miércoles, 30 de octubre de 2019

National Geographic:Encuentran un escondrijo con 30 sarcófagos en Egipto


En Egipto son habituales los "escondrijos". Lugares de difícil acceso donde los antiguos habitantes del país del Nilo ocultaron, por distintos motivos, normalmente en los períodos más convulsos de su historia, grupos de momias con sus sarcófagos y ajuar funerario. Algunos de ellos son célebres por haberse descubierto en ellos un gran número de momias de antiguos faraones, como en el caso del conocido como escondrijo o cachette de Deir el-Bahari, descubierto en 1881. Se trataba de una tumba excavada en la roca para el sacerdote de Amón Pinedjem II, en la que los sacerdotes de la dinastía XXI (1076-944 a.C.) habían ocultado para su protección más de cuarenta momias, casi todas de grandes faraones de las dinastías XVIII (1539-1292 a.C.) y XIX (1292-1191 a.C.), entre ellas las de Ramsés II y Tutmosis III. Es el caso también de la tumba de Amenhotep II, descubierta en 1898 por el arqueólogo Victor Loret y también usada como escondrijo de momias durante el Tercer Período Intermedio (1076-723 a.C.). Entre las momias reales que aquí se descubrieron se encuentran las de Tutmosis IV y Amenhotep III.

Ahora, arqueólogos egipcios han anunciado el descubrimiento de un nuevo escondrijo de momias en Asasif, una necrópolis cerca de Luxor. Pero éste contiene momias de sacerdotes, nada más y nada menos que una treintena de sarcófagos antopomorfos de madera, sellados y decorados con escenas de vivos colores que representan ofrendas, textos sagrados y divinidades. En las tapas se recrea el rostro del difunto y en el interior aparecen los nombres y títulos de los propietarios. Estos sarcófagos, en un magnífico estado de conservación, estaban dispuestos en dos niveles, unos encima de otros. La mayoría (23 sarcófagos) pertenecieron a sacerdotes de Amón, aunque entre ellos se hallan también los ataúdes de cinco mujeres, que fueron cantoras de Amón en el templo de Karnak, y dos de niños.

El mayor hallazgo de momias de los últimos años

El hallazgo ha sido catalogado por las autoridades egipcias como "el mayor y más importante" de los últimos años. Y se trata del segundo escondrijo de momias de sacerdotes que se localiza en Egipto –el primero fue descubierto en 1891 en la necrópolis de Bab al-Jisus–. Mustafa el-Waziri, secretario general del Consejo Supremo de antigüedades, relata así el descubrimiento: "El pasado agosto recibí un mensaje avisándome del hallazgo. Lo primero que apareció fue el rostro de uno de los sarcófagos de madera. Tuvimos que continuar la excavación. En el primer nivel se hallaron dieciocho ataúdes y, al moverlos, aparecieron debajo otros doce".

Los sarcófagos se han datado en la dinastía XXII (943-746 a.C.) y todos están bellamente decorados. En los costados aparecen escenas de ofrendas a distintas divinidades y fragmentos del Libro de los muertos, un conjunto de textos funerarios que tenían como objetivo facilitar al alma del difunto su viaje al más allá. Durante la presentación a los medios, a la que han asistido tanto el ministro de Antigüedades Jaled al-Anani como Mustafa el-Waziri, se ha procedido a la apertura de dos de los sarcófagos, uno masculino y otro femenino, que estaban perfectamente sellados.

Lo que más ha llamado la atención de los investigadores en este hallazgo es la gran acumulación de féretros. Esto presenta algunos interrogantes, entre ellos el saber si fueron entierros individuales en origen o si se colocaron de este modo a consecuencia de un robo o si fue un traslado posterior. Los arqueólogos están convencidos, sin embargo, de que este escondrijo es "un testimonio de un período histórico inestable, marcado por el robo de tumbas y la construcción de enormes enterramientos".

Una vez restaurados, los sarcófagos serán enviados para su exposición al Gran Museo Egipcio de El Cairo, que tiene prevista su inauguración a finales de 2020. Mientras tanto, las excavaciones en Asasif proseguirán para completar los hallazgos. "No hemos encontrado ningún objeto por lo que nuevas campañas deberían llevarnos probablemente al descubrimiento de vasos canopos [recipientes donde se guardaban las vísceras momificadas del difunto]", ha explicado El-Waziri.

Descubren anclas de piedra de hace 2.000 años en la bahía del Portitxol de Xàbia


La bahía del Portitxol de Xàbia es un inmenso yacimiento arqueológico. Ha funcionado como fondeadero natural desde el siglo VIII antes de Cristo. Las embarcaciones echaban el ancha al socaire del Cap Prim y el Cap Negre. Ahora el Portitxol es un museo vivo (y sumergido) de arqueología subacuática.

Los arqueólogos Jordi Blazquez y Alejandro Pérez (son los que han realizado las inmersiones) y el director del Museo Soler Blasco de Xàbia, Joaquim Bolufer, desvelaron ayer los primeros resultados del proyecto de arqueología subacuática del Portitxol. Los investigadores han documentado más de 23 anclas y han localizado casi 40. Están convencidos de que hay muchas más.

Las tres más antiguas, de época fenicia, son líticas (de piedra). Las hay romanas, de época andalusí (muy singulares ya que los brazos están invertidos) y de la edad media y moderna (de galeones y fragatas). Las líticas, que están muy mimetizadas en el fondo marino, datan de hace 2.000 años. Las más recientes, de hace 500. Los arqueólogos también han hallado restos de ánforas y piezas de cerámica. Una de las más sobresalientes es un plato griego del siglo VI a. de C. con decoración de bajorrelieves.

Los arqueólogos han geolocalizado todos los hallazgos. Las coordenadas se las han pasado a los expertos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, quienes velan para que no se produzcan expolios. Estos especialistas del GEAS (ayer estuvieron en Xàbia el cabo primero Ángel Montero y el brigada Antonio García) colaboraron en la extracción del cepo de plomo de un ancla romana. Estaba muy a la vista y era una tentación para los piratas del patrimonio.

Los arqueólogos coincidieron en que la cantidad de hallazgos en el Portitxol es «impresionante». Este litoral, en el que hay improntas de posibles pecios (barcos hundidos), es de los que más riqueza arqueológica atesora en la Comunitat Valenciana.

Poner el patrimonio arqueológico submarino en valor


El proyecto de investigación aspira a concienciar y a difundir estos vestigios sumergidos. Se crearán rutas de buceo y también se recrearán de forma virtual los hallazgos y así, sin desplazarlos ni un milímetro del fondo marino en el que reposan, se podrán mostrar en el Museo Soler Blasco de Xàbia.

Al mismo tiempo, se concienciará sobre la importancia de preservar estos fondos marinos (por su valor arqueológico y natural). Los arqueólogos ya advirtieron ayer de que incluso los cepos de las anclas, de plomo y hierro, son extremadamente frágiles y basta intentar levantarlos para que se partan.

Mientras, el buceador Roberto García, que conoce estos fondos marinos como la palma de la mano y ha colaborado en la investigación, dijo ayer que 25 años atrás «había muchas más piezas arqueológicas». «Hay que concienciar para salvar todo lo que queda».

martes, 29 de octubre de 2019

El yacimiento del Paturro, un tesoro romano aún por explotar


La villa romana del huerto del Tío Paturro de Portman, ubicado cerca de las inmediaciones de dicho pueblo costero y perteneciente al municipio de Cartagena es un yacimiento arqueológico de gran interés histórico. A pesar de que su descubrimiento se produjo en el año 1969 y de que se realizaron algunas intervenciones en la década de los ochenta y en el año 2007, no fue hasta el año 2009, cuarenta años más tarde, cuando se comenzó trabajar y explorar el terreno de manera ininterrumpida gracias a la arqueóloga y profesora titular del Área de Arqueología de la Universidad de Murcia, Alicia Fernández, directora de las excavaciones y la investigadora principal del proyecto de la villa romana de Portman.

Durante los cuatro primeros años, el trabajo de campo se limitaba dos semanas anuales. En esa primera fase «no había mucho tiempo», tal y como explica Fernández, por lo que las intervenciones se limitaban a descubrir las crestas de los muros entre otras labores de pequeña envergadura. En el año 2015, solicitó permiso para hacer una excavación ordinaria continuada en el tiempo.
A partir de 2015 y hasta 2018, excavaban anualmente durante un mes, pero este año, gracias a una subvención concedida por parte de la Comunidad Autónoma por cuantía de 30.000 euros les ha sido posible trabajar en el yacimiento cinco meses, que concluyen a mediados del mes de noviembre.

Según explica Fernández, la villa romana perteneció a un político de Carthago-Nova. «Se trataría de su segunda residencia», comenta la arqueóloga, explicando que la villa está dividida en dos partes: la zona «habitacional» y la zona de «explotación», que, según expone Fernández estaba destinada a trabajar con esparto, que posteriormente exportaba.

«El propietario de la villa tenía un gran poder adquisitivo y le gustaba exhibirlo», explica la directora de la excavación, puesto que han encontrado pinturas, metales y mármoles entre otros elementos que así lo abalan. Sin embargo, la «difícil» situación legal del yacimiento, condiciona las ayudas económicas para continuar con los trabajos de campo y la investigación.

Y es que, aunque esté situada dentro de las limitaciones del municipio de Cartagena, no es de propiedad municipal, sino estatal. «Esto provoca que podamos optar a menos subvenciones que otros yacimientos», explica la arqueóloga, a pesar del valor patrimonial e histórico de la villa, donde hay alzados de hasta dos metros en buen estado de conservación, algo que «no es muy común de encontrar», indica Fernández.

«No sabemos si el año que viene se podrá continuar con los trabajos, todo depende de las ayudas que finalmente nos otorguen», explica directora de la excavación. Indican también la necesidad de un techado y una pasarela que, al mismo tiempo que permita las visitas del público, ayude a la conservación de los restos frente a fenómenos meteorológicos.

lunes, 28 de octubre de 2019

ABC:Reabre la Casa del Bicentenario, la última maravilla de Herculano rescatada de las cenizas del Vesubio


Es la última maravilla recuperada en Herculano, famosa en todo el mundo por las excavaciones arqueológicas de la ciudad romana fundada, según la leyenda, por Hércules, y destruida por la erupción del Vesubio, al igual que Pompeya, en el 79 d.C. Se ha abierto al público la Casa del Bicentenario, cerrada en el 1983, una de las más suntuosas de la antigüedad.

Con tres plantas y un total de 600 metros cuadrados, no es de las más grandes, pero sí es una de las más bellas de Herculano. Es un ejemplo de mobiliario de buen gusto, como una puerta de madera que se encuentra casi intacta.

Se descubrió también una famosa «cruz», que se llegó a considerar como uno de los primeros testimonios cristianos, un símbolo de la precoz difusión del cristianismo en la época romana. Incluso hoy la Casa del Bicentenario es famosa por el descubrimiento de esa «cruz». En realidad, análisis posteriores establecieron, gracias a una comparación con otros descubrimientos similares, que se trataba de un soporte de un estante.

La domus fue construida en época de Giulio-Claudia, la dinastía a la que pertenecieron los primeros cinco emperadores romanos (Augusto, Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón) que gobernaron el imperio entre el 27 a.C y el 68 d.C. Debe su nombre a que fue excavada justamente dos siglos después de las primeras excavaciones de 1738, conducidas por el célebre arqueólogo Amedeo Maiuri. La casa se cerró en el 1983 por su inseguridad, debida a las carencias estructurales.
Una casa patricia

La Domus del Bicentenario perteneció seguramente a la familia Petronii-Calatorii, empresarios de Herculano, con tres estatuas honorarias en el teatro otorgadas por el Senado local. La riqueza de esta familia de la clase social alta de Herculano se ve reflejada en esta residencia patricia, construida y decorada con todo tipo de lujos, comenzando por su rico pavimento con mosaico a la entrada, que conduce al atrio con el «impluvium» de mármol, una especie de estanque rectangular para recoger el agua de lluvia. En la casa abundan los frescos con dibujos de elementos arquitectónicos, de animales y escenas mitológicas.

Los turistas pueden ver ya algunos ambientes de la domus, pero continúan los trabajos de restauración de esta espléndida residencia, que ofrece una muestra singular de vida doméstica y de los usos y costumbres de los antiguos habitantes. Se encontraba en un lugar estratégico, a pocos pasos del Foro y del Teatro. Los visitantes pueden admirar las reconstrucciones realizadas por el arqueólogo Maiuri y las recientes restauraciones de las pinturas

La importancia de esta apertura se ha destacado con la presencia del ministro de Bienes Culturales, Dario Franceschini. En la ceremonia se ha resaltado la propia autonomía que han adquirido, desde el 2016, las excavaciones de Herculano como Parque Arqueológico independiente de Pompeya. Actualmente, unos 600.000 turistas visitan anualmente Herculano, mientras Pompeya bate récord año tras año: Más de 3.600.000 personas la visitaron el pasado año.

miércoles, 23 de octubre de 2019

National Geographic:Descubren una mochila de un guerrero de la Edad del Bronce preparado para una gran batalla


Un revoltijo de herramientas en el barro: fragmentos cilíndricos de bronce, un cuchillo también de bronce, un punzón de bronce con mango de abedul, un cincel pequeño, tres alfileres y una espiral de bronce... Todos estos artefactos fueron descubiertos en 2016 por un grupo de arqueólogos alemanes, dirigidos por Tobias Uhlig, que excava desde hace diez años en las inmediaciones del río Tollense, una cinta estrecha de agua en el norte de Alemania, a 120 kilómetros de Berlín. A pesar de que la bolsa que los contuvo se ha degradado, el barro ha conservado perfectamente todos estos objetos que cuentan una interesante historia. La historia de un guerrero que durante una cruenta batalla perdió –o se dejó– allí sus pertenencias.

La primera gran batalla de la historia... y una mochila perdida

En 1996, los arqueólogos descubrieron en esta zona las primeras pistas de una batalla de grandes dimensiones hacia el año 1250 a.C. Desde 2009, y a lo largo de las sucesivas campañas llevadas a cabo por arqueólogos del Departamento de Mecklenburg-Vorpommern de Preservación Histórica (MVDHP) y de la Universidad de Greifswald (UG), han salido a la luz 1.200 restos óseos pertenecientes a 140 individuos, además de numerosos restos de equinos, armas y objetos de bronce. Las fracturas que presentan los huesos hablan de un intenso combate cuerpo a cuerpo, y los investigadores piensan que en el conflicto participaron al menos 4.000 combatientes, de los que aún esperan encontrar más restos.

La revista Antiquity acaba de publicar los resultados del estudio de los treinta y un objetos –perfectamente preservados– que aparecieron en el fondo del río Tollense, contenidos en la bolsa del guerrero desconocido, de la cual sólo se han conservado tres cilindros finos de chapa de bronce perforados con clavos, también de bronce, que aún estaban unidos en cada extremo y que parecen haber sido los cierres de esta especie de mochila.

Según los autores del estudio, los análisis de ADN realizados a los huesos y las pruebas con isótopos muestran que algunos de estos hombres no eran de la región, sino que llegaron de zonas muy alejadas. Esta teoría quedaría confirmada con el hallazgo de este conjunto de artefactos, puesto que la similitud de los objetos de la bolsa con otros que se han descubierto en otros yacimientos del sur de Alemania y el este de Francia sugieren que, en efecto, algunos de estos guerreros recorrieron enormes distancias para participar en esta batalla. Esto demostraría que las sociedades de la Edad del Bronce europeo alcanzaron un grado de organización importante. Gracias a ello, los líderes de los distintos grupos eran capaces de movilizar a guerreros procedentes de tierras lejanas a pesar de la falta de una buena red de comunicaciones en este período.

El País:Hallados diez nuevos campamentos romanos en Galicia y Asturias


El Imperio romano levantó una tupida red de campamentos para aplacar las revueltas del norte de la Península entre los años 29 y 19 antes de Cristo, enfrentamientos bélicos que se conocen genéricamente como guerras asturcántabras. Ahora, Roman Army, un colectivo científico que estudia la presencia de Roma en el Noroeste de España, ha cuantificado en 22 los asentamientos militares que Roma construyó, de los que la mitad eran completamente desconocidos, incluyendo dos de enormes dimensiones -más de 20 hectáreas- que albergaron hasta 14.000 legionarios cada uno en Viana do Castelo y Lobeira (Ourense). Para ubicarlos se ha utilizado la tecnología LiDAR (Light Detection and Ranging), que permite radiografiar zonas boscosas o de tupida vegetación. La revista Mediterranean Archeology and Archaeometry acaba de hacer público el trabajo de esta asociación que “ofrece un escenario nuevo y radicalmente distinto sobre estas fortificaciones castrenses y el modo que se realizaron los despliegues militares”.

La hipótesis planteada por los investigadores en su trabajo es que “casi todos los sitios arqueológicos analizados tenían una ocupación temporal o estacional, estaban muy adaptados al terreno que los rodeaba y se ajustaban a las dimensiones de los contingentes militares que iban a acoger”, explica José Manuel Costa, de la Universidad de Santiago de Compostela. Es decir, respondían a una planificación perfecta y ajustada a las necesidades bélicas del momento.

Los investigadores han determinado finalmente cinco tipos de asentamientos militares. Por dimensiones, el más reducido ocupaba entre 1,5 y 2,5 hectáreas y podía acoger hasta tres cohortes, unos 1.500 hombres como máximo. Se han hallado en O Penedo dos Lobos (Manzaneda, Ourense), Cova do Mexadoiro (Trazo, A Coruña), Coto do Rañadoiro (Carballedo, Lugo) y Alto da Pedrada (Arcos de Valdevez, Viana do Castelo).

Los medianos ocupaban entre 4 y 7 hectáreas y albergaban a unos 4.000 legionarios. Estos disponían de vexilationes (destacamentos) con una gran autonomía táctica para repeler posibles ataques. Se situaban en Cabianca (Láncara, Lugo), Campos (Vila Nova de Cerveira, Viana do Castelo), A Cortiña dos Mouros (Cervantes, Lugo / Balboa, León) y Santa Baia (A Laracha, A Coruña).

Los grandes (de 10 a 15 hectáreas, que acogían una legión completa, unos 6.000 hombres) disponían de una "gran independencia operativa, al modo de una brigada contemporánea”, señala el trabajo de Costa, Joao Fonte y Manuel Gago. Fueron construidos, en su mayoría, en la zona oriental de Galicia, en concreto en los montes de Chá, Medorra (Sarría, Lugo) y Ventín (Pol, Lugo), A Penaparda (A Fonsagrada, Lugo / Santalla d' Ozcos, Asturias) y O Cornado (Negreira, A Coruña).

El cuarto tipo lo componían los llamados de "enormes dimensiones", unas 20 hectáreas. Daban albergue a "auténticos cuerpos del ejército de hasta 14.000 legionarios". Han sido localizados entre los ríos Limia y Miño, en Lomba do Mouro (Viana do Castelo, Ourense) y Chaira da Maza (Lobeira, Ourense).

Un quinto tipo lo representan los castella o fortificaciones pequeñas. Estos se han localizado en  A Recacha (Navia de Suarna, Lugo), Outeiro de Arnás (Verín, Ourense), O Castrillón (Touro, A Coruña), Alto de la Cerca (Villa Real) y O Castelo (A Estrada, Pontevedra).

"La investigación ha permitido mapear, por tanto, una serie y variedad de evidencias que resuenan fuertemente en un territorio silencioso, lo que abre las puertas a una transformación radical de las narraciones históricas tradicionales relativas a la conquista e integración de estos territorios por Roma”, concluyen los expertos.

martes, 22 de octubre de 2019

Hallan en Valdegovía un gran yacimiento de época prerromana, romana y medieval


Las obras para construir un colector de aguas residuales en Valdegovía han permitido descubrir unos importantes vestigios arqueológicos de época prerromana, romana y medieval entre las localidades de Villanañe y Villanueva de Valdegovía. Una estrecha zanja de entre 3 y 5 metros de anchura, realizada para asentar la futura tubería, ha abierto una puerta al pasado desde la que se accede a restos de diferente antigüedad. Los más antiguos son «varios silos de almacenamiento y una vasija de cerámica de la Edad del Hierro o anterior», explicó el responsable de la excavación, Leandro Sánchez Zufiaurre. La vasija con bordes decorados estaba «dentro del silo» y se encuentra «muy deteriorada, por lo que la tenemos en unas condiciones para que se estabilice antes de limpiarla y estudiarla».

«De época romana, del siglo I», han hallado «tres construcciones cuadradas, abiertas hacia un lado, con pilares y compartimentadas en dos espacios», explica este arqueólogo. «Por el tipo de material que aparece, cerámica clasificada como 'terra sigillata', es altoimperial», detalla. «No aparecen suelos, ni mosaicos y hubo cierta amortización de las estancias ya que tiene hasta cuatro fases de ocupación. También hay cerámica medieval, que aparece encima de los muros», explicó este experto tras extraer unas conclusiones preliminares. Aunque todavía «son hipótesis» —aclara—, el espacio estudiado «se utilizó desde el siglo I hasta el IV o V. Hubo un abandono al final del Imperio y fue reaprovechado en época altomedieval».

Entre las estancias aparecen «zonas con gravas de río utilizadas para pavimentar o preparar el suelo y, en el exterior, grandes bases de pilares que podrían ser espacios porticados o patios. Creemos que podía ser algún tipo de instalación en poblado cercana a la calzada romana por la que salía hacia la costa y la meseta la sal de Añana, que ya se explotaba en el siglo I. Podría ser una 'mutatio' como la de Mariturri, que como en otros casos se convierte en poblado», elucubró Sánchez Zufiaurre.
Excavar hasta la roca

Con algunas certezas y muchas cuestiones por responder «lo que tenemos claro es que lo vamos a excavar hasta dejar la roca limpia», asegura el director del equipo de Qark Arqueología. «Es un yacimiento grande e importante en tamaño y en características. Hay que documentarlo bien», destacó. La zona, que ya estaba protegida antes de la obra por la cantidad de restos que aparecían en superficie, va desde la carretera hasta el río. El extenso yacimiento, de unos 500 metros cuadrados, se encuentra en la llanura de inundación del río Omecillo conocida como El Llano de Ibarra.

Tras una primera visita guiada este miércoles para los vecinos de la zona, el Ayuntamiento de Valdegovía prevé organizar alguna otra antes de que se instale el colector. «Si en el futuro hay interés se puede continuar la excavación en otro punto. Lo que hemos excavado es una pequeñísima parte del yacimiento», aclaró Zufiaurre.

lunes, 21 de octubre de 2019

ABC:Descubren una calle en Jerusalén construida en tiempos de Poncio Pilato


El próximo diciembre se cierra una de las sagas más longevas y taquilleras de la historia del cine, la correspondiente a los Skywalker de Star Wars, que empezó en 1977 y terminará en 2019 con el estreno de Star Wars Episodio IX - El ascenso de Skywalker.

Una película que, a diferencia de otras anteriores, parece que Disney ha querido mantener en el secretismo absoluto y de la que apenas hemos visto nada promocional, por lo menos lanzado por el estudio. No obstante, con solo a dos meses vista del 20 de diciembre, la fecha en la que llegará a las salas de cine de todo el mundo, Disney ha querido lanzar el tráiler final de El ascenso de Skywalker, que podremos ver el próximo martes 22 de octubre, tal como ha anunciado la cuenta oficial en español de Star Wars a través de Twitter.

Y no solo eso, tal como anuncia el tweet, parece que se abrirá la preventa de entradas para aquellos que no quieren perderse la llegada del Episodio IX a los cines desde su primer día en cartelera. Dirigida por J.J. Abrams, El ascenso de Skywalker vuelve a contar con los protagonistas de la nueva trilogía, interpretados por Daisy Ridley, John Boyega, Oscar Isaacs y Adam Driver como el líder sith, Kylo Ren. Por otro lado, esta será la última película en la que veamos a Carrie Fisher como Leia, gracias a las imagénes de archivo que no se utilizaron en las dos entregas anteriores.

Las extensas excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en los últimos seis años han destapado una sección de 220 metros de largo de esta antigua calle cuya existencia revelaron arqueólogos británicos en 1894. Los trabajos han sacado a la luz más de 100 monedas atrapadas debajo de adoquines. Las últimas datan entre el 17 y el 31 después de Cristo, lo que proporciona una evidencia firme de que el trabajo comenzó y se completó durante el tiempo en que Poncio Pilato gobernó Judea.

«Datar usando monedas es muy exacto», asegura Donald T. Ariel, arqueólogo y experto en monedas de la Autoridad de Antigüedades de Israel, y uno de los coautores del artículo, antes de explicar que como algunas monedas tienen el año en que fueron acuñadas, si una moneda con la fecha del año 30 después de Cristo se encuentra debajo de la calle, «la calle tuvo que construirse en el mismo año o después de que esa moneda fuera acuñada».

«Sin embargo, nuestro estudio va más allá, porque estadísticamente, las monedas acuñadas unos 10 años después son las monedas más comunes en Jerusalén, por lo que no tenerlas debajo de la calle significa que la calle fue construida antes de su aparición, en otras palabras, solo en tiempos de Pilato», añade.

La calle, de unos 600 metros de longitud y unos 8 de anchura, estaba pavimentada con grandes losas de piedra, como era habitual en todo el Imperio Romano. Los investigadores estiman que en su construcción se usaron unas 10.000 toneladas de roca caliza.

La opulenta y grandiosa naturaleza de la calle, junto con el hecho de que une dos de los lugares más importantes de Jerusalén, la piscina de Siloam y el Monte del Templo, refuerza la convicción de los expertos de que la calle fue una ruta de peregrinación.

«Si se tratara de una simple pasarela que conecta el punto A con el punto B, no habría necesidad de construir una calle tan grandiosa», razonan los doctores Joe Uziel y Moran Hagbi, arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel, coautores del estudio. «Como mínimo tiene 8 metros de ancho. Esto, junto con su piedra finamente tallada y sus "adornos" ornamentados como un podio escalonado a lo largo de la calle, indica que se trataba de una calle especial».

Nahshon Szanton, de la Universidad de Tel Aviv y la Autoridad de Antigüedades de Israel, sostiene que, en parte, su construcción pudo haberse ordenado «para apaciguar a los habitantes de Jerusalén», así como para que Jerusalén encajara en el mundo romano y para «engrandecer su nombre con grandes proyectos de construcción».

Los adoquines de la calle se encontraron ocultos bajo capas de escombros, que se cree que datan de cuando los romanos tomaron y destruyeron la ciudad en el año 70 después de Cristo. Los escombros contenían armas como puntas de flecha y piedras de honda, restos de árboles quemados y piedras derrumbadas de los edificios a lo largo de su borde.

Los expertos creen posible que la calle se construyera para reducir las tensiones con la población judía, aunque no lo pueden asegurar con total seguridad. Aunque todas estas explicaciones se sustentan en documentos históricos, es probable que fuera una combinación de las tres causas.

miércoles, 16 de octubre de 2019

ABC:Descubren el complejo industrial que abastecía los suntuosos ajuares funerarios de los faraones


Los arqueólogos egipcios han descubierto en el Valle de los Reyes en Luxor un auténtico complejo industrial que abastecía los suntosos ajuares funerarios durante la décimo octava dinastía, durante la que reinaron los faraones Akenatón y Tutankamón.

La expedición arqueológica está liderada por el egiptólogo Zahi Hawass y se centra en la zona denominada Valle de los Monos (donde se encuentran las grandes tumbas). Allí busca desde 2017 las tumbas de Nefertiti y Anjesenamón, hija y viuda de Tutankamón, respectivamente.

Los investigadores han hallado treinta talleres y un horno para cocer la cerámica dedicados a fabricar todo lo necesario para acompañar al fallecido durante su viaje al más allá. «Cada uno tenía un propósito diferente», ha afirmado Hawass en una entrevista a la CNN. «Algunos se usaron para hacer cerámica -continúa el arqueólogo-, otros, para producir artilugios de oro y otros, para fabricar muebles».

«Hasta ahora sólo habíamos encontrado las tumbas reales. Esta es la primera vez que descubrimos el área donde trabajaban los hombres que las construían», ha explicado el arqueólogo a The Times. «Hemos encontrado muchas cosas que ponían en las tumbas (...) Lo hemos comparado con lo que había en el sarcófago de Tutankamón y el resultado es que parece una fotocopia».

También tenían como misión realizar las máscaras funerarias e inscribir los jeroglíficos a «escala industrial». Entre los restos han encontrado, además, un anillo de escarabajo, cientos de cuentas incrustadas y objetos dorados que se usaron para decorar los ataúdes reales y algunos grabados del conocidos como las alas del dios Horus.

Al mismo tiempo, el equipo hallaba una tumba en la parte este, denominada el Valle de los Reyes, en la que han encontrado «las herramientas que los antiguos egipcios usaban para construir una tumba real», ha señalado Hawass.

martes, 15 de octubre de 2019

ABC:Descubierto un fresco en Pompeya que revela la verdad sobre las cruentas luchas de los gladiadores romanos

Pompeya sigue viva. Sepultada en el año 79 por la erupción del Vesubio, nos sigue ofreciendo maravillas. Los arqueólogos han descubierto un nuevo y sorprendente fresco: La escena de combate de dos gladiadores en una fase crucial y final de su lucha, cuando aparece claro quién es el vencedor y quién está, inclinado sobre la rodilla, a punto de sucumbir.

Dicen los expertos que este nuevo descubrimiento causará sensación por sus dimensiones y originalidad: El fresco, de 1,12x1,5 m., recoge el instante trágico de un combate de dos gladiadores con las heridas sangrantes del vencido. Los combatientes son un «Mirmillone» y un «Trace», dos categorías de gladiadores que se exhibían en los anfiteatros de la época romana.

Hasta ahora se han encontrado escenas de gladiadores en diversos ambientes, pero en este caso la representación es extremadamente realista de las heridas, como la del pulso y la del pecho del gladiador vencido, con la sangre que sale y baña las polainas.

El arqueólogo Massimo Osanna, director del Parque Arqueológico de Pompeya, habla de «hiperrealismo trash»: “Son importantes estas imágenes, porque en Pompeya y en el mundo romano un tipo de gladiador pintado así no hay. Veo incluso algo de cómico en el gesto del perdedor que levanta un dedo como para pedir la gracia», afirma el profesor Ossanna, que adjudica la obra a un artista con un temperamento seguramente jovial. «En cualquier caso –añade Osanna- es una escena sorprendente, porque nos revela algo más sobre cómo los pompeyanos veían el mundo: con un toque de humorismo».

Taberna de gladiadores

El fresco adornaba la pared situada bajo una escalera, lo que se refleja en la pintura con su forma de trapecio rectángulo. El edificio acogía seguramente un «thermopolium» (taberna), donde era posible comprar alimentos para consumo inmediato. De ahí que los guías turísticos de Pompeya para evitar mayores explicaciones se limiten a decir que era un «fast food» –comida rápida- de la época romana.

Según el profesor Osanna , el local era frecuentado probablemente por gladiadores, porque cerca se encontraba su cuartel, mientras en el piso superior había una vivienda destinada a los propietarios del negocio o bien como era frecuente, teniendo en cuenta la presencia de gladiadores, estaba destinado a las prostitutas.

«El descubrimiento de este fresco excepcional demuestra que Pompeya es realmente una mina inagotable de investigación y de conocimiento para los arqueólogos de hoy y del futuro».

lunes, 14 de octubre de 2019

La Vanguardia:Cuando las familias alemanas se quedaron sin hijas adultas


La desigualdad social no es algo reciente. Ya existía, por ejemplo, hace 4.000 años en el sur de Alemania. Era tan común, además, que ocurría incluso dentro de una misma familia. Mientras los hijos echaban raíces en la tierra de los padres y trabajaban para mantener la riqueza familiar, las hijas desaparecían totalmente del núcleo cuando llegaban a la edad adulta.

Los análisis arqueológicos en los cementerios de la Edad de Bronce del Valle de Lech, situados cerca de Augsburgo y excavados hace más de 20 años, revelaron que algunos de los primeros agricultores estudiados eran parte de la cultura del vaso campaniforme, según detallan los investigadores del Instituto Max Planck en un estudio publicado en la revista Science .

Los análisis de ADN realizados a los restos de 104 personas, encontrados durante las obras para construir viviendas a lo largo de un río, permitieron al equipo de expertos desentrañar las relaciones y los patrones de herencia en varias generaciones de familias de alto rango que vivieron hace entre 4.750 y 3.300 años atrás y que fueron enterradas en cementerios ubicados en sus propias granjas.

Los datos muestran que las familias con un estatus superior vivían juntas con mujeres que venían de lejos y también tenían un estatus alto, según sus bienes funerarios. Además, se encontró una mayor cantidad de individuos locales, pero claramente menos acomodados, en los mismos centros funerarios, en pequeñas tumbas asociadas con viviendas individuales.

En Europa Central, la Edad del Bronce cubre el período comprendido entre el año 2.200 y el 800 antes de Cristo. Los avances tecnológicos de la época permitieron fundir bronce, un conocimiento que condujo a una temprana globalización, ya que las materias primas tuvieron que ser transportadas a través del continente Europa.

Los especialistas ya habían demostrado, en un análisis anterior, que la mayoría de las mujeres del Valle de Lech provenían del extranjero y pudieron jugar un papel decisivo en la transferencia de conocimientos. Por eso los investigadores quisieron detallar ahora los efectos de esta movilidad. “La riqueza se correlacionó con el parentesco biológico o con el origen extranjero”, escriben.

La familia nuclear transmitió su propiedad y estatus durante generaciones. Pero solo a los hijos varones. Porque no había señales de las hijas, lo que sugiere que ellas, al igual que les había pasado a sus madres, también fueron enviadas lejos para casarse, en un patrón que persistió durante 700 años.

Las únicas chicas locales encontradas eran niñas de familias de alto estatus que murieron entre los 15 y los 17 años y mujeres pobres, probablemente sirvientes. Los niveles de estroncio de tres hombres, en cambio, indicaban que aunque habían abandonado el valle durante la adolescencia, regresaron como adultos.

El ADN de la cultura del vaso campaniforme se transmitió a través de hombres de alto rango, más ricos y con más hijos, enterrados con dagas, hachas y cinceles de bronce. Esas personas tenían una variante del cromosoma Y que es común aún hoy en Europa. En cambio, los varones de bajo rango tenían diferentes cromosomas Y, mostrando una ascendencia paterna diferente.

Un tercio de las mujeres también fueron enterradas con gran riqueza: elaborados tocados de cobre, gruesos anillos de bronce y alfileres de cobre decorados. Pero eran extranjeras. Su genética las distingue de los demás entierros y los isótopos de estroncio en sus dientes, que reflejan minerales en el agua que bebieron, indican que nacieron y vivieron hasta su adolescencia lejos del río Lech.

Algunos de sus objetos funerarios, tal vez recuerdos de sus primeros años, las vinculan a la cultura Únětice, conocida por sus objetos metálicos distintivos y que se ubicaba al menos a 350 kilómetros de distancia en lo que ahora es el este de Alemania y la República Checa. Estos entierros principescos de la Edad de Bronce han señalado durante mucho tiempo la desigualdad social.

Porque, en cada cementerio de cada una de las granjas, también encontraron personas de origen local mal equipadas, lo que sugiere una compleja estructura social de los hogares, como también ocurría en la Grecia y Roma clásica. En la época romana, por ejemplo, los esclavos formaban parte de la unidad familiar, pero tenían un estatus social diferente.

Los investigadores pudieron reconstruir por primera vez árboles genealógicos de estos cementerios prehistóricos que abarcan entre cuatro a cinco generaciones. Así pudieron ver que los hermanos fueron enterrados en tumbas igualmente ricas, lo que indica que todos los hijos, no solo los herederos, obtuvieron una parte de la riqueza familiar.

“A través de las líneas masculinas, las granjas pasaron de generación en generación y este sistema fue estable durante al menos 700 años, a través de la transición de la Edad de Piedra a la Edad de Bronce. El Valle de Lech muestra cómo se puede encontrar la desigualdad social temprana dentro de los hogares individuales”, concluyen los investigadores.

viernes, 11 de octubre de 2019

Narional Geographic:La curiosa momia de la mala suerte


La colección de antigüedades egipcias del Museo Británico de Londres acoge a una inquilina muy especial, una cubierta antropomorfa pintada, de madera y yeso, que una vez cubrió a la momia de una mujer, posiblemente una sacerdotisa de Amón Re. El objeto fue bautizado hace años como la "momia de la mala suerte" (the unlucky mummy), aunque en realidad tal momia no existe, sino que se trata tan sólo de una tapa de ataúd.

La "momia de la mala suerte" se exhibe en una vitrina de la sala 62 del museo y lleva el número de identificación 22542, mide 1,62 metros, está pintada de vivos colores y cubierta de inscricpiones jeroglíficas. La representación femenina lleva peluca, un gran collar y, lo más curioso, las manos colocadas de un modo extraño, surgiendo horizontalmente de su pecho y con las palmas hacia afuera. La pieza es de una gran belleza y se data a finales de la dinastía XXI (950-900 a.C.).


Una pieza maldita

Pero ¿por qué se le puso tan nefasto nombre? Parece ser que a esta sacerdotisa, que tiene la mala costumbre de rondar por el museo por las noches, se le atribuyen las mil y una desgracias acaecidas a sus sucesivos propietarios y a quienes intentaron contar la historia de sus maldades, entre ellos algún intrépido reportero. Personajes de la talla de Yeats, Conan Doyle o Henry Rider Haggard hicieron referencia a la "momia de la mala suerte", e incluso un periódico tan respetado como The Times publicó en 1921 un artículo que hablaba de los peligros que corrían quienes se cruzaban en su camino.

La historia de esta cubierta de momia daría para escribir una apasionante novela de aventuras. Al parecer, el objeto fue adquirido a unos ladrones de tumbas por un tal Thomas Douglas Murray, miembro de un grupo de viajeros ingleses que se encontraba en Tebas entre 1860 y 1870. El viaje de regreso a Londres con el objeto fue de todo menos tranquilo. Tanto Murray como sus compañeros sufrieron diversos desastres: uno se adentró en el desierto y nunca volvió a aparecer, otro perdió un brazo a causa del disparo accidental de un sirviente. Incluso la maldición les persiguió una vez en Inglaterra: otro miembro del grupo se arruinó y otro más contrajo una grave enfermedad que lo dejó postrado.

Al final, el objeto acabó en manos de la señora Warwick Hunt, hermana de uno de los damnificados por la actuación maléfica de la sacerdotisa. Pero los habitantes de su casa empezaron a sufrir también una serie de desdichas, por lo que decidió donar el objeto al Museo Británico en 1889. En el museo siguió causando desastres, algunos poco importantes como las caídas de turistas, pero otros tan terribles como las muertes de un fotógrafo que intentó tomar una imagen del objeto o la del periodista Bertram Fletcher Robinson, que falleció en 1907 a causa de unas fiebres que algunos dijeron que estuvieron causadas por la momia, ya que el reportero se había atrevido a divulgar sus supuestos maleficios.

Acusada de hundir el Titanic

Pero la historia más fascinante que rodea a esta pieza es la que afirma que fue la causante del hundimiento del Titanic, el impresionante transatlántico, joya de la naviera White Star, que se hundió en el Atlántico norte el 12 de abril de 1912. ¿Cómo surgió semejante historia? Al parecer, la leyenda sobre una momia maldita que iba en el barco fue lanzada por el periodista y espiritista William T. Stead, que viajaba a bordo del Titanic (y no sobrevivió). Reunido con otros viajeros en el salón de fumadores contó un relato de miedo protagonizado por las hazañas de la momia maldita, y añadió que viajaba a bordo del navío, enviada por su nuevo propietario, un multimillonario estadounidense, a su país. Pero aún hay más, ya tras el hundimiento surgió otra increíble historia sobre las peripecias de la "momia de la mala suerte". Según ésta, el objeto flotó y fue recogido por una empresa de salvametno que lo llevó a EE. UU. e intentó devolverlo a su propietario, que estaba en Londres. Pero el barco que transportaba a la "momia de la mala suerte" de nuevo a Inglaterra, el Empress of Ireland, también se hundió, y el sarcófago fue de nuevo recuperado de las aguas. Pero no acabarían aquí las tragedias. La momia fue entregada al káiser Guilermo, en Alemania, y poco despues dio inicio la primera guerra mundial.

Evidentemente, en torno a la cubierta de ataúd de la supuesta sacerdotisa de Amón Re se mezclan todo tipo de informaciones, algunas verdaderas, otras rumores y la mayoría auténticos disparates, pero se inscribe dentro de la tradición sobre las maldiciones de antiguas momias egipcias, tan del gusto de la época. En todo caso, no queda ningún rastro del amuleto que según algunos rumores llevaba en su cabeza y rezaba así: "Despierta de tu postración y el rayo de tus ojos aniquilará a todos aquellos que quieran adueñarse de ti".

El hermoso sarcófago de la sala 62 del Museo Británico continúa observando a los visitantes con su media sonrisa y su expresión amable, y hace mucho tiempo que no se ha tenido que lamentar ninguna desgracia entre los miles de turistas que cada día acuden a la institución londinense. De hecho, la mayoría pasa por delante de la "momia de la mala suerte" y ni siquiera se para a echarle un somero vistazo...

jueves, 10 de octubre de 2019

Amenazado el legado histórico de Tarragona


Durante los últimos años, el anfiteatro romano de Tarragona se ha postulado como el icono de la ciudad. La postal. Con 2.000 años de historia y junto al Mediterráneo, la visión que ofrece el monumento, que forma parte del conjunto declarado patrimonio de la humanidad, es única. El anfiteatro es plató de rodajes, escenario de espectáculos y galas y uno de los más visitados de la ciudad, casi 200.000 personas al año. La decisión de cerrarlo por una cuestión de seguridad ha puesto en evidencia los problemas de gestión y la falta endémica de inversión en el mantenimiento de los monumentos. A falta de una visión estratégica, el patrimonio ha vuelto a convertirse en arma arrojadiza entre políticos. Ciudadanos ya ha recurrido a la Fiscalía.

Las críticas caen en todas direcciones. A principios de abril se detectó una grieta que obligó a cerrar parcialmente el anfiteatro y apuntalar uno de los muros levantados en las gradas, reconstruidas a finales de los años setenta. Se encargó un informe para evaluar el estado del monumento en su conjunto y, finalizada aquella intervención de urgencia, durante el verano, el anfiteatro ha sido escenario de varios espectáculos. Son los meses de máxima afluencia de turistas.

El informe sobre el estado del conservación del anfiteatro llegó al Ayuntamiento hace unas tres semanas, con unas conclusiones más que contundentes. El documento alertaba sobre el peligro de desprendimientos “por grave deterioro”. Sin embargo, el actual equipo de gobierno tardó 17 días en tomar la decisión: cerrar el anfiteatro de forma indefinida. El nuevo edil de Patrimonio, Hermán Pinedo (En Comú Podem) lo anunció en rueda de prensa: “Estamos actuando por prudencia y seguridad, porque no queremos poner en riesgo la seguridad de las personas”, dijo entonces sin haber informado a la dirección general de Patrimoni Cultural.

La que ha sido durante los últimos cinco años y hasta mayo la concejal de Patrimonio, Begoña Floria (PSC), considera que el actual equipo de gobierno ha actuado de forma irresponsable. “Cerrar el monumento en su totalidad ha generado un exceso de alarmismo y daña enormemente la imagen de la ciudad. Si como dicen es una urgencia y no una emergencia, podrían haber cerrado parcialmente el anfiteatro”, mantiene la concejal, ahora en la oposición, que pone como ejemplo la situación de “emergencia” que se produjo el pasado febrero por desprendimientos en el Teatre Tarragona, que ocho meses después, sigue cerrado.

“Lo ideal es cerrar sólo lo imprescindible, seguramente se podrían mantener las visitas hasta la primera terraza y no cobrar la entrada”, mantiene Joaquín Ruiz de Arbulo, catedrático de Arqueología Clásica de la Universitat Rovira i Virgili (URV). También algunos técnicos municipales de patrimonio han mostrado su desacuerdo con la decisión del cierre total e indefinido. Sin embargo, ayer, el portavoz del gobierno municipal, Xavier Puig (ERC), no sólo refrendó lo acordado sino que, además, extendió la prohibición de paso por las escaleras públicas laterales, que dan acceso a la escuela ubicada junto al monumento. “Es por una cuestión de prudencia”, explicó Puig quien lamentó que Ciudadanos haya acudido a la Fiscalía para que investigue si se ha producido un posible delito sobre daños o imprudencia con el patrimonio histórico. “Nos parece una actuación poco coherente porque el problema que tenemos ahora y que quieren resolver de cualquier forma viene de años atrás y de no haber apostado fuerte por la conservación del patrimonio; Ciudadanos avaló las cuentas socialistas que sólo destinaban 15.000 euros para su mantenimiento”, aseguró Puig. Según Floria, “muchas partidas destinadas al patrimonio están integradas en el apartado de mantenimiento general de la ciudad” y explica que entre el 2001 y el 2016 se ha invertido en el patrimonio histórico “39 millones de euros, que incluyen las aportaciones de todas las administraciones y los gastos del personal adscritos en esta área”. Una cifra que distaría mucho de los cien millones de inversión que supuso la celebración de los Juegos Mediterráneos, el proyecto bandera del anterior gobierno municipal.

“Tarragona debería ser la capital arqueológica romana de Catalunya. El problema, como pasa en todas partes, es que no se destina inversión para mantenimiento” afirma Ricardo Mar, doctor en Arquitectura, profesor de arqueología de la URV y asesor municipal cuando, hace casi 19 años, la Unesco declaró patrimonio de la humanidad el conjunto arqueológico de Tarraco. “La gran asignatura pendiente es la creación de un ente gestor, como el que tiene Mérida, por ejemplo, con poder ejecutivo y que integrara todas las administraciones implicadas; así se actuaría de una forma coherente y coordinada porque el Ayuntamiento de una ciudad de 120.000 habitantes no puede asumir en solitario la conservación de todo este legado”, añade.

Esta figura, que también exige la Unesco, no ha podido constituirse en Tarragona por desencuentros políticos y falta de liderazgos. “Cuando estábamos a punto de firmar, el Govern y en aquel momento el conseller Tresserres se echaron atrás; luego cambió el marco administrativo y no ha podido crearse”, explica Floria, quien reconoce que “no hay una visión transversal de proyecto de ciudad en el que todos los partidos estén de acuerdo”.

La falta de una visión a largo plazo para gestionar el patrimonio y trabajar en paralelo los tres aspectos que destacan expertos como Ruiz de Arbulo, la investigación, la conservación y la difusión, ha comportado actuaciones unilaterales y polémicas como la restauración de una parte de las gradas del circo romano, que fue denunciada por un arqueólogo y motivó la inspección por parte de Icomos (Unesco).

miércoles, 9 de octubre de 2019

ABC:Cuatro décadas del hallazgo de la enigmática máscara de actor en el yacimiento utrerano de Olivar Alto


Los que estaban aquel día en el yacimiento arqueológico utrerano del «Olivar Alto» -un pequeño cerro muy cerca del casco urbano en la zona que ocupa actualmente la barriada de El Tinte-, nunca olvidarán el momento en el que apareció el que sigue siendo a día de hoy uno de los hallazgos arqueológicos más importantes y enigmáticos de la historia de Utrera. Todos ellos estaban trabajando en el descubrimiento de una necrópolis con más de un centenar de enterramientos de época ibera, turdetana y romana, cuando de repente, encima de una de esas urnas, apareció una máscara de actor o actriz, de origen romano y que los miraba a todos con una indudable expresión de tristeza.

¿Quién era la persona que fue enterrada en esa tumba en particular? ¿Por qué sus seres queridos quisieron que la citada máscara descansara junto a los restos de esta persona? Son preguntas que cuatro décadas después de este fabuloso hallazgo siguen sin respuesta con respecto a esta pieza, que está datada en el siglo I de la era cristiana y que puede contemplarse en la actualidad en una de las salas dedicadas a la Prehistoria del Museo Arqueológico Provincial de Sevilla. Una máscara que impresiona por el realismo de su expresión, por la humanidad de su rostro en el que se muestra el pesar por la pérdida de un ser querido.

Se trata de una obra elaborada en barro, que apenas tiene 20 centímetros de altura y 18 de anchura y que según la catalogación realizada por los especialistas del Ministerio de Cultura «simboliza la protección del alma del difunto en el mundo de los muertos, como así atestiguan diversas tumbas y santuarios en el mundo romano mediterráneo desde época helenística. Constituye un testimonio excepcional para entender los procesos de cambio y asimilación de las poblaciones indígenas del Bajo Guadalquivir en lo referente a las prácticas funerarias durante la Romanización».

El utrerano Pedro Hurtado, un auténtico «Indiana Jones» de la campiña sevillana, que a lo largo de las últimas décadas ha destacado tanto en su faceta de escultor como de aficionado a la arqueología y buscador de tesoros, fue la primera persona que intuyó la existencia de un yacimiento con cierto valor histórico en esta zona de Utrera, por lo que fue el encargado de avisar a las autoridades competentes. Rápidamente se puso en marcha un operativo importante para la época, comandado por Diego Oliva.

Por aquellos tiempos, el actual historiador municipal y responsable de patrimonio histórico en Utrera, Javier Mena, tenía sólo 14 años pero recuerda completamente como se trató de un hallazgo que le sirvió «para enamorarme del mundo de la arqueología», en un yacimiento en el que además «colaboramos en determinadas labores varios chavales que estábamos en aquel momento estudiando en el instituto». Mena no olvidará nunca el momento en el que apareció la citada máscara, que se trata de una pieza muy valiosa y poco común, y destaca que se trató de un instante «muy especial y una auténtica gozada».

En total se encontraron 106 sepulturas, en cada una de las cuales se alojaba un recipiente con las cenizas del difunto, acompañado además de determinadas cerámicas y componentes del ajuar funerario. Una serie de elementos en los que se entremezclan la tradición turdetana con las costumbres ya propias de la civilización romana, por lo que se trata de un yacimiento que se puede decir que estaba entre dos mundos y en el que es posible comprobar como los pobladores de la zona estaban ya asimilando las incipientes costumbres romanas.
Lacrimatorios

Además de la «Tumba de la Máscara», se encontraron en este yacimiento otras piezas verdaderamente curiosas, como es el caso de unos pequeños recipientes de cristal que para la mirada profana son difíciles de identificar pero que guardan también una bonita historia. Como explica el propio Javier Mena, se tratan de «lacrimatorios de vidrio, donde se depositaban las lágrimas que o bien la familia o las plañideras habían vertido por el difunto en cuestión y posteriormente se adjuntaba en el ajuar funerario, para que el difunto fuese enterrado con las lágrimas de sus seres queridos». A todo ello hay que unir vasos cerámicos, platos, espejos y pequeñas piezas de marfil, que constituyen un pequeño tesoro que sirvió para estudiar las costumbres funerarias en el comienzo de la era cristiana en tierras andaluzas.

La situación de la necrópolis indica la cercanía en aquella época de un núcleo importante de población en las proximidades, e incluso posteriormente tuvo lugar el descubrimiento de una serie de enterramientos de época calcolítica muy cerca de este yacimiento, lo que indica que se trata de una zona históricamente muy poblada.

Utrera ha sido históricamente un enclave poblado por un importante ramillete de culturas y civilizaciones, quienes han aprovechado su buen clima, su privilegiada tierra para el cultivo y su posición estratégica. Son muy numerosos los hallazgos arqueológicos que se han descubierto en su término municipal, pero realmente pocos alcanzan el nivel de realismo, emotividad y de sorpresa que supuso la aparición de esa máscara de actor que hace cuarenta años dejó con la boca abierta a todo un equipo de buscadores de tesoros y que a día de hoy sigue dejando en el aire muchas preguntas.

martes, 8 de octubre de 2019

National Geographic:Encuentran una piedra de forma fálica en Suecia


La arqueóloga sueca Gisela Ängeby, del Museo Histórico Nacional de Suecia, ha hecho un descubrimiento sorprendente mientras realizaba unas excavaciones en Rollsbo, cerca de la ciudad de Gotenburgo. Se trata de una gran escultura de piedra de forma fálica que mide unos 52 centímetros de alto.

¿Rituales de fertilidad?

Los arqueólogos pensaron en un principio que el lugar era una tumba de la Edad del Bronce (1800-500 a.C.), aunque tras los trabajos preliminares han llegado a la conclusión de que lo más probable es que se trate de un lugar donde se llevaban a cabo ciertos sacrificios relacionados con la fertilidad. Alrededor de la piedra se han encontrado restos de hollín y dos pequeños huesos quemados (posiblemente de animales). Cerca del monumento se ha descubierto asimismo una especie de martillo de piedra. Los análisis arqueobotánicos que está previsto hacer a los materiales encontrados quizá revelen restos de cereales quemados, que fueron presentados como ofrendas. Tal vez podrían estar relacionados con la erección de la piedra fálica y con rituales de fertilidad.

Según ha explicado Gisela Ängeby, la piedra "tiene una marcada forma fálica. Cuando la encontré pensé 'Dios mío, no puede ser verdad'. Mostré la foto a mis colegas y no hubo discusión. Su forma es muy parecida a un falo".

Este tipo de hallazgos no son extraños, puesto que a veces se han localizado piedras fálicas en las excavaciones arqueológicas. Son objetos, según los expertos, relacionados con el poder y con la potencia sexual. Pero lo que hace de esta pieza algo tan especial es, indudablemente, su gran realismo.

lunes, 7 de octubre de 2019

ABC:La «Nueva York» de la Edad del Bronce emerge en Israel


Cerca de una carretera en el norte de Israel hay una extensión de restos arqueológicos que en la Edad del Bronce formaron una megalópolis donde vivían 6.000 habitantes, una urbe destapada tras más de dos años y medio de excavación que es la más grande de la época descubierta hasta ahora en la región.

La existencia del yacimiento era conocida por los arqueólogos desde hace tiempo, pero no fueron conscientes de su importancia hasta que comenzaron sus trabajos en el lugar, comenta una portavoz de la Autoridad de Antigüedades israelí, que ha difundido los detalles más relevantes sobre esta ciudad de más de 5.000 años de antigüedad.

En sus tiempos de esplendor fue «la Nueva York de la Edad del Bronce temprano» del área, «una ciudad cosmopolita y planificada en la que vivieron miles de habitantes», destacan los arqueólogos Itai Paz, Yitzhak Paz y Dina Shalem, que dirigieron la excavación. «Este lugar cambia radicalmente» los conocimientos sobre el inicio de la urbanización en la región y marca «una época fascinante» en la que se localizan «los primeros pasos de la cultura» de los habitantes de la histórica tierra de Canaán (que incluía a los actuales Israel y Palestina y parte del Líbano, Siria y Jordania), remarcan los expertos.

La ciudad, de unas 65 hectáreas de dimensión, se desarrolló según «un funcionamiento administrativo» y una planificación urbanística «impresionante», estaba rodeada de una fortificación amurallada y contaba con calles y avenidas trazadas de manera organizada. En ella se han encontrado herramientas procedentes de Egipto. Sus residentes, que vivían principalmente de la agricultura, se dedicaban también al comercio «con distintas regiones, culturas y reinos» de la época, lo que es indicativo de su desarrollo dinámico.
Los restos más relevantes

En el yacimiento destacan las estructuras de los antiguos inmuebles que lo componen, que incluyen «edificios públicos» y son «una indicación de la sociedad organizada y la jerarquía social que había en el momento». Entre los restos más relevantes está «un templo ritual inusual que llama la atención por sus dimensiones» y su patio, donde permanece una cuenca de piedra en la que se realizaban rituales religiosos.

En este espacio se han encontrado «huesos de animales quemados», que son una «evidencia de ofrendas de sacrificio», y pequeñas figuras con formas de animal que permiten conocer detalles «sobre la vida espiritual de la comunidad que vivió en el sitio». También se han recuperado millones de fragmentos de cerámica, herramientas de sílex y vasijas de piedra, utensilios que sus habitantes utilizaban en su vida cotidiana.

Además, los arqueólogos descubrieron otro asentamiento del período calcolítico de 7.000 años de antigüedad bajo los fundamentos de la vasta ciudad, lo que evidencia que la zona, donde había dos abundantes manantiales de agua, estuvo habitada desde tiempos remotos. A partir de ahora, el yacimiento se cubrirá temporalmente para su preservación, y en el futuro por encima suyo pasará una vía de acceso a la carretera de las cercanías que estará a una altura suficiente para que los restos sean protegidos.

sábado, 5 de octubre de 2019

Descubrimiento de un circo y un posible anfiteatro romano en "Úbeda la Vieja"


El yacimiento arqueológico de la ciudad romana de Salaria, más conocido como “Úbeda la Vieja”, podría encerrar nuevos tesoros arquitectónicos de antiguas civilizaciones. Un estudio revela el descubrimiento de un circo y probablemente también un anfiteatro romano.

Dicho trabajo, cuyos autores prefieren mantener su identidad en el anonimato y que obra en poder de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento de Úbeda desde el pasado mes de mayp, ha permitido confirmar la existencia de un circo romano, de unas dimensiones aproximadas de 340 metros de largo x 82 metros de ancho y que se construyó en un lugar óptimo con un máximo aprovechamiento de los desniveles del terreno para poder disponer directamente sobre el mismo las hileras de gradas.

Los resultados objetivos, a partir de fotografías aéreas, dice el citado estudio, “no dejan lugar a dudas en cuanto a que la anomalía que se observa en el subsuelo se trata de un circo romano”, que tiene unas dimensiones que concuerdan perfectamente con las de este tipo de construcciones.

En relación al anfiteatro romano, el resultado de los estudios también parece indicar “con un alto grado de probabilidad” su existencia. La anomalía en el terreno de forma ligeramente elíptica con unas dimensiones aproximadas de 100 metros de largo por 77 metros de ancho, se ajustan perfectamente a las dimensiones habituales de un anfiteatro romano y en el terreno se observan importantes problemas de crecimiento de los olivos plantados, lo que también es indicativo de la existencia de elementos en el subsuelo.

En cualquier caso, a pesar del nivel de certeza elevado, según el informe, en el caso del anfiteatro la confirmación no llega a ser absoluta como en el caso del circo romano.

También se ha localizado en el propio armazón de piedra del puente romano existente sobre el rio Guadalquivir, conocido como el "puente viejo", una piedra formando parte de la estructura de dicho puente en la que se parece apreciar una inscripción en árabe.

Para el trabajo se ha utilizado la tecnología LiDAR: un sistema láser de detección por luz a distancia que está permitiendo importantes descubrimientos arqueológicos como el circo romano de Cástulo en Linares o anfiteatro en el yacimiento arqueológico de Torreparedones en Baena (Córdoba).

El Yacimiento de 'Úbeda La Vieja' constituye uno de los principales yacimientos arqueológicos de la zona.

viernes, 4 de octubre de 2019

Hallan en Mallorca un barco romano hundido hace 2.000 años lleno de 'Garum"


Un barco romano hundido en el siglo III d.C. acaba de ser encontrado frente a las costas de Mallorca. Se trata de un pecio de pequeño tamaño, cuya misión principal era el transporte de víveres desde las costas españolas hasta Roma. Sin embargo, algo terminó ocurriendo para que acabase en el fondo del mar... y con él todo su contenido que, 18 siglos después de hundirse, ha podido ser recuperado en perfecto estado de conservación y con sus inscripciones intactas.

El Instituto Balear de Estudios de Arqueología Marítima se ha encargado de recuperar y documentar todos los objetos que se han encontrado en el pecio, en el que toma mucho valor su contenido. Y es que se han encontrado 100 ánforas perfectamente selladas que contenían en su interior víveres con destino a la capital del imperio, con contenidos como aceite de oliva, vino y garo, una salsa a base de vísceras de pescado muy apreciada en Roma y conocida hoy popularmente entre los historiadores como 'ketchup romano'.

Los expertos consideran que el barco no se hundió por una tormenta sino que su hundimiento se produjo por culpa de una mala maniobra a bordo, que habría producido una fuga en el casco que generó que pronto se anegara de agua y lo mandara al fondo del mar. Esta teoría es la más plausible dado el alto grado de conservación en el que se encontró su carga. En caso contrario, la carga estaría dispersa y rota por muchas partes.

"En lo que respecta a la arquitectura naval, este naufragio es uno de los mejor conservados en todo el Mediterráneo del Bajo Imperio romano", aseguró el departamento de Cultura de Mallorca en un comunicado. El buen estado de las ánforas —esos jarrones tradicionales con dos asas y el cuello estrecho— permitirá que puedan ser expuestas en el museo de la ciudad, aunque su importancia es aún mayor por haber podido recuperar su contenido intacto.

Lo principal es que han podido hallar garo en el interior de las vasijas, una salsa conocida como 'el ketchup romano'. Se trataba de un preparado con el que aderezar la comida, hecho con vísceras de pescado: estas se echaban en un gran recipiente, donde se mezclaba con una serie de especias aromáticas y mucha sal para, después, dejarlo secar durante muchos meses al aire libre. Cuando la mezcla fermentaba, se filtraba el líquido, que era usado en guisos.

Precisamente ese guiso es el que se ha encontrado en las ánforas, si bien antes se tiene que llevar a cabo un proceso de desalinización para poder acceder a su contenido. Más de 18 siglos en el fondo del mar han provocado que la sal que ha accedido a su interior haya cristalizado y, por ello, es necesario llevar a cabo un proceso para evitar que los envases se puedan fragmentar por la acción de este material solidificado. Será en un par de meses cuando se pueda ver su contenido.

Estas vasijas se han encontrado guardando perfectamente la verticalidad en el fondo del mar, en buena parte gracias a una serie de fibras vegetales halladas junto a ellas. Se tratan en gran medida de sarmiento y de ramas de la cepa de la vid, utilizadas para fijar las ánforas y también para amortiguar los hipotéticos golpes que pudieran sufrir entre ellas, evitando posibles roturas por impacto. Gracias a ello, dos milenios después se han podido hallar en perfecto estado de conservación.

jueves, 3 de octubre de 2019

ABC:Encuentran por casualidad el templo del faraón Ptolomeo IV en el Alto Egipto


Unas obras de saneamiento en la orilla oeste del río Nilo en el Alto Egipto (Kom Shaqao, Sohag) han dejado al descubierto los restos del templo de Ptolomeo IV, el cuarto faraón de la Dinastía Ptolemaica, que gobernó desde 222 hasta 205 a. C.

Hijo de Ptolomeo III y Berenice II, el comienzo de su reinado coincide con el inicio del declive del imperio. Ptolomeo IV Filopátor está considerado por los historiadores griegos como un gobernante débil que fue manipulado por los funcionarios alejandrinos, a pesar de la gran victoria en la Batalla de Raphia.

Tras el fortuito hallazgo, se han paralizado los trabajos para permitir a los arqueólogos realizar su labor. De este modo, han desenterrado la esquina suroeste del templo y los restos del muro que se dirigía del norte al sur, con varios pisos de piedra caliza.

El secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Mostafa Waziri ha afirmado en un comunicado que, después, los trabajos se centraron en el sur, donde las ruinas descubiertas presentaban inscripciones del antiguo dios egipcio Habi, acompañado de muchos animales diferentes, y restos de textos que contienen el nombre de Ptolomeo IV.

También se ha encontrado otro muro en dirección oeste, cubierto con losas de piedra caliza.

Kom Shaqao es la capital de la décima región de Egipto, se encuentra al oeste de la ciudad de Tama y antes era conocida como Wagit. De hecho, la mención más antigua aparece en la Cuarta Dinastía, en el templo de Hathor.

miércoles, 2 de octubre de 2019

ABC:Descubierto uno de los crímenes más antiguos de la Península Ibérica en Cádiz


El análisis de una tumba hallada en la necrópolis descubierta cuando se construía un campo de hockey en San Fernando (Cádiz) ha permitido sacar a la luz un doble caso de muerte violenta ocurrido hace más de 6.200 años.

Ha sido gracias a un estudio internacional, en el que han participado las universidades de Cádiz, Granada, Almería y Tübingen (Alemania), publicado en el International Journal of Paleopathology.

El profesor de Prehistoria de la Universidad de Cádiz, Eduardo Vijande, explica en un comunicado que la investigación ha concluido que «ambos individuos, varones y adultos, fueron enterrados en momentos distintos y presentan signos de violencia interpersonal».

El yacimiento del campo de hockey fue excavado en el 2009 por la empresa Fligina S.L., bajo la dirección de Vijande, y permitió estudiar un poblado insular que fue habitado por una comunidad neolítica relacionada con el medio marino.

En este yacimiento se pudo documentar una necrópolis de fosas con 59 tumbas y 73 individuos, ya que, aunque la mayoría de los enterramientos eran individuales, se localizaron diez dobles y una cuádruple.

De todos los individuos solo dos presentaban heridas «perimortem» y ambos estaban enterrados en la misma sepultura, una tumba en fosa circular con dos metros de diámetro.
Tumba monumental

«Lo más significativo es que ambos fueron enterrados en la tumba más monumental y una de las que presentaba uno de los ajuares más destacados de toda la necrópolis», sostiene a Efe Vijande, quien subraya la presencia de elementos exóticos como un ámbar o un hacha de silimanita (materias primas de lejana procedencia).

«Estos elementos indican la relevancia de los individuos inhumados en esta tumba», señala el profesor.

Los dos fueron enterrados en momentos diferentes, ya que, según este estudio, se reabrió la tumba para inhumar al segundo. Los análisis macroscópicos y radiográficos de los cráneos permitieron documentar heridas en el lado derecho de ambos cuerpos.

El primero era un adulto de 25 a 35 años, y el segundo un adulto de 40 a 50 años, con heridas perimortem que «pueden haber contribuido a la muerte de los individuos».

«Los individuos presentan signos de violencia interpersonal», explica la investigadora Lydia P. Sánchez-Barba, que matiza que por el tipo de fracturas pudo ser accidental o intencional, aunque por la ubicación y el tipo de lesión se inclina por lo segundo.

«Ninguno de los dos individuos examinados presentan fracturas en esqueleto poscraneal, lo que sugiere que no fueron producidas por una caída», añade.

Sánchez-Barba destaca el hecho de que ambos fueran enterrados en la misma tumba «hace que este caso resulte particularmente interesante».
Abrazados

No es el único enterramiento múltiple llamativo que se ha producico en esta necrópolis. En 2010, Eduardo Vijande Vila, director de la excavación en el Campo de Hockey de San Fernando (Cádiz), anunciaba el hallazgo de una tumba en la que se encontraron dos individuos abrazados, frente a frente (un adulto de 35-40 años, cuyo sexo está pendiente de confirmar, mientras que el otro corresponde a una niña de unos 12 años).

Constituye uno de los pocos casos de «abrazo» conocidos, junto al de los «amantes de Valardo», descubierto en Mantua en 2007.

martes, 1 de octubre de 2019

Un tesoro romano oculto bajo la cárcel de Carabanchel


El Colegio de Arqueólogos de Madrid ha iniciado los trámites para que los restos romanos hallados en Carabanchel sean declarados Bien de Interés Cultural. Son unas 40 hectáreas de terreno, la mayoría sin excavar, en las que, según los expertos, podría estar enterrado el yacimiento arqueológico de los siglos I y II más importante hallado en la Comunidad de Madrid.

Los primeros restos fueron hallados en 1903 y, los últimos, en 2005, durante las obras en Vía Carpetana. Los estudios apuntan que el subsuelo del parque Eugenia de Montijo y los restos de la antigua cárcel albergan mucho más que un poblado, e incluso podrían llegar a albergar una antigua ciudad romana.

Los propios vecinos de Carabanchel, que pasean por la zona a diario, se están movilizando para proteger este patrimonio. “Lo que a primera vista parece un descampado en el Parque de Eugenia de Montijo esconde buena parte de nuestra historia: el yacimiento romano de Carabanchel y la ermita de Santa María la Antigua, una iglesia del siglo XIII construida sobre un templo anterior con un entorno que incluye una vía pecuaria y los restos de la cárcel”, indican desde el Colegio de Arqueólogos.

Los terrenos, indican los expertos, están en constante peligro. “El último desvarío ha sido el intento de crear un huerto urbano que fue paralizado, en buena parte, por la presión de asociaciones como Carabanchel, Historia y Patrimonio que solicitaban que al menos se hiciera con el seguimiento arqueológico preceptivo por ley”, añaden.

El pasado 19 de septiembre, esta asociación, con la colaboración del Colegio de Arqueólogos del CDL Madrid, organizaron la jornada de difusión “Yacimiento de Carabanchel: Patrimonio en Riesgo” en el IES Vista Alegre. Declarar la zona como Bien de Interés Cultural le daría mayor protección y permitiría iniciar proyectos futuros para excavarla.