El proyecto arqueológico del
yacimiento de Sisapo pone su mirada en una zona elevada cercana a la loma
volcánica de la pedanía almodovareña de La Bienvenida, donde están localizadas
unas herrerías de la época romana alto imperial y un edificio de grandes dimensiones
de la época tartésica, que avala la existencia de comunidades íberas en la zona
antes de la llegada de los romanos. El arqueólogo y responsable del proyecto,
Germán Esteban, explica que una vez terminada la excavación y las
investigaciones de la ‘Casa de las columnas rojas’, la famosa domus urbana que
data de la época del emperador Augusto y cuyos suelos contienen unos mosaicos
de gran belleza, “los trabajos vuelven a un área que desde el año 2000 no había
tenido avances” y que suscita un gran interés por la superposición de restos de
diferentes épocas, entre ellos algunos del siglo VII antes de Cristo.
A la espera de retomar las líneas de actuación que empezaron en junio y julio, y que seguirán en septiembre, Germán Esteban señala que “debajo de las herrerías del siglo II de nuestra era, hay un edificio muy interesante, muy grande y situado en un lugar privilegiado”. El arqueólogo además explica que “los materiales encontrados denotan que fue un edificio principal en aquella época para esta ciudad”, que es clave para entender la historia de la mitad sur de la provincia de Ciudad Real y para conocer la gestión minera de la vertiente norte de Sierra Morena. De hecho, Esteban añade que los datos que resulten de las nuevas investigaciones de campo “serán fundamentales para entender el transcurso de la protohistoria en la región”, como enclave excepcional para comprender el aprovechamiento de la minería de las poblaciones desde la prehistoria hasta la actualidad.
En la línea de los últimos veranos, aunque con menos manos que en 2015, los trabajos en Sisapo comenzaron este año en junio impulsados por el Ayuntamiento de Almodóvar del Campo, que contribuye al desarrollo del proyecto arqueológico con dos obreros a lo largo de tres meses. Asimismo, en el mes de julio, al igual que en septiembre, también se incorporó un técnico aportado por la Universidad de Educación a Distancia (Uned), que patrocina el proyecto. Debido a la falta de un mantenimiento continuo del lugar, las tareas en junio estuvieron centradas en la limpieza y el acondicionamiento de Sisapo, que estaba inundado de vegetación tras la lluviosa primavera. Ahora bien, Germán Esteban aclara que “el deterioro de restos es mínimo a lo largo del año”, a pesar de la falta de un mantenimiento continuo; porque según indica, “los restos delicados están protegidos”, como es el caso de los mosaicos que están totalmente cubiertos.
Las excavaciones en el nuevo área comenzaron en julio y en septiembre seguirán centradas en las herrerías de la época romana alto imperial, “unas estancias de gran tamaño que contienen estructuras relacionadas con la transformación de hierro y espacios de forja”. Estas herrerías son de una gran relevancia arqueológica, pues Sisapo fue un centro de referencia en la producción y exportación de metales y minerales, una de las principales paradas en la Vía 29 del Itinerario de Antonio, que unía Mérida con Zaragoza, y una de las poblaciones más prósperas de la zona.
El responsable del proyecto reconoce que “la excavación de las herrerías va a ser muy compleja por la superposición de restos”. Por este motivo, Germán Esteban señala que “habrá una excavación completa y luego realizaremos una documentación exhaustiva, incluso con reproducciones digitales en tres dimensiones de los restos hallados”; ya que, con el fin de acceder a los restos del edificio que hay debajo, según destaca, “habrá que desmontar las herrerías” y su disposición tendrá que estar perfectamente detallada para que exista en un futuro la posibilidad de volver a construirlas en otro espacio.
El objetivo central de estas nuevas excavaciones es llegar a este singular edificio del que tienen constancia desde hace dieciséis años, pero que hasta el momento no habían abordado. Hasta ahora sólo hay localizado un ángulo de esta construcción y su fecha exacta de edificación todavía esta por determinar, pero los arqueólogos responsables del proyecto confían en que servirá para desvelar el desarrollo histórico previo a la época de mayor esplendor de esta ciudad, que fue en torno al siglo I antes y después de Cristo.
Con respecto a la conocida ‘Casa de las columnas rojas’, el edificio que ha causado el interés de turistas y vecinos de la zona en las últimas décadas, Germán Esteban admite que una vez excavada la mayor parte de su superficie, alrededor de 1.200 metros cuadrados, “el proyecto de la domus romana queda aparcado y preparado para musealizar con el fin de exponer al público sus tesoros”. El arqueólogo responsable del proyecto de Sisapo destaca que “hemos cerrado un capítulo y abrimos uno nuevo, aunque sería sensacional que todos los hallazgos se pudieran compartir con el público general”. El proyecto arqueológico alcanzó el año pasado un punto álgido al completar el recorrido global de la domus romana desde su construcción hasta su amortización, aunque siempre estará abierto a nuevas investigaciones.
A la espera de retomar las líneas de actuación que empezaron en junio y julio, y que seguirán en septiembre, Germán Esteban señala que “debajo de las herrerías del siglo II de nuestra era, hay un edificio muy interesante, muy grande y situado en un lugar privilegiado”. El arqueólogo además explica que “los materiales encontrados denotan que fue un edificio principal en aquella época para esta ciudad”, que es clave para entender la historia de la mitad sur de la provincia de Ciudad Real y para conocer la gestión minera de la vertiente norte de Sierra Morena. De hecho, Esteban añade que los datos que resulten de las nuevas investigaciones de campo “serán fundamentales para entender el transcurso de la protohistoria en la región”, como enclave excepcional para comprender el aprovechamiento de la minería de las poblaciones desde la prehistoria hasta la actualidad.
En la línea de los últimos veranos, aunque con menos manos que en 2015, los trabajos en Sisapo comenzaron este año en junio impulsados por el Ayuntamiento de Almodóvar del Campo, que contribuye al desarrollo del proyecto arqueológico con dos obreros a lo largo de tres meses. Asimismo, en el mes de julio, al igual que en septiembre, también se incorporó un técnico aportado por la Universidad de Educación a Distancia (Uned), que patrocina el proyecto. Debido a la falta de un mantenimiento continuo del lugar, las tareas en junio estuvieron centradas en la limpieza y el acondicionamiento de Sisapo, que estaba inundado de vegetación tras la lluviosa primavera. Ahora bien, Germán Esteban aclara que “el deterioro de restos es mínimo a lo largo del año”, a pesar de la falta de un mantenimiento continuo; porque según indica, “los restos delicados están protegidos”, como es el caso de los mosaicos que están totalmente cubiertos.
Las excavaciones en el nuevo área comenzaron en julio y en septiembre seguirán centradas en las herrerías de la época romana alto imperial, “unas estancias de gran tamaño que contienen estructuras relacionadas con la transformación de hierro y espacios de forja”. Estas herrerías son de una gran relevancia arqueológica, pues Sisapo fue un centro de referencia en la producción y exportación de metales y minerales, una de las principales paradas en la Vía 29 del Itinerario de Antonio, que unía Mérida con Zaragoza, y una de las poblaciones más prósperas de la zona.
El responsable del proyecto reconoce que “la excavación de las herrerías va a ser muy compleja por la superposición de restos”. Por este motivo, Germán Esteban señala que “habrá una excavación completa y luego realizaremos una documentación exhaustiva, incluso con reproducciones digitales en tres dimensiones de los restos hallados”; ya que, con el fin de acceder a los restos del edificio que hay debajo, según destaca, “habrá que desmontar las herrerías” y su disposición tendrá que estar perfectamente detallada para que exista en un futuro la posibilidad de volver a construirlas en otro espacio.
El objetivo central de estas nuevas excavaciones es llegar a este singular edificio del que tienen constancia desde hace dieciséis años, pero que hasta el momento no habían abordado. Hasta ahora sólo hay localizado un ángulo de esta construcción y su fecha exacta de edificación todavía esta por determinar, pero los arqueólogos responsables del proyecto confían en que servirá para desvelar el desarrollo histórico previo a la época de mayor esplendor de esta ciudad, que fue en torno al siglo I antes y después de Cristo.
Con respecto a la conocida ‘Casa de las columnas rojas’, el edificio que ha causado el interés de turistas y vecinos de la zona en las últimas décadas, Germán Esteban admite que una vez excavada la mayor parte de su superficie, alrededor de 1.200 metros cuadrados, “el proyecto de la domus romana queda aparcado y preparado para musealizar con el fin de exponer al público sus tesoros”. El arqueólogo responsable del proyecto de Sisapo destaca que “hemos cerrado un capítulo y abrimos uno nuevo, aunque sería sensacional que todos los hallazgos se pudieran compartir con el público general”. El proyecto arqueológico alcanzó el año pasado un punto álgido al completar el recorrido global de la domus romana desde su construcción hasta su amortización, aunque siempre estará abierto a nuevas investigaciones.