martes, 14 de agosto de 2018

Una villa romana que pone en valor el barrio del Zaidín de Granada


Seguramente en la zona vivían, entre otros, gente con gran poder adquisitivo. Sus tierras fértiles, el paso del río Genil a pocos metros y el ir y venir de distintas civilizaciones hacen pensar que la zona del Zaidín Vergeles gozó de un estatus y un patrimonio muy lejos de las famosas tapas que ponen hoy en día en este barrio. Porque si se confirma lo que se piensa, esta lugar de Granada no le tendrá nada que envidiar a otos en cuanto a restos arqueológicos se refiere.

El descubrimiento fue casual. La acometida de una tubería para la canalización de agua hizo que aparecieran los restos de lo que parecía ser un mosaico. Ahora, esa obra de arte se expone en el Museo Arqueológico de Granada. “En el año 89 ya se descubrieron algunos restos en la zona de la iglesia de San Miguel Arcángel”, comenta a GranadaDigital, sobre la plaza Ilíberis, Purificación Marín, directora de la intervención.

Pero lo que encontramos aquí no es sólo una villa romana, es un tesoro para el conocimiento de la historia de Granada. “Ha sido una zona de cultivo hasta hace muy poco. Hay cerámica documentada de época almohade y nazarí e ,incluso, de época moderna, como Fajalauza. Lo que nos dice, que hasta nuestros días, aquí había gente explotando la tierra”, explica Marín.

Hay varias villas romanas en la periferia de Granada, pero esta es una de las más grandes que se han documentado. Además, sorprende el nivel y la calidad de los materiales empleados, seña del poder que se manejaba aquí en una pasada época. “No podemos perder la oportunidad de ampliar el conocimiento de nuestro patrimonio”, subraya esta arqueóloga, mientras quita el polvo a uno de los mosaicos que se han descubierto, tapado por las tejas que en su día cubrían el tejado de la vivienda.

La plaza Ilíberis se encuentra ahora llena de zanjas, con el objetivo de determinar cómo de importante era esta villa o qué relevancia pudo tener.

Reclamo de los vecinos


Árboles y sombras para hacer una plaza más amable. Ese es el reclamo de los vecinos desde hace 30 años y el objetivo del Ayuntamiento de Granada, que está realizando esta tarea gracias a la ayuda de fondos europeos FEDER. “Aquí no se puede hacer nada hasta que no se tomen las medidas cautelares apropiadas. Lo que estamos haciendo es ver hasta dónde llega el yacimiento y los niveles de afección que podría tener en caso de hacerse un parque. Si que se plantea, o por lo menos hay ganas, el hecho de que se integre esa parque con los restos arqueológicos, por lo menos que sean visitables los de mayor importancia”, apunta Purificación Marín.

La realidad es que el día 16 de agosto se acaba el plazo de la primer fase de la intervención. Ahora, capataces, técnicos de cultura, arqueólogos y políticos tendrán que consensuar si la villa romana sigue durmiendo bajo tierra o se integra en el barrio del Zaidín.

Reclamo turístico y orgullo vecinal


El descubrimiento y estudio de este yacimiento arqueológico tiene una doble importancia. El punto importante lo determinará el valor de los restos que salgan a la luz y, después, el prestigio que le puede dar al barrio. Y es que, el Zaidín pudo tener una importancia notable en la historia de Granada.

“A nivel turístico puede ser un foco muy importante para el barrio y para los propios ciudadanos, conocer un poco mejor la historia de nuestra ciudad. Aquí hubo romanos, íberos y, antes, gente del neolítico”, finaliza Purificación Marín.