miércoles, 28 de septiembre de 2016

Arqueólogos descubren indicios de un templo de Ramsés II en El Cairo


El Cairo, la populosísima capital egipcia, se extiende hoy más de 400 kilómetros cuadrados hacia el desierto. Las casas de los barrios periféricos conviven muchas veces junto a yacimientos arqueológicos que, a pocos kilómetros de coches y autobuses, desentierran restos de su faraónico pasado.

Un equipo de egiptólogos alemanes y egipcios ha descubierto los primeros indicios -en forma de fragmentos de estatuas y bloques- de la existencia de un templo del faraón Ramsés II en Heliópolis, uno de los principales barrios cairotas, según ha informado el Ministerio de Antigüedades egipcio.

Momento del hallazgo
El descubrimiento, señala el director del área del Antiguo Egipto en el Ministerio, Mahmoud Afifi, se produjo por casualidad, cuando los arqueólogos «se tropezaron» con unos bloques y otros fragmentos del santuario a unos cientos de metros del obelisco del rey Senusret en Matariya, al noreste de la ciudad.

Más al norte, el equipo recuperó un grupo de bloques de gran tamaño que muestran al faraón Ramsés II adorando a uno de los numerosos dioses del panteón egipcio. Estos bloques, donde el nombre del faraón aparece grabado como «Paramessu», una rara variante de la escritura original (User-Maat-Re Setepenre), serían parte de la decoración de las dependencias internas del templo, detalla el director de la parte egipcia de la investigación, Ayman Ashmawi.

Según este arqueólogo, los fragmentos y bloques grabados demuestran que fue Ramsés II quien erigió el templo. «Se confirma la hipótesis de que Ramsés II mostró un especial interés en Heliópolis durante las últimas décadas de su reinado (casi 70 años)», ha añadido. Ramsés II, faraón de la XIX dinastía, gobernó Egipto finales de 1270 a.C. hasta 1210 a.C. aproximadamente, y durante su reinado construyó numerosos templos y otros edificios conmemorando su figura.

El mayor y más importante de todos lo erigió en Tebas (ahora área de Luxor, cerca al Valle de los Reyes) y fue descubierto por Champollion: el Ramesseum, con dos patios y más de 40 columnas o pilonos. Aunque quizá el más imponente sea el de Abú Simbel, que el faraón ordenó edificar para afianzar su presencia en Nubia.

Tras estos indicios de un nuevo templo de Ramsés II en El Cairo, la misión arqueológica continuará las excavaciones en una zona más amplia, hacia el sureste de donde se considera que se alzaba el corazón del templo.

De momento, según ha apuntado el director alemán del equipo, Dietrich Raue, se han descubierto diversos amuletos y herramientas de metal.