miércoles, 30 de octubre de 2019

National Geographic:Encuentran un escondrijo con 30 sarcófagos en Egipto


En Egipto son habituales los "escondrijos". Lugares de difícil acceso donde los antiguos habitantes del país del Nilo ocultaron, por distintos motivos, normalmente en los períodos más convulsos de su historia, grupos de momias con sus sarcófagos y ajuar funerario. Algunos de ellos son célebres por haberse descubierto en ellos un gran número de momias de antiguos faraones, como en el caso del conocido como escondrijo o cachette de Deir el-Bahari, descubierto en 1881. Se trataba de una tumba excavada en la roca para el sacerdote de Amón Pinedjem II, en la que los sacerdotes de la dinastía XXI (1076-944 a.C.) habían ocultado para su protección más de cuarenta momias, casi todas de grandes faraones de las dinastías XVIII (1539-1292 a.C.) y XIX (1292-1191 a.C.), entre ellas las de Ramsés II y Tutmosis III. Es el caso también de la tumba de Amenhotep II, descubierta en 1898 por el arqueólogo Victor Loret y también usada como escondrijo de momias durante el Tercer Período Intermedio (1076-723 a.C.). Entre las momias reales que aquí se descubrieron se encuentran las de Tutmosis IV y Amenhotep III.

Ahora, arqueólogos egipcios han anunciado el descubrimiento de un nuevo escondrijo de momias en Asasif, una necrópolis cerca de Luxor. Pero éste contiene momias de sacerdotes, nada más y nada menos que una treintena de sarcófagos antopomorfos de madera, sellados y decorados con escenas de vivos colores que representan ofrendas, textos sagrados y divinidades. En las tapas se recrea el rostro del difunto y en el interior aparecen los nombres y títulos de los propietarios. Estos sarcófagos, en un magnífico estado de conservación, estaban dispuestos en dos niveles, unos encima de otros. La mayoría (23 sarcófagos) pertenecieron a sacerdotes de Amón, aunque entre ellos se hallan también los ataúdes de cinco mujeres, que fueron cantoras de Amón en el templo de Karnak, y dos de niños.

El mayor hallazgo de momias de los últimos años

El hallazgo ha sido catalogado por las autoridades egipcias como "el mayor y más importante" de los últimos años. Y se trata del segundo escondrijo de momias de sacerdotes que se localiza en Egipto –el primero fue descubierto en 1891 en la necrópolis de Bab al-Jisus–. Mustafa el-Waziri, secretario general del Consejo Supremo de antigüedades, relata así el descubrimiento: "El pasado agosto recibí un mensaje avisándome del hallazgo. Lo primero que apareció fue el rostro de uno de los sarcófagos de madera. Tuvimos que continuar la excavación. En el primer nivel se hallaron dieciocho ataúdes y, al moverlos, aparecieron debajo otros doce".

Los sarcófagos se han datado en la dinastía XXII (943-746 a.C.) y todos están bellamente decorados. En los costados aparecen escenas de ofrendas a distintas divinidades y fragmentos del Libro de los muertos, un conjunto de textos funerarios que tenían como objetivo facilitar al alma del difunto su viaje al más allá. Durante la presentación a los medios, a la que han asistido tanto el ministro de Antigüedades Jaled al-Anani como Mustafa el-Waziri, se ha procedido a la apertura de dos de los sarcófagos, uno masculino y otro femenino, que estaban perfectamente sellados.

Lo que más ha llamado la atención de los investigadores en este hallazgo es la gran acumulación de féretros. Esto presenta algunos interrogantes, entre ellos el saber si fueron entierros individuales en origen o si se colocaron de este modo a consecuencia de un robo o si fue un traslado posterior. Los arqueólogos están convencidos, sin embargo, de que este escondrijo es "un testimonio de un período histórico inestable, marcado por el robo de tumbas y la construcción de enormes enterramientos".

Una vez restaurados, los sarcófagos serán enviados para su exposición al Gran Museo Egipcio de El Cairo, que tiene prevista su inauguración a finales de 2020. Mientras tanto, las excavaciones en Asasif proseguirán para completar los hallazgos. "No hemos encontrado ningún objeto por lo que nuevas campañas deberían llevarnos probablemente al descubrimiento de vasos canopos [recipientes donde se guardaban las vísceras momificadas del difunto]", ha explicado El-Waziri.