martes, 5 de marzo de 2019

Encuentran en el Albaicín los restos de unas posibles termas romanas


Los trabajos arqueológicos en un solar de la calle Gumiel de San José en el Albaicín han documentado una galería de unos tres metros de altura y una terma del municipio iliberitano, así como la cabeza “laureada” en mármol blanco, de un emperador romano, posiblemente de origen hispano, que ha sido depositada en el Museo Arqueológico.

Un hallazgo de gran magnitud que salió a la luz por un hecho colateral, cuando la asociación Oppidum Eleberis denunció la demolición de un edificio catalogado (Nivel 4-Grado 1), conocido como la Casa de los Tintes, en la calle Gumiel de San José en el Albaicín.

Los trabajos arqueológicos han descubierto unas galerías romanas que discurren bajo el jardín y el edificio del Carmen del Zenete. Son cinco galerías con planta octogonal construidas en opus caementicium que alcanzan una cota de 2,80 metros de altura y una longitud conocida de 28 metros.

Originariamente pudieron formar parte de un criptopórtico que hiciera las veces de cimentación y sostén de una construcción superior probablemente relacionada con el foro romano de Iliberris, e igualmente sirviera para evacuar aguas pluviales.

Las imágenes recogidas por este periódico dan una imagen de la espectacularidad  del hallazgo y de su buen estado de conservación, pese a que su estructura original ha sido objeto de alteraciones significativas, especialmente en época tardía.

Hay un gran edificio con estancias que se podrían corresponder con las termas romanas de la ciudad. Según especifica la Comisión Provincial de Provincial de Patrimonio Histórico, los resultados de la excavación arqueológica han documentado un gran edificio, construido sobre niveles de época íbera y republicana, en época altoimperial.

Sus grandes dimensiones unido al pavimento de opus signium y bancos adosados a las paredes “ha llevado a interpretarse como estancias de las posibles termas romanas de la ciudad.

El edificio fue reformado durante la época tardoimperial y su declive comenzó en época tardorromana, cuando llegó a albergar un horno de cal.