sábado, 20 de junio de 2015

Noticia IDEAL:Campo de trabajo para preservar la arqueología del Giribaile


Una veintena de voluntarios dirigidos por el arqueólogo Luis María Gutiérrez Soler desarrolla desde el pasado lunes la cubrición de los restos hallados en el proceso de excavación efectuado hace un año en el poblado ibérico del Giribaile. El objetivo no es otro que preservarlos hasta que se consiga un acuerdo con la Junta de Andalucía y con los propietarios del área espacial en el que se ubica el parque arqueológico para realizar visitas a este paraje de notable valor histórico.

La campaña de voluntariado, que se prolongará hasta el 3 de julio, permitirá también eliminar las capas que los sedimentos han dejado en los numerosos restos de ánforas encontrados para analizar su decoración y proceder a un estudio y catalogación de carácter científico.

A esta intervención se llega tras la actividad operativa ejecutada hace un año que dio excelentes frutos por la ingente cantidad de material que ratifica, entre otras cuestiones, la tesis de que en el enclave del Giribaile hubo un campamento cartaginés. Aquella excavación ofreció la oportunidad de conocer de primera mano la historia del Giribaile. En la trama urbanística del oppidum ibérico, se encontró una vivienda con patio que podría haber oficiado como taller de elaboración metalúrgica, así como la terraza de una posible cueva que fue utilizada como santuario. Además, entre toneladas de piedra y varios metros cúbicos de tierra, se hallaron dos monedas, una bola de hondero, puntas de flecha, una tachuela de las sandalias de un legionario romano, varias fíbulas, dos clavos y una enorme cantidad de cerámica. «En nuestras manos está hacer Historia, buscar nuestras raíces y señas de identidad que a día de hoy pasa por el enfrentamiento entre cartagineses e iberos, de una parte, y, por otra, cómo no, los romanos», expresa Gutiérrez Soler, profesor de la Universidad de Jaén, miembro del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica y director de las excavaciones.

Todo ello denota la importancia de este enclave del Giribaile, en el término municipal de Vilches, que contiene un gran poblado ibérico (oppidum), los restos de una monumental fortaleza medieval que vigiló la frontera tras la conquista cristiana de los pasos de Sierra Morena en 1212 y un interesante conjunto de cuevas del primer milenio de nuestra era, covachas conectadas entre sí por estrechos laberintos que constituyen un legado de alto nivel histórico.