miércoles, 30 de enero de 2019

ABC:El director del Museo Británico asegura que llevarse los mármoles del Partenón fue un «acto creativo»


Los mármoles de Elgin siguen causando revuelo internacional. Las piezas, que formaban parte del Partenón, llegaron a Gran Bretaña entre 1801 y 1805 de manos de Thomas Bruce, conde de Elgin y, desde 1939, se exponen en el Museo Británico de Londres. Grecia ha abanderado numerosas campañas para repatriar las piezas, pero siempre han sido infructuosas.

Ahora el director del Museo Británico, Hartwig Fischer, ha vuelto a reavivar la polémica. El periódico griego Ta Nea realizaba una entrevista al directivo en la que descartaba devolver las esculturas de 2.500 años de antigüedad. Pero Fischer fue más allá al afirmar que los mármoles de Elgin fueron retirados del país heleno en lo que podría denominarse un «acto creativo».

Frente al argumento esgrimido por el diario de que, en lugar de como un retorno, debería verse más como una reagrupación, el director del Británico contestaba que el Museo ofrecía otra perspectiva para actuar con las piezas: «plantea otras cuestiones porque los mármoles se encuentran en un nuevo contexto».

Y Fischer añadía: «Deberíamos considerarlo como una oportunidad. Se puede estar triste por el hecho de que el entorno original ha desaparecido. Cuando trasladas a un museo patrimonio cultural, lo llevas fuera. Sin embargo, este cambio también es un acto creativo».

Es más, de acuerdo con las palabras del director del Museo, de las que también se ha hecho eco el periódico The Guardian, lo mismo puede decirse del Museo de la Acrópolis creado en Atenas. «Nada de lo que puede admirarse en el Museo de la Acrópolis fue creado por el Museo de la Acrópolis. Se encuentran cerca del entorno original, pero en el fondo se han trasladado de allí y se han transformado a través de este acto».

Las reacciones no se hicieron esperar. George Vardas, secretario de la Asociación Internacional para la Reunificación de Esculturas del Partenón, tuiteó: «En serio, ¿qué tiene de creativo la destrucción de un templo y el saqueo de las claves de la historia antigua de una nación?

A lo largo de la entrevista, Fischer rechaza también la idea de que Grecia fuera la legítima propietaria de los mármoles: «Los objetos de la colección del Museo Británico son propiedad de los comisarios». Y matiza que solo se plantearía un préstamo al país heleno en caso de que éste reconociera la legítima propiedad del Museo Británico.

A través de un comunicado, el ministro de Cultura griego, Myrsini Zorba, también condenaba las palabras del «legítimo propietario» Fischer y le acusaba de tener una «estrecha y cínica mentalidad directiva». «Es lamentable escuchar esto del director del Museo Británico y conocido historiador de arte. Sus comentarios degradan el patrimonio cultural desde un valor universal inestimable a un mera intercambio comercial».

La ley británica impide que el Museo Británico devuelva las piezas, aunque el líder laborista, Jeremy Corbyn, ha dicho que las repatriaría si su partido fuera elegido. Un portavoz del Museo Británico ha afirmado a The Guardian: «Hartwig Fischer estaba expresando la posición que el Museo Británico ha defendido siempre. Creemos que hay un gran beneficio público al poder ver estos objetos maravillosos en el contexto de una colección mundial. El museo realiza muchos préstamos en todo el mundo y algunos de ellos son a largo plazo, pero no indefinidos».

martes, 29 de enero de 2019

ABC:Las obras en El Torbiscal descubren una necrópolis romana con más de treinta enterramientos en Utrera


Las obras que se están llevando a cabo en el cruce de la carretera Nacional IV con la A-471 –a la altura del poblado de El Torbiscal- han deparado una importante noticia para los amantes de la historia, ya que han dejado al descubierto una necrópolis de origen romano con más de treinta enterramientos, conservada en unas magníficas condiciones. En los últimos días el trabajo de los arqueólogos ha sido frenético en toda la zona, ya que con el objetivo de evitar los temidos saqueos que suelen sufrir estos hallazgos, los cuerpos ya han sido retirados y han pasado a la custodia de los diferentes organismos competentes en la materia de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, donde van a ser sometidos a un exhaustivo análisis.

«Los primeros análisis realizados inducen a pensar que los cuerpos encontrados en esta importante necrópolis corresponden al siglo I d.C», ha indicado Javier Mena, técnico de Cultura del Ayuntamiento de Utrera. «Los cuerpos estaban enterrados casi en la superficie, y al haber aparecido en una ubicación muy cercana a la carretera, el paso de los años apenas ha tenido efectos sobre ellos, se han conservado muy bien, ya que no han sido tierras utilizadas para el laboreo», precisaba Mena.

El área donde han aparecido estos restos ya estaba protegida por la carta arqueológica de Utrera, que la señala como una zona de especial interés y que cuenta con una apasionante historia desde hace muchos siglos. Aunque en la actualidad se trate de un enclave deshabitado, se ha tratado históricamente de un lugar con una tierra especialmente rica, donde se cultivaban los géneros de la famosa triada mediterránea, compuesta por pan, aceite y vino, que eran trasportados mediante rutas terrestres, como la vía augusta, o el propio río Guadalquivir en la marisma, para ser embarcados en los puertos gaditanos con destino a Roma.

«Es un lugar que tiene un pasado romano incuestionable, donde se ubicaban numerosas villae –nuestros actuales cortijos- donde vivían agricultores que cultivaban la tierra de las explotaciones agrícolas que se encontraban en la zona», comenta el historiador palaciego Julio Mayo.

Enclave estratégico

El actual enclave El Torbiscal se halla entre los términos jurisdiccionales de tres municipios romanos, a la sazón Siarum y Salpensa –que se encontraban en el actual término municipal de Utrera- y Cumbaria, identificada en la actual Las Cabezas de San Juan y que ya fueron reseñados por el historiador romano Plinio. A todo ello hay que unir la cercanía del lugar en el que han aparecido los restos con el puente romano de Las Alcantarillas, que cuenta con una inscripción que lo vincula a Roma y que pudo levantarse en el siglo I a.C. Un puente que servía para salvar el arroyo Salado, que proveía de recursos hídricos a toda la zona y que formaba parte de la Vía Augusta en el tramo que unía Híspalis (Sevilla) con Gades (Cádiz).

«El principal valor de toda la zona en la época romana era principalmente su riqueza agropecuaria, y el poblado de El Torbiscal se encuentra en un enclave estratégico, donde se cultivaban recursos naturales para ser desplazados mediante la ruta terrestre hacia los puertos gaditanos, desde donde ya se enviaban hacia cualquier lugar de los territorios que dominaba Roma», explica Julio Mayo.

lunes, 28 de enero de 2019

National Geographic:Finalizan los trabajos de investigación y conservación en la tumba de Tutankamón


Desde su descubrimiento, la tumba de Tutankamón suscitó un entusiasmo mediático que continúa a día de hoy. Sin embargo, la afluencia de turistas desde hace décadas ha ocasionado el deterioro de sus pinturas murales: la humedad y el dióxido de carbono generados por los visitantes propician el desarrollo microbiológico y pueden dañar las pinturas murales cuando fluctúa la cantidad de vapor de agua en el aire. "Se creía que podían estar creciendo manchas marrones, proliferaciones microbiológicas en las pinturas murales de la cámara funeraria", destaca en una nota de prensa el Instituto de Conservación Getty (GCI), ubicado en Los Ángeles, que anunció ayer la finalización de los trabajos de investigación y conservación en la tumba de Tutankamón, después de casi una década. El proyecto, una colaboración entre el GCI y el Ministerio de Antigüedades de Egipto, "es importante para el futuro y el patrimonio de una gran civilización que debe vivir para siempre", expresa Zahi Hawass, el célebre egiptólogo, quien también inició el proyecto con el GCI.

Las pinturas murales de la tumba de Tutankamón también han sufrido daños directos: arañazos y abrasión y otros daños accidentales causados probablemente por los equipos de filmación en los espacios reducidos de la cámara. Por otro lado, el polvo traído en los zapatos y la ropa de los visitantes ha creado un manto gris en las superficies irregulares de los muros que, entre otras cosas, oscureció el brillo de las pinturas. Dicho proyecto ha conllevado "el estudio más exhaustivo del estado de la tumba desde los tiempos de Carter", señala el GCI. Además de la conservación de las pinturas murales, el GCI ha mejorado las infraestructuras de la tumba: pasarelas, plataforma de observación, rotulación, iluminación y un sistema de ventilación y filtración para mitigar la humedad, el dióxido de carbono y el polvo. La tumba de Tutankamón se encuentra actualmente abierta al público.

viernes, 25 de enero de 2019

ABC:¿Murió Alejandro Magno a causa de un trastorno neurológico?


La enigmática causa de la repentina muerte deAlejandro Magno hace 2.300 años, en su cénit como gobernante de uno de los mayores imperios de la historia, ha recibido una nueva explicación clínica. Katherine Hall, profesora de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, ha reunido pruebas de que el rey macedonio no murió envenenado o por alcoholismo, como han afirmado otros. En cambio, argumenta que perdió la vida como resultado del trastorno neurológico del Síndrome de Guillain-Barré (SGB), informa Ep.

En un artículo publicado en «The Ancient History Bulletin», la investigadora dice que las teorías anteriores sobre su muerte en el año 323 a.C. no fueron satisfactorias. «Nadie ha proporcionado una respuesta global que ofrezca una explicación plausible y factible: el cuerpo de Alejandro no mostró signos de descomposición durante los seis días posteriores a su muerte. Los antiguos griegos pensaron que esto probaba que su rey era un dios; este artículo es el primero en proporcionar una respuesta del mundo real», dice Hall en un comunicado.

Junto con la demora en la descomposición del cuerpo, se dijo que el joven, de 32 años, había desarrollado fiebre, dolor abdominal una parálisis progresiva, simétrica, ascendente y permaneció en su sano juicio hasta poco antes de su muerte. Hall cree que un diagnóstico de GBS, contraído por una infección por «Campylobacter pylori» (común en ese momento y una causa frecuente de SGB), resiste la prueba del rigor académico, tanto desde la perspectiva clásica como desde la médica.

La mayoría de los argumentos en torno a la causa de la muerte de Alejandro se centran en su fiebre y dolor abdominal. Sin embargo, Hall dice que la descripción de lo que le queda de mente sana apenas recibe atención. Ella cree que Alejandro Magno contrajo una variante de neuropatía axonal motora aguda de GBS que produjo parálisis pero sin confusión ni inconsciencia.

Estas dificultades, junto con el tipo de parálisis de su cuerpo (más comúnmente causada por el SGB) y la disminución de la demanda de oxígeno, reducirían la visibilidad de su respiración. Un posible fallo de la autorregulación de la temperatura de su cuerpo, y sus pupilas fijas y dilatadas, también apuntan a que la preservación de su cuerpo no se produce debido a un milagro, sino porque aún no estaba muerto. «Quería estimular un nuevo debate y discusión y posiblemente reescribir los libros de Historia argumentando que la muerte real de Alejandro fue seis días más tarde de lo que se aceptó anteriormente. Su muerte puede ser el caso más famoso de pseudotanatos, o un falso diagnóstico de muerte, jamás registrado».

jueves, 24 de enero de 2019

El hallazgo arqueológico que confirmó una historia de la Biblia


Un pequeño sello de arcilla del tamaño de un botón desató una revolución entre los arqueólogos. Fue hallado en Jerusalén y su importancia histórica tiene conmovidos a todos los especialistas en la materia. Es que tiene un grabado que confirma la existencia de la figura del Gobernador de una ciudad que es mencionado en distintas ocasiones en la Biblia.

La diminuta pieza fue encontrada durante las excavaciones en la plaza del Muro de los Lamentos, en Jerusalén. Según la Autoridad de Antigüedades de Israel, se descubrió que este sello de arcilla tiene unos 2.700 años de antigüedad y pertenece al período del Primer Templo. 

En su impresión, el sello de arcilla que fue encontrado entre los restos de un edificio del siglo VII o VI a.C., muestra a dos individuos enfrentados, cuyas cabezas carecen de detalles, vistiendo unas prendas a rayas que llegan hasta las rodillas. Bajo las dos líneas de la parte inferior aparece la inscripción que impresionó a todos. Está redactada en hebreo antiguo y señala: "Perteneciente al gobernador de la ciudad".

Los profesores Tallay Ornan, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, y Benjamin Sass, de la Universidad de Tel Aviv, explicaron que dicho título "es conocido por la Biblia y por documentos extrabíblicos y hace referencia a un oficial designado por el rey".

Según explicó la arqueóloga Shlomit Weksler Bdolah, que participó en las excavaciones de la Autoridad de Antigüedades de Israel en la zona vieja de la ciudad, el "gobernador de la ciudad", era un puesto de importancia política prominente y similar a las funciones de un intendente. Aparece registrado en la Biblia, pero hasta el momento no se había encontrado una prueba material de que efectivamente haya habido un gobernador de la ciudad 

¿Para qué se usaba este sello? La arqueóloga describió que "formaba parte de un importante transporte y era una especie de logotipo o un pequeño souvenir enviado en nombre del gobernador de la ciudad". La investigadora sugirió que "probablemente uno de los edificios de nuestras excavaciones era el destino de este transporte enviado por el gobernador de la ciudad".

Los arqueólogos creen que la zona de las excavaciones, situada en las laderas occidentales de la colina occidental de la antigua Jerusalén, a unos 100 metros al oeste del Monte del Templo, estuvo habitada por funcionarios de alto rango durante el período del Primer Templo. El sello, según destaca Weksler-Bdolah, "respalda la interpretación bíblica sobre la existencia de un gobernador en la ciudad de Jerusalén hace 2.700 años".

miércoles, 23 de enero de 2019

Salamanca redescubre su muralla más antigua después de más de 2.000 años oculta


La ciudad de Salamanca contará con una nueva ruta arqueológica, que se sumará a proyectos turísticos como Ieronimus, Scala Coeli o visitas a otros espacios monumentales que reciben cada día cientos de visitantes. Esa ruta arqueológica incluirá el pozo de las nieves, el cerro de San Vicente, los tramos descubiertos de la muralla y el botánico.

Según ha explicado el alcalde, Carlos García Carbayo, la intención es impulsar este nuevo reclamo centrado en la arqueología y en los primeros asentamientos que tuvieron lugar en la ciudad como el Cerro de San Vicente, el actual solar del Botánico, el Pozo de las Nieves y el nuevo Centro de Interpretación de los Recintos Fortificados Históricos, en la Cuesta de Carvajal.

Tramos de la muralla vieja

Este último espacio, en la cuesta de Carvajal, abrirá sus puertas gratuitamente al público este fin de semana, después de meses de intervención para poner en valor la muralla prerromana que hay en su interior y para ofrecer una mirada conjunta a los cuatro tipos de lienzos fortificados con los que cuenta la ciudad. Salamanca conserva tramos de murallas que corresponden con distintos episodios de la historia, desde los lienzos defensivos de tiempos prerromanos, del siglo VII a.C, hasta fortificaciones medievales del siglo XIII.

Este nuevo espacio tiene un valor histórico "excepcional" por ser uno de los escasos restos conservados de la antigua muralla del castro prerromano que data del último tercio del siglo IV a.C. Este tramo de la Cerca Vieja, que ha permanecido oculto desde hace 24 siglos según los expertos, se ha recuperado tras su descubrimiento con otra importante actuación, como es la creación en el mismo local de un centro de interpretación de los recintos fortificados históricos de la ciudad y también de la provincia.

Este centro de interpretación cuenta con audiovisuales y cartelería explicativa, para dar a conocer los distintos sistemas defensivos de la ciudad a través de diversas épocas: la cerca defensiva del Cerro de San Vicente, de la primera Edad de Hierro, siglo VII a. C; la muralla castreña de la segunda Edad de Hierro, siglo IV a. C, tramo que se ha rehabilitado, visitable en el mismo local; la cerca vieja, muy posiblemente de origen tardorromano, apreciable en la Torre del Marqués de Villena, en el paseo Rector Esperabé o en la Vaguada de la Palma; y la cerca nueva, del siglo XIII (Pozo de la Nieve, Paseo de San Vicente, Trasera del Arzobispo Fonseca, tramo perpendicular a la muralla romana en la Puerta de San Pablo).

La superficie del espacio accesible de visita será de casi 177 metros cuadrados, de la que 67 metros cuadrados corresponderán a la superficie útil del 'aula-hall' del centro de interpretación, y unos 116 metros cuadrados de pasillo de recorrido y acceso adyacente al tramo longitudinal de restos arqueológicos de la muralla castreña.

Las personas interesadas podrán visitar este centro de forma gratuita desde este viernes. El horario es de 17.00 a 20.00 horas, y los sábados y domingos, 10.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas. 

Respecto al Pozo de las Nieves ha sido recientemente remodelado y acondicionado, y el Cerro de San Vicente contará "próximamente" con nuevas actuaciones de mejora. En cuanto al solar del Botánico, que se rehabilitará, es propiedad de la Universidad de Salamanca pero durante los próximos 25 años estará en manos del Ayuntamiento, tal y como contempla el convenio de cesión.

lunes, 21 de enero de 2019

Restos humanos en las catas en el solar del antiguo Simago (Jaén)


Los profesionales que participan en las catas arqueológicas que se llevan a cabo en el solar del antiguo Simago, en la calle San Clemente, han localizado varios enterramientos humanos  en esos trabajos. Unos restos que, a juicio del arqueólogo Vicente Barba, es una constatación de que los antiguos pobladores de Jaén de la época romana se enterraron en esta zona, a extramuros de la ciudad. Una necrópolis que en épocas posteriores quedó cubierta de tierra y se edificó sobre ella. De momento, los restos humanos descubiertos corresponden a varios enterramientos adultos e infantiles.

Las catas arqueológicas tienen que ver con las obras en el subsuelo que conecta la calle San Clemente con la plaza de la Constitución y es el paso previo a la ampliación del aparcamiento (hasta tres plantas) de esa céntrica plaza para dar servicio a las futuras viviendas y locales comerciales que se  levantarán en una fase posterior en el solar del antiguo Simago, y que lleva más de una década infrautilizado. Precisamente, las obras de ampliación de este aparcamiento, a la altura de Roldán y Marín, tienen previsto acelerarse esta semana, una vez concluida la Navidad, San Antón y también los primeros días del periodo de rebajas, tal y como informó en su día el alcalde jienense, Javier Márquez.

sábado, 19 de enero de 2019

National Geographic:Los romanos se van de vacaciones


Los romanos de la Antigüedad viajaban por múltiples motivos: comerciales, profesionales, familiares y personales, religiosos, intelectuales, militares... Pero no eran pocos los que lo hacían también por placer, esto es, para hacer turismo. No sería exagerado sostener que en la ciudad del Tíber se pueden rastrear los orígenes de una costumbre que millones de personas practican actualmente cuando consiguen reunir unos cuantos días libres. De hecho, la palabra turismo tiene una raíz latina: procede del verbo tornare, "volver" o "hacer girar", lo que implica un viaje de ida y vuelta, tal y como entendemos hoy nuestras andanzas estivales.

Los nobles romanos distinguían perfectamente entre el negotium, cuando se encontraban atareados en sus quehaceres diarios, y el otium, el período de descanso. Entonces llegaba el momento de alejarse del caos urbano en una villa marítima, de las que abundaban, sin ir más lejos, a los pies del Vesubio, o de conocer las atracciones monumentales de las provincias orientales, especialmente si hablamos de oficiales y administradores empleados en esas regiones.

Ganas de conocer mundo

Los romanos no fueron inmunes al irresistible encanto de conocer mundo. No es casual que en los siglos II y III d.C. se popularizaran las novelas de aventuras exóticas (Las aventuras de Leucipa y Clitofonte, Las efesíacas, Las etiópicas...), que ponían al lector en la piel de jóvenes parejas de enamorados que conseguían reunirse tras pasar por innumerables peripecias entre tribus etíopes, piratas griegos y déspotas orientales. Aquiles Tacio, Jenofonte de Éfeso y Heliodoro de Emesa son los nombres de algunos de estos Salgari y Julio Verne del pasado clásico que trasladaban a su público a lugares remotos sin tener que moverse de casa.

Los bibliófilos de mayor cultura, sin embargo, podían optar por hojear los volúmenes de las periegeses, las narraciones descriptivas de los más célebres monumentos del pasado –tanto arquitectónicos como escultóricos–, sobre todo de Grecia, pero también de Asia Menor o del sur de Italia y Sicilia. Comparadas a menudo con las guías de viaje actuales, lo justo sería definir las periegeses como tratados artístico-históricos concebidos básicamente para informar sobre los ritos específicos que se practicaban en cada lugar, por lo que describían los principales complejos religiosos (los santuarios), así como sus fiestas y tradiciones.

Plinio el Viejo, tan conocido por su obra Historia natural como por su fallecimiento durante la erupción del Vesubio del año 79 d.C., atribuía a sus coetáneos la lectura de este tipo de escritos, en especial cuando versaban sobre Egipto, Grecia y Asia.

A Séneca, por su parte, le parecía interesante salir de la propia ciudad, pues eso procuraba el encuentro con gentes diferentes y espectáculos naturales desconocidos, entre los que hacía hincapié en los ríos –los accidentes fluviales, a menudo divinizados, nunca dejaron de fascinar a los antiguos–, citando el Tigris, el Nilo y el Meandro (el río Menderes, en Turquía). Es decir, son los mismos autores grecorromanos quienes nos informan de los grandes destinos turísticos y de los atractivos que presentaban el patrimonio artístico y la Naturaleza de estos lugares.


Rutas por Grecia

El patrimonio intelectual de determinadas regiones constituía un aliciente particular para los viajeros. La Hélade y las provincias asiáticas estaban repletas de recuerdos de los poemas homéricos, con los que los romanos se identificaban a través de su héroe Eneas: en Pilos se veneraba el sepulcro de Néstor; en Atenas, la tumba de Edipo; Orestes reposaba en Esparta, y Agamenón e Ifigenia yacían en Micenas. En Troya se adivinaban aún las huellas del campamento de los sitiadores aqueos o del altar de Zeus, donde el rey troyano Príamo había perdido la vida a manos de Neoptólemo, hijo de Aquiles. Pero aquel lugar era famoso sobre todo por las supuestas tumbas de los héroes homéricos, como Héctor o el propio Aquiles, que visitaron Julio César y algunos de sus sucesores, entre ellos los emperadores Adriano, Caracalla, Diocleciano y Constantino. Las escapadas a Grecia incluían la visita a poblaciones como Corinto, Epidauro, Delfos, Esparta u Olimpia; destinos atrayentes a causa de los festivales y juegos atléticos que allí se celebraban, eventos que además fijaban el mejor momento para visitarlos. Otras ciudades presentaban importantes atractivos locales: Rodas llamaba la atención por el Coloso, cuya masa broncínea de 33 metros de altura, que representaba al dios Helios, se había desplomado a causa de un terremoto en el año 226 a.C. Los forasteros se entretenían explorando sus enormes miembros fragmentados, convertidos en grutas artificiales, o intentando abarcar con sus brazos el pulgar de la estatua, una tarea imposible en palabras de Plinio el Viejo.
Pasión por Egipto

Una tierra en la que el turista romano se sentía auténticamente maravillado era Egipto. La extrañeza de sus ritos religiosos y de su escritura jeroglífica desconcertaba y fascinaba por igual al visitante; lo mismo puede decirse de sus monumentos, ya fueran las pirámides de Gizeh o las tumbas subterráneas del Valle de los Reyes. En estas últimas todavía puede detectarse el paso de cientos de excursionistas de la Antigüedad gracias a los grafitos –con nombres, fechas, pequeñas biografías, poemas, opiniones...– que grabaron en sus muros. Así, sabemos que un tal Isidoro, natural de Alejandría, estudió Derecho en Atenas; que el centurión Januarius penetró en las criptas junto a su hija Januarina, o que a An- tonio le maravillaba el Valle casi tanto como la ciudad de Roma. Prácticamente la mitad de los grafitos descubiertos se aglutinan en la tumba de Ramsés VI, de la que se dijo que era el sepulcro de Platón, por lo que los filósofos neoplatónicos entraban en ella con el respeto reverencial de quien oraba en un templo. Algunos de los grafitos inscritos en los muros de esta tumba faraónica muestran lo que pensaron del lugar algunos visitantes, como el que dejó escrito "la visité y no me gustó nada, excepto el sarcófago" o el de un abogado llamado Bourichios, al cual le fastidiaba no comprender el significado de los jeroglíficos: "¡No puedo leer este escrito!".

Otro monumento egipcio que atrajo particularmente a los viajeros de la Antigüedad fue la pareja de esculturas sedentes de Amenhotep III que perduraban de su templo funerario, próximo a Luxor. Griegos y romanos enseguida las bautizaron como "Colosos de Memnón", al estimar que una de las estatuas mostraba la figura de Memnón, rey etíope aliado de los troyanos. Por las mañanas, cuando la brisa soplaba a través de las fisuras dejadas por un terremoto, las estatuas emitían un curioso sonido que atraía a gran número de espectadores, que creían escuchar el tañido de una lira, un silbido o un llanto. Numerosos turistas contrataron picapedreros locales para inscribir grafitos en los Colosos, como el lírico Paeón, quien compuso unos versos en honor de su patrón Metio Rufo, o la poetisa Julia Balbilla, que viajaba en el séquito de Vibia Sabina, la esposa del emperador Adriano.


Trabajo y placer

Los romanos que dejaban su patria solían encontrar tiempo para hacer turismo, incluso durante el desempeño de misiones bélicas y diplomáticas. Véase por ejemplo el caso de Lucio Emilio Paulo, quien, después de que sus legiones acabaran, en el año 168 a.C., con la vida de 20.000 hombres en la batalla de Pidna, y tras desmembrar el viejo reino helenístico de Macedonia, emprendió un tour que lo llevaría a presentar sus respetos y sus ofrendas a Atenea en la Acrópolis ateniense, a Apolo en su santuario de la isla de Delos, a Asclepio en su recinto sagrado de Epidauro y, por supuesto, a Zeus en su templo de Olimpia. Pero no descuidó enclaves tan emblemáticos como Áulide, en Beocia, puerto de partida de la expedición griega contra Troya encabezada por Agamenón, o el istmo de Corinto, sede de los Juegos Ístmicos. Años después, el senador Lucio Memio también combinó deber y placer durante un viaje a la ciudad egipcia de Arsínoe, la antigua Cocodrilópolis. Memio gozó de la obsequiosidad de un funcionario del rey Ptolomeo IX llamado Asclepíades, que durante su itinerario le procuró todas las comodidades: dispuso su visita al Laberinto (el complejo mortuorio conectado a la pirámide del faraón Amenemhat III) y le proveyó de los típicos panecillos con que los turistas alimentaban a los reptiles que daban nombre a la ciudad, sobre todo al más importante de todos ellos: el cocodrilo que encarnaba al dios Sobek. Relata el geógrafo Estrabón que aquel enorme animal no paraba de engullir frutas, galletas y vino que le echaban los visitantes de paso.

Pero no había que marcharse al otro extremo del Mediterráneo para poder gozar de unas estupendas vacaciones. Desde la época republicana, los patricios romanos poseían una o varias villas de recreo en la costa o en el campo, adonde se retiraban con la intención de escapar de sus obligaciones cotidianas y consagrarse de lleno al otium.


Casas de vacaciones

En Italia, el área favorita para disponer de segundas residencias fue la Campania, donde se localizaban Pompeya, Herculano, Estabia y otras poblaciones emblemáticas. Cercana a Roma, tenía un clima benigno y playas atrayentes, cualidades imbatibles para convertirse en un centro turístico privilegiado. Así lo intuyó a comienzos del siglo I a.C. el "empresario" Cayo Sergio Orata, quien reformaba villas al borde de la bahía napolitana para luego venderlas a un alto precio a los senadores.

En las playas campanas el tiempo discurría plácidamente, "entre romances, canciones, banquetes y paseos en bote", escribía Cicerón.

También Plinio el Joven describía las ocupaciones veraniegas a las que se entregaba en sus villas: meditar, leer, recibir masajes, bañarse, escuchar recitaciones y música, pescar o montar a caballo. Actividades que bien se podían realizar solo o en compañía de invitados de las villas vecinas; en este caso, la caza solía convertirse en otro de los pasatiempos favoritos. En el siglo IV d.C., el erudito Quinto Aurelio Símaco, propietario de decenas de moradas, se solazaba con sus amigos Macedonio y Atalo charlando, leyendo y, al igual que Plinio el Joven, empleándose a fondo en la caza, costumbre propia de su cuna aristocrática. Los banquetes suntuosos estaban a la orden del día cuando se reunían estos comensales de noble origen, y la mayor parte de las veces se amenizaban con exhibiciones musicales, teatrales, de danza y otras que hoy llamaríamos "circenses". Ummidia Quadratilla, una dama ilustre de hace dos mil años, hasta contaba con una troupe de pantomimos, equilibristas y bailarinas que hacían de sus cenas deliciosos festejos.

Afortunadamente, la arqueología ha preservado muchas de estas viviendas de lujo, embellecidas con amplios jardines, ninfeos de aguas claras, piscinas, coloridas pinturas, colecciones escultóricas en mármol y bronce de inspiración helena, y dotadas de bibliotecas como la de la villa de los Papiros, en Herculano. La mayoría de estas residencias eran de dimensiones extraordinarias, como la villa del Pastor, en Estabia, que rondaba los 19.000 metros cuadrados, o la no lejana villa Arianna, de 13.000 metros cuadrados. En estos fastuosos ambientes de representación social, de ocio vacacional, de reposo espiritual y de disfrute intelectual, el patricio romano se podía sentir como un sibarítico rey helenístico en su palacio.

viernes, 18 de enero de 2019

Arqueólogos españoles ponen cara a la misteriosa momia Nespamedu


«Dos mil años después de su muerte podrás estar cara a cara con el médico del faraón. A partir de ahora la reconstrucción forense del rostro de Nespamedu estará expuesta junto a su momia en el recorrido permanente de las salas dedicadas a Egipto y Nubia», rezaba un tuit del Museo Arqueológico Nacional.

Y, efectivamente, como comenta esta institución en su boletín anual, los arqueológos españoles han desvelado todos los secretos acerca de Nespamedu, la misteriosa momia que en su día fue sacerdote y médico personal, oftalmólogo concretamente, del faraón egipcio Ptolomeo II. ¡Y le pusieron cara!

Nespamedu fue un sacerdote de Imhotep (hijo de Ptah) y médico del faraón, que vivió en época ptolemaica (300-200 a. C.). Su momia se conserva en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, donde ingresó en 1925 donada por Ignacio Bauer, que la había adquirido del museo de El Cairo. La momia pasó retenida en Barcelona cuatro meses por poblemas burocráticos clasificado como «objeto importado».

El cuerpo está cubierto con cinco cartonajes dorados, debido a su alto estatus social, decorados con inscripciones y figuras de divinidades relacionadas con el Más Allá y con la idea de la supervivencia y protección del difunto después de su muerte.

Este hallazgo e investigación tuvieron un día D, por denominarlo de alguna manera, la noche del 6 de junio de 2016, con nocturnidad y alevosía para que nadie se diera cuenta de que había desaparecido la momia, como informa «RT», para realizar el traslado de esta al hospital Quirónsalud en Madrid para hacerle una tomografía computarizada de alta resolución (TAC) con el equipo del centro.

Y, además de esto, lo ya comentado al principio, que gracias a forenses y especialistas se ha podido reconstruir la cara de la momia virtualmente. Y luego físicamente, gracias al escultor Juan Villa.

jueves, 17 de enero de 2019

National Geographic:Pinturas funerarias llenas de colorido en 2 tumbas romanas excavadas en Egipto


Dos tumbas de época romana, decoradas con pinturas funerarias llenas de colorido, han sido descubiertas en el sitio arqueológico de Beir Al-Shaghala, cercano a Mut, en el oasis de Dakhla, uno de los oasis del desierto occidental de Egipto, según ha revelado hoy el Ministerio de Antigüedades de este país. Los muros de las tumbas, conservados parcialmente, están decorados con escenas religiosas de vivos colores; se distinguen los cuerpos de dos ¿legionarios romanos de raza negra?, y una ¿cama funeraria zoomorfa? Una de las camas funerarias de Tutankamón, por ejemplo, hecha de madera y recubierta de oro, está decorada con cabezas de Sejmet, la diosa con cabeza de leona.

La primera tumba, construida con arenisca, consta de 20 escalones que llevan a la entrada de la misma, cuya habitación principal se extiende de este a oeste. Esta sala principal, construida con ladrillos de adobe, tiene unas entradas en su muro norte que conducen a dos cámaras funerarias y, por encima, hay otras dos cámaras con restos esqueléticos humanos, lámparas de arcilla y vasijas de cerámica.

La segunda tumba, construida con ladrillos de adobe, está ubicada en el lado este de la primera y, según el Ministerio de Antigüedades, "conserva una escena muy destacada que representa el proceso de momificación". Ayman Ashmawy, el jefe del departamento de Antigüedades Egipcias, ha explicado que las excavaciones arqueológicas comenzaron en 2002 y que, desde entonces, a lo largo de cinco campañas, se han descubierto más de 10 tumbas de arenisca incompletas de la época griega.

miércoles, 16 de enero de 2019

ABC:Encuentran en Bulgaria un antiguo burdel romano


La ciudad búlgara Plovdiv era conocida en tiempos antiguos como Philipopolis. Tras la conquista romana en el siglo I también fue conocida como Trimontium, por las tres colinas sobre las que se levantaba la urbe.

Allí, en el corazón de la villa se asentaron los romanos. Un equipo de arqueólogos liderados por Zheni Tankova, del Museo de Arqueología de Plovdiv han descubierto seis cuarteles, con zonas residenciales lujosamente decoradas para las tropas que ocupaban la ciudad así como varios edificios públicos, entre los que se encuentra un burdel muy similar al famoso Lupanar de la ciudad italiana de Pompeya.

En un reportaje publicado en el periódico local Maritsa que recoge el portal Archaeology in Bulgaria, Tankova también relata que a lo largo de los años han hallado las ruinas de un templo dedicado a varias deidades. «No está muy bien conservado, pero es el primero de la Edad Antigua que hemos descubierto en Plovdiv», ha explicado la especialista. «Lo más relevante -ha continuado- es que está consagrado a varios dioses, no solo a uno. Es un verdadero panteón, el panteón de la antigua Philipopolis».

Otro edificio significativo es una posada con una taberna, de los siglos III y IV, en el que los arqueólogos han encontrado una docena de pithos (vasijas de cerámica que se usaba para almacenar, sobre todo cereal) de grandes dimensiones, y ánforas para el aceite y el vino.


Esta posada también tenía un tocador, una habitación privada reservada a las mujeres. Así lo han deducido los investigadores al encontrar en su interior agujas de hueso para el pelo y un a figura de bronce que representa el busto femenino.

Cerca se ha encontrado lo que parece un burdel romano, similar al lupanar de Pompeya. «Dada la decoración pomposa del edificio, con sus relieves y murales, probablemente perteneció a un prominente ciudadano de Philipopolis», ha apuntado Tankova que se ha referido a la construcción como la casa de la cortesana.

El edificio cuenta, además, con entrada directa desde la calle y elegantes camas de ladrillo. Solo se ha encontrado una estructura similar en Pompeya, aunque este «se construyó dos siglos antes», ha indicado la especialista.

A lo largo de las excavaciones, el equipo también descubrió una estatuilla fálica de arcilla que se remonta a los siglos II y III. Aunque se desconoce el propósito exacto de la pieza, estos especialistas apuntan a que podía formar parte de un ritual simbólico de fertilidad.

martes, 15 de enero de 2019

ABC:Zahi Hawass: «He encontrado la tumba de Cleopatra»


«Sé dónde está la tumba de Cleopatra, la reina de Egipto». Lo asegura de forma rotunda Zahi Hawass, 71 años, considerado el más prestigioso egiptólogo del mundo, durante una conferencia en un ala de la Universidad de Palermo (Sicilia), que se llenó para escuchar al famoso arqueólogo. Se trata de uno de los más grandes misterios de Egipto. Zahi Hawas ha dedicado su vida a descubrir ese tesoro. Si definitivamente sale a la luz la tumba de la última reina de Egipto (Alejandría, 69-12 a.C.), una de las más grandes mujeres de la historia, celebrada por el arte y el cine, podría ser el descubrimiento del siglo, dicen los arqueólogos, un hallazgo «más importante aún que la tumba de Tutankamón», según Hawass. Todos los indicios recogidos a lo largo de muchos años le conducen a un determinado lugar: A un ambiente subterráneo, a unos metros de profundidad, excavado en el terreno a la sombra de las imponentes ruinas del templo Taposiris Magna, un lugar funerario a casi 30 kilómetros de Alejandría en Egipto.

Hasta allí, en un lugar sacro y seguro, los sacerdotes de Cleopatra, después de su suicidio, habrían transportado su cuerpo momificado. Y al lado, según Zahi Hawas, reposarían los restos de su gran y trágico último amor: Marco Antonio, el hombre con el que compartió el declinar de la dinastía Ptolemaica del Antiguo Egipto, cuyo reino cayó bajo el control de la Roma imperial de Octavio. Así, Cleopatra y Marco Antonio habrían unido simbólicamente un destino común de amor y muerte. Obviamente, el célebre arqueólogo no revela las coordenadas precisas de la tumba de Cleopatra, pero está a un paso de sacarla a la luz: «Estoy muy próximo. Creo haberla encontrado. Estoy en el buen camino. Tengo grandes esperanzas de dar con ella pronto», afirma Zahi Hawass. “El lugar preciso –añade-«nos ha proporcionado en el curso de las investigaciones muchos elementos que nos llevan sin duda a la tumba de la figura histórica de Cleopatra. Por esto, sabemos ahora exactamente dónde debemos excavar».

Se trabaja con las tecnologías más avanzadas para desvelar el misterio. Pero la operación es compleja. En las últimas semanas, los ambientes hipogeos o bóvedas subterráneas usadas en la antigüedad para conservar los cadáveres, son inaccesibles, porque se han llenado con las aguas del lago que está en las inmediaciones. «Todo está sumergido, una condición que no nos permite excavar bien. Por tanto, lo primero que tenemos que hacer es liberar de agua la zona, un trabajo que estamos organizando. Esta es la fase más compleja. Pero el objetivo es afrontarla pronto para proseguir después con la investigación y las excavaciones», ha explicado el arqueólogo en su conferencia en Palermo.


Hilo conductor con pruebas


Dados los pasos gigantescos que ha llevado ya a cabo el investigador egipcio, Taposiris Magna ha centrado la atención de los arqueólogos de todo el mundo. Las pruebas en las que se basa Hawass es la escritura milenaria, jeroglíficos, donde «hay referencias al nombre de Cleopatra», afirma el egiptólogo, quien se muestra convencido de que «las dos sepulturas, la de Cleopatra y Marco Antonio, están en el mismo lugar», precisa Hawass, dando una explicación para este destino común de ambos personajes: «Se trata de un lugar funerario monumental digno de realeza, muy importante; no es un lugar funerario cualquiera. Y aquí han aparecido muchos elementos que se refieren a Cleopatra. En definitiva, no puede ser un sitio dedicado a personajes ordinarios, sino solamente a los más altos dignatarios».

No tiene ninguna duda el investigador Hawas de que aquí encontrará la tumba de Cleopatra, reina que subió al trono a los 18 años, considerada por los historiadores un icono, culta y refinada, inteligente y brillante, con extraordinarias habilidades y bella, que sedujo a los hombres de su época. Mucho se ha escrito sobre su historia de amor con Julio César, interesado por motivos económicos en una alianza con Egipto. Después sedujo a Marco Antonio, con el que vivió una gran historia de amor. Prefirió morir como reina antes que sometida y verse humillada ante el pueblo romano. Su suicidio fue un gesto de orgullo. Según la leyenda, se dejó morder por una serpiente venenosa.

Durante 2.000 años Cleopatra ha seguido en el imaginario colectivo de todo el mundo, pero su figura histórica es todavía hoy en parte poco conocida y con aspectos enigmáticos. El mito y la leyenda continúan.

lunes, 14 de enero de 2019

National Geographic:Un santuario para recordar a los antepasados en una villa urbana de Edfu (Egipto)


Los reyes establecidos en Tebas a comienzos de la gloriosa dinastía XVIII del Antiguo Egipto buscaron alianzas con las familias de la élite establecidas en los centros urbanos regionales del sur, entre ellos Edfu, una ciudad situada en la ribera occidental del río Nilo. Una excavación arqueológica en el antiguo asentamiento de Edfu, dirigida por el Instituto Oriental de la Universidad de Chicago, está sacando a la luz una gran villa o mansión urbana, con los restos de un santuario donde se rendía culto a los antepasados, que data precisamente de esa época, a comienzos del Imperio Nuevo y de la dinastía XVIII, aproximadamente entre el 1500 y el 1450 a.C., durante los reinados de Amosis I, Amenofis I y Tutmosis I; este último fue uno de los faraones más grandes de la historia al extender las fronteras de Egipto hasta unos límites nunca antes alcanzados y al terminar de liquidar el Reino de Kush. "En el santuario de esta villa urbana se desarrollaron actividades de culto con el fin de preservar la memoria de los antepasados de la familia que ocupaba la casa. El hallazgo, prácticamente intacto, es uno de los ejemplos más antiguos de un santuario doméstico del Imperio Nuevo y el primero que se descubre en Egipto en más de 80 años", comenta Nadine Moeller, la directora del Proyecto Tell Edfu junto con Gregory Marouard, a National Geographic España.

Las últimas excavaciones en la villa urbana, completadas en diciembre de 2018, han sacado a la luz varias habitaciones con columnas, la más grande de las cuales, de unos 10 metros de largo y 8 de ancho, tenía seis columnas. "El edificio descubierto en Edfu es importante porque la mejor comparación sería la ciudad real de Amarna, que está muy bien estudiada pero que data de finales de la dinastía XVIII, es decir, más de 200 años después. Además, el ejemplo de Edfu, que aún no hemos excavado del todo, consta de una gran sala central con seis columnas, mientras que la mayoría de mansiones de Amarna tiene unas dimensiones menores, normalmente de cuatro columnas", afirma Moeller. El santuario, ubicado en una esquina de la sala principal, probablemente estaba rodeado por una estructura de madera e incluía un pequeño lugar para hacer fuego, una mesa de ofrendas, dos pequeños pedestales de ladrillos de adobe, varias estelas, un busto excepcional de una antepasado femenino y la estatuilla de un escriba sentado. "Sabemos por las inscripciones en la estatuilla del escriba y en una estela que muestra una pareja de pie que en la villa vivieron los administradores más importantes de la ciudad: el escriba de la provincia de Edfu (el segundo nomo del Alto Egipto) y el alcalde de la ciudad", agrega. "Estamos encantados de haber hallado un conjunto completo de objetos dentro de un contexto arqueológico original", afirma Moeller en un comunicado de la Universidad de Chicago.

sábado, 12 de enero de 2019

La estatua de 2.000 años que se ha pasado la última década dentro de un bote de mantequilla


Si se ponen a buscar tesoros, seguro que son capaces de encontrar alguno. Hace apenas unos días, por ejemplo, contábamos el caso del hombre que usaba una cerámica de 4.000 años de antigüedad para poner su cepillo de dientes. Y ahora se ha conocido que han encontrado un estatua de hace 2.000 años ‘escondida’ en un bote de mantequilla.

La figura de la diosa romana Minerva apareció en Oxfordshire tras pasarse una década guardada y es uno de los 1.267 objetos valiosos descubiertos en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte por arqueólogos amateur en 2017, según el Museo Británico. Entre ellas destacan objetos de oro y plata de más de 300 años o monedas y piezas metálicas prehistóricas.

Pero es que, además, usando el detector de metales se han llegado a encontrar 78.000 artículos arqueológicos. Que sepamos. Porque esta gran cantidad de piezas son las que fueron registradas en el Portable Antiquities Scheme (PAS) durante el año pasado.

La estatua de la diosa de la sabiduría -de aleación de cobre y plomo, completa y en buen estado- fue realizada alrededor del siglo I o II después de Cristo y la encontraron en Hailey, una pequeña localidad de apenas 500 habitantes cerca de la ciudad de Oxford, al norte de Londres. Pero la historia de este pequeño tesoro es mucho más rocambolesca.

Un aficionado a los detectores de metales la encontró por primera vez a principios de la década del 2000 pero creyó que se trataba de una copia moderna. Así que no se le ocurrió nada más que almacenarla en un tarro de mantequilla Flora vacío. Años después, la estatua llamó la atención de un amigo suyo, también aficionado a la arqueología amateur.

Por eso la llevaron al Servicio de Museos de Oxfordshire, donde confirmaron que la figurilla era un hallazgo muy raro. La talla de Minerva podría, según los arqueólogos, haber estado en un santuario. Ahora, su cabeza ha sido separada del cuerpo.

Otros hallazgos importantes incluyen un sello de oro de la Edad de Bronce intrincadamente decorada que apareció cerca de la Marca (área fronteriza entre Inglaterra y Gales) de Shropshire. También destaca un reloj de bolsillo, hecho de plata del siglo XVII. Aún conserva la inscripción del relojero londinense Oswald Durant.

viernes, 11 de enero de 2019

Arqueólogos Subacuáticos de Israel hallaron un insólito artefacto


Sucedió en la víspera del aniversario la revuelta de Bar Kojba Buceadores israelíes que trabajan con la Universidad de Haifa han encontrado un artefacto arqueológico raro que arroja luz sobre un prefecto romano previamente desconocido de la provincia de Judea en el tiempo anterior a la revuelta de Bar Kojba.

A principios de este año se descubrió una gran roca con una inscripción de 1.900 años de antigüedad en el lecho marino de la costa, al sur de Haifa, en el Mar Mediterráneo, con el nombre de Gargilius Antiques y mencionando la provincia de Judea.

Los arqueólogos fueron capaces de determinar que Antiques gobernó sobre Judea justo antes de la legendaria revuelta contra el Imperio Romano, luchó desde 132 a 136 DEC. El levantamiento fue finalmente aplastado, resultando en el exilio de los judíos, y el emperador Adriano renombró a Jerusalém como Aelia Capitolina y Judea como Siria Palestina.

El objeto, que se cree es la base de una estatua, fue encontrado como parte de una excavación marítima en el sitio arqueológico de Tel Dor. La ciudad había sido un puerto importante en la época romana y estaba activa al menos hasta el siglo IV.

La roca, que mide 70 por 65 centímetros y pesa más de 600 kilogramos, estaba cubierta de criaturas marinas cuando fue descubierta.

“No sólo pudimos por primera vez identificar con certeza el nombre del gobernante que supervisó Judea en los años críticos de la revuelta de Bar Kojba, esta es también la segunda vez que la mención de Judea ha sido descubierta en inscripciones que se remontan a la era romana”, dijo el profesor Assaf Yasur-Landau, de la Universidad de Haifa, quien se encargó de descifrar el texto.

El nombre Antiques, se encontró por primera vez en una inscripción hace unos 70 años, a pesar de que la mención del territorio que gobernó no se conservó y como consecuencia no se podía ubicar el lugar de modo alguno.

jueves, 10 de enero de 2019

National Geographic:Sócrates, el maestro de Grecia


No hay duda de que Sócrates fue un filósofo singular. Algunos de sus discípulos nos lo presentan como un tipo raro, lo que en el griego de entonces se llamaba átopos, y narran episodios curiosos de su vida que subrayan su originalidad. Se contaba, por ejemplo, que durante una campaña militar permaneció de pie en el mismo lugar desde la aurora meditando sobre algo que le inquietaba, y así siguió de pie hasta la aurora del día siguiente. "Luego, tras hacer su plegaria al sol, dejó el lugar y se fue", refiere Platón en El banquete.

Desde el punto de vista de un lector actual, la principal rareza de Sócrates consiste en que es un filósofo del que no contamos con escritos, y no porque se hayan perdido, sino por una decisión deliberada de alguien que prefería el calor de la palabra hablada, el diálogo, antes que el frío ejercicio de la escritura.Por fortuna, su intensa y prolongada actividad docente dejó una huella tan profunda en sus discípulos que algunos de ellos, sobre todo Platón y Jenofonte, escribieron amplios relatos de memorias o reproducciones de las clases y diálogos con el maestro.

Nacido en 469 a.C., Sócrates alcanzó su madurez intelectual en un momento en el que en Atenas triunfaba una corriente filosófica particular: el movimiento sofístico. Sócrates era unos veinte años más joven que Protágoras, la gran figura de los sofistas, y definió su propio pensamiento en el debate constante con las tesis de los sofistas, a los que criticó duramente por sus ideas políticas y morales y también por el modo en que buscaban rentabilizar económicamente sus enseñanzas. Pese a ello, los contemporáneos a veces confundían a Sócrates con sus rivales. El primer documento que lo presenta como educador es una comedia de Aristófanes, Las nubes, representada el año 423 a.C., en la que Sócrates aparece como un sofista dedicado a enseñar la retórica y a enriquecerse a costa de los jóvenes atenienses.


Sócrates, el partero

Las diferencias entre Sócrates y los sofistas eran notables, comenzando por los métodos de enseñanza. Los sofistas se dedicaban a impartir enseñanzas concretas que debían tener una utilidad práctica para los alumnos, como lo era el arte de la oratoria en la Atenas democrática, donde el éxito en política dependía de las intervenciones ante la asamblea del pueblo o en los tribunales. Sócrates, por su parte, buscaba estimular el espíritu de sus discípulos. No actuaba como un maestro al uso, que inocula nuevos conocimientos a su alumno. Su método era la mayéutica, término que proviene de la palabra griega mayeuta, partera (que era la profesión de su madre). Igual que una partera o comadrona ayuda al alumbramiento, Sócrates ayudaba al discípulo a aflorar las ideas que éste guardaba en su interior, para analizarlas y saber si eran valiosas y merecían detenerse en ellas o si se trataba de falsedades que se debían desechar.

Por ello, frente a las conferencias o los discursos que los sofistas dirigían a un gran auditorio, Sócrates prefería el diálogo en pequeños grupos de discípulos. Incapaz de construir esos largos parlamentos que los oradores vierten sobre los oyentes, su especialidad era el discurso breve de preguntas y respuestas en un diálogo entre dos. Ahora bien, para Sócrates el diálogo no es una conversación cualquiera, sino que debe cumplir algunos requisitos. El diálogo es, ante todo, una forma de razonamiento, que incluye el acuerdo entre Sócrates y su interlocutor. Los nuevos acuerdos que se alcanzan en el diálogo deben ser coherentes con los alcanzados con antelación y se descartan los que son incompatibles, como muestra este fragmento de Gorgias, escrito por Platón, discípulo de Sócrates, donde se recrea un diálogo entre este último y el sofista Gorgias de Leontinos:

Sócrates: El que ha aprendido la construcción es constructor, ¿no es así?

Gorgias: Sí.

Sócrates: ¿El que ha aprendido la música es músico?

Gorgias: Sí, lo es.

Sócrates: ¿Y el que ha aprendido medicina es médico? ¿Y, en la misma relación, las demás artes, de modo que el que aprende una de éstas adquiere la cualidad que le proporciona su conocimiento?

Gorgias: Sin duda.

Sócrates: Siguiendo el mismo razonamiento, el que conoce lo justo, ¿no es justo?

Gorgias: Indudablemente.

Sócrates: Y el justo obra justamente.

Gorgias: Sí.

Además del recurso al diálogo, la selección de los alumnos era un segundo rasgo que distinguía a Sócrates de los sofistas. Éstos llegaban a una ciudad y presentaban al público el programa del curso que ofrecían y el importe de la matrícula, que variaba según el prestigio de cada profesor. Se decía que algunos sofistas obtenían elevadas sumas de dinero por su actividad. Sócrates, en cambio, rechazaba poner precio a sus enseñanzas, pero no por ello cualquiera podía asistir a sus clases, sino que se reservaba el derecho de admitir o rechazar a un candidato. En ocasiones era el genio divino que le asistía (una voz que, por lo general, le desaconsejaba llevar a cabo una determinada acción) el que le prohibía ofrecer su ayuda a jóvenes que no guardaban nada valioso en su interior.

Sócrates coincidía con los sofistas en su interés por las cuestiones políticas y morales, dejando en un segundo plano todo lo relacionado con la ciencia natural, objeto de estudio preferente por parte de los filósofos anteriores, que conocemos con el nombre de "presocráticos".


(R)evolución intelectual

En el caso de Sócrates, ello fue resultado de una evolución intelectual propia. Según refiere un diálogo de Platón, Fedón, en su juventud Sócrates se sintió atraído por las ideas de Anaxágoras, un filósofo residente en Atenas y consejero de Pericles, el líder de la democracia ateniense, quien argumentaba que el orden cósmico se basaba en último término en una entidad abstracta que denominaba "mente" (nous). Sócrates se declaró entusiasta seguidor de Anaxágoras hasta que se percató de que la "mente" de Anaxágoras no era mucho más que un nombre vacío que no intervenía para nada en el devenir del cosmos.

Decepcionado, Sócrates desechó el estudio de la Naturaleza para dedicarse al de las cosas humanas, especialmente al fin supremo de toda acción humana: el bien. Concluyó que el alma, y no tanto el cuerpo, constituye la realidad primordial del hombre. En consecuencia, alentó a sus discípulos a preocuparse por los bienes del alma. Y del alma humana, Sócrates saltó al alma del Todo, identificado con la divinidad responsable del orden cósmico, que había organizado el universo al servicio del ser humano. Si esa divinidad se ocupa de los otros seres (ovejas o vacas, asnos o caballos) es porque sirven a los propósitos humanos.


El objetivo de Sócrates

El hombre, pues, estaba en el centro de la filosofía de Sócrates, igual que en la del sofista Protágoras, autor de la célebre máxima "el hombre es la medida de todas las cosas". Pero Sócrates adoptó un punto de vista opuesto al de los sofistas en las cuestiones éticas y políticas. Según Sócrates, igual que una técnica –como la del médico o el músico mencionados en Gorgias– requiere un conocimiento específico para el que no todo el mundo está capacitado, también los temas políticos y morales deben ser resueltos por especialistas en la materia. En consecuencia, consideraba que el gobierno debía ser ejercido por sabios expertos en lo relacionado con el bien, la justicia y las virtudes morales.

De ello se derivaba una dura crítica al sistema democrático vigente en la Atenas de su tiempo, que a sus ojos era una forma de gobierno injusta porque consistía en poner en manos de la mayoría ignorante las cuestiones más vitales y trascendentes que sólo los expertos podían resolver. Años después, Platón desarrolló esta teoría en su obra La República, donde justificaba el gobierno de los filósofos como alternativa al desgobierno de las ciudades de su tiempo y, en particular, al gobierno que se basa en las decisiones de la mayoría.

Estos tres aspectos fundamentales: el puesto central del hombre en la visión del mundo, el método de investigación basado en el diálogo y el elogio del gobierno formado por expertos forman parte del "giro socrático", el cambio radical que Sócrates imprimió a la historia de la filosofía.

miércoles, 9 de enero de 2019

Así murió el Minotauro de Creta que devoraba a los hombres


El Minotauro nació del romance entre Pasífae y el Toro de Creta. La venganza de Poseidón llegaría pronto y, según la mitología, aquel ser, mitad animal, mitad hombre, solo comía carne humana.

Semejante bestia fue encerrada en un laberinto que construyó el artesano Dédalo, un laberinto del que todo aquel que entraba nunca salía. Era devorado por el Minotauro con el que el rey Minos de Creta «tenía tan aterrorizados a sus vecinos que todos los años le pagaban un tributo para que los dejara en paz». Así comienza el capítulo «Teseo y el Minotauro» del libro «Mitos Griegos» (Anaya), de Geraldine McCaughrean y Emma Chichester Clark, con traducción de Jaime Valero.

Mientras el Minotauro vagaba por el laberinto del palacio de Creta, ocurrió una desgracia: Andrógeno, hijo del rey Minos, fue asesinado tras ganar una olimpiada y su padre declaró la guerra a Atenas, que acabó rindiéndose. La rendición tuvo un precio: entregar siete hombres y siete mujeres al terrible laberinto. Y así lo hacía el rey de Atenas, Egeo.

Harto de tal salvajada, su hijo Teseo se envalentonó y zarpó junto a otros trece jóvenes para Creta mientras su padre le pedía que si lograba su propósito alzara una vela blanca en su embarcación; de lo contrario, desplegaría una de color negro.

Aunque son muchas las versiones -alguna dice que el propio Minos exigió el sacrificio de Teseo-, según se relata en «Mitos griegos», el príncipe de Atenas dio un paso al frente y se ofreció el primero para adentrarse en el laberinto. Estaba muy oscuro y no sabía qué camino tomar... Cada paso conducía a una muerte segura.

Pero el héroe recibió la ayuda de Ariadna, la hija del rey Minos enamorada del joven. Le dio un ovillo de hilo (un rollo de cuerda, dice el citado libro) para saber por dónde regresar en caso de acabar con el Minotauro.

«Teseo avanzó a tientas en la oscuridad -relata "Mitos Griegos"-. Era cierto: sin la cuerda, no habría tardado en perderse sin remedio en aquel laberinto de pasadizos sinuosos. De pronto, sus dedos rozaron una mata de pelo áspero y cádido, después la curvatura huesuda de un cuerno. El Minotauro rugió junto a su oído y derribó a Teseo de un empujón. Lo pisoteó con sus pezuñas afiladas. Le propinó un golpe que le obligó a soltar la cuerda. Pelearon completamente a oscuras. El monstruo, mitad hombre, mitad toro, le estrujó entre sus brazos peludos y le azotó con su cola. Pero Teseo le agarró por los cuernos y los giró primero hacia un lado, después hace el otro. Le pateó, le embistió, forcejeó con él, y finalmente la bestia profirió un balbuceo y cayó muerta».

Son muchas las versiones sobre cómo murió el Minotauro: unos dicen que Teseo lo mató a puñetazos, otros que le clavó su propio cuerno y algunos que llevaba una espada entregada por Ariadna.

La cuestión es que el valiente Teseo pudo salir sano y salvo de aquel laberinto. Ariadna se marchó con él. Pero no hubo final de vino y rosas. Según explica Carlos García Gual en «Diccionario de Mitos», «Dionisio, enamorado de Ariadna, la raptó y se la llevó a Lemnos, donde yació con ella y engrendó a Toante, Estáfilo, Enopión y Parapeto». Y a Teseo se le olvidó cambiar la vela negra por la blanca, por lo que su padre, al ver desde la Acrópolis la tela azabache, pensó que su hijo había sido devorado por el Minotauro, se arrojó al vacío. Cuenta la leyenda que de ahí el bautismo del Mar Egeo.

(Nota: un reciente estudio, realizado por Antonis Kotsonas y publicado en American Journal of Archaeology, apunta a que el laberinto nunca existió. Este especialista ha llevado a cabo una profunda investigación a través de referencias literarias y materiales relacionadas con el mito a través de varios milenios. Su conclusión es que la mítica construcción que alojaba al Minotauro solo es una «memoria abstracta» de tiempos ancestrales y que no está relacionado con un monumento real).

martes, 8 de enero de 2019

ABC:Berenike: descubren la famosa fortaleza egipcia de los elefantes de guerra


Marek Woźniak y Joanna Rądkowska, arqueólogos polacos pertenecientes a un grupo investigador, han descubierto una fortaleza en el antiguo puerto de Berenike, en el Mar Rojo (Egipto), según informa Antiquity.

Las ruinas de Berenike Trogodytika han atraído durante mucho tiempo a los viajeros curiosos que intentaban dar con los restos del famoso puerto greco-romano del Mar Rojo, explican en este medio.

Sin embargo, no fue hasta 2012 que el equipo del Proyecto Berenike pudo identificar la ubicación y el tamaño del legedario puerto con el que se defendían, entre otras cosas, el ejército ptolemaico.

Construida la fortaleza en un momento en que Egipto la gobernaba la dinastía ptolemaica, que son descendientes de uno de los generales de Alejandro Magno, las fortificaciones allí encontradas son de gran tamaño.

Y como informa «Quo», también se han encontrado en los muros defensivos de la fortaleza, en donde estaba un antiguo basurero, estatuillas de terracota, monedas y un cráneo de elefante. Los registros, cuenta este medio, indicaban que este puerto así como algunos otros construidos en cadena en la costa del Mar Rojo servían para proveer de elefantes de guerra al ejército ptolemaico.

lunes, 7 de enero de 2019

ABC:Encuentran la llave de la despensa (y de la historia) en el pecio romano de Bou Ferrer


Los arqueólogos del equipo que investiga el pecio romano del Bou Ferrer, hundido frente a Villajoyosa (Alicante) entre el año 66 y 68 han encontrado en la última campaña una jarra con una concreción pegada cuyo contenido no se conocía. Apareció durante un sondeo en la zona de la cocina, en la popa de la nave. Una radiografía ha permitido saber que era la llave la despensa en la que se guardaban el rancho y algunas pertenencias de la tripulación. ¿Pasaban hambre durante la travesía o era mejor ser precavidos ante la picaresca, porque había pequeños hurtos como hubo en otros barcos, con ánforas de vino trepanadas para beber a escondidas, como le hacía el Lazarillo el ciego?

Es tan solo un detalle de una de las excavaciones más importantes que se lleva a cabo en España, pero señala uno de los principales objetivos de la arqueología subacuática: documentar cómo navegaban y cómo vivían y comían los marinos del pasado. El equipo de arqueólogos dirigido por Carlos de Juan lleva más de una década trabajando en el pecio, con resultados espectaculares. Iba cargado hasta los topes: más de 4.000 ánforas de 65 kilos, producidas en Cádiz, de una versión lujosa de la salsa de pescado fermentado que hacía las delicias de los habitantes de la ciudad eterna, probablemente gárum. Y también llevaba 12 toneladas de plomo hispano en lingotes muy especiales, sellados como propiedad imperial, en tiempo de Nerón.


Trinchera

El día del naufragio, este enorme barco romano hacía la línea entre Cádiz y Roma. Era un transporte de 30 metros de eslora, fondo plano y una sola vela, con una tripulación pequeña, probablemente no más de cinco personas. Tal vez un temporal lo llevó a pique. Carlos de Juan comenta que se ha excavado una trinchera de 6 metros de ancho y 22 metros de largo para conocer con detalle la parte central del yacimiento, situado a 25 metros bajo el agua.

Desde esa cota, la excavación ha profundizado 3 metros en la carga hasta llegar a la quilla del barco. Su madera es de encina y «al serrarla la parte interior parece madera cortada ayer». Han descubierto cuatro pisos de ánforas encajadas a tresbolillo (el pie de cada una encaja en el hueco que dejan tres en el piso inferior). «Encajan perfectamente, fueron diseñadas para eso. Gracias a la estiba, el centro de gravedad del barco está muy bajo. Los cuatro pisos rondan los dos metros de altura. Así el balance del barco se favorece en malas condiciones marítimas».

En conversación con ABC narra más novedades, como el sistema único que tiene el Bou Ferrer por el que los lingotes de plomo encajaban en la sobrequilla con sus ángulos formando un riel que sujetaba perfectamente la carga. O, la perplejidad ante el hecho de que desde las ánforas a la cubierta falta un metro de carga, según los cálculos actuales. «Conocemos el gran comercio de ánforas, pero es poco probable que no fuera cargado completamente, es económicamente inviable. Podría faltar una tercera carga que no hemos visto, de trigo, o de sal mineral de la misma procedencia del plomo, cerca de La Carolina, muy apreciada en Roma para infecciones oculares, tanto de personas como de ganado», señala De Juan.

Rumbo a Ostia

El proyecto ha unido a la Generalitat de Valencia, el Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña, la Universidad de Alicante y cuenta con la colaboración especial del Ayuntamiento de Villajoyosa y el Club Náutico de la localidad. Está siendo una investigación fecunda porque responde algunas preguntas y abre otras continuamente: «Estamos llegando a los números que definen el barco: un cálculo de su tamaño en sistema métrico dio casi 30 metros de eslora por 11,82 de manga. Comparándolo con otros pecios como el de La Bourse, de Marsella, vemos una proporción parecida: 2,5. Y cuadra en pies romanos. 100 pies por 40. Ahora trazamos una hipótesis sobre la carga total que soportaba, unas 320 toneladas, quizá. Veremos si se confirma con el estudio de nuestros ingenieros».

¿Para qué era la carga? El gárum para su venta. El plomo podría ser para las cañerías que necesitaba la Roma incendiada por Nerón en el año 64. Pero el flete de 12 toneladas de plomo es muy poco para tanto gárum. «Plutarco cuenta que se invertía en un flete y se dividía en 50 barcos, y así si naufragaba un barco no se perdía toda la inversión, sino solo una de cincuenta partes», dice De Juan. Tal vez es esto lo que pasó.

Volvemos a la tripulación. La concreción en la que estaba la llave apareció adherida a una jarra «en lo que pensamos que era la zona de cocina y despensa» -hacia la popa, porque ahí fue hallada una pieza de la bomba de achique-. La jarra contenía «salsa de pescado barata, típica, que las tripulaciones compraban en Ostia, el puerto de Roma, y estaba junto a pequeñas ánforas de aceite de la Bética y vino defructum, una especie de mistela cocida. Estamos estudiando los trozos de cerámica, pero todo apunta a orígenes en Cádiz y Roma, lo que confirmaría que hablamos de un transporte de línea».

Estrabón decía que los barcos más grandes que llegaban a Roma venían de la Bética, una gran cantidad. Por eso el Bou Ferrer es tan importante, por ejemplo por el hallazgo de la cinta de carena que soporta la cubierta y ayudará a entender su construcción. «Es un barco que va a resolver otras problemáticas que aparecen en contextos portuarios en Francia e Italia. Aquí tenemos un conjunto de materiales singular y con fecha cierta», concluye Carlos de Juan. Pero la excavación de un barco tan grande aún puede dar sorpresas.

sábado, 5 de enero de 2019

EL País:La momia del Arqueológico era el médico del faraón


En la seca noche del domingo 6 de junio de 2016, un enorme tráiler refrigerado, acompañado de dos vehículos de escolta, aparcó frente a las Urgencias del Hospital Universitario Quirónsalud (Pozuelo, Madrid). Allí le esperaba un amplio equipo médico que iba a examinar a los cuatro pacientes que transportaba el camión desde el centro de Madrid, tres egipcios y un canario. Los especialistas solo disponían de 15 horas para completar con éxito el llamado Proyecto TAC Momias. Los visitantes del Museo Arqueológico Nacional no debían notar que los cuatro cadáveres habían pasado la noche fuera, y los atendidos en el centro hospitalario no debían saber que habían compartido la máxima tecnología médica con humanos que habían vivido más de dos milenios antes. Ahora, dos años después, el museo ha hecho públicos los espectaculares resultados obtenidos: el cuerpo de una de las momias, bajo cuyas vendas se ocultaban numerosos amuletos y joyas, corresponde al sacerdote Nespamedu, oftalmólogo personal de los faraones Ptolomeo II y, quizás, Ptolomeo III (los expertos no han llegado a una conclusión definitiva sobre este último).

La historia ahora resuelta comienza en 1925 cuando llega al puerto de Barcelona el vapor español C. López y López con un cargamento poco habitual: una momia que había sido adquirida en El Cairo por el estudioso Ignacio Bauer. Pero apenas existía documentación sobre ella, según explica en un informe la especialista del Museo Arqueológico Nacional Esther Pons Mellado. De hecho, al principio se pensó que se trataba del cadáver de una mujer. 


Gracias al análisis tomográfico se ha determinado que Nespamedu fue un sacerdote que vivió en época ptolemaica, entre el 300 y el 200 a. C., y que ejerció sus funciones en el sanatorium de Imhotep- Asclepio, en Serapeum de Saqqara (Menfis) o en Alejandría. Llegó a ser médico del monarca, según explican en otro informe la arqueóloga María del Carmen Pérez Die y el doctor Javier Carrascoso.

Su momia y los textos que cubren el cuerpo desvelan que se trataba de un alto funcionario que disponía de suficientes recursos económicos para prepararse el camino y la estancia en el más allá. Pero sobre todo, señalan los expertos, son muy reveladoras las placas y amuletos que lo cubren y que están estrechamente relacionados con la supervivencia tras la muerte. En concreto, se han observado dos grupos de ocho placas en las que se representa a los cuatro hijos de Horus, colocadas en diferentes partes de la momia. Otras dos plaquitas representan a las diosas Isis y Neftys en actitud de plañideras, además de representaciones de la momificación del cadáver, junto al dios Anubis, en la parte superior de las piernas.
Destacan, asimismo, dos placas del dios Thot y los ojos Udyats, que significan la magia, la protección, la purificación y el símbolo solar que encarnaba la estabilidad cósmica. Thot, por su parte, es la divinidad de los oftalmólogos, el que puso en su lugar el ojo de Horus tras perderlo en su batalla con Seth. Esto lleva a pensar a los especialistas que Nespamedu se acogió a esta divinidad por su oficio. “La iconografía no es casual y está claro que deseaba dejar constancia de sus creencias y de los cargos que le elevaron a una alta categoría social. El hecho de que fuese un médico del faraón nos inclina a pensar que parte de su vida debió transcurrir en Alejandría, donde estaba instalada la corte de los Ptolomeos”, señalan los estudios publicados en el último número del Boletín del Museo Arqueológico Nacional.

Un tercer informe del caso, elaborado por Andrés Carretero Pérez, director del Arqueológico, recuerda que las “momias son bienes culturales muy vulnerables a los cambios ambientales y, a priori, deben evitarse en lo posible manipulaciones y movimientos porque no existe el riesgo cero”. En el museo, de hecho, están aclimatadas y monitorizadas. Se conservan en vitrinas herméticas con sistemas de renovación de aire y con temperatura, humedad e iluminación controladas.


Por eso, la especialista Teresa Gómez Espinosa recuerda que se seleccionó una empresa de transporte especializada para el traslado. Se escogió una ruta con dos opciones por si surgían imprevistos. Se buscó, además, un día con condiciones climáticas secas y temperatura moderada. La operación se abortaría inmediatamente si se pusiese a llover o la humedad relativa se elevase en exceso.

Tras llegar al hospital, la momia de Nespamedu y sus acompañantes fueron introducidas con el máximo cuidado en el TAC. Al médico se le realizaron 2.739 imágenes. La momia “fue desvendada virtualmente y pronto se vislumbraron una serie de adornos de joyería que cubrían su cuerpo”. La diadema que portaba correspondía a un escarabeo alado con el disco solar, colocado de forma invertida, el dios Khepri, símbolo de la resurrección y del renacimiento.

Nespamedu lleva en el cuello, además, un collar usekh. “Este abalorio es uno de los más característicos de la joyería egipcia y está normalmente rematado con sendas cabezas de halcón que apoyan en los hombros, o con broches semicirculares, y un contrapeso en la espalda”.
Se sabe que en el templo en el que Nespamedu atendía a los enfermos se llevaba a cabo la formación de los médicos y sacerdotes. En honor a Imhotep se erigió una capilla dedicada a la sanación, hasta donde se desplazaban miles de personas procedentes de los lugares más remotos de Egipto en busca de una curación milagrosa. Su dios era Thot; el de la ciencia y la medicina, el antepasado de los oftalmólogos. El que eligió Nespamedu a sabiendas.

viernes, 4 de enero de 2019

ABC:Renace la Escuela de los Gladiadores de Pompeya


Italia reencuentra un tesoro en Pompeya. Renace la famosa Escuela o Domus de los Gladiadores, cuya reapertura tras su restauración se produjo ayer en pompa magna porque la ocasión lo requería. Hace ocho años se derrumbó por varias causas, fundamentalmente por infiltraciones de agua en el mes lluvioso de noviembre y pobre mantenimiento. Este desplome de la Domus constituyó un grave choque emocional para Italia, no solo por el grave daño para el patrimonio artístico italiano, sino porque se convirtió en un símbolo del deterioro, la metáfora perfecta de la incapacidad italiana para custodiar sus ricos tesoros, según denunciaron los periódicos de todo el mundo, comenzando por el «New York Times». Fue todo un coro de indignación internacional. «Esto representa una vergüenza para Italia», gritó el entonces presidente de la República, Giorgio Napolitano, exigiendo «explicaciones inmediatas y sin hipocresías». Esa pesadilla se concluyó ayer, según manifestó en la inauguración de la reapertura de la Domus el director del parque Arqueológico durante los últimos cuatro años, Massimo Osanna: «De metáfora de la incapacidad italiana de cuidar un lugar precioso que pertenece a toda la humanidad, esta reapertura de la Escuela de los Gladiadores representa un símbolo de recuperación por los resultados obtenidos en Pompeya con el Gran Proyecto [el plan financiado con 105 millones de euros por la Unión Europea para las excavaciones de la antigua ciudad romana]».

La Escuela de los gladiadores, originalmente una Domus construida en el siglo I a.C., fue excavada por Vittorio Spinazzola entre 1915 y 1916. Denominada «Schola Armaturarum», era probablemente un edificio de representación de una asociación militar, como se puede deducir de las decoraciones y del descubrimiento de armas custodiadas en su interior. Refuerzan esta hipótesis las últimas excavaciones, que han sacado a la luz ambientes de servicio donde se guardaban ánforas que contenían aceite, vino y salsas de pescado procedentes del Mediterráneo –de España, entre otros lugares–, productos de calidad que eran servidos en encuentros especiales.

El edificio, semidestruido por un bombardeo durante la segunda guerra mundial, a finales de agosto de 1943, causó la pérdida irreparable de algunos elementos decorativos. Su restauración, entre 1944 y 1946, se realizó, siguiendo la pauta de la época, con materiales –hierro y cemento– impropios con relación a la tecnología de construcción antigua. El derrumbe del 2010 afectó a las pinturas originales. Los frescos encontrados en las excavaciones iniciales del 2015-16 se han perdido en gran parte. Después de un minucioso trabajo de reconstrucción, iniciado en el 2016, se vuelven a mostrar los frescos que han sobrevivido con su policromía original.

En el pasado año visitaron Pompeya 3.400.000 personas, número que duplica a los que llegaron en el 2010. Ahora, cuando pasen por la via de la Abbondanza, la calle principal de la ciudad romana sepultada por el Vesubio en el 79 d.C., podrán admirar la Escuela de los Gladiadores y dar rienda suelta a la imaginación. La formación de los gladiadores para combatir en la arena se realizaba justamente en las escuelas, donde eran obligados a un durísimo entrenamiento y férrea disciplina. Los habitantes de Pompeya eran muy apasionados de los espectáculos de gladiadores en su gran anfiteatro, donde la parte más impresionante, según ha escrito en un artículo el arqueólogo Massimo Ossanna, es el enfrentamiento entre hombres y animales, con gladiadores «vestidos de una simple túnica y armados solo con lanza; entre los animales había tigres, leones, leopardos, osos e incluso elefantes…» En ocasiones, esos combates excitaban sobremanera a la gente, llegando a una pelea entre hinchas de Pompeya y de Nocera en el 59 d.C., que pasó a la historia y se recuerda en una inscripción. Tácito escribe que «volaron piedras y se acabó con las armas. Los pompeyanos tuvieron más suerte. Muchos de Nocera volvieron a sus casas mutilados y algunos lloraron la muerte de un hijo o de un padre». El Senado decidió un castigo ejemplar: prohibió los duelos de gladiadores en Pompeya durante diez años.

jueves, 3 de enero de 2019

Granada abrirá un parque de arqueología tras nuevos hallazgos

La última campaña de trabajos en el yacimiento arqueológico de Los Mondragones, en Granada, ha descubierto construcciones que, según Ángel Rodríguez, arqueólogo responsable de los trabajos, demuestran que lo que se creía una simple villa romana, “un emplazamiento rural, de unos cuantos pobladores”, explica, fuera en realidad una población bastante mayor. Los trabajos de estos tres últimos meses han sacado a la luz 12 tumbas visigodas, unas termas y tres edificios, uno de ellos “con tres ábsides, lo que nos lleva a pensar que se trata de un edificio protocolario o religioso”.

Además, según Rodríguez, Los Mondragones tiene cierta trama urbana que va más allá de la que aparecería en una villa rural. Las primeras edificaciones del complejo arqueológico de los Mondragones fueron descubiertas en 2013, mientras se hacían trabajos preparatorios para un aparcamiento y un supermercado. Se trataba de restos de una villa romana del siglo I. Parte de aquel yacimiento se musealizó y no fue hasta 2016 cuando la Junta de Andalucía promovió una nueva campaña arqueológica para comprobar la extensión e importancia del yacimiento.

Ángel Rodríguez estima que éste ocupa una hectárea, una extensión mayor de la que se preveía inicialmente. La Junta anunció ayer que convertirá el yacimiento en un parque arqueológico, “un espacio que se podrá visitar y que servirá para entender mejor la historia de la ciudad”, según Sandra García, delegada del Gobierno andaluz en Granada.

Durante estos tres meses de trabajo, los arqueólogos han descubierto una calle que consideran el eje principal de la villa, en torno a la cual se organizan dos de los tres edificios descubiertos. También allí, informa Europa Press, han aparecido las termas del siglo VI de unos 200 metros cuadrados, con un hipocausto o sistema de calefacción por suelo de gran tamaño y muy bien conservado y una construcción rectangular con tres estancias cuya función aún se desconoce. Además, en el extremo oeste de la excavación ha aparecido un tercer edificio de gran entidad que conserva un alzado de casi 1,60 metros y que estuvo cubierto con una bóveda.

En la zona exterior ha aparecido además un cementerio de época visigoda con 12 tumbas y, bajo ellas, una construcción más antigua del siglo IV. Hasta el momento los trabajos revelan que esta última consta de una cabecera de tres ábsides, mayor el central, de carácter noble o cultural. Tras estos nuevos hallazgos, los expertos creen que se trata de un asentamiento complejo, especialmente activo y dinámico en los siglos de la Antigüedad Tardía y en la transición a la Edad Media.