miércoles, 17 de mayo de 2017
El yacimiento de Bruñel se abrirá al público en meses
El yacimiento iberorromano de Bruñel, situado en el término municipal de Quesada —a unos 5 kilómetros del casco urbano—, podrá visitarse en unos meses. Este es el objetivo principal de las obras licitadas por la Consejería de Cultura. La adjudicación, por procedimiento abierto, acabará con los problemas de conservación del espacio. La dotación presupuestaria, financiada con fondos Feder, ronda los 360.000 euros.
El proyecto de intervención plantea la creación de una zona de aparcamiento para el público, la ejecución de un espacio de acogida e información para el yacimiento, la creación de unos recorridos accesibles que delimiten las zonas de paso, la sustitución de las cubiertas de protección de las áreas de mosaicos para permitir su visualización y evitar los problemas de humedades, y la sustitución de la cerca que separa del exterior el ámbito protegido.
En cuanto al coste previsto, la ejecución de las obras tendrá un importe de 329.119,37 euros. Además sale por procedimiento abierto el contrato para la dirección principal, la dirección auxiliar y la coordinación en seguridad y salud en las obras de intervención por 17.324,31 euros. La Junta de Andalucía también tiene previsto licitar un contrato menor para el seguimiento y control arqueológico en la ejecución de los trabajoss por 11.000 euros.
Este proyecto favorecerá la visita pública a través de un espacio de acceso y de un elemento de recepción e información que permita acoger y dirigir al visitante. Asimismo se delimitarán los recorridos públicos mediante pasarelas, plataformas y caminos para evitar el deterioro que supone la visita indiscriminada al yacimiento así como un nuevo cerramiento para el yacimiento.
El conjunto de Bruñel, inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural comprende vestigios que atestiguan la presencia humana durante más de ocho siglos. Consta de una necrópolis ibérica, que se remonta al siglo IV antes de Cristo y testimonios materiales de una ocupación romana desde entonces hasta el IV después de Cristo. Entre los restos destacan los de una villa del siglo III de la actual era, con patios, peristilos, un impluvio y una interesante colección de mosaicos. En el periodo final, la villa sufre una importante transformación que constituye un ejemplo del cambio de sistema socioeconómico de la sociedad romana de la Bética. Todo apunta a que el final fue brusco, pues hay huellas de un incendio que devastó el núcleo rural, que después quedó prácticamente deshabitado.
La apertura al público supondrá la incorporación de un atractivo para Quesada y su comarca, que se unen al Museo Zabaleta y el centro de interpretación de la pintura rupestre.