sábado, 22 de diciembre de 2018

ABC:El Anfiteatro de Carmona despierta de un largo olvido


El Anfiteatro Romano de Carmona ha sido durante mucho tiempo un gigante dormido, un solar en el que muchos niños recuerdan haber jugado a tirarse piedras usando sus muros como parapetos. El estudio y las obras han sacado del olvido a un elemento arquitectónico clave en el estudio de la Bética romana y lo han puesto en disposición de convertirse en un gran activo cultural.

La última actuación, realizada por la Junta de Andalucía, tenía como objetivo la protección de la arena del anfiteatro para lo que se optó por cubrirla. Pero además ha permitido señalizar y hacer visible las líneas talladas en el alcor para desarrollar una gigantesca red de elementos de tramoya que ayudaban a completar el espectáculo. De esta forma, se ha señalizado con piedras blancas delimitadas por acero los lugares en los que se anclaban los postes que permitían instalar un vallado para la lucha de fieras, las guías para las cuerdas que movían jaulas y que convertían en una sala de maquinas desde las que se accionaban o los puntos de anclaje de un entablado de madera.

Ya anteriormente se ha dado forma a un recorrido desde la entrada frente a la Necrópolis que conduce a un mirador sobre la arena y donde hay algunos paneles explicativos. Esto hizo posible la apertura, al menos durante los fines de semana y con visitas guiadas, de un monumento que antes no podía visitarse salvo ocasiones excepcionales. También se ha marcado el trazado de la Via Augusta que lindaba con el Anfiteatro.

Lo siguiente será el vallado del solar, una enorme manzana, que ahora presenta una protección con malla metálica bastante débil y de escasa estética. El nuevo cierre estará acorde a la categoría del monumento y tendrá puntos desde los que se podrá ver desde el exterior.

Con ello ya estará todo dispuesto para el proyecto que completaría la puesta en uso del monumento y que plantean desde la dirección de la Necrópolis, su adaptación a la posibilidad de acoger espectáculos culturales o recreaciones históricas. La idea es poder colocar algún tipo de graderío en la parte de la construcción donde tenga menos afectación al monumento. Con este graderío y con la creación de un nuevo acceso se configuraría un elemento escenográfico de enorme valor.