viernes, 16 de septiembre de 2016

Los arqueólogos ‘rescatan’ más gradas del circo romano de Tarragona


Los trabajos arqueológicos que empezaron a principios de verano en la calle Ferrers de Tarragona no sólo han sacado a la luz un nuevo tramo de la grada septentrional del circo romano, sino que han servido para constatar el uso posterior que tuvo el monumento. La excavación también ha sacado a la luz la estructura de una industria medieval anterior al siglo XIII y una escalera monumental posterior (de mediados del XVII) que daba acceso a un jardín señorial, probablemente el de la casa de los marqueses de Montoliu, actualmente el conservatorio de música de la Diputació de Tarragona.

La excavación del solar, de unos 300 metros cuadrados, se ha distribuido en cuatro tramos, entre la plaça dels Sedassos, donde las gradas del circo ya están a la vista, y en dirección a la Baixada del Roser. Tras realizar unos primeros sondeos arqueológicos durante el pasado mes de marzo, los trabajos comenzaron en julio. En sentido oeste, además de la estructura de varias hileras de grada se ha descubierto una parte de la plataforma de cemento donde los romanos anclaron, en el siglo I, la estructura de bovedas del circo, encima de las cuales se apoyaba la grada y su podium.

Según la documentación, en el siglo V el circo ya no funcionaba como tal. Los tarraconenses de la época adaptaron aquella estructura a nuevas necesidades, en este caso, una nave de uso industrial, que aprovechaba la pendiente del terreno (delimitado por las gradas) y que disponía de canalización de agua. En uno de los muros también se ha localizado una puerta de acceso. “Estamos pendientes de analizar muestras de tierra y cerámica para documentar qué tipo de industria era”, explica la arqueóloga municipal, Imma Teixell.

Al parecer, a mediados del siglo XIII, estas instalaciones entraron en desuso y la siguiente evidencia que ha podido constatarse es la transformación del espacio en un jardín. Una majestuosa escalinata de mediados del XVII y el trazo de un camino son los restos que se han encontrado de este espacio lúdico, que probablemente era propiedad de los Montoliu. Algunos grabados y mapas de la época, también sitúan en este punto, una zona verde. Posteriormente, este rincón quedó abandonado, y más recientemente era una zona con pequeños huertos y construcciones privadas hasta que, hace unos años, el Ayuntamiento adquirió los terrenos.

El resultado de estas excavaciones, que culminarán en unas semanas, se presentarán en el Congreso de Arqueología Clásica que se celebrará en Tarragona el próximo noviembre. Los trabajos han supuesto una inversión de 400.000 euros y se enmarcan en el convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de Tarragona y la Fundación Privada Mutua Catalana, que ha aportado 110.000 euros, “lo que ha hecho posible llevar a cabo las excavaciones; el ministerio ha aportado 280.000 euros y el resto, el Ayuntamiento”, ha explicado la concejal de Patrimoni, Begoña Floria, quien ha remarcado que a partir de octubre “estudiaremos la mejor forma para que este tramo del circo sea visitable”.