jueves, 24 de marzo de 2016

Noticia IDEAL:Los iberos saludan la primavera


En la antigua ciudad fortificada ('oppidum') Puente Tablas el sol sale más tarde. Tiene que salvar un pequeño monte que separa su flamante centro de interpretación de sus murallas. Pero cuando lo hace en estos días cercanos al equinoccio ('igual noche', que las horas de luz y de oscuridad se reparten a lo largo del día), tanto al comienzo de la primavera como luego en otoño, lo hace justo frente a la Puerta del Sol e incide directamente sobre la imagen de la diosa de la fertilidad, que luego queda oscurecida por la parte alta de la puerta, a la vez que el sol entra en el interior de las tres cuevas del santuario, una horizontal, otra hacia arriba y otra hacia abajo, como apunta el subdirector del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica (IAI), Manuel Molinos, que, junto al director, el catedrático Arturo Ruiz, durante cinco días han asistido a la recreación del rito y han explicado los detalles a todos los visitantes. El instituto además financia la instalación de la estructura de la puerta.

Allí, bajo una losa, aparecieron huesos de los animales sacrificados en rituales, y en el santuario se aprecian fácilmente las distintas estancias, el aljibe en la parte alta desde el que caía el agua y era conducida a través de una atarjea hasta un pozo, las tres piletas para la libación, el altar con su clásica forma de piel de toro o 'lingote chipriota', la capilla donde era guardada la diosa, etcétera.

El 'oppidum' de Puente Tablas, construido en el siglo VII a. n. e., es uno de los más característicos de Andalucía, también por su urbanismo. El rito recreado estos días, en las jornadas en que las nubes han dejado, demuestra el conocimiento astronómico que tenían los iberos.