miércoles, 26 de agosto de 2015

Una fortificación romana se va perfilando en La Secuita


Una fortificación romana del siglo II a.C. se va perfilando en unos terrenos agrícolas de La Secuita, un pequeño municipio situado en los alrededores de Tarragona. "El elemento principal de esta fortificación es una torre, construida con muros de sillares parcialmente conservados, pero que en un tramo conserva una potencia de dos metros de altura. Este muro se prolonga hacia el este y queda oculto por un camino y un campo yermo, con una longitud total de unos 30 metros", explica Joan Canela, uno de los directores de la excavación, a Historia National Geographic. El yacimiento fue descubierto en 2004 por Marc Dalmau, otro de los integrantes de la excavación, mientras caminaba por el término municipal. La primera intervención arqueológica del Institut Català d'Arqueologia Clàssica (ICAC) se ha desarrollado de forma fugaz, del 6 al 17 de julio, pero ha sido muy fructífera. Se ha excavado una pequeña parte de esta fortificación romana y se han descubierto materiales cerámicos que permiten fechar los hallazgos. "Nos indican, grosso modo, que tanto la construcción como su abandono se remontan al siglo II a.C. Creemos que su construcción debe de ser posterior a la primera fase de la muralla romana de Tarraco, fechada en torno al 200 a.C., y posiblemente anterior a la segunda fase de la misma, en el último tercio del siglo II a.C.", observa Canela.

Un ánfora con el sello del fabricante

En los espacios contiguos han aparecido otros muros más antiguos, posiblemente pertenecientes a un poblado ibérico, pero por el momento son todo conjeturas. Se han localizado fragmentos de cerámica que datan del período ibérico pleno (450-200 a.C.), por lo que "la existencia de un asentamiento ibérico en este lugar es bastante plausible". En los estratos correspondientes al abandono de las estructuras romanas se han recuperado fragmentos de pavimento del tipo opus signinum, de revoque mural con una decoración pictórica "muy sencilla", según Canela, y un ánfora con una inscripción en una cartela, es decir, con el sello del fabricante. "Se puede leer la palabra CANINI, que corresponde al personaje Caius Caninius. Es un ánfora brindisina, fabricada en el sur de Italia y que data entre el 130 y el 75 a.C.", afirma el arqueólogo. Las próximas intervenciones arqueológicas, en 2016 y 2017, aportarán más información al respecto. "El hallazgo del conjunto es excepcional porque no se trata de una torre aislada, sino de una construcción militar más potente, posiblemente un fortín", revela Canela, quien dirige las excavaciones junto con Jordi López y Núria Otero, también del ICAC.