lunes, 26 de octubre de 2015

Un acueducto de 83 km desde Jerez hasta la Gades romana

 

Hay un patrimonio histórico desconocido que surca la provincia desde el manantial de Tempul en Jerez hasta Puerta Tierra en Cádiz. Una obra con 20 siglos, 2.000 años, de antigüedad, que asombra a arqueólogos e ingenieros por su monumentalidad y su técnica. Se trata del acueducto romano más grande, conocido hasta el momento, de toda la Hispania romana. Y era el que abastecía de agua a la ciudad romana de Gades. “No sabemos con certeza a qué fecha pertenece, pero creemos que, por las técnicas utilizadas, sería del siglo I. Para levantar un acueducto de esa magnitud, hacía falta mucho dinero y mucho poder político. Y creemos que es del siglo I porque entonces en Gades estaba la familia Balbo, una de las más importantes de la oligarquía gaditana. E hizo que Gades recibiera pronto los favores de Roma”, explica Esperanza Mata, arqueóloga del equipo de Aqua Ducta, un proyecto puesto en marcha desde el seminario Agustín de Horozco de la Universidad de Cádiz, y que dirige el historiador Lázaro Lagóstena.

  “El acueducto de Gades destaca por el ingenio puesto en práctica para construirlo y sortear los accidentes geográficos que se interponen entre Tempul y Gades, que en el siglo I era una isla”, explica Esperanza Mata.

  “Tenemos el acueducto de Segovia, que es el más conocido, pero en cuanto a ingeniería, es una obra muy simple”, explica Mata sobre las diferencias del conocido acueducto segoviano y el de Gades. Y añade que ambos acueductos, por su monumentalidad, “eran mensajes propagandísticos no escritos para mostrar la grandeza del imperio”.

Pero en cuanto a ingeniería y a la sofisticación de técnicas “el acueducto de Gades no deja de sorprendernos”. En los 83 kilómetros de trazado de la obra de canalización hidráulica, están representadas todas las técnicas conocidas en el siglo primero para canalizar agua.
La técnica

El acueducto del conventus gaditanus se construyó de forma que se mantuviera una pendiente desde el punto de origen del agua hasta su terminal que garantizara que el agua llegaría por sí misma con presión suficiente para abastecer a Gades. “Nada más salir de Tempul hay cerros, y los ingenieros romanos tuvieron que sortear eso. ¿Cómo lo hicieron? Con la Mina de los Cuquillos”. Mata explica que la mina es la perforación de la montaña y la construcción de pasajes subterráneos que “garantizaban que el agua llegara limpia y sin contamicación a Gades. Por eso, la mayor parte del trazado del acueducto es subterráneo, aunque sabemos perfectamente por dónde discurre. Está identificado”.

Otra de las técnicas empleadas por los ingenieros romanos de Gades fue la de las galerías subterráneas, que se realizaban allí donde no había elevaciones del terreno importantes, como las de El Mimbral.

Al llegar a Los Arquillos, los artífices del acueducto se encontraron con una depresión del terreno, que solventaron con un sifón: “el sifón funciona por la lógica de los vasos comunicantes. Es decir, dos depósitos de agua conectados entre sí por su parte inferior, mantendrán el mismo nivel en ambos lados gracias a la presión y la graveda”. Este se encuentra entre Torrecera y Paterna.

Y para salvar una bajada abrupta del terreno, se usaron pozos de resalto, que daban fuerza al agua para que, llegada a la Torre de El Marquesado, llegara con presión suficiente hasta su recta final: el puente de Suazo en San Fernando y Puerta Tierra en Cádiz, donde el agua llegaba a siete depósitos desde los que se distribuía a las casas de la Gades romana, una de las más pujantes de la Bética.