Hoy, tres milenios después de su muerte, Nesiamón ha vuelto a hablar. Un equipo de científicos ha trasladado su momia al Hospital General de Leeds, la ha metido en un escáner de rayos X, ha estudiado su tracto vocal y lo ha reconstruido con una impresora 3D. El resultado es un sonido breve, similar a la vocal e, que según los investigadores sería la voz de Nesiamón que retumbaba en el templo de Karnak.
“Estamos viendo si podríamos crear algunas palabras o un canto de Nesiamón mediante una simulación por ordenador”, anticipa el ingeniero electrónico David Howard, líder del proyecto junto al arqueólogo John Schofield. Howard es el inventor de un sorprendente “órgano de tractos vocales”, un instrumento musical que toca vocales mediante un teclado conectado a laringes electrónicas y a tractos impresos en 3D a partir de escáneres de personas reales. En 2016, en un salón victoriano de su universidad, el ingeniero empleó su peculiar órgano para interpretar junto a una soprano O mio babbino caro, un aria de una ópera de Puccini.
Los científicos solo han obtenido una vocal de Nesiamón porque se han limitado a intentar recrear el sonido que emitiría el tracto en la configuración en la que quedó momificado. “Su lengua se encogió, probablemente por la deshidratación. Si tuviéramos que reproducir su habla tendríamos que crear una lengua con una forma que parezca razonable para su boca”, subraya Howard, de la Universidad de Londres.
El estudio de la momia, publicado este jueves en la revista especializada Scientific Reports, asegura que la voz de Nesiamón ha sido “reproducida con exactitud”, pero otros investigadores son más escépticos. El ingeniero electrónico Piero Cosi intentó hace tres años recrear la voz de Ötzi, un hombre que fue asesinado en los Alpes hace 5.300 años y cuyo cadáver perfectamente conservado apareció en 1991. El equipo de Cosi fue sincero y tituló así su estudio: Cuando la fantasía se encuentra con la ciencia.
“Sin conocer una infinidad de otros factores implicados en la producción de la voz, como la capacidad pulmonar, la densidad y la rigidez de las cuerdas vocales y del resto de músculos involucrados, la absorción de los tejidos y un largo etcétera, nunca se podría llegar a una reconstrucción precisa”, advierte Cosi, del Instituto de Ciencias y Tecnologías de la Cognición, en la ciudad italiana de Padua. “Sin embargo, uno puede tener una idea de la voz original”, concede. En la investigación de Cosi, la momia alpina de Ötzi proclamaba: “A, e, i, o, u”.
La impresión 3D del tracto vocal de Nesiamón se basa en una técnica propuesta por el ingeniero y bajo-barítono belga Bertrand Delvaux. A su juicio, la investigación con la momia de Nesiamón “abre un nuevo mundo de posibilidades: la recreación de voces del pasado para estudiar cómo evolucionan las características de la voz con el paso del tiempo”. Para Delvaux, la desintegración de algunos tejidos de las momias, como su paladar blando, no impide obtener un bosquejo de sus voces originales.
El equipo de Howard subraya el potencial de su investigación para “emocionar e inspirar” al público, ayudando a divulgar la historia de la humanidad. Los autores también apuntan otra posible aplicación para el futuro: ayudar a recuperar la voz a personas que se han quedado sin laringe tras un tumor. Y Howard reconoce una tercera posibilidad: utilizar el tracto vocal del sacerdote egipcio Nesiamón para sus conciertos musicales.