domingo, 28 de mayo de 2017
Hallan el mayor muro romano de València y el antiguo trazado de Micalet
Las excavaciones arqueológicas que la Conselleria de Hacienda realiza en el Palacio de Calatayud de València han sacado a la luz el mayor muro de época romana en la ciudad, edificios islámicos, el antiguo trazado de la calle Micalet y objetos como una lápida con inscripciones romanas sobre la población de la época. Los hallazgos podrían convertir este enclave en un centro turístico al nivel del museo arqueológico de La Almoina, según ha destacado la Generalitat en un comunicado.
Estos descubrimientos se suman a los llevados a cabo semanas atrás, donde se han obtenido datos importantes para la historia urbana del entorno de la Catedral y la plaza de la Virgen.
Las labores arqueológicas han sacado a la luz un muro romano que conserva parte de su revestimiento de placas de mármol, posiblemente de la cantera valenciana de Buixcarró. Se trata de un hallazgo de gran valor en el ámbito de los grandes edificios monumentales que rodeaban el Foro de Valentia entre los siglos I y II d.C.
Este muro, fue utilizado a lo largo de la historia, de modo que se conserva hasta el momento una altura superior a los 2,25 metros y, sobre él, se mantienen reformas de épocas posteriores que muestran cómo distintas culturas y civilizaciones vivieron en el mismo espacio que ha llegado hasta nuestros días.
También se ha descubierto una parte de la trama urbana antigua, cuya modificación en el año 1800 coincide con la construcción de la actual Casa Vestuario. Los técnicos han verificado las antiguas alineaciones de la calle Micalet provenían de muchos siglos atrás, y han confirmado que la antigua línea de fachada se encuentra bajo la actual calle, por lo que la anterior era mucho más estrecha y con una orientación que coincide con la de otros restos de la ciudad romana de València.
En la pared medianera con la Casa Vestuario, ha salido a la luz el antiguo muro, que alcanza dos plantas de altura, construido con la técnica del tapial y que data del siglo XIV. Gracias a su gran valor patrimonial y plástico quedará finalmente visible e integrado en el futuro edificio de la administración autonómica.
Los trabajos han recuperado también restos del pasado islámico de la ciudad como una fuente rodeada de tuberías cerámicas, una canalización de suministro de agua, posiblemente derivada de la Acequia de Rovella, y diversas estancias de un edificio cuya interpretación se encuentra en fase de estudio, a la espera de poder verificar si pertenecen a unos antiguos baños árabes de los que se tiene constancia en el entorno del actual Palau de Calatayud.
Otro descubrimiento islámico que ha aflorado es un muro que progresa en el alzado de las paredes del actual inmueble. Se trata de un hallazgo de gran relevancia, ya que salvo los restos de la antigua muralla musulmana, son pocos los muros de esa época conservados en altura en València. Todos los edificios de ese periodo fueron eliminados progresivamente tras la conquista cristiana de la ciudad.
La labor de los arqueólogos ha proporcionado más evidencias de la antigua ciudad romana. A una profundidad próxima a los cuatro metros, ha aparecido una porción de pavimento romano de época imperial (siglos I y II d. C.).
Además, se ha recuperado un fragmento de inscripción con letras romanas que forma parte del cimiento de un muro de época califal del siglo X que podría pertenecer a una lápida honorífica que hace referencia a los "veterani et veteres", dos grupos de población que gobernaron la Curia de la ciudad.
Los 'veteres' eran los descendientes de los primeros pobladores, que llegaron a la ciudad en el siglo II a. C., mientras que los 'veterani' eran los soldados licenciados llegados a València en la época de Augusto, aproximadamente a finales del siglo I a. C.
La intención del Gobierno autonómico es que el conjunto arqueológico sea visitable por parte de la ciudadanía y, al mismo tiempo, compatibilizarlo con fines administrativos.
El proyecto del Consell pretende integrar estos hallazgos arqueológicos de la calle Micalet, junto con otros elementos patromoniales como los del Centro Arqueológico de La Almoina, el Museo Catedralicio, la cripta de San Vicente o los restos conservados en el Palau de l'Almirall.