto que efectivamente los atenienses construían sobre restos de construcciones anteriores en los barrios situados a los pies de la colina, edificados y habitados hasta hoy mismo.

Se trata de un patrimonio histórico de gran importancia y «a capas», es decir, de restos bizantinos sobre restos romanos sobre restos de los cinco primeros siglos antes de Cristo y así sucesivamente hasta la época neolítica.

Los visitantes ven con sorpresa los interiores de algunas residencias privadas con sus cuartos de baño, el sofisticado sistema de canalizaciones con agua caliente para los baños públicos, los pozos de las casas, el interior de varios pequeños talleres de alfarería... Ven, también, cómo se construían los muros y los suelos en distintas épocas de la Antigüedad, de las épocas romana y bizantina, y comprenden cómo a pocos metros del conjunto de la Acrópolis, situado en una colina desde la que se ve El Pireo, vivían los atenienses a través de los siglos, porque con frecuencia los arqueólogos han ido encontrando «pisos»: una residencia sobre otra más antigua, un taller sobre un cementerio más antiguo.

La más característica es una casa del siglo V d.C., conocida como el Edificio Z, que posiblemente pertenecía a un oficial de alto rango de la corte imperial. En el siglo XIX se construyó sobre este un gran edificio, el primer hospital militar de Atenas, conocido como Edificio Weller, que tras ser restaurado es ahora la sede de las oficinas administrativas del Museo.

Los tesoros no se acaban ahí, pero no todos están a la vista. El problema que se plantea ahora para el museo es hasta dónde llegar, o más bien hasta dónde retroceder… De los 4.000 metros cuadrados bajo el actual museo el visitante puede admirar restos a partir del siglo VI antes de Cristo. Pero hay otra parte excavada que no está a la vista de todos. Ha sido estudiada y tapada por una capa de tierra para su preservación (y posible exposición en un futuro no muy lejano), mientras que el resto, la parte cercana a la estación de Metro Acrópolis, ha sido o bien conducida al Museo Arqueológico Nacional o bien almacenada.

jueves, 27 de junio de 2019

Reabrirán al público la Tumba de los Reyes, una joya histórica de Jerusalén


Francia se prepara para reabrir al público la Tumba de los Reyes, joya arqueológica de 2.000 años de antigüedad de la cual es propietaria en el corazón de Jerusalén y que estaba cerrada desde 2010, anunció el consulado general francés en su sitio internet. Este notable ejemplo de arquitectura funeraria de la época romana, que albergaba sarcófagos en cámaras y es considerado uno de los complejos más grandes de ese periodo en la región, será accesible dos veces por semana por la mañana y únicamente mediante reserva online, según la misma fuente. “La Tumba de los Reyes es un lugar funerario. Los visitantes deben estar vestidos de manera conveniente y respetar el lugar”, se advierte.

El sitio disimulado detrás de un muro y un portal de metal muy cerca de la Ciudad vieja está indicado con una bandera azul, blanca y roja y un cartel “República francesa – Tumba de los Reyes”. Su acceso es una cuestión delicada por razones políticas y religiosas, como mucho de lo vinculado a la arqueología en la Ciudad santa. Los judíos ultraortodoxos veneran el lugar como un sitio de entierro de sus ancestros y reclaman poder rezar allí. En una época, el caso fue llevado ante la justicia rabínica. Por otra parte, la Tumba de los Reyes está ubicada en Jerusalén Este, parte palestina de la ciudad ocupada por Israel desde 1967 y anexionada. 

El derecho de propiedad francés tiene una historia compleja. En 1863, el francés Félicien de Saulcy, considerado como uno de los padres de la arqueología bíblica, tomó a su cargo excavaciones iniciadas poco antes y buscaba confirmar que se trataba de las tumbas de los reyes Salomón y David. La hipótesis quedó descartada, pero el nombre de la tumba sobrevivió. Se descubrieron en su interior varios sarcófagos, que se encuentran actualmente en el Museo del Louvre en París. Tras las excavaciones, el sitio fue comprado por los hermanos Pereire, banqueros franceses judíos, que luego lo cedieron a Francia.

miércoles, 26 de junio de 2019

National Geographic:Encontradas dos despensas de comida de Ramsés II


El yacimiento arqueológico de Tell Abqain lleva años siendo estudiado por los arqueólogos. En él descubrieron los restos de una fortaleza militar construida durante el reinado de Ramsés II (1279-1213 a.C.), el faraón más longevo de la historia de Egipto. Este complejo militar conservaba sus muros exteriores, las torres de vigilancia y un falso patio de acceso cuyo objeto era engañar a posibles asaltantes.

Tell Abqain se encuentra a 75 kilómetros al sudeste de la ciudad de Alejandría y a 5 kilómetros de la población de Hosh Isa, en la provincia de Beheira, en el delta del Nilo. Ahora, el lugar vuelve a ser noticia por el hallazgo en la antigua fortaleza de dos grandes cámaras que, al parecer, se usaron como almacenes para conservar cereales y otros alimentos como carne y pescado, tal vez para el consumo de los militares allí acantonados, según han explicado desde el Ministerio de Antiguedades de Egipto.
Alimentos bien conservados.

Las cámaras están separadas por un patio amurallado y cada una de ellas estaba protegida por una especie de caseta en la que tenía cabida un vigilante. Cada uno de estos almacenes, construido en forma de colmena, se divide en pequeñas celdas donde se conservaban los alimentos. En ellos, los arqueólogos han descubierto vasijas, azulejos e incluso amuletos de piedra grabados con el ojo de Horus, un símbolo de protección.

El estado de conservación de estos almacenes es muy bueno, ya que según los arqueólogos se han preservado restos de paredes y contramuros de adobe. Los trabajos arqueológicos también han sacado a la luz hornos de barro en los que se tostó grano hace más de 3.000 años. Este extremo ha llamado especialmente la atención de los investigadores, que han podido confirmar que quienes vivían en la fortaleza tostaban el grano antes de almacenarlo con la idea de limpiarlo de insectos y extraer la humedad para garantizar su óptima conservación y, así, evitar plagas que lo destruyesen.

martes, 25 de junio de 2019

ABC:Descubren un enigmático zig zag que los romanos tallaron en Los Bañales


Sorpresa en la antigua ciudad romana de Los Bañales. El arqueólogo Juan José Bienes estaba excavando la semana pasada una habitación en la zona norte de este yacimiento situado en Uncastillo (Zaragoza) cuando, al limpiar el suelo con ayuda de su compañero Pedro Ultra, empezaron a salir a la luz unas enigmáticas marcas. Tallado en la roca arenisca, el director técnico de las excavaciones descubrió un extraño zig zag que divide el pavimento de esta estancia, en eje con las dos columnas icónicas de Los Bañales que han sobrevivido milagrosamente erguidas hasta hoy.

«Lo primero que pensamos fue en algo de tipo ritual o religioso, un templo donde se sacrificaran grandes bovinos para tener que evacuar tanta sangre», pero ni el lugar ni el entorno casaban con esta hipótesis, según relata Bienes. Otra idea que consideraron al descubrir estas singulares estrías, más o menos profundas, es que podrían haber formado parte de un calendario para señalar las cosechas o de un reloj solar, en una zona a cielo abierto, en eje con ese gran edificio de las dos columnas (que en realidad eran cuatro), como los que hay en foros de algunas ciudades romanas del norte de África, como en Timgab.

«Pero ahora mismo cobra más fuerza pensar que probablemente son unas estrías que estuvieron muy vinculadas al uso que se dio a esa habitación», afirma Javier Andreu, profesor de Historia Antigua de la Universidad de Navarra y director del proyecto arqueológico de Los Bañales. Roma empleó esta técnica en lugares en los que se concentraba humedad, para achicar agua o verter líquidos al exterior. En la casa del acueducto de Tiermes (Soria) existe una estructura parecida que tiene que ver con la evacuación de agua y en las bóvedas de las salas de baños que estaban calefactadas se utilizó algo similar para evitar el goteo por condensación de humedad. «Eso permite pensar que fue una habitación en que se trabajó con líquidos y eso nos abre al escenario comercial», prosigue el director del proyecto arqueológico de Los Bañales.

De momento, no han encontrado ningún punto de desagüe para estos canales en zig zag que no siguen un dibujo claro, pero aún solo se ha excavado la zona norte y central de la habitación. El singular pavimento continúa hacia el sur, acercándose a las dos columnas que forman el hito geográfico de la zona. Una vez que se complete el estudio de esta estancia y de las habitaciones contiguas, los expertos podrán comprobar si, como sospechan, se encuentran ante una zona comercial de la ciudad. «Quizá ante lo que estamos, aunque es pronto para asegurarlo, es ante un "macellum", un gran mercado, ubicado mirando el territorio eminentemente agrícola que controlaba la ciudad, el del valle del río Riguel, en los términos actuales de Uncastillo y de Sádaba», avanza Andreu.

Los investigadores ubican esta habitación en la que creen que era última manzana al norte de este importante centro urbano entre el siglo I a.C. y los comienzos del siglo III. La entrada a la urbe romana, que se extendía por más de 20 hectáreas, se localizaba justo en el otro extremo, a unos tres kilómetros al sur, en el acceso a la vía que conectaba Caesaragusta (Zaragoza) con Pompelo (Pamplona). «En esta zona norte parece que Roma quiso establecer un sistema de urbanización muy vitruviano, con calles este-oeste (decumanos) y norte-sur (cardines) que se van cortando, un modelo de urbanismo que no fue una adaptación del que ya existía, sino casi de tipo colonial», apunta el director de Los Bañales. En esa zona norte, más apropiada para la conservación y producción de alimentos, es donde probablemente se situó el barrio comercial.

Los expertos creen que el singular pavimento formó parte de un gran complejo que probablemente se erigió en la primera mitad del siglo I d.C. «A partir de la segunda mitad del siglo II y hasta el abandono de la ciudad en la primera mitad del III todos esos espacios fueron reocupados, cambiaron de funciones, así que es muy difícil encontrar materiales contemporáneos a las marcas. Ahí vamos a tener un reto», afirma Andreu.

Durante las excavaciones que han seguido al descubrimiento del pavimento se han hallado algunos objetos, como una cucharilla de bronce pegada al suelo de roca, pero hasta el momento los arqueólogos no han dado con ninguna cerámica ni con restos de fauna que corroboren esta hipótesis. En las próximas semanas de campaña, que finalizará el 28 de julio, esperan encontrar más elementos de este complejo puzle.

Una vez que hayan excavado por completo la habitación, el estudio de las pendientes de los canales servirá para comprobar si tuvieron o no esa función de drenaje que ahora contemplan. Si los datos no concuerdan, tendrán que replantearse de nuevo para qué tallaron los romanos esas enigmáticas estrías. «Habría que buscar otras alternativas», admite Andreu antes de explicar que en otros lugares se han encontrado rozas de este tipo constructivas, realizadas para cimentar o calzar algún edificio. En este caso, sin embargo, las hendiduras «son muy estrechas, no tienen la anchura suficiente como para recibir muros de mampostería y tampoco tiene mucho sentido en esa habitación que sí ha conservado los muros laterales en cuadratum muy bien delimitados, que justo se hayan robado los muros interiores que estuvieran calzados sobre esas rozas».

Si no sirvieron de drenaje, «tendríamos que volver a la hipótesis inicial de que fuera una zona a cielo abierto y que tuviera algo que ver con algún calendario o reloj solar», reconoce.

De lo que no hay duda, según Andreu, es que con sus calles y pasos de peatones, este ya es uno de los barrios más impactantes desde el punto urbanístico del norte peninsular. «Los Bañales ofrece el barrio más vitruviano de los que tenemos en el norte de España».

lunes, 24 de junio de 2019

ABC:Las Termas de Caracalla muestran en el subsuelo los últimos secretos del lujo de Roma


No es un misterio que las entrañas de Roma están llenas de secretos. Siempre que se desvela uno, es una emoción. Y así ha ocurrido con el último: Por primera vez se han abierto al público los subterráneos secretos de las Termas de Caracalla, uno de los más grandiosos ejemplos de baños públicos del Imperio Romano. Se trata de una de las visitas más sugestivas que se pueden hacer sobre la antigua Roma.

A seis metros de profundidad se entra en un laberinto de galerías que acogían a las instalaciones hidráulicas y los hornos, las calderas y las chimeneas que calentaban el agua para garantizar el máximo del bienestar a los 5.000 romanos que diariamente acudían a los baños de las Termas de Caracalla, a pocos pasos del Circo Massimo y del Coliseo. Ahora se puede ver por primera vez uno de los 50 gigantescos hornos de ladrillos que mantenían el agua caliente las 24 horas del día.

«Este es el corazón tecnológico de las termas», destaca Marina Piranomonte, directora del monumento que se inauguró en el año 216 d.C. Las paredes de 36 metros de altura dan idea de la grandiosidad del complejo, donde se podía gozar de una piscina de dimensión olímpica, 40 restaurantes, salas de masajes, dos espléndidas bibliotecas y salones de belleza. El lugar era mágico, de sublime bellezza: maravillosos mosaicos en los pavimentos, estatuas en 156 nichos, imponentes esculturas, los techos artesonados en las bóvedas que alcanzaban cincuenta metros de altura, luz natural que se difundía suavemente en el interior…
Cientos de esclavos

En las plantas subterráneas, centenares de esclavos quemaban decenas de toneladas de leña cada día para calentar el agua y los diversos ambientes, en particular el majestuoso «calidarium» de planta circular con diámetro de 34 metros, cubierto por una cúpula sostenida por 8 pilares, y con siete piscinas de 12 metros con el agua a 40º C. En los 3 kilómetros de galerías, de 6 metros de diámetro, los carros llenos de leña retumbaban por ese laberinto durante todo el día.

«La leña se cargaba en grandes cestos que transportaban sobre sus espaldas los esclavos que subían los escalones hasta el el horno que alimentaba la gran caldera que daba agua caliente a las piscinas», cuenta la directora Marina Piranomonte. Cabe imaginar la temperatura infernal que se respiraba. «Los esclavos quemaban decenas de toneladas de leña al día. Se cortaron los árboles de todos los bosques que rodeaban Roma para mantener los 50 hornos de las Termas», destaca Marina Piranomonte.
Saqueo de un tesoro

La gran pompa que se vivió en las Termas de Caracalla duró más de tres siglos, hasta que en el año 537 el ejército mandado por el rey ostrogodo Vitiges cegó todos los acueductos de Roma para lograr su rendición. Con el agua cortada, las termas terminaron en ruinas y fueron utilizadas como tesoro de joyas arquitectónicas y cantera de materiales.

Ese tesoro fue saqueado durante siglos y sus joyas acabaron en palacios, iglesias e incluso plazas. La última columna que desapareció de las Termas fue en 1563 y pesaba 50 toneladas. El papa Pio IV la regaló a Cosimo de Médici, que la colocó en la plaza Santa Trinidad de Florencia para ensalzar a la Justicia.
Exposición homenaje

La memoria de este lugar que se acaba de descubrir al público une el fuego con el agua, los dos elementos naturales que han inspirado al artista italiano Fabrizio Plessi para realizar una gran exposición que trata de dialogar con la historia. Plessi, que opera sobre todo en el mundo del arte audiovisual, permite realizar un viaje con 12 sugestivos montajes de videos que celebran la potencia del agua, del fuego y del viento en el nuevo laberinto subterráneo, con música del británico Michael Nyman, el compositor del film «La lección de piano» (1993). Con esta exposición, titulada «El secreto del tiempo», que permanecerá hasta el 29 de septiembre, se rinde homenaje, más allá del tiempo y del espacio, a las entrañas de la Ciudad Eterna.

sábado, 22 de junio de 2019

Cultura rehabilita y abre el público el sector oeste del anfiteatro de Itálica en Sevilla


La consejería de Cultura y Patrimonio Histórico reabrió ayer al público el sector oeste del anfiteatro del conjunto arqueológico de Itálica, con lo que se ponen en servicio 1.600 metros cuadrados del monumento, en la mayor inversión realizada hasta ahora en la restauración de este conjunto.

La consejera Patricia del Pozo visitó la zona ayer y detalló que los trabajos se han centrado en la consolidación estructural del recinto monumental, la mejora y el refuerzo del sistema de drenaje y la reforma de las pasarelas de acceso para los visitantes, tras una inversión total de 457.998 euros.

El área abierta al público conecta la arena con la puerta occidental y la fachada oeste, la mejor conservada del edificio, y los visitantes podrán contemplar el suelo original que rodeaba este sector, así como las infraestructuras del sistema de cloacas que evacuaban el agua de lluvia de la ladera antigua.

Entre las actuaciones más importantes que se han conseguido, se ha documentado un tramo de cloaca que emerge de la ladera y que ha sido conservado «in situ», mientras que el circuito de caminos y pasarelas permite tanto la contemplación de los detalles arquitectónicos como la visión panorámica en altura.
«Nuevas oportunidades»

Para la consejera, se abren «nuevas oportunidades para los ciudadanos» con una actuación que «garantiza la mejor conservación» del anfiteatro, ya que se trata de la primera de una serie de actuaciones diseñadas para atender las «necesidades del conjunto monumental y dar una mayor proyección social a los bienes protegidos en el camino a conseguir la declaración de Patrimonio Mundial de la ciudad romana de Itálica».

Con esta actuación se ha puesto fin al deterioro de este sector del anfiteatro, muy castigado por la meteorología, y se ha resuelto la incidencia que la proximidad de las laderas norte y oeste —el edificio se construyó sobre una vaguada natural, de forma que el desnivel se aprovechó para las gradas— producía sobre el monumento y su sistema hidráulico.

La consejera Patricia del Pozo avanzó, además, próximas intervenciones que permitirán la ampliación de las visitas y la organización de los recorridos de forma más lógica en el anfiteatro de Itálica, como las que, valoradas en unos 200.000 euros, se realizarán en la galería radial norte, la sala abovedada en el cuadrante suroeste y, especialmente, la galería norte de la cavea media.

viernes, 21 de junio de 2019

ABC:Esta es la desconocida razón por la que el Coliseo de Roma ha llegado hasta nuestros días


Los romanos se maravillan cada día al ver que algunos de sus monumentos más emblemáticos, como el Coliseo, siguen en pie después de dos mil años, en profundo contraste con la realidad que hoy refleja la vida cotidiana de Roma: Una capital que se cae a pedazos, con sus calles llenas de baches, aceras reducidas a trincheras de guerra, alcantarillas obstruidas que causan lagos artificiales, estaciones de metro paralizadas durante meses por avería en sus escaleras mecánicas... Este desastre total se debe al ayuntamiento regido por Virginia Raggi, del Movimiento 5 Estrellas. Pero ante esta Roma que muere, se mantiene el esplendor de su legado arquitectónico realizado con una capacidad de ingenieros y arquitectos que todavía asombran.

Hay muchas teorías sobre el por qué las estructuras construidas por los antiguos romanos han durado tanto tiempo y por qué algunas incluso han permanecido prácticamente casi intactas. Seguramente los romanos eran maestros en el arte del cemento, cuyo secreto estaba en que contenía cenizas volcánicas. De todas formas, ese hormigón era vulnerable a las ondas sísmicas causadas por las erupciones o los terremotos, bastante habituales en la península itálica. Ahora un nuevo estudio sostiene que los antiguos ingenieros y arquitectos romanos conocían la ciencia de la invisibilidad estructural, y que estaban en condiciones de lograr que sus edificios fueran «invisibles» a los efectos de las ondas destructivas.

La invisibilidad no es ciencia ficción. Los romanos disponían de la tecnología para crear capas invisibles en torno a los monumentos, utilizando para ello metamateriales, según un estudio liderado por Stéphane Brûlé y los ingenieros civiles de la empresa Ménard de Lyon, junto con investigadores del Instituto Fresnel de Marsella. Se denomina metamaterial, en sentido amplio, al material artificial con propiedades electromagnéticas inusuales, capaz de influenciar las ondas, ya sean electromagnéticas o de otro tipo, como desviar la luz en torno a un objeto usando un especial modelo. Brûlé se encontraba de vacaciones contemplando los restos arqueológicos de la ciudad de Autun, en el centro de Francia, cuando vio una fotografía aérea que mostraba los cimientos de un teatro galo-romano enterrados bajo un campo justo al lado de la carretera. Al contemplar la estructura semicircular que formaban, pensó que tenía una extraña semejanza con la mitad de una de las mencionadas capas de invisibilidad.

Así lo confirmó una foto de un estudio arqueológico más detallada que superpusieron a una capa de invisibilidad de 20 centímetros de diámetro construida por Brûlé y sus colegas del Instituto Fresnel: los pilares del teatro y los elementos de la capa estaban casi completamente alineados. Ulteriores investigaciones sobre el Coliseo de Roma, el más grande anfiteatro del mundo, y otras construcciones presentaban el mismo esquema, lo que hace suponer que fuera una elección deliberada de los constructores romanos, para desviar las ondas sísmicas.

Si al descubrimiento se le da finalmente validez científica, podría ser aplicado en los edificios de ciudades con riesgo sísmico.

jueves, 20 de junio de 2019

Un puente romano cruzaba el Guadalquivir junto al Arco de Augusto descubierto en Mengíbar


El arco de Augusto descubierto el año pasado en el término del municipio jiennense de Mengíbar no es el único vestigio romano de relevancia encontrado en la parcela en la que se llevan a cabo las excavaciones: el Instituto de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén ha descubierto en ella restos que acreditan que un puente romano cruzaba el río Guadalquivir junto a este enclave de gran importancia histórica y artística.

Además, el hallazgo en la zona de vestigios de edificios romanos apuntala la monumentalidad de un lugar en el que hace más de 20 siglos se construyó el arco que separaba la Tarraconense de la Bética, según ha resaltado el investigador de la institución educativa y director del proyecto Iliturgi, Juan Pedro Bellón, quien ha anunciado que previsiblemente se encontrarán más vestigios cuando se lleve a cabo una intervención junto al río.

El Instituto de Arqueología Ibérica continuará con los trabajos relativos al Arco de Augusto, puerta de entrada a la Bética romana, y en el Cerro de la Muela, donde se ubica la ciudad fortificada ibera de Iliturgi. Así, previsiblemente tras el verano, comience una nueva campaña de excavaciones en la fortificación, atacada en el año 206 por Escipión el Africano, «de la que necesitamos conocer más cosas», ha expuesto el experto de la Universidad.
Precisamente, la institución académica, a través de la cátedra arqueólogo Manuel de Góngora- Empresa Familiar Calderón del Instituto de Arqueología Ibérica, va a catalogar y restaurar la colección de restos romanos pertenecientes a la casa palacio de Mengíbar. Una actuación que ya ha comenzado y que se unen a las ya puestas en funcionamiento dentro del proyecto Iliturgi.

Los datos han sido presentados por Manuel Molinos, director del Instituto de Arqueología Ibérica, Juan Bravo, alcalde de Mengíbar, Jesús Calderón, socio director del area de finanzas y organización de Construcciones Calderón, y Juan Pedro Bellón, que ha destacado la espectacularidad de la colección, formada por un centenar de piezas romanas, entre las que destaca la inscripción de Sempronio Graco que sirvió para localizar Iliturgi y un miliario romano que indica la distancia a la ciudad de Cástulo.

«Muchas piezas no reúnen los requisitos de conservación y gracias a la aportación de la cátedra Calderón las sacaremos de donde están y le aplicaremos medidas de tratamiento según el diagnóstico que se ha realizado», ha expuesto el investigador, quien ha explicado que la Universidad lleva a cabo un inventario de las piezas y los restos arqueológico para poner en orden el conjunto de elementos y los digitaliza para su consulta en la red Europeana.

Por su parte, Juan Bravo ha destacado el trabajo desarrollado desde el Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Íbera, «que ha dado a conocer el nombre del municipio por todo el mundo». Además, se refirió al edificio que alberga las piezas como «emblemático» y reiteró el compromiso del Ayuntamiento con el patrimonio y la cultura.

En su turno, Manuel Molinos ha expresado la importancia de la transferencia del conocimiento desde la investigación, «que en este caso no hay únicamente que hacer visible, sino también que sea útil para la población». «Mengíbar tiene dos elementos referenciales extraordinarios, la Iliturgi romana y la ibera, que explican una parte fundamental de la historia», afirmó.

Por último, Jesús Calderón ha explicado que esta actividad, enmarcada en la cátedra, consiste en restaurar la colección: «Cuando nos lo plantearon vimos clara esta necesidad, en la restauración el tiempo corre en contra ya que las piezas se van deteriorando», ha informado. Calderón ha destacado las sinergias y la colaboración entre el sector público y el privado: «Nos sentimos muy satisfechos de esta colaboración junto a la Universidad de Jaén y el Instituto de Arqueología Ibérica».

miércoles, 19 de junio de 2019

Científicos rusos hallan huellas romanas en la legendaria ciudad bíblica de Jericó


Científicos rusos han descubierto que algunas partes de la antigua ciudad de Jericó (en la actual Palestina) se asentaron mucho antes de lo que se pensaba, informa el servicio de prensa del Instituto de Arqueología de la Academia de Ciencias de Rusia. Además la institución ha reportado nuevos hallazgos en el lugar de la investigación.

Los arqueólogos rusos han venido excavando desde 2010 a 2013 en la parte bizantina de la legendaria ciudad bíblica, cuyas paredes, según la Biblia, fueron demolidas por Josué con la ayuda del sonido de las trompetas.

No obstante, tras reanudar los trabajos en 2019, los arqueólogos desenterraron por completo por primera vez toda el área de excavaciones, examinando sus complejos residenciales e industriales, y han demostrado que las primeras capas del sitio pueden corresponder a la época romana.

"Nos convencimos de que, bajo el monumento de la época bizantina tardía, está oculto otro edificio, con buenas paredes anchas de ladrillos de adobe. Probablemente sea parte de un monasterio o mansión. Quizás el sitio fue construido en la época romana, pero esta versión requiere más investigación", cita la agencia TASS al jefe de la expedición en Jericó del Instituto de Arqueología de la Academia de Ciencias de Rusia, Leonid Belyaev.

De acuerdo con los arqueólogos, en la parte residencial de la urbe fueron hallados varios tipos de monedas datadas entre el siglo I y el IV de nuestra era. Los restos de un gran palacio o monasterio de la época bizantina contaban con paredes de piedra y habitaciones cubiertas con mosaicos.

En el complejo industrial, por su parte, los científicos descubrieron un sistema de tanques y sitios de producción de cerámicas y metalurgia.

martes, 18 de junio de 2019

ABC:Adiós a Hasankeyf, la ciudad milenaria que será inundada por el agua de una presa


La ciudad milenaria de Hasankeyf, en el sureste de Turquía, ha comenzado a desaparecer de la faz de la tierra, según informa «La Stampa». Situada en el valle del Tigris, donde se encuentra este enclave arqueológico que alberga restos romanos, bizantinos, preotomanos y otomanos junto a casi dos centenares de aldeas, el enclave se sumergirá por la inundación proveniente del agua de la presa de Ilisu, lo que ha conllevado también el abandonó de sus hogares además a 6.000 personas, casi todos kurdos.

Los 12.000 años de historia de Hasankeyf comienzan a desaparecer. Hay que decir que se han trasladado monumentos para salvarse de la llegada de las aguas. Por ejemplo, la tumba de Zeynel Bey, construida en el siglo XV, representa el único resto arqueológico de la tribu Ak Koyunlu, quienes desarrollaron un arte muy influido por la tradición persa. Los Ak Koyunlu mantuvieron una importante presencia en lo que hoy es el sudeste de Turquía, pero finalmente fueron derrotados por los otomanos.

A pesar de la resistencia de diversas plataformas, así como de haber sido reconocido como uno de «los 7 los Patrimonios Históricos más Amenazados de Europa», el Gobierno continuó con sus planes de construir la presa junto a Hasankeyf. La gran mayoría de vecinos ya se ha resignado a tener que ver cómo se inundan las casas y las cuevas donde vivieron sus antepasados. Y a dos kilómetros de la actual Hasankeyf las autoridades levantaron una nueva ciudad a la que se tendrán que trasladar los residentes del milenario lugar.

Durante más de medio siglo, la idea fue abandonada y retomada varias veces hasta que finalmente se empezó a construir la presa. En 2009, una campaña internacional abanderada por numerosas personalidades turcas (entre ellas el popular cantante Tarkan) logró que diversas agencias de crédito europeas retirasen la inversión, paralizando el proyecto. Pero en 2011, el gobierno turco volvió a la carga con nuevos inversores, dando inicio a las obras y construyendo, al otro lado del río, los edificios que alojarán a los habitantes del pueblo cuando estos sean desplazados por la presa.

Según informa «RT», se espera que la represa, que forma parte del Proyecto de Anatolia del Sudeste (GAP), genere alrededor de 1.200 megavatios de electricidad. Se estima que el nivel del agua empezará a afectar a Hasankeyf y a sus pueblos colindantes a partir de octubre. Según cuenta «ANF», la Iniciativa Hasankeyf lanzó un comunicado llamado «No es demasiado tarde para salvar Hasaknkeyf y el río Tigris» en donde sostenían que que este yacimiento y el valle del Tigris que lo rodea «son tan importantes históricamente como Efeso, Troya y Capadocia, y cumplen 9 de los 10 criterios de la UNESCO para que el sitio sea considerado Patrimonio Mundial».

lunes, 17 de junio de 2019

El misterioso sarcófago romano hallado en Granada: ¿qué esconde en su interior?


Un grupo de arqueólogos ha hallado hace unos días en el subsuelo del centro histórico de Granada un auténtico tesoro: un sarcófago de plomo sellado, datado entre los siglos II y IV, es decir, de la época romana. A más de dos metros de profundidad y durante unas excavaciones de seguridad, se ha descubierto esta caja mortuoria de forma trapezoidal, más ancha en un extremo que en otro, y de unos dos metros de largo.

El sarcófago, de más de 300 kilos, ya ha sido trasladado al Museo Arqueológico de Granada, donde se inspeccionará más detalladamente y se abrirá para ver qué hay en su interior. No obstante, el misterio no será resuelto hasta dentro de unos días. Según informa Granada Hoy, el equipo de antropólogos, encabezado por su director, Ángel Rodríguez Aguilera no cree que vaya a "encontrar un tesoro", aunque sí "datos arqueológicos muy interesantes" sobre los rituales de los habitantes de la época romana.

Otra de las hipótesis, quizás la más plausible, es que dentro del cofre se encuentre, además del esqueleto, algún tipo de ajuar funerario. La zona del hallazgo se corresponde con un lugar situado fuera de los muros de lo que era Granada en la época romana.

Las características del sarcófago concuerdan con otros hallados en la zona de Andalucía y que supuestamente pertenecieron a alguna familia adinerada, porque eran caros y difíciles de conseguir. En concreto, este conservaría los restos de algún acaudalado del municipio de Iliberis, lo que hoy en día es Albaicín. En el siglo XVI, este emplazamiento se correspondía con la Lonja de los Mercaderes, que posteriormente se convirtió en una prisión.

Su otro homólogo hallado también en Granada hace unos años había sido expoliado previamente, por lo que en su interior tan solo albergaba los restos de lo que había guardado. El cofre hallado estos días, sin embargo, es probable que nunca haya sido abierto al encontrarse en una zona alejada de la ciudad romana.

El hallazgo se ha registrado durante la intervención arqueológica en el antiguo edificio de la  Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de Granada realizada por Gespad Al-Andalus Arqueología. Los investigadores se han llevado una sorpresa enorme porque lo único que esperaban encontrar eran restos de asentamientos de la  época musulmana. Nunca se imaginaron tomar con este misterioso sarcófago romano sellado.

sábado, 15 de junio de 2019

EL País:El inesperado sarcófago plúmbeo del siglo III


Los arqueólogos no esperaban ningún gran descubrimiento, quizá material de la época musulmana sin mayor trascendencia. No era más que una prospección en el centro histórico de Granada, obligatoria para cualquier obra que quiera profundizar en el subsuelo y con la que se pretende descartar que existan restos históricos. Los trabajos se desarrollaban con la normalidad esperada. Algunos restos de la época cristiana. Algunos de la árabe. Nada relevante. Pero antes de levantar el campo, el equipo de arqueólogos decidió llegar un poco más abajo. Y allí estaba. A 2,5 metros de profundidad apareció una tumba romana cubierta de piedra arenisca y barro. Aún nada sorprendente en principio para Ángel Rodríguez, el arqueólogo responsable de la prospección del edificio Villamena, junto a la catedral de Granada. Pero al quitar la losa, ligeramente aplastada, apareció un sarcófago de plomo. Eso sí fue una sorpresa.

Estamos entre el siglo II y el IV después de Cristo. Los sarcófagos de plomo no eran frecuentes. En Andalucía, además de caros, eran difíciles de conseguir porque solo se fabricaban en una industria de Córdoba. Por tanto, “probablemente es de una familia adinerada, pero eso no significa que vayamos a encontrar grandes joyas en su interior”, explica Rodríguez, que piensa que el sarcófago será, a falta de la datación exacta que se hará próximamente, del siglo II o III, no más. El ajuar no tiene por qué ser especialmente rico porque, cuenta, lo de mucho valor se quedaba fuera, “para los vivos”.

El verdadero interés de este tipo de sarcófago, del que apenas se han encontrado una decena en Andalucía —y no siempre en buen estado o sin expoliar—, está en que el plomo conserva los restos especialmente bien. Eso significa que, si todo va como los arqueólogos esperan, dentro habrá un cuerpo, un ajuar y textiles probablemente muy bien conservados y, por tanto, se extraerán muchas conclusiones que permitirán "conocer bastante del ritual de inhumación”, sostiene Ángel Rodríguez.

El sarcófago se localizó el jueves pasado y este miércoles ha sido ya trasladado al Museo Arqueológico y Etnológico de Granada. Allí aguardará unos días hasta que se defina exactamente cómo proceder a descubrirlo. Un equipo multidisciplinar de antropólogos físicos, restauradores y arqueólogos será entonces quien viva el emocionante momento de la apertura. ¿Qué futuro espera a lo que se halle en el interior? “El cuerpo irá al laboratorio de antropología forense de la Universidad de Granada y el propio sarcófago y el ajuar quedarán en el museo para ser estudiados”, resume el arqueólogo jefe.

Granada tiene un centro histórico que, en realidad, no siempre lo fue. En época romana, el epicentro de la ciudad era el Albaicín y lo que hoy configura el centro histórico era, sencillamente, una zona rural periurbana. Pero tenía una peculiaridad: estaba bañada por el río Darro, una corriente de agua que hace casi un siglo dejó de verse a cielo abierto en esa parte de la ciudad y pasó a descender embovedada a lo largo de un par de kilómetros. Y ahí, en ese lugar entonces rural, ha aparecido el sarcófago plúmbeo. Eran “zonas de cultivo fuera de la ciudad romana, en el margen del río Darro. No se trata de un cementerio. Sin embargo, quizá por la influencia del Darro, debía tener alguna significación especial como área funeraria”, asegura Rodríguez, quien recuerda que en 1902 apareció un ataúd similar que “fue expoliado por los trabajadores que lo descubrieron” antes de que llegara el primer científico, que solo encontró “unos huesos”.

El sarcófago de plomo pesa entre 300 y 350 kilos y sus dimensiones son como las de cualquier ataúd clásico: 1,97 metros de largo y 40 centímetros de alto. Algo más ancho en la cabecera (0,56 metros) que en los pies (0,36). En una primera inspección, ha respondido el arqueólogo responsable, “no tiene inscripciones aparentes, aunque aún tiene barro y arena; veremos cuando lo limpiemos”. La procedencia sí la da por segura: “Córdoba, el único lugar donde se fabricaban ataúdes de plomo”. Su exterior ya ha aportado numerosas pistas. En unas semanas, será el turno del interior, algo que los científicos esperan con emoción.

viernes, 14 de junio de 2019

ABC:Las únicas minas de esmeraldas del Imperio Romano pudieron ser de propiedad privada


Las únicas minas de esmeraldas del Imperio Romano, situadas en el Alto Egipto, pudieron ser de propiedad privada, según la investigación liderada por el Departamento de Ciencias de la Antigüedad y de la Edad Media de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y dirigida por el profesor Joan Oller.

El equipo de investigadores de la UAB ha identificado una entrada a las minas en unas construcciones en el yacimiento de Sikait, próximo a la ciudad portuaria de Berenike, en el desierto oriental egipcio. El emplazamiento se encuentra en un valle seco de una zona montañosa, con viviendas junto al cauce del río y edificaciones en las laderas del valle.

Hasta ahora estos edificios de las laderas se habían identificado como viviendas, pero con los datos recogidos a lo largo de la campaña arqueológica de 2018, que ahora se publican en la revista Nilus, los arqueólogos creen que «es muy probable que fueran en realidad las entradas a una serie de minas de carácter privado», indica la UAB en una nota.
Durante el estudio de uno de los edificios, que identifican como Six Windows Building, los investigadores se dieron cuenta de que formaba parte de un complejo para la extracción de esmeraldas, con espacios de descanso, vestuarios y avituallamiento. Allí encontraron monedas, un recipiente cerámico relleno de fruta desecada y también elementos militares que podrían pertenecer a los soldados que custodiaban estas entradas.

Los arqueólogos excavaron en lo que parecía un armario o un nicho en la pared apoyada en la roca y descubrieron que se trataba de la boca de una mina que se introducía en forma de galería. «Al cabo de aproximadamente medio metro, la galería se transformaba en un pequeño pozo vertical de acceso a las vetas de mineral», según explican. El hallazgo de abundantes fragmentos y restos de berilio en la habitación confirman esta propuesta.

El yacimiento de esmeraldas, una variante verde del mineral de berilio, estaba probablemente vinculado a la ciudad de Berenike, fundada por Ptolomeo II en el siglo III aC, y fue ocupado en época romana entre los siglos I y VI dC.

«El hecho de que no haya textos en esta zona multiplica la importancia de estos hallazgos, ya que dan mucha información de cómo se vivía en aquella época», afirma el coordinador de la investigación, Joan Oller. De hecho, «el modelo económico que inferimos es diferente al esperado en este área, ya que se trata de minas protegidas que podrían ser de propiedad privada, mientras en el imperio había muchas minas y canteras de titularidad pública».

El hecho de que fuera un espacio cerrado y la posible presencia de militares, «indicaría que no sería una explotación minera abierta, sino que existirían concesiones mineras privadas donde familias o grupos determinados podrían explotar una veta de berilio concreta. Si esta hipótesis se pudiera confirmar, esto podría variar radicalmente la visión sobre este asentamiento, ya que las estructuras situadas en la ladera rocosa de la montaña podrían estar vinculadas con la explotación minera de berilio y no con las áreas residenciales, que se concentrarían en el nivel del suelo del valle», explica Oller.

El complejo arqueológico cuenta con entre 150 y 200 estructuras documentadas. Los investigadores también han observado que uno de los edificios de la población, una imponente construcción situada en una terraza que parecía de uso administrativo, era en realidad un templo. «Su estructura, su posición preeminente y los materiales recuperados con una clara vinculación ritual, como estatuillas, pebeteros, vidrio de mosaico, deposiciones monetarias y una plaquita con iconografía posiblemente copta» hacen pensar al profesor Joan Oller que «en realidad no estamos ante un edificio administrativo, sino más bien ante un templo».

El proyecto arqueológico Sikait Project trabaja en el Desierto Oriental egipcio. Hizo la primera campaña en 2018 con financiación de la Fundación Palarq y el último mes de enero de 2019 llevó a cabo una segunda campaña. El interés principal es la zona del Parque Nacional de Wadi Gemal, donde están los únicos yacimientos arqueológicos de época romana dedicados a la explotación de esmeraldas. Cuenta con la participación de las universidades de Delaware (EE.UU.) y de Varsovia (Polonia) y con el apoyo del Ministerio de Antigüedades egipcio.

jueves, 13 de junio de 2019

Descubren en el Centro de Granada un sarcófago romano de plomo


El subsuelo de Granada ha deparado la última gran sorpresa. Durante las excavaciones que se están realizando en pleno centro de la ciudad, en la placeta de Villamena, ha aparecido un sarcófago de plomo de época romana datado entre los siglos III-IV d. C. que, además, está sellado.

El hallazgo tiene una gran relevancia arqueológica y, de hecho, es el segundo sarcófago de plomo encontrado en Granada después del que apareció a escasos metros en el siglo XIX durante la construcción de la Gran Vía granadina. El hallazgo de la tumba romana en Villamena está aún por contextualizar aunque el siguiente paso será trasladarlo al Museo Arqueológico para abrir el ataúd romano.

La rareza del sarcófago podría indicar que contiene un ajuar relevante para su estudio, aunque tampoco es descartable que los investigadores encuentren un cadáver momificado que, en todo caso, aportaría un caudal de información a los expertos.

El hallazgo ha aparecido durante los trabajos arqueológicos en el antiguo edificio de la Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de Granada que lleva a cabo Gespad Al-Andalus Arqueología y ha supuesto una gran sorpresa porque, en principio, los investigadores comenzaron los trabajos con la certeza de que iban a encontrar restos de asentamientos de la época musulmana, aunque no entraba en sus cálculos iniciales encontrar un sarcófago romano y sin abrir.

Para poner en contexto la importancia del hallazgo, la revista National Geographic se hizo eco en 2016 del hallazgo de otro sarcófago de plomo en Córdoba y, remontándose más aún en el tiempo, apareció otro féretro de similares características en Cádiz con un ajuar que estaba compuesto por una lucerna, dos tacitas y un lagrimal (recipiente de vidrio de paredes muy finas).

Incluso el Museo Arqueológico Nacional, donde se encuentra la Dama de Baza, cuenta entre sus piezas con otro sarcófago de plomo del siglo I d. C. que fue encontrado en la provincia de Jaén.

También tuvo repercusión mundial el descubrimiento en 2017 de otro sarcófago romano de plomo en Basilea, cerca de un sitio arqueológico romano, la Augusta Raurica. En este caso, el sarcófago contenía una osamenta humana, restos de textiles y varios recipientes y del estudio de su contenido los expertos dedujeron que albergaba el cuerpo de una mujer de clase alta

En el caso de Granada, y a falta de conocer qué guarda en su interior, el sarcófago pasará en los próximas días al Museo Arqueológico, como está estipulado por ley en este tipo de hallazgos, donde será estudiado por los expertos y donde podrá pasar a ser exhibido en el museo que abrió de nuevo sus puertas hace un año.

Este descubrimiento se suma a los aparecidos durante las excavaciones en Los Mondragones, donde en una primera fase se encontró el mayor molino de aceite de época romana del Sur de España y, posteriormente en una segunda fase, unas termas construidas entre los siglos III y IV d. C. y que fueron utilizadas hasta el siglo VII.

En principio, y a falta de nuevos sondeos en la zona, se ha confirmado la existencia de una calle central en la villa romana de Los Mondragones de 3,5 metros de anchura, que por sus dimensiones debía ser propiedad de una de las grandes familias romanas.

miércoles, 12 de junio de 2019

ABC:Descubren en Turquía una ciudad sumergida en agua de 5.000 años de antigüedad


En el centro de Turquía, en Capadocia, han descubierto una ciudad subterránea bajo el agua parcialmente que está contextualizada temporalmente hace 5.000 años, según informa «RT».

El descubrimiento tuvo lugar como consecuencia de que en la ciudad de Calis, unas 15 personas, según informa el periódico local «Ileri Haber», notaran filtraciones de agua en sus casas por razones desconocidas e informaron a los equipos municipales. Las casas, la mayoría de ellas, eran adosados de una sola planta una casa al lado de la otra.

En las investigaciones de los equipos municipales por encontrar el origen de las filtraciones se dio con la entrada de un túnel, al que entraron y se dieron cuenta que habían dado con yacimiento de una ciudad debajo de estas casas inundadas.

En realidad, según informa «RT», la ciudad fue descubierta 25 años atrás por un niño que se cayó en este tunel pero los habitantes de la ciudad optaron por sellar el túnel para evitar accidentes. Los primeros estudios habland de que este enclave tendría una extensión de 5 kilómetros y tres niveles con casas y lugares espirituales.

martes, 11 de junio de 2019

ABC:Descubren dos almacenes de Ramsés II en el Delta del Nilo


Una misión arqueológica egipcia ha descubierto en el Delta del Nilo dos cámaras con diseño de colmena que se usaron como grandes almacenes para conservar la cosecha así como carne y pescado, durante el reinado del célebre faraón Ramsés II.

Junto a un edificio residencial, del que el ministerio no ha dado más detalles, estos restos han sido hallados en el yacimiento de la fortaleza militar de Al Abqaín, ubicada en la ciudad de Hosh Eissa en la provincia de Beheira, al norte de Egipto, anunció este lunes el Ministerio de Antigüedades egipcio en un comunicado.

Estas dos cámaras de conservación de alimentos están separadas por un patio amurallado y se encuentran custodiadas por dos casetas: una reservada a un vigilante encargado de proteger la cosecha del faraón de la dinastía XIX, y otra para los guardias de la fortaleza.

Cada almacén, diseñado en forma de colmena, se divide en pequeñas celdas en las que se guardaba todo tipo de alimentos, así como vasijas, azulejos o incluso amuletos de piedra grabados con el ojo de Horus, un talismán al que se le atribuían poderes curativos y de protección.

Según el comunicado, que cita al jefe del departamento de monumentos egipcios, Ayman Ashmawy, los almacenes se encontraron «completos» y alrededor de cada unidad aparecieron restos de paredes y contramuros de adobe.

La nota también apunta que durante las tareas de restauración del nuevo descubrimiento también se hallaron hornos de barro que se usaron para tostar el grano hace más de tres milenios.

«Esto significa que en el Antiguo Egipcio se tuvo la idea de tostar el grano para limpiarlo de insectos y de la humedad antes de guardarlo dentro de los almacenes para garantizar su conservación y evitar plagas», apunta en la nota el presidente de la administración central de monumentos del Norte de Egipto, Nadia Jedr.

La misión arqueológica ya descubrió en el mismo yacimiento los muros exteriores de la fortaleza, así como las torres de vigilancia y un falso patio de acceso que se utilizó para engañar a cualquiera que quisiera irrumpir en el edificio militar.

Ramsés II (1304-1237 a.C.), cuya tumba se encuentra en el Valle de los Reyes, en la monumental Lúxor, fue uno de los faraones que más años reinó durante el Antiguo Egipto y uno de los que cuenta con más hallazgos atribuidos a su reinado.

lunes, 10 de junio de 2019

ABC:Así es «La Pompeya española», la villa más lujosa de la Hispania romana descubierta en Cuenca


El yacimiento arqueológico de la villa romana de Noheda, en Villar de Domingo García (Cuenca), es uno de los grandes tesoros arqueológicos de todo el occidente del Mediterráneo, una muestra de la ostentación de una nueva élite romana con exclusivos mosaicos y esculturas. O sea, puro lujo de una aristocracia de la que todavía no sabemos el nombre por el momento. Y que nos confirman a ABC, desde la Junta de Castilla-La Mancha, que tienen intención de abrir este impresionante lugar al público antes de que acabe el verano.

El enclave está compuesto por restos de inmuebles y se han documentado varias habitaciones de lo que sería parte del edificio suntuario del complejo rural tardorromano (desde finales del siglo III hasta finales del V d.C). En los últimos años hay que destacar los hallazgos del peristilo y un gran salón, de 750 metros cuadrados, que «no tiene parangón» por el momento en el mundo romano, según lo indicó en su día el arqueólogo responsable de las excavaciones, Miguel Ángel Valero.

Así, como pueden ver a través del vídeo en el encabezado, viajamos al siglo IV para descubrir también el mayor mosaico figurativo del mundo. Un mosaico formado por millones de teselas que no deja de sorprender a los arqueólogos que trabajan en este yacimiento. Los 216 vecinos de este pueblo celebran este hallazgo arqueológico que podría ser solo una pequeña parte del yacimiento, se estima que solo se conoce el 5%.

Esta auténtica joya podría suponer un impulso para esta zona de la alcarria conquense, una maravilla del arte romano que empieza a ver la luz después de 17 siglos. Hay que recordar que su descubrimiento fue producto del azar en 1984 durante unas labores de labranza.

La villa tardorromana, según los arqueólogos, perteneció a la élite aristocrática y es un ejercicio de autorepresentación del poder del «dominus», esta clase dirigente, y en donde destaca su mosaico figurativo, como ya hemos comentado, que tiene más de 200 metros cuadrados. Todo el espacio del mosaico está profusamente lleno de figuras, que destacan por su tamaño a escala casi natural y que no están combinadas con otros elementos decorativos, ya que los elementos decorativos vegetales o geométricos forman espacios diferenciados.

En 2011, el Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha acordó declarar Bien de Interés Cultural (BIC) al yacimiento de la villa romana de Noheda por su calidad artística, por la abundancia y profusión de sus figuras y por su iconografía.

sábado, 8 de junio de 2019

National Geographic:Así se vería el Mausoleo de Halicarnaso en la actualidad


Junto con el faro de Alejandría, el Mausoleo de Halicarnaso es una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo que, a pesar de haber desaparecido con el tiempo, fue más duradera, y por ello una de las que mejor se conoce en la actualidad. Sin embargo, tras resistir continuas invasiones, el Mausoleo sucumbió en el siglo XIV, cuando fue derribado con un terremoto.

La actual ciudad de Bodrum, en la costa oeste de Turquía, fue el lugar escogido por el poderoso rey Mausolo para erigir un monumento funerario que albergaría sus restos y los de su esposa y haría perdurar su fama por toda la historia. Fue precisamente su esposa Artemisia –ya viuda– la responsable de llevar a cabo el proyecto, unas obras que transformarían en una realidad los arquitectos Sátiro y Piteo. Tras 20 años de trabajos, el Mausoleo se terminó en el 350 a.C.

La ubicación para esta suntuosa construcción fue la colina más alta de la ciudad de Halicarnaso. Así, sobre una base cuadrada se erigió un segundo nivel decorado con esculturas de dioses y rematado con un friso cuyos relieves remiten a la Centauromaquia y la Amazonomaquia griegas. Coronando el techo del edificio, se colocó una cuadriga conducida por Mausolo y Artemisia.

Desde NeoMam Studios y Budget Direct presentado varias reconstrucciones digitales, en este caso de cómo sería el Mausoleo de Halicarnaso si hubiera mantenido en pie hasta nuestros días

viernes, 7 de junio de 2019

ABC:La verdadera batalla en la que los feroces espartanos aplastaron a los persas tras el desastre de Termópilas


Cuando Leónidas, uno de los dos reyes de Esparta en ese momento (se trataba de una monarquía dual hereditaria), presentó batalla a las tropas persas de Jerjes en el desfiladero de las Termópilas nolo hizo pensando que su sacrificio sería un ejemplo para el resto de Grecia o porque no tuviera otras opciones. Sus 300 espartanos, acompañados de sus esclavos ilotas, y de más de 5.000 aliados, frenaron durante tres días a 80.000 soldados persas en lo que fue un plan meditado y consensuado por la Liga Helénica. Caer tan pronto se consideró, como comentan los los propios helenos en sus textos, un fracaso y una derrota demasiado rápida e inesperada.

Algo parecido ocurrió con la batalla naval de Artemisio, donde la resistencia griega contra los persas apenas duró tres días, aunque en este caso los bajeles de Jerjes perdieron cientos de barcos. El poeta tebano Píndaro comentó que en Artemisio fue «donde los hijos de Atenas colocaron la primera piedra de la libertad» y no con el sacrificio de los 300. Ambos sucesos, en cualquier caso, fueron reveses que dejaron a los persas más cerca de conquistar Grecia.

Al día siguiente de las Termópilas, la Grecia central quedó a merced de los persas. El plan de la Liga Helénica había fracasado casi antes de empezar, por lo que los helenos procedieron a evacuar Ática y Beocia, que fueron arrasadas. Un ejército griego se concentró en el istmo de Corinto bajo el mando del hermano de Leónidas, Cleómbroto, y empezaron a construir un muro fortificado para contener al enemigo en su avance. El fracaso de Leónidas obligaba a asumir decisiones drásticas y a mirar al mar como única esperanza.

Allí, la flota de Artemisia se apostó en Salamina, donde tendría lugar el primer encuentro decisivo de la guerra. La derrota naval en Salamina (en el año 480 a. C.), sobre todo propiciada por los atenienses, supuso el principio del fin de la invasión persa. Jerjes se tuvo que retirar hacia Asia junto con gran parte de su ejército, pero dejó a su general Mardonio, importante noble de su corte, y a sus mejores tropas para intentar completar la conquista de Grecia. Entre ellos, los inmortales, cuya ventaja era que todos eran persas y gozaban de una posición estable en el aparato imperial, si bien estaban peor equipados y entrenados que sus equivalentes griegos.

En la encrucijada de Mardonio es donde comenzó, y no antes, la auténtica venganza espartana por lo ocurrido en las Termópilas.


La batalla de Platea

Las festividades religiosas impidieron que otros griegos se unieran a Leónidas en su estrategia de las Termópilas. La celebración del festival dórico de las Carneas, que tenían lugar tras el solsticio de verano, impedía a los hoplitas acudir a la guerra en esas fechas. Asimismo, los Juegos Olímpicos Panhelénicos, que se celebraban cada cuatro años al final del verano, también entorpecieron los intentos de la Liga Helénica de reunir un número mayor de efectivos. La competición atlética tenía un componente religioso que dejaba en segundo plano las operaciones militares. Incluso cuando los persas incendiaron Atenas, los juegos seguían celebrándose en Olimpia como si nada.

Una vez pasadas estas fechas, los espartanos y otras ciudades sí estaban en disposición de presentar batalla al general Mardonio con algo más que 300 efectivos, pero como era habitual en esta región del mundo las desavenencias entre los propios griegos permitieron al Imperio persa coger aire de nuevo. Tras la batalla de Salamina, Mardonio y su ejército persa volvieron a capturar Atenas y luego se desplazaron impunemente por la región de Tesalia, donde pasaron el invierno. Consciente de las fracturas crecientes entre los aliados griegos, Mardonio intentó ganarse el apoyo de Atenas usando, sin éxito, como mediador al Rey Alejandro I de Macedonia.

Bajo liderazgo espartano, los helenos estaban convencidos de que una victoria terrestre podía, al fin, expulsar a los asiáticos al otro lado del mar. Mardonio trató de evitar el choque con un repliegue hacia el norte. En la llanura de Platea, en la ribera del río Asopo, ordenó la construcción de una empalizada, donde acampó a sus 70.000 hombres (Heródoto habla de 300.000, lo que parece exagerado), y dio órdenes a su caballería para que atrajera a los aliados hacia la llanura a modo de emboscada. No en vano, el general persa no contaba con que el ejército aliado de aquel día iba a ser el más numeroso reunido jamás en un campo de batalla griego.

Se estima que la Liga Helénica logró congregar a cerca de 40.000 hombres, que estaba dividido por contingentes y obedecían a su propio líder militar. Los atenienses, dirigidos por Arístides, estratego y arconte de Atenas, enviaron a unos 8.000 de estos hombres, mientras que Esparta destinó a Platea a 5.000 hombres a las órdenes de Pausanias, Rey regente de Esparta, a lo que se sumarían también los ilotas al servicio de cada uno. Este mismo personaje era el general en jefe de todas las fuerzas terrestres. El resto de hoplitas que participaron en la batalla provenían de una veintena de ciudades, como la propia Platea, Corinto, Megara, Sición, Tegea, Epidauro, Arcadia.

Los hoplitas eran ciudadanos propietarios de pequeños terrenos agrícolas que, de cara a defender su ciudad, se compraban su propia armadura (grebas de bronce, yelmo, un escudo cóncavo, coraza, jabalina de punta doble y una espada como arma secundaria) y acudían al frente. Su formación en falange permitía que la unión de todos ellos fuera una perfecta arma para la guerra: las apretadas filas establecían un muro de escudos altos y las lanzas salientes de las tres primeras filas los hacían imbatibles frente a la caballería enemiga. El código agrario desaconsejaba las gestas individuales fuera de las filas de la falange y las unidades de arqueros no eran habituales.

A diferencia del resto de hoplitas, los espartanos eran soldados profesionales a tiempo parcial en su ciudad estado, cuyo territorio se beneficiaba del aislamiento que le daban las montañas. Recibía desde su niñez un entrenamiento extremo, que rozaba por momentos la crueldad. En ningún otro punto de Grecia se podían permitir un nivel de profesional tan alto en la milicia. Herodoto los describía como maestros del pasado en el arte de la guerra, mientras que otro autor clásico, Jenofonte, los admiraba como los «únicos y verdaderos artistas en materia de guerra».


El choque de Occidente y Oriente

A la vista de los persas, Pausanias detuvo a sus huestes en las laderas del monte Citerón. Tras una serie de escaramuzas iniciales favorables a los griegos, Pausanias desplazó el ejército griego a la llanura de Platea. Separados únicamente por el río Asopo, Mardonio usó a la caballería persa para atraer a los hoplitas a su particular trampa. Y, sí, la lluvia de jabalinas causó estragos a las tropas griegas, pero lentamentes estos fueron cercando a los persas hacia donde Pausanias había calculado.

Amparando por la noche, al comandante persa no le quedó más remedio que retirarse hacia unas colinas próximas. Sin embargo, antes de haber alcanzado su objetivo los persas entraron en un ataque directo con los helenos, que en sus acometidas consiguieron derribar el muro de escudos spara de las tropas persas. Se valieron para ello de la superioridad tecnológica de las lanzas helenas, más largas que las persas, y de la disciplina y técnica sin igual de los hoplitas. Como explica el historiador Victor Davis Hanson en su capítulo del libro «Historia de la guerra» (Akal), la disciplina espartana y el poder de «la lanza de los dorios», que, en palabras del tragediógrafo Esquilo, «derramó sangre en un sacrificio sin medida», respaldados por el entusiasmo ateniense y la simple masa de la infantería griega, quebraron el ejército persa y masacraron luego a los supervivientes en su huida.

Ante el derrumbe de los arqueros y la infantería, el propio Mardonio y una fuerza de 1.000 inmortales se lanzaron a un ataque desesperado para frenar el avance griego. No en vano, la inesperada muerte de Mardonio, a causa del impacto en la cabeza de una piedra que lo tiró del caballo, desmoralizó al ejército persa y lo cundió en una huida sin control por la llanura. Como es habitual en este tipo de batallas de la antigüedad, la persecución derivó en una gran matanza. Solo una parte del ejército de Jerjes pudo reorganizar sus filas. Se estima que cerca de la mitad consiguió volver a los territorios del imperio persa para no volver a pisar suelo griego.

La batalla de Platea supuso el punto final a la Segunda Guerra Médica, así como el final de la serie histórica de invasiones asiáticas a la Grecia continental. Sobre el principio del fin del todopoderoso imperio persa, nació el contraataque griego que, un siglo después, culminó con el Imperio asiático edificado por Alejandro Magno. A partir de la Guerra del Peloponeso, empezaron a surgir soldados profesionales, primer paso para que los hoplitas se convirtieran en la fuerza mercenaria más demandada incluso en puntos remotos de Asia, como así narró Jenofonte con maestría en la épica de los 10.000.

En este sentido, como señala Carlos Varias en su introducción a la edición de «Anábasis» hecha por Cátedra Letras Universales, «el reclutamiento de tantos mercenarios griegos constituye el principio de una nueva época en la historia militar de la Antigüedad: el de los ejércitos profesionales».

jueves, 6 de junio de 2019

Un vecino de La Unión encuentra una escultura humana de la época romana


Pequeña de tamaño, pero de enorme importancia para el futuro de la arqueología en La Unión. Es la primera escultura romana de representación humana que se encuentra en el municipio y, su artífice, es un vecino del pueblo, Santiago Valverde. En un gesto honroso por donde se mire, la va a entregar en los próximos días a las autoridades municipales. Como descubridor, Valverde se ha permitido bautizarla ya, cariñosamente, como 'Carmen'.

Su hallazgo marca un antes y un después en las excavaciones arqueológicas que se han llevado a cabo en el municipio a lo largo de los siglos XX y XXI, provechosas, pero siempre a la sombra de los deslumbrantes descubrimientos de la vecina Cartagena.

Valverde, al que apasiona el patrimonio natural y minero de La Unión -y recorrer hasta el último recoveco de la Sierra Minera- ya ha compartido sus primeras impresiones con varios expertos, los profesores de la Universidad de Murcia, Juan Antonio Antolinos, Alicia Fernández y Javier García del Toro. La conclusión provisional es que se trata de la imagen de una divinidad familiar que formaba parte de un altar o de un conjunto ornamental de alguna vivienda de la zona.

Por lo pronto, la pieza arqueológica se va a entregar en los próximos días al Museo Arqueológico municipal, que se encuentra en Portmán «para que se pueda profundizar en su estudio y datarla». Eso sí, el unionense ha pedido al ayuntamiento que cumpla «dos demandas» de los amantes de la arqueología local: «el nombramiento de un responsable del museo, que lleva años descabezado desde el fallecimiento de Mariano Muelas, y la financiación suficiente de campañas arqueológicas para sacar a relucir más hallazgos de lo que fue la vida cotidiana de nuestros antepasados unionenses». Y más que una demanda, una exigencia: «que no se la lleven de La Unión».

«Evitar expolios»

Santiago Valverde halló la pieza arqueológica en un paraje del municipio que no quiere dar a conocer, de acuerdo con las indicaciones de los arqueólogos. «No», explica, «porque probablemente atraeremos a desaprensivos que vendrán a expoliar todo lo que puedan en la zona». El unionense encontró la escultura en la orilla de un camino, bajo unas plantas, «lo que da a entender que podía llevar poco tiempo allí tras ser desenterrada por causas fortuitas». Su aparición en la superficie podría ser reciente y, probablemente, se deba a escorrentías de las lluvias o al paso de ganado ovino en los alrededores.

El vecino unionense pidió la colaboración de autoridades y ciudadanos en general para «preservar el anonimato» de este lugar hasta que puedan establecerse «medidas de seguridad que eviten su saqueo». Valverde explicó que el paraje fue explorado arqueológicamente «hace muchos años, pero sin resultados tan notorios como éste». El hallazgo de 'Carmen' abre otro escenario completamente distinto, ya que podría desvelar el asentamiento más poblado y rico de la Antigua Roma en La Unión.
«Haremos todo lo posible»

Desde el Ayuntamiento, el Alcalde, Pedro López Milán, alabó «la generosidad» de Santiago Valverde y aseguró que hará «todo lo posible» por que 'Carmen' se quede en La Unión y «haya más dinero para excavaciones en el municipio».

En La Unión, el yacimiento arqueológico más conocido y explorado hasta la fecha es el de la Villa del El Paturro, en el noreste de Portmán. Sin embargo, que nadie se acerque para encontrar piezas tan valiosas como 'Carmen' porque no es el lugar donde se ha localizado a la pequeña divinidad.

El Paturro era uno de los pueblos rurales y pesqueros al este de Cartago Nova en el siglo I d.C. Allí se elaboró el famoso salazón 'garum'. El fondeadero del Portus Magnus (Portmán) permitía una fácil salida al mar para exportarlo. Allí han aparecido fragmentos de esculturas, pinturas murales, pavimentos de mosaicos, termas y de las balsas del 'garum'.

miércoles, 5 de junio de 2019

ABC:Sale a subasta un excepcional busto de Tutankamón de hace 3.000 años


Se espera que una escultura de hace 3.000 años de Tutankamón, el faraón más famoso del Antiguo Egipto, supere los cuatro millones de euros en la subasta que se llevará a cabo el próximo mes de julio en la sede londinense de Christie's.

A juicio del Financial Times, la enorme cuantía del precio se explica por la excepcionalidad que supone que una estatuta del faraón niño salga al mercado, ya que la mayoría se encuentran en museos.

Además de la escasez de piezas similares, las casas de subastas se enfrentan cada vez más a menudo a demandas de repatriación cuando salen a la venta. La misma Christie's tuvo problemas el año pasado cuando vendió un relieve asirio del palacio real de Nimrud por 31 millones de dólares. En su día el ministerio de Cultura de Irak había denunciado la venta, solicitando su repatriación, pero la casa negó que existiera base legal alguna para llevarlo a cabo.

Egipto, por su parte, ha endurecido recientemente su legislación con respecto al comercio ilegal de antigüedades. Además, está prohibido la exportación de piezas desde 1983 y ha regulado la venta de su patrimonio cultural desde 1835.

Templo de Karnak

Es la primera vez que este busto, perteneciente a la Colección Resandro -una de las más reputadas en arte egipcio-, sale al mercado desde 1985. Los expertos de la Christie's creen que estuvo en el Templo de Karnak, donde se han encontrado otras piezas dedicadas al faraón niño. Se trata de la cabeza de una estatua del dios Amón (deidad egipcia del sol y el aire» y es «una destacada representación del legendario rey Tutankamón como el dios Amón», ha afirmado Laetitia Delaloye, especialista en antigüedades de Christie's.

La cabeza es «reconocible por la cara magníficamente modelada -ha continuado esta especialista- que muestra ojos, cejas y labios sensuales, tallados con sensibilidad, un estilo heredado del importante Período de Amarna».

Las piezas de esta etapa, que duró veinte años y precedió al reinado de Tutankamón, son muy apreciadas, ya que se produjo una revolución religiosa y artística en la que los escultores de la corte rechazaron los motivos estandarizados para capturar rasgos individuales de una manera mucho más realista.

Tutankamón subió al trono cuando apenas contaba con 9 años y solo estuvo en él hasta los 18, cuando moría en 1323 a. C. El faraón es tan famoso, no porque fuera un gran rey, sino porque su tumba está entre las mejor conservadas.

El egiptólogo Howard Carter la descubría intacta en 1922. Junto a la momia, en una cámara insólitamente pequeña para alguien de su rango, se encontraron 5.398 objetos, incluyendo un majestuoso ataúd de oro, una impresionante máscara mortuoria dorada, tronos, arcos, trompetas, cofres, joyas, vino, comida, sandalias, ropa interior de lino y una daga hecha de hierro de meteorito.