lunes, 16 de enero de 2017

ABC:Stonehenge ya no verá pasar los coches


Stonehenge, en el sur de Inglaterra, patrimonio de la humanidad de la Unesco desde 1986, es probablemente el monumento megalítico más famoso del mundo. También un filón turístico. Cada año recorren sus impresionantes columnas 1,3 millones de visitantes, previo pago de una entrada de 15 libras. La verdad es que la experiencia no resulta tan mística como se presupone, pues dos factores merman el encanto. El primero es que cada hora pasan por allí 600 turistas. El segundo es que a pesar del amplísimo entorno verde y sin construcciones, si se mira hacia abajo se ve algo muy poco megalítico: el tráfico constante de una carretera por la que transitan 24.000 vehículos al día.

Tras treinta años de debate desde que se propuso por vez primera, el Gobierno ha dado por fin luz verde para soterrar el tráfico de la carretera A303 a su paso frente a Stonehenge. Se construirá un túnel de doble carril, que acabará con las congestiones que actualmente se registran. La arteria es clave en la conexión de Londres con el turístico suroeste de Inglaterra. La obra forma parte de una inversión de 2.293 millones de euros en la A303. Pero va para largo. Los trabajos comenzarán en 2020 y acabarán en 2029.

El caso de Stonehenge resume bien las luces y sombras de Inglaterra. La luz es el fabuloso marketing con que venden todo lo suyo. El monumento es objeto de una promoción constante, con todo tipo de noticias más o menos científicas que mantienen viva la llama. Por ejemplo, el año pasado un investigador aseguró que las columnas sostenían una tarima de madera y que el objeto del círculo era el culto a los cielos. También se completó hace dos años el escaneado del subsuelo en varios kilómetros alrededor, lo que reveló la existencia a tres kilómetros de un enorme anillo, formado por 90 monolitos de piedra. A veces las noticias rozan la parapsicología. Hace dos semanas, la BBC dio cuenta de que golpeando las columnas se escuchan sonidos que en su momento pudieron tener un significado en clave. La sombra de Inglaterra son sus malas infraestructuras, con unas carreteras que no aguantan comparación con la red de autovías española. En la calzada que lleva de Londres al suroeste, el 33% del recorrido es de carril único.

El túnel no ha suscitado unanimidad. La llamada Stonehenge Alliance, una asociación de amigos del monumento, exige que sea más largo, de 4,3 kilómetros. Creen que con solo 2,9 se convertirá en "una bomba de relojería para Stonehenge". También lamentan que las obras destruyan los numerosos túmulos funerarios que han ido apareciendo. English Heritage y National Trust, los organismos que velan por el patrimonio, concuerdan en que lo mejor es un túnel "lo más largo posible". Más realistas, reconocen "las limitaciones presupuestarias".

A ciencia cierta, poco se sabe del origen del monumento. En el siglo XII la leyenda aseguraba que el mago Merlín había traído las piedras de Irlanda. A finales del XIX, la zona llegó a ser elegida para hacer ejercicios militares, lo que hoy parece un disparate. Pero en 1901, muy conscientes ya de su inmensa valía, se acometió la primera restauración. La que hoy se disfruta data de 1964.