lunes, 31 de diciembre de 2018
ABC:Las intensas lluvias destapan dos bustos funerarios romanos de hace 1700 años enterrados en Israel
Dos bustos funerarios romanos de unos 1.700 años de antigüedad fueron encontrados por casualidad en la ciudad israelí de Beit Shean, en el norte del país, tras las intensas lluvias de los últimos días, según se anunció este domingo.
A principios de diciembre una vecina que paseaba por el cementerio de Beit Shean vio una pequeña cabeza de piedra asomando del barro, según informó un comunicado oficial de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI).
La mujer, su marido y un equipo del AAI desenterraron juntos un busto y, mientras trabajaban, encontraron otro al lado.
El jefe adjunto de la unidad de Prevención de Robos de la AAI, Eitan Klein, indicó que los dos bustos son de estilo oriental, cada uno pesa 30 kilos, están hechos de piedra caliza y los data en el período romano tardío (siglos III-IV después de Cristo). En aquella época, en Beit Shean había una población diversa, según el arqueólogo, que incluía a romanos, cristianos, judíos y samaritanos.
Por la prohibición judía de reproducir imágenes humanas, Klein especula que los bustos no eran ni de judíos ni de samaritanos. «Estos bustos, hechos de caliza local, muestran características faciales únicas, detalles en la ropa y de peinado», declaró Klein.
Por lo menos uno de ellos representa a un hombre con barba. «Este tipo de bustos se colocaban cerca o dentro de una cueva de enterramiento y probablemente fueran una representación del fallecido en líneas generales», explicó.
El inspector de la misma unidad de la AAI Nir Distelfeld valoró el descubrimiento como de «gran importancia» y aprovechó para agradecer a la vecina que los encontró, quien recibirá un certificado de apreciación. Además pidió a la ciudadanía que esté atenta, ya que con las lluvias es frecuente que tesoros arqueológicos queden al descubierto.
sábado, 29 de diciembre de 2018
National Geographic:Las perlas, las joyas favoritas de las romanas
He visto a Lolia Paulina cubierta de esmeraldas y de perlas entrelazadas; las joyas resplandecían por toda su cabeza, en la cabellera trenzada, las orejas, el cuello y los dedos, sumando cuarenta millones de sestercios". Esto escribía el naturalista Plinio el Viejo, a mediados del siglo I a.C., a propósito de la tercera esposa del emperador Calígula.
Aunque pocas mujeres podían igualar su nivel de lujo, el gusto de Lolia Paulina por las perlas estaba muy generalizado en la Roma imperial. Su uso como adorno y símbolo de estatus propició un intenso comercio con las regiones productoras, situadas principalmente en Oriente. Este origen se manifestaba en el nombre mismo que se les daba en latín, "margarita", que a través del griego procedía en último término del sánscrito mangara, "ramillete de flores". En la Antigüedad se conocían cuatro regiones perlíferas: el mar Rojo, el golfo Pérsico, India y Ceilán, a las que se sumaban algunas zonas de China. A Roma llegaban, a través del comercio, perlas de diversas calidades, tamaños y colores. Las más apreciadas fueron las del mar Rojo y el golfo Pérsico, por su gran calidad y brillantez. Menos valoradas eran las perlas del mar Negro, pequeñas y de tonalidad rojiza, y las de Acarnania, en Grecia, muy bastas, de gran tamaño y tintes marmóreos. Las perlas de río de Britania, más oscuras y con tonalidades áureas, se convirtieron en las más cotizadas del occidente del Imperio, mientras que las de Mauritania eran apreciadas por su pequeñez.
Pescadores de perlas
Las fuentes aportan poca información sobre cómo se realizaba la recolección de perlas. Algunos autores señalan que esta actividad, muy asociada a la pesca, se hacía en verano, ya que se creía que la ostra pasaba el invierno a resguardo en las profundidades del mar. Claudio Eliano escribía que "sólo se pescaba cuando hacía buen día y el mar no se movía". Los pescadores se sumergían en el agua y buceaban hasta encontrar las ostras, que iban guardando en una red hasta que salían al exterior para respirar, volviendo a repetir esta operación varias veces. Dadas las dificultades y los riesgos de esta actividad, era habitual que la llevaran a cabo criminales condenados, controlados por las autoridades locales. Sin embargo, se sabe que en China las perlas se cultivaban a veces de forma artificial.
Tras recoger las ostras, se mataba al molusco y se dejaba descomponer para que así se desprendiera el nácar que constituye la sustancia de la perla. Según Eliano, "las ostras que capturan, las meten en vasijas y las ponen en salazón [...], la carne se corrompe y se consume". A continuación, la perla se limpiaba y se clasificaba en función de su blancura, tamaño, redondez, brillo y peso, para su posterior venta. Cuanto mayor era la calidad de una perla, más elevado era su precio.
En Roma, el comercio de perlas se desarrolló a partir de finales del siglo I a.C. y principios del siglo I d.C., cuando se consolidó la ruta comercial con Oriente a través de Egipto. Augusto recibió varias embajadas de la India, que tardaban cuatro años en llegar a Roma y acudían cargadas de valiosos objetos, entre ellos perlas. A partir de este momento, el comercio de lujo atrajo a un creciente número de clientes en Roma, interesados en adquirir estos productos exóticos.
Bajo los emperadores Claudio y Nerón, el comercio de perlas se concentró en algunos puertos de la costa de Arabia, convertidos en intermediarios entre la India y Occidente. Las mercancías pasaban a través de los puertos de Arabia hasta Alejandría, en Egipto, donde se guardaban en almacenes y se redistribuían por todo el Medi- terráneo. Este itinerario comercial queda atestiguado en obras como el Periplo del mar Eritreo, texto que especifica qué tipo de perlas preferían los romanos. Al parecer, las favoritas eran las de origen índico y las del mar Rojo, bellas por su blancura.
En Roma, los comerciantes especializados en la venta de perlas se llamaban margaritarii y se agrupaban en gremios o colegios para defender sus intereses. Muchos eran libertos vinculados a un patrón que se beneficiaba de su trabajo. Algunos propietarios de tiendas pagaban a personas o designaban a esclavos para que vigilasen sus negocios durante el día y la noche, para evitar los robos.
Monopolio comercial
En Roma se han localizado dieciocho inscripciones en las que se cita el oficio de margaritarius, aunque existe la posibilidad de que esta palabra, que se usaba para definir al vendedor de perlas, se aplicase también a todas las personas ligadas a este comercio, desde los exportadores a los joyeros. La mayoría de las inscripciones se han encontrado cerca de la Vía Sacra, lo que indica que existió un selecto grupo de margaritarii ubicado en una de las calles más conocidas y transitadas de Roma, que acabó convirtiéndose en el principal eje del comercio de lujo de la ciudad. Estos comerciantes no operaban sólo en Roma. En Hispania, por ejemplo, se ha localizado una lápida dedicada a un tal Silvano, un margaritarius que vivía en Augusta Emerita (Mérida).
Perlas-castañuela
Los romanos distinguían entre diversos tipos de perlas. Las más bellas y gruesas eran las llamadas uniones; las que tenían forma de pera se denominaban elenchi, y cuando se arracimaban mediante pequeñas cadenas, de modo que al golpearse hacían un pequeño ruido, se llamaban crotalia, o "castañuelas". En cuanto al color, las de un blanco perfecto eran con gran diferencia las preferidas.
Había múltiples formas de lucirlas, ya fuera como pendientes, en collares de hasta tres hileras de cuentas, cosiéndolas a las telas o bien engastándolas en otros objetos. Las damas de la aristocracia imperial las llevaban de todas las maneras posibles: en el vestido, en las diademas, en las horquillas para el pelo e incluso en los zapatos: consta que adornaban con ellas las correas de sus crépidas, las sandalias de moda en la época. No es extraño que los poetas criticasen esta clase de derroches. Marcial, en uno de sus epigramas, decía de una tal Gelia que "no jura [...] por dios o diosa alguna, sino por sus perlas. A éstas abraza y besa; las llama hermanos y hermanas y las quiere mucho más que a sus dos hijos. Dice la desgraciada que si por algún caso las perdiera, no viviría más de una hora".
Las perlas se convirtieron también en un símbolo del poder imperial. De Nerón se decía que guarnecía de uniones las camas que se llevaba de viaje, y a partir de Caracalla los emperadores empezaron a llevar diademas de perlas, seguramente combinadas con diversos tipos de piedras preciosas. También se usaban para decorar las estatuas. Plinio el Viejo cuenta que el gusto por las perlas y las piedras preciosas lo introdujo en Roma Pompeyo con la procesión triunfal tras su victoria sobre los piratas del Adriático. En ella se incluía una imagen del propio general realizada a base de perlas cuyo recuerdo escandalizaba al escritor: "¿Tu rostro, gran Pompeyo, hecho de perlas? ¿Perlas, derroche destinado a las mujeres? ¿Aquello que ningún hombre debe llevar?".
viernes, 28 de diciembre de 2018
El País:En busca de la Lisboa fenicia
Había una piedra en aquella pared que no encajaba con las demás. Los arqueólogos de la empresa Neoépica que preparaban las obras para convertir en un hotel los antiguos almacenes Sommer, a la entrada del barrio lisboeta de Alfama, se dieron cuenta enseguida y decidieron desmontarlo todo para sacarla con mucho cuidado. Sabían que podía tratarse de algo importante —la edificación se levanta sobre un palacio de época tardoimperial romana, por eso estaban ellos allí—, pero era muy difícil prever que fuera algo tan antiguo: una estela funeraria con una inscripción en fenicio de en torno al siglo VII antes de Cristo. Una epigrafía que ha venido a respaldar con más fuerza que nunca que los fenicios —la primera gran civilización que colonizó todo el Mediterráneo— llegaron a instalarse de forma estable en esa zona, es decir, que probablemente hubo una Lisboa fenicia.
“Hasta hace unos años, deteníamos la expansión fenicia en la zona de Cádiz, en el estrecho de Gibraltar; había restos ya en la vertiente atlántica de la Península, aunque no se le daba mucha importancia”, explica la investigadora del Centro de Arqueología de la Universidad de Lisboa Ana M. Arruda, una de las máximas autoridades en la materia. Por eso resalta la importancia del descubrimiento, publicado en 2016, de esa estela funeraria que respalda “que los fenicios llegaron al Atlántico y se instalaron en Lisboa igual que en Málaga, en Cádiz…”.
Cómo llegó la lápida a la pared del palacio tardoimperial de Alfama es relativamente fácil de interpretar: los romanos la reutilizaron, como hacían con tantos materiales, después de tomarla, probablemente, de un cementerio. Sin embargo, es más complicado decir si se trataba de la tumba de alguien nacido allí o de un emigrante colonizador llegado desde el oriente, ya que la inscripción está incompleta y no se lee bien el nombre, explica José Ángel Zamora, el epigrafista al que los arqueólogos portugueses (Nuno M. Neto, Paulo M. Rebelo, Ricardo Ávila Ribeiro y Miguel Rocha) enviaron su descubrimiento para analizarlo. Lo que está claro, añade Zamora, responsable del área de Historia Antigua de la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma, es que en el siglo VII antes de Cristo “alguien fue enterrado en Lisboa, con un ritual fenicio y una inscripción en fenicio, lo que demuestra no solo que llegaron a Lisboa, sino que hubo asentamiento”, insiste el especialista.
La estela ha sido crucial en el avance de la investigación, pero se ha sumado a muchos otros indicios que apuntan en la misma dirección, como la gran cantidad de restos encontrados en la colina del Castillo de San Jorge y que dibujan una gran ocupación, de unas 15 hectáreas y entre 2.000 y 2.500 habitantes, durante la Edad del Hierro (en la primera mitad del primer milenio antes de nuestra era).
En ese contexto, las claves que respaldan claramente la ocupación fenicia son el cuándo y el cómo aparecen los materiales de tradición oriental: ánforas, cerámica de barniz rojo, cerámica pintada, cerámica de cocina, cerámica gris... “La incorporación de estos materiales en Lisboa no es gradual, al contrario: a partir del siglo VII son introducidos de forma masiva y casi exclusiva, sustituyendo las producciones autóctonas, que pasan a asumir un carácter prácticamente residual. Esto implica no una transferencia de conocimiento entre agentes fenicios e indígenas, sino una plena implantación de tradiciones productivas de cariz orientalizante durante los inicios de la Edad del Hierro”, explicó la investigadora de la Universidad de Lisboa Elisa De Sousa durante el IX Congreso Internacional de Estudios Fenicios y Púnicos celebrado el pasado octubre en Mérida, donde coincidieron además los especialistas Ana M. Arruda y José Ángel Zamora.
De Sousa presentó en Mérida un avance de la investigación en la que propone que “Lisboa podría haber correspondido a un núcleo colonial fenicio durante la fase inicial de la Edad del Hierro”. Y, más aún, que ese no era único núcleo urbano de la zona: “Inmediatamente enfrente, en la otra orilla del río, y a una distancia de apenas cinco kilómetros, se ubica otro sitio de al menos idéntica importancia: la Quinta do Almaraz”.
Como en Cádiz
Analizados los restos encontrados allí —incluidos dos líneas de muralla y un foso con una media de 6,5 metros de ancho y 3,5 de profundidad, y varias estructuras domésticas, vasos de alabastro, escarabeos egipcios, cerámicas griegas del Corintio Medio, placas de marfil y ponderales de plomo— y comparados con los del otro lado del río, en la orilla lisboeta, la especialista asegura: “Los dos núcleos podrían corresponder a una sola entidad política administrativa, de naturaleza colonial, fundada por fenicios occidentales a partir de finales del siglo VIII”. Al lado de la Quinta, dado que había menos población, restos de mayor riqueza y de estructuras defensivas, le “correspondería la organización política, social y económica”; mientras que la parte lisboeta habría “asumido funciones esencialmente domésticas y productivas, particularmente en el marco de la industria alfarera”, añadió De Sousa en su presentación.
Una división en núcleos distintos que ya propuso hace años el especialista Diego Ruiz Mata para la que fue probablemente la gran población de colonización fenicia de la península Ibérica: Cádiz. Según el especialista esta habría estado repartida entre la actual Cádiz y el castillo de Doña Blanca, en El Puerto de Santa María, recordó también De Sousa.
jueves, 27 de diciembre de 2018
ABC:El Coliseo, como nunca antes nos lo habían contado
Por primera vez, «El Coliseo se explica» («Il Colosseo si racconta»), como describe el título de la exposición permanente que acaba de abrirse al público para contar las mil historias y secretos del monumento símbolo de Roma, uno de los más famosos del mundo, visitado el último año por siete millones y medio de personas. Más allá de los gladiadores, el Coliseo, también conocido como Anfiteatro Flavio, ha pasado por fases diversas en sus dos mil años de historia. Se construyó en el lugar que ocupaba un lago artificial de la Domus Aurea, el gigantesco palacio del emperador Nerón.
Iniciado en el año 72 d. C., bajo el emperador Vespasiano de la dinastía Flavia, fue inaugurado por el emperador Tito en el año 80 d. C., con posteriores modificaciones durante el imperio de Domiciano.
Los menores, espectadores
La vida del Coliseo como anfiteatro duró 443 años. Su aforo para ver las luchas de gladiadores era de 73.000 personas. Siempre ha existido el interrogante sobre si asistían menores a los espectáculos cruentos en la arena del Coliseo. A este respecto, la exposición aporta un diseño, que es una de las joyas de la exposición, por tratarse de algo único y excepcional, según comenta la arqueóloga Rossella Rea, directora del Coliseo: «El diseño realizado por un espectador muestra a un niño que estrecha la mano al padre o al hermano, y en la otra mano lleva una pequeña palma, símbolo de la victoria del gladiador (en el interior y alrededor del anfiteatro había un circuito comercial de venta de recuerdos). Es un testimonio muy importante de la presencia de niños en el interior del anfiteatro, con un objetivo educativo, sobre todo por las condenas a muerte. Obviamente, el padre demostraba, de esta forma, al hijo qué malísimo final habría tenido si hubiera cometido cualquier delito punible con la muerte».
Una ciudad dentro de la ciudad
La segunda vida del Coliseo se inicia a finales del siglo IX y termina en el año 1349. En el monumento, de 52 metros de altura, conviven residencias religiosas, de familias de clase alta y actividades comerciales. Se convierte, así, en una auténtica ciudad dentro de la ciudad. Algunas de las residencias son de gran prestigio, como la fortaleza de los Frangipane, una poderosa familia romana que controlaba desde dentro del Coliseo la viabilidad. Otras casas son más modestas, habitadas por lo que hoy sería clase media, llamadas domus, a uno o dos niveles, con un jardín y huerto, y las había también humildes. En las excavaciones se encontraron restos de las actividades comerciales; había, por ejemplo, carnicerías.
En el año 1349, tras un terrible terremoto, se inicia una fase en la que el Coliseo queda en la sombra, sin vida, hasta el final del siglo XVIII, cuando se inicia, como se refleja en la exposición, el descubrimiento arqueológico del monumento.
La joya de la exposición
La exposición permanente, dividida en siete secciones y ubicada en el segundo nivel del Coliseo, cuenta con más de 400 nuevos restos arqueológicos, con diseños que revelan la vida de los espectadores. Seguramente, la joya de la exposición es una pequeña columna de mármol de «portasanta» con vetas rojas, procedente de la isla griega de Quíos. Esta preciosa columna, la única que ha sobrevivido, pertenecía al palco imperial y sostenía la cubierta bajo la que se sentaban los emperadores durante los grandes espectáculos.
Desde el Siglo XVII, con la llegada de aristócratas e intelectuales europeos que visitaban Italia atraídos por sus monumentos, dentro de su viaje europeo llamado «Grand Tour», el Coliseo era una meta irrenunciable para todos los artistas. El Anfiteatro Flavio sigue hoy conservando la misma fascinación y es el monumento más visitado de Italia, con siete millones y medio de turistas cada año.
miércoles, 26 de diciembre de 2018
ABC:Hallan en Pompeya el vaciado de un caballo ricamente enjaezado
Un grupo de arqueólogos ha encontrado en Pompeya el vaciado de un caballo de pura raza. El equino, que está completamente enjaezado con ricas ornamentaciones de bronce, debió de pertenecer a un militar de alta graduación, informó hoy el Parque arqueológico de la histórica ciudad del sur de Italia.
El hallazgo se produjo en una de las zonas donde ya se hallaron otros restos de dos caballos, que fueron los primeros encontrados en Pompeya. Se trata de una villa ubicada en la zona de Civita Giuliana, en la periferia norte de la ciudad romana sepultada por la erupción del Vesubio del 79 d.C.
Los restos de la montura encontrada indican que se trataba de un tipo de silla que utilizaban los militares. El tipo de ornamento era empleado normalmente para los desfiles militares, de ahí que los arqueólogos hayan pensado que el caballo estaba ya listo para salir y fue sorprendido por la erupción.
Tanto por la alzada como por el porte se supone que el caballo debía de ser un ejemplar de pura raza. Por otra parte, las diferentes estancias de la casa, que contaba con una zona residencial y otra dedicada a la producción agrícola, vinícola y ganadera, han hecho suponer que su jinete debía de ser una alta personalidad militar.
Los tres caballos encontrados hasta el momento en esta finca se encontraban atados en la cuadra y fue allí donde debió de sorprenderles la mortífera erupción.
El director general del área arqueológica de Pompeya, Massimo Osanna, explicó que se concederán dos millones de euros para seguir excavando en este área, que fue abandonada enel pasado, pero que volvió a resurgir hace solo algunos meses, tras emprender las autoridades una serie de actuaciones contra los saqueadores que hacían excavaciones clandestinas.
lunes, 24 de diciembre de 2018
Encuentran los restos de gladiadores romanos, con los grilletes todavía puestos
Ovacionados o abucheados desde las gradas del coliseo, vencedores o vencidos, los valientes gladiadores romanos no eran dueños de su libertad; como una muestra cabal de esta penosa existencia de esclavitud, han llegado hasta nuestro tiempo los esqueletos de cinco luchadores todavía sujetados por sus grilletes que no los han soltado ni en su pacífico descanso de siglos. Varias tumbas han sido descubiertas por arqueólogos hace pocos días al suroeste de Francia, a 250 metros de un antiguo anfiteatro en el que tenían lugar las célebres peleas que enfrentaban a hombres con animales salvajes.
Los enterramientos datarían de los siglos I y II de nuestra era, y formarían parte de una necrópolis en la que se daba sepultura a quienes morían en el cercano anfiteatro. Tres de los esqueletos fueron encontrados con cadenas en sus cuellos y sus piernas; otro con un grillete en la garganta, y el último, un niño esclavo, con argolla en una de sus muñecas. Estos enterramientos sucedieron cuando la Galia ya había sido invadida por las legiones y era un próspero asentamiento romano. La ciudad de Saintes, donde se realizó el hallazgo, era la capital regional durante aquel período, y es actualmente una ciudad famosa por su coliseo, el cual podía albergar 18.000 personas.
sábado, 22 de diciembre de 2018
ABC:El Anfiteatro de Carmona despierta de un largo olvido
El Anfiteatro Romano de Carmona ha sido durante mucho tiempo un gigante dormido, un solar en el que muchos niños recuerdan haber jugado a tirarse piedras usando sus muros como parapetos. El estudio y las obras han sacado del olvido a un elemento arquitectónico clave en el estudio de la Bética romana y lo han puesto en disposición de convertirse en un gran activo cultural.
La última actuación, realizada por la Junta de Andalucía, tenía como objetivo la protección de la arena del anfiteatro para lo que se optó por cubrirla. Pero además ha permitido señalizar y hacer visible las líneas talladas en el alcor para desarrollar una gigantesca red de elementos de tramoya que ayudaban a completar el espectáculo. De esta forma, se ha señalizado con piedras blancas delimitadas por acero los lugares en los que se anclaban los postes que permitían instalar un vallado para la lucha de fieras, las guías para las cuerdas que movían jaulas y que convertían en una sala de maquinas desde las que se accionaban o los puntos de anclaje de un entablado de madera.
Ya anteriormente se ha dado forma a un recorrido desde la entrada frente a la Necrópolis que conduce a un mirador sobre la arena y donde hay algunos paneles explicativos. Esto hizo posible la apertura, al menos durante los fines de semana y con visitas guiadas, de un monumento que antes no podía visitarse salvo ocasiones excepcionales. También se ha marcado el trazado de la Via Augusta que lindaba con el Anfiteatro.
Lo siguiente será el vallado del solar, una enorme manzana, que ahora presenta una protección con malla metálica bastante débil y de escasa estética. El nuevo cierre estará acorde a la categoría del monumento y tendrá puntos desde los que se podrá ver desde el exterior.
Con ello ya estará todo dispuesto para el proyecto que completaría la puesta en uso del monumento y que plantean desde la dirección de la Necrópolis, su adaptación a la posibilidad de acoger espectáculos culturales o recreaciones históricas. La idea es poder colocar algún tipo de graderío en la parte de la construcción donde tenga menos afectación al monumento. Con este graderío y con la creación de un nuevo acceso se configuraría un elemento escenográfico de enorme valor.
viernes, 21 de diciembre de 2018
El Coliseo romano inaugura una muestra sobre su historia más allá de los gladiadores
El Coliseo romano presentó hoy, 20 de diciembre de 2018, su nueva exposición permanente, que se abre mañana al público y que supone un recorrido didáctico por sus veinte siglos de historia para enseñar que la vida de este icono italiano va más allá de las luchas de gladiadores.
"Il Colosseo si racconta" ("El Coliseo se explica", en italiano) se divide en siete secciones que recorren su historia, desde su construcción en el año 71 d.C, hasta los primeros años del siglo XX. La intención, indican los organizadores en un comunicado, es regalar al público una visita al pasado para revivir los momentos más significativos del también conocido como Anfiteatro Flavio. Construido en el lugar que ocupaba el lago artificial de la Domus Aurea, la casa-palacio del emperador Nerón, fue inaugurado en el año 80 por el emperador Tito y completado por Domiciano hasta el año 96, aunque fue sometido a diversas restauraciones posteriores hasta el siglo V.
Las luchas de gladiadores en la arena del Coliseo romano, que eran vistas por 73 000 personas, son famosas en todo el mundo, pero el recinto ha servido durante años para otras iniciativas no tan conocidas.
En la Edad Media, el recinto de 52 metros de altura, perdió su función original de servir de centro para espectáculos y pasó entonces a ser un lugar en el que se desarrollaban actividades comerciales, residenciales de alto nivel y religiosas. Desde el siglo XVII, coincidiendo con la llegada a Italia de aristócratas e intelectuales europeos, se convirtió en faro de muchos artistas de diversas partes del mundo que viajaban a Roma, atraídos por la majestuosidad del monumento. La muestra concluye con una serie de fotografías que rinden homenaje a este símbolo de Italia admirado a nivel internacional, que visitan cada año 7 millones de turistas. La exhibición se ubica en el segundo nivel del Coliseo y ha contado con la colaboración del Instituto de Arqueología Alemán de Roma
jueves, 20 de diciembre de 2018
ABC:Descubren la pirámide más antigua del mundo oculta en una montaña de Indonesia
Una pirámide construida hace miles de años ha sido hallada en Indonesia, en el yacimiento de Gunung Padang, y estaría enterrada bajo lo que hasta ahora se creía que era montaña, según un estudio de investigadores del Indonesian Institute of Science.
En la cima de este sitio arqueológico del monte Padang hay filas de pilares de piedra, los cuales se descubrieron en el s.XIX. Sin embargo, la «colina» sobre la que se asientan estos pilares no es un paisaje natural, sino que fue construida y con una datación antiquísima, más de lo que se pensaba, según los científicos investigadores que presentaron su hallazgo en la reunión anual de la American Geophysical Union.
Fue el uso de radares lo que permitió descubrir que lo que parecía una colina natural, de ahí las comillas colocadas antes, y que era en realidad una estructura construida artificialmente la mayor parte de la cual estaba enterrada. «Es un templo único. Y no es como la topografía circundante, que está muy erosionada. Esto se ve muy joven. Nos pareció artificial», explicó Danny Hilman Natawidjaja, el investigador jefe del Indonesian Institute of Sciences a «Live Science»
La gente local usa ese lugar, en la cima de la pirámide oculta en un montaña, para la oración y la meditación, y ese es el mismo uso que se le podía dar ya hace miles de años. Y es que la parte superior, y más reciente, podría tener una antigüedad de unos 3.500 años, mientras que la más inferior podría ser de hace 28.000 años.
Al contrario que otras pirámides, esta es diferente, ya que en lugar de mantener simetría la estructura alargada tiene un semicírculo en la parte delantera. Esta estructura piramidal sería anterior a la gran pirámide de Giza que se estima que se construyó hace 4.500 años.
miércoles, 19 de diciembre de 2018
National Geographic:El tesoro de la diosa gata de Bubastis
Situada en la parte oriental del delta delNilo, la ciudad de Bubastis tuvo un papel destacado en la historia del antiguo Egipto. Capital del nomo o provincia 18 del Bajo Egipto, su período de mayor esplendor corresponde al Tercer Período Intermedio, concretamente al reinado de la dinastía XXII, un linaje faraónico originario de la propia Bubastis y que descendía de una de las tribus libias que ocuparon pacíficamente el Delta desde tiempos de Ramsés III (hacia 1184-1153 a.C.). La ciudad es mencionada en un pasaje del libro bíblico de Ezequiel en el que este profeta formulaba un vaticinio contra Egipto: «Los jóvenes de Heliópolis y de Bubastis caerán a lo de espada, y las mujeres irán en cautiverio».
Durante largo tiempo, Bubastis fue famosa por sus fiestas religiosas, como atestiguaba Heródoto, que visitó Egipto a mediados del siglo V a.C. El historiador griego se refería a la solemne festividad que se celebraba en la ciudad en honor a la diosa gata Bastet –de la que procede el nombre de Bubastis, en egipcio Pubastit, «la casa de Bastet»–, durante la cual se consumía más vino de uva que en todo el resto del año. Miles y miles de devotos de la diosa peregrinaban anualmente hasta el templo de la ciudad, del que Heródoto también ofrece una descripción detallada.
Viajeros y exploradores
Aunque fue sede de un obispado en época bizantina, bajo la dominación árabe Bubastis fue abandonada e incluso se perdió el recuerdo de su localización. A finales del siglo XVIII, Étienne-Louis Malus, uno de los sabios que tomaron parte en la expedición napoleónica a Egipto, se fijó en las ruinas que cubrían un lugar llamado Tell Basta, en árabe. En su informe, Malus destacó las elaboradas esculturas, los edificios cubiertos de jeroglíficos y numerosos y enormes bloques de granito esparcidos por el suelo, de los cuales trazó algún dibujo. Años después, hacia 1840, llegó a Bubastis el explorador inglés sir Gardner Wilkinson, quien se refirió a las columnas en forma de loto y de palmera del templo de Bastet, y leyó en los monumentos los nombres de algún faraón.
La primera excavación arqueológica la realizó el egiptólogo suizo Édouard Naville, quien llegó a Tell Basta en 1882 y cinco años después se instaló en el lugar para excavar el famoso santuario consagrado a la diosa Bastet de Bubastis, que había descrito Heródoto, e investigar su cronología. Hoy sabemos que su construcción se inició durante el Imperio Antiguo, pues se han hallado inscripciones con el nombre del faraón Pepi I, de la dinastía VI (hacia 2200 a.C.), y que fue ampliado por los faraones posteriores. El vestíbulo, la sala hipóstila y una inmensa puerta de granito parece que fueron obra de Osorkón II, de la dinastía XXII (hacia 874 a.C.). Asimismo, y estrechamente vinculada al templo de Bastet, se descubrió una gran necrópolis dedicada a albergar centenares de miles de gatos momificados. Los devotos que peregrinaban hasta allí obsequiaron a la diosa con su animal totémico, para rendirle sus respetos.
El primer tesoro
Unos años más tarde, durante la construcción de una vía ferroviaria, se produjo en Tell Basta un hallazgo que causaría sensación: un gran tesoro con joyas y recipientes de oro y plata que apareció apenas a 160 metros del aniguo templo de Bastet. En realidad, se trató de un doble hallazgo. El primero tuvo lugar el 22 de septiembre de 1906 y fue anunciado por Gaston Maspero, que por entonces era director general del Servicio de Antigüedades de Egipto.
De entre los objetos rescatados de los escombros en ese momento destaca una copa de oro en forma de flor de loto abierta, con los pétalos grabados en su superficie y con el nombre de la reina Tauseret inscrito en el interior de un cartucho. La flor de loto, considerada símbolo de eterno renacimiento, se usaba a menudo como modelo para fabricar copas. En este caso, la copa formaba parte de las ofrendas votivas del tempo dedicado a la diosa Bastet. Asimismo, destacan dos jarras de plata con borde y asa de oro en forma de cabra, que llevan el nombre de Atumemtaneb y las inscripciones «para el primer copero real» y «enviado a todos los países extranjeros», respectivamente. Lo que realmente sorprende en estas piezas es el material con el que fueron producidas. El oro y la plata se usaban normalmente para la producción de objetos pequeños. Sin embargo, en Tell Basta abundan las jarras, copas y páteras o bandejas en oro y plata.
Aparece otro tesoro
El segundo hallazgo tuvo lugar el 16 de octubre de ese mismo año y proporcionó mucha más información que el primero, ya que se encontraron más objetos. De entre las muchas joyas halladas destacan dos magníficos brazaletes de oro formados por dos semicírculos conectados por una bisagra y un clip, con una rica ornamentación de gránulos en una serie de patrones geométricos. La parte superior está decorada con el relieve de las cabezas de dos patos con los cuellos doblados conectados a un solo cuerpo realizado con lapislázuli, mientras que las colas de estos animales están decoradas con pequeños gránulos de oro. El cartucho con el nombre de Ramsés II aparece grabado en estas piezas. Es muy probable que el propio faraón ofreciera los brazaletes a la diosa Bastet.
Aparte del interés intrínseco del tesoro –hoy en día repartido entre el Museo Egipcio de El Cairo, el Museo de Arte Egipcio de Berlín y el Museo Metropolitano de Nueva York–, este magnífico conjunto de objetos sigue generando una controversia considerable entre los especialistas debido al posible origen asiático de algunas piezas, de estilo claramente levantino. No olvidemos que la ciudad de Bubastis se ubicaba en una zona estratégica que controlaba las rutas comerciales a las costas orientales del Mediterráneo.
martes, 18 de diciembre de 2018
National Geographic:Una tumba egipcia intacta (e inundada) de la dinastía XVIII
Una misión arqueológica sueca y egipcia, dirigida por Maria Nilsson y John Ward, ambos de la Universidad de Lund (Suecia), ha descubierto una tumba colectiva intacta, para gente de la clase media alta de la dinastía XVIII de Egipto, en Gebel el Silsila, al norte de Asuán, según reveló ayer la Universidad de Lund en un comunicado. La tumba, tallada en la roca natural y accesible a través de un pozo de 5 metros de profundidad, "no había sido excavada previamente o estudiada por los arqueólogos", explica Nilsson a National Geographic España. "Los saqueadores fracasaron en su intento de entrar en la tumba debido al agua que inunda el interior de la misma". La estructura funeraria, todavía en fase de excavación, consta de un pozo y dos cámaras funerarias. El Proyecto de Investigación Gebel el Silsila ha estado anunciando cada año un gran hallazgo: numerosas tumbas de los reinados de Tutmosis III y Amenofis II en 2017, una gran necrópolis (saqueada) de la dinastía XVIII en 2016 y relieves intactos y seis estatuas del Imperio Nuevo en 2015.
Hasta el momento han aparecido los restos de unos 50 adultos y 25 niños, unos individuos que pertenecieron, al menos, a tres generaciones de faraones: Tutmosis II, Tutmosis III y Amenofis II, quienes reinaron hace más de 3.400 años. "Son varios los objetos de interés... Haber encontrado shabtis es magnífico, pues previamente no habíamos encontrado en el cementerio. También hay una gran colección de escarabeos inscritos que, por supuesto, nos ha ayudado a determinar la cronología, pero sobre todo es importante la cantidad de individuos enterrados. Los tres sarcófagos de arenisca que hemos extraído hasta ahora son de tres niños, uno de ellos pequeño; dos de los sarcófagos han sido investigados: contenían los restos de los niños", comenta Nilsson. El agua de la tumba está siendo achicada y, una vez completada la operación, será excavada hasta finales de año.
lunes, 17 de diciembre de 2018
ABC:Egipto desvela una de las tumbas más antiguas de la historia
El Gobierno de Egipto desveló hoy una tumba de 4.400 años de antigüedad en buen estado de conservación y con una pigmentación de vivos colores, que pertenecía a un sacerdote de la corte del faraón Nefer-Ir-Ka-Re, de la V dinastía.
El enterramiento, ubicado a los pies de las pirámides de Saqara, las más antiguas del mundo, está decorado con frescos de vivos colores y 24 estatuas en nichos en las paredes que representan al sacerdote, llamado Wahtye, su mujer y otros familiares.
Las ilustraciones de las paredes del enterramiento muestran escenas cotidianas de la fabricación de la cerámica y el vino, ofrendas religiosas, actuaciones musicales, la fabricación de muebles funerarios, la caza de aves y barcos navegando.
El ministro de Antigüedades de Egipto, Jaled al Anani, dijo que es la tumba «más bella» descubierta este año y destacó su «excepcional» estado de conservación.
La tumba, de diez metros de profundidad y tres de ancho, fue descubierta el pasado noviembre por una misión egipcia que trabaja en una necrópolis dedicada a animales, ubicada a las afueras de El Cairo.
Durante los trabajos, los arqueólogos lograron quitar los escombros y descubrieron un bajorrelieve en el dintel de la parte superior de la entrada, donde están grabados, en escritura jeroglífica, los nombres y cargos del difunto Wahtye.
Entre sus sobrenombres más importantes, consta el de sacerdote de la purificación real, supervisor del palacio divino, inspector del templo del rey Nefer-Ir-Ka-Re e inspector del barco sagrado.
El Gobierno egipcio está anunciando descubrimientos de tumbas y otros hallazgos de la época faraónica todas las semanas, para tratar de incentivar el turismo en el país.
sábado, 15 de diciembre de 2018
Así eran las rutas comerciales utilizadas durante el Imperio Romano
Un trabajo multidisciplinar hecho por historiadores, matemáticos, informáticos y físicos expertos en redes complejas ha logrado reconstruir, tras estudiar los restos de 43.000 ánforas, cómo era el comercio del Imperio romano.
La investigación, que ha publicado la revista Journal of Archaeological Science, se ha llevado a cabo en el marco del proyecto europeo Production and distribution of food during the Roman Empire: Economics and political dynamics (EPNet), liderado por el catedrático del departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la UB José Remesal.
El estudio ha mostrado que el comercio entre las diferentes provincias romanas tenía flujos importantes y que el Atlántico era la ruta principal para transportar el aceite, las conservas de pescado y el vino producidos en la Península Ibérica (provincias Bética y Tarraconense) hasta el norte de Europa (valle del Rin Britania o Bélgica), en contraposición a las teorías que priorizaban la importancia del valle del Ródano como vía comercial.
Para llevar a cabo la investigación, los científicos han utilizado la base de datos del Centro para el Estudio de la Interdependencia Provincial en la Antigüedad Clásica (Ceipac) de la UB, que reúne 43.000 registros arqueológicos de restos de ánforas.
Según los investigadores, estos recipientes son el mejor indicador para estudiar el comercio de alimentos en la antigua Roma, creadora de la primera red comercial europea compleja, ya que estaban presentes en todo el imperio y llevaban grabados unos sellos con información precisa sobre el lugar de procedencia y otras características de los productos.
La investigación ha analizado esta gran base de datos de epigrafía anfórica con métodos propios de la física y la informática para contrastar diferentes teorías sobre el comercio en la antigüedad. Los investigadores han concluido, por ejemplo, que la distribución por provincias tenía un papel relevante en el comercio de los alimentos, y las provincias cercanas geográficamente mostraban coincidencias, como que las ánforas tenían los mismos sellos de procedencia, seguramente porque compartían las mismas rutas comerciales.
Conocer la Roma clásica mejor
El estudio también observa que las provincias con destacamentos militares importantes también presentaban similitudes entre ellas, lo que indica que unidades del ejército separadas por miles de kilómetros se abastecían con el mismo sistema de proveedores.
El trabajo ha descubierto similitudes, con respecto a la epigrafía anfórica, entre las provincias del valle del Rin (Recio, Germania Superior y Germania Inferior) con las zonas de Britania y Bélgica, pero no ha encontrado esta similitud con las provincias de la Galia.
Esta diferencia hace pensar a los investigadores que los productos procedentes de la Península Ibérica no llegaban al norte de Europa a través del Ródano, atravesando la Galia, como algunas hipótesis defendían, sino que las ánforas se transportaban a través del Atlántico.
Si bien este tipo de análisis cuantitativo y las simulaciones informáticas empleadas se han usado más para estudiar otras etapas anteriores, como las sociedades prehistóricas, según los investigadores este trabajo abre nuevas posibilidades para conocer mejor la Roma clásica, ya que se podría aplicar el nuevo método a otros productos y recipientes diferentes de las ánforas.
En la investigación también han participado el grupo de la UB PhysComp, coordinado por Albert Díaz Guilera, que se dedica a estudiar redes complejas desde la física estadística; el Barcelona Supercomputing Centre (Xavier Rubio y Iza Romanowska), y la consultora SIRIS Academic, especializada en modelos semánticos y gestión del conocimiento (Bernardo Rondelli).
viernes, 14 de diciembre de 2018
ABC:Descubren tres nuevas tumbas en la necrópolis tardorromana de Chipiona (Cádiz)
Los arqueólogos han hallado tres nuevas tumbas en las excavaciones que se realizan en la necrópolis de la época tardorromana, de entre los siglos IV al V D.C., localizada junto al santuario de Nuestra Señora de la Regla en Chipiona (Cádiz).
Estas excavaciones se iniciaron este año, después de que se realizaran en la zona, en la Plaza del Humilladero, unos sondeos para comprobar si había alguna necrópolis, como apuntaba cierta documentación del siglo XVII que hablaba del hallazgo en el lugar de lápidas de la época romana.
Hasta el momento los arqueólogos han hallado restos óseos de 31 individuos en más de veinte tumbas. Entre ellos varios niños en ánforas.
Siete de estos enterramientos, entre ellos los tres últimos, han sido hallados durante la ejecución de las zanjas para la cimentación de los muros de la cripta que se construye en el lugar para que esta zona sea visitable, dentro de un proyecto que se denominará Centro Cultural Arqueológico El Humilladero.
Los arqueólogos que trabajan en esta necrópolis creen que se estableció en este lugar porque había en sus cercanías un lugar de culto que, de momento, se desconoce. «Ójala salga en las excavaciones», ha explicado a EFE Jacobo Vázquez, miembro del equipo de la empresa Atlas Arqueología y Patrimonio, que lleva a cabo los trabajos de excavación e investigación.
El Ayuntamiento de Chipiona realiza estas obras dentro de la primera fase de construcción del Centro Cultural Arqueológico El Humilladero con una subvención de la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía.
En una nota de prensa explica que ya hay viabilidad para una segunda fase que, como refrenda el descubrimiento de estas nuevas sepulturas, permitirá rediseñar la cripta que en estos momentos se realiza con fines museográfico
«Ello dará pie a investigar en otros puntos del entorno, ya que se constata que la zona es un lugar en el que se muestra un interés por asentarse», añade la nota.
jueves, 13 de diciembre de 2018
National Geographic:Descubierto un tesoro de monedas de plata de los celtas en Eslovaquia
Un tesoro de monedas de plata de la tribu celta de los cotini fue descubierto el pasado mes de octubre en una pendiente pronunciada de Mošovce en Gran Fatra, una cordillera de los Cárpatos occidentales, en el norte de Eslovaquia, según revela Karol Pieta, el director adjunto del Instituto de Arqueología de la Academia Eslovaca de Ciencias, a National Geographic España. "Se trata del segundo tesoro de monedas hallado en esta pendiente. Como es habitual en esta zona, el tesoro de monedas estaba depositado inicialmente en una funda orgánica, quizá en un monedero, oculto durante los desastrosos años que siguieron a la destrucción de los castros o poblados fortificados celtas en este país, durante los primeros decenios de la era cristiana. La erosión del suelo acabó dispersando el tesoro en un área de 2 m2 de la pendiente", comenta Pieta.
El tesoro está formado por unos 40 tetradracmas, acuñados con plata de gran calidad, de la tribu celta de los cotini, que habitó en los Cárpatos occidentales desde el siglo I a.C. hasta el siglo II d.C. "Las monedas, de entre 7 y 11 gramos de peso, estaban originalmente inspiradas en las antiguas monedas greco-macedonias, pero de una forma bastante original: significativa es la imagen de un caballo corriendo en el reverso y en el anverso aparece el contorno fuertemente estilizado de una cabeza", asevera el arqueólogo eslovaco.
Cada tetradracma, equivalente a 4 dracmas, probablemente fue acuñado con la plata procedente de un depósito cárpato: el poder económico de los celtas en la zona de Eslovaquia se basaba principalmente en la extracción de recursos naturales como el oro, la plata y el hierro.
miércoles, 12 de diciembre de 2018
National Geographic:Descubierto accidentalmente un cementerio germánico en Polonia
En abril de 2018, un coleccionista de cornamentas que vagaba por un bosque del distrito de Gorzów, al oeste de Polonia, descubrió accidentalmente unas armas antiguas procedentes de la tumba de un guerrero: entre las raíces de un árbol arrancado por el ciclón Xavier de 2017 encontró el umbo (la parte central externa) y el asidero de un escudo, una punta de lanza y un cuchillo. "La naturaleza reveló un secreto de casi 2.000 años de antigüedad... En noviembre de 2018 realizamos una investigación arqueológica y descubrimos un cementerio que estuvo en funcionamiento desde mediados del siglo I hasta comienzos del siglo III d.C. Creemos que el cementerio fue utilizado por las tribus germánicas establecidas en la cuenca del Elba; el rito de depositar armas en las tumbas fue tomado de los vándalos de la cultura Przeworsk", explica Krzysztof Socha, el director de las excavaciones arqueológicas, a National Geographic España.
Este cementerio germánico, cuya localización exacta no ha sido revelada para evitar el saqueo y la destrucción, contiene restos cremados de hombres, mujeres y niños, pertenecientes a una entera comunidad. Los arqueólogos han desenterrado armas, entre ellas una espada que fue destruida ritualmente durante una ceremonia funeraria, pero también cerámica, fíbulas, una hebilla u otros adornos. "Aquí, las influencias de los godos y de los vándalos chocaron con las influencias de las tribus procedentes del Elba", comenta el arqueólogo polaco, quien cree que en el sitio se esconde "un enorme cementerio de los primeros siglos de nuestra era". Las investigaciones arqueológicas continuarán en 2019.
martes, 11 de diciembre de 2018
ABC:El papiro de Artemidoro es falso
El papiro de Artemidoro, considerado durante años un documento histórico de inestimable valor, es falso. Los estudios llevados a cabo por la Fiscalía de Turín contra Serop Simonian concluyen que este comerciante de arte vendió esta falsificación en 2004 «con artificios y engaños» a la Fundación para el Arte de la Compañía San Paolo de Turín por 2,75 millones de euros. El caso, sin embargo, ha sido archivado porque el delito de estafa ha prescrito.
Para la Fiscalía, Simonian presentó el papiro «como una auténtica reliquia y de elevado valor, causando así a la parte perjudicada un daño patrimonial de relevante gravedad».
Aunque el caso haya sido archivado, el Ministerio Público sí considera «ampliamente probada» la falsedad del documento, tras los estudios que por orden del Ministerio de Bienes y Actividades Culturales ha llevado a cabo el Instituto Central para la restauración y la conservación de Patrimonio Archivístico y Bibliográfico. Aunque las investigaciones aún siguen en curso, «las evidencias preliminares parecen apoyar más la tesis de la falsedad que la de la autenticidad».
La Fiscalía también cita en un comunicado otras evidencias, como la negativa del «prestigioso Museo Getty de Los Ángeles» de comprar el papiro o que el texto y el contenido del contrato de compra no tiene «ninguna certificación seria de autenticidad».
Las pesquisas empezaron en 2013 por la denuncia del profesor Luciano Canfora, que sospechaba que el papiro era falso, aunque la comunidad científica llevaba discutiendo desde 2006 sobre la autenticidad de este documento atribuido al geógrafo griego Artemidoro de Éfeso, que vivió a caballo entre el siglo II y I a.C. y cuyas obras solo se conocen por las referencias de Estrabón o Plinio el Viejo. Se dijo que el manuscrito había sido descubierto en un basurero de Egipto y había sido propiedad de un coleccionista privado. De 250 centímetros de largo por 32 de altura, en él figuraba el que se consideraba hasta ahora como el mapa más antiguo de Hispania.
En 2004 fue entregado sin ningún coste al Museo Egipcio de Turín, pero la dirección del centro rechazó exponerlo debido a «la seria sospecha de que era una falsificación o de que provenía de una exportación ilegal» y lo mantuvo en un almacén durante 6 años.
La Fiscalía ha enviado toda la documentación a la Fundación 1563 para el Arte y la Cultura, la nueva denominación de la Fundación para el Arte de la Compañía San Paolo, para cualquier eventual actuación legal que quiera emprender.
lunes, 10 de diciembre de 2018
El País:El descubrimiento de un aljibe en un castro revela el “desarrollado” pasado prerromano de los gallegos
En lo alto de un monte desde donde las vistas sobre la comarca de A Terra Chá gallega son privilegiadas, se erige un antiguo poblado fortificado, el Castro de Viladonga. Un nuevo descubrimiento ha puesto en entredicho lo que se sabía hasta ahora sobre este yacimiento arqueológico ubicado a 535 metros sobre el nivel del mar en el municipio Castro de Rei (5.000 habitantes), a 23 kilómetros al noroeste de Lugo. Se trata del hallazgo de un aljibe de más de 70 metros cuadrados y cuatro de profundidad con capacidad para almacenar más de 150.000 litros de agua y abastecer a más de 300 personas, en la zona nordeste del castro. El depósito fue construido en el siglo III a. C., a diferencia de la mayor parte de las estructuras descubiertas hasta ahora en el lugar, que fueron fabricadas en plena época romana, entre los siglos II y V d. C. El aljibe excavado en la roca y hallado debajo de una muralla de esta fortificación, considerada Bien de Interés Cultural desde 2009, es la punta de lanza para ahondar en el pasado prerromano de la cultura castreña.
El descubrimiento dirigido por el arqueólogo Miguel Ángel López en este castro muestra, según los expertos, el "desarrollo" que ya existía entonces. “Es la primera vez que aparece un aljibe dentro de la zona amurallada del castro de Viladonga”, asegura por teléfono López, el director de la obra. Hace dos semanas López y su equipo de 10 especialistas descubrieron siete escalones en muy buen estado en la segunda muralla y un torreón de más de cinco metros de diámetro. Pero nada tan trascendente como este hallazgo realizado en el marco de la excavación aprobada por la Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia y ejecutada por la empresa Terra-Arqueos.
El hecho de tener agua pudo haber permitido a los habitantes resistir en caso de ataque, detalla López. “En los asentamientos castreños no es habitual encontrar los sistemas de abastecimiento de agua”, opina el arqueólogo gallego Ángel Concheiro, a la espera de que la Xunta confirme los resultados de este hallazgo. El suministro de agua era una cuestión fundamental en las sociedades antiguas, no era algo tan fácil como abrir el grifo, explica Concheiro. Esta era necesaria no solo para beber, sino también para lavar, para el ganado, para la alfarería y la artesanía textil. El depósito recogía el agua de lluvia y era abastecido por un antiguo manantial.
La operación ha sido muy complicada, según López, conocido por sus trabajos en el templo de Amenofis III en Luxor (Egipto). Además de los daños provocados por el paso del tiempo y el maltrato humano, la estructura se encuentra muy deteriorada por los derrumbes, lo que dificulta la distinción de los muros. Para dejar al descubierto la construcción subterránea fueron necesarios dos meses de trabajo en los que los arqueólogos extrajeron más de 340 metros cúbicos de tierra y más de 120 toneladas de piedra. La excavación, que todavía no termina, y que cuenta con un presupuesto de casi 200.000 euros, el 80% procedente del programa FEDER de la Unión Europea, ha permitido extraer todo tipo de objetos, entre los que se hallan piezas de cerámica común y de lujo como la terra sigillata, piezas de hierro (clavos, hoces), algunas de bronce (placas, fragmentos de caldero), así como huesos de animales.
La ubicación del antiguo depósito de agua, que fue hallado debajo de una de las murallas, le permitió a López suponer que fue construido antes. Y las pruebas de carbono 14 le hicieron concluir que fue edificado en el siglo III de la era precristiana.
Su hallazgo cambia por completo la historia del castro, según López. “Un aljibe prerromano nos indica que ese yacimiento arqueológico ya era potente, sofisticado y que albergaba una comunidad importante”, asegura Concheiro, y explica la importancia de este descubrimiento no solo para el conocimiento de este castro erigido en la segunda Edad de Hierro, sino para la cultura castreña en general. “Esto nos dice que el mundo castreño prerromano conocía los sistemas de abastecimiento, de captación y almacenamiento de agua, y que desarrolló arquitecturas complejas y monumentales para solucionar este problema”, añade.
La antigua aldea se compone de una gran acrópolis central, dos pasos principales que la cruzan de norte a sur y de este a oeste, una ronda interior que la circunda, y viviendas organizadas en barrios, todo rodeado de murallas y fosos. Las primeras excavaciones comenzaron en 1971 y le siguieron otras campañas en los años ochenta, noventa y en 2000.
Hasta ahora los datos más antiguos, que datan de los siglos II y I a. C., se habían encontrado precisamente en esa zona del castro. Pero había pocos que permitieran suponer que hubo un asentamiento importante en aquella época, la mayoría de las estructuras y edificaciones descubiertas hasta ahora son posteriores. Su forma cuadrangular, muchas de ellas con esquinas en ángulo recto, dan cuenta de la época tardorromana. Lo mismo ocurre con otros objetos, como las tejas de barro.
La zona nordeste del castro era la más olvidada, desde los años ochenta no se habían realizado excavaciones. En ese entonces una de las esquina del aljibe ya había sido excavada pero no había sido identificada como un depósito de agua. Pero López se dio cuenta de que aquel trozo de muro que salía no era el de una vivienda habitual. Al distinguir los diferentes tipos de piedra presentes en la construcción (de cimentación y paramento, de muralla y aljibe, de cubierta y contrapeso) vio que se trataba de un aljibe. No es la primera vez que trabaja con este tipo de construcción; lo había hecho antes en el Castro de San Cibrao de Las, a 18 kilómetros al oeste de Ourense, y en la antigua fábrica de tabacos en Gijón.
Para Concheiro esto demuestra que “la sociedad de hierro antigua no tenía nada de simple, de pobre y de atrasada, sino que era una sociedad desarrollada, con suficiente grado de desarrollo y de monumentalidad y de riqueza”. Para López, el hallazgo es un punto de partida muy importante para seguir avanzando en el conocimiento de la cultura castreña.
sábado, 8 de diciembre de 2018
ABC:La Olmeda, en el «top 10» imperial
Cada «territorio del antiguo imperio romano tiene un gran yacimiento, una villa singular. En Italia es Piazza Armerina; en Francia, la de Chiragan; y en Hispania es sin duda, La Olmeda». Así lo asegura Trinidad Nogales, directora del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida y una de las integrantes del comité científico del Congreso Internacional «Las villas romanas bajoimperiales de Hispania», celebrado recientemente, en el que los restos palentinos coparon un gran protagonismo como una «referencia» en el mundo arqueológico. No en vano, los expertos la han encumbrado al «top 10 imperial».
Cabe recordar que la revista National Geographic ya incluyó en 2016 el yacimiento de La Olmeda entre los doce «grandes descubrimientos de la arqueología» equiparándola a la tumba de Tutankhamon, en Egipto; el Machu Picchu, la ciudad perdida en las cumbres de Los Andes, la ciudad de Petra excavada en una roca en el desierto jordano, los guerreros de terracota de Xian o los templos de Angkor en Camboya.
Al celebrarse los 50 años del descubrimiento de La Olmeda se consideró «interesante» convocar el citado congreso celebrado en Palencia para analizar la «aportación de estas villas al bajo imperio». En esta cita han sido varios los expertos foráneos que han enaltecido un yacimiento, cuya singularidad radica en que se «ha podido descubrir un porcentaje altísimo de la misma y en un estado de conservación óptimo, porque muchos de estos asentamientos se abandonaron o se expoliaron».
«Afortunadamente, La Olmeda contó con la excepcionalidad de Javier Cortés», «que entregó su vida al conocimiento de su yacimiento, que halló en su terreno y que donó luego para el disfrute público, que no es algo muy habitual». «Otros» buscan «compensación económica».
Ese buen hacer fue clave. Y es que Nogales destaca que se trata de «la villa de la Meseta Norte más singular» y «no sólo por la entidad del yacimiento», sino también «por el trabajo tan modélico que se ha desarrollado». En el mismo destacan la figura de Javier Cortés -«inigualable en el descubrimiento y la generosidad hacia la villa»- y también el trabajo de José Antonio Abásolo, «figura clave en su estudio, conocimiento y difusión», así como en el apoyo institucional «ininterrumpido» de la Diputación de Palencia.
«En el mundo arqueológico sabemos desde hace tiempo dónde se ubica La Olmeda, otra cosa es para el gran público», señala el jefe del Servicio de Cultura en Diputación de Palencia, Rafael Martínez, también organizador del citado congreso. En este sentido añade que «hay libros por el mundo que están llenos de imágenes de La Olmeda», que es un «referente en el mundo arqueológico romano a nivel internacional» y desde hace décadas.
Así para la Diputación, el reciente congreso no les ha dicho nada nuevo, ya «sabemos perfectamente lo que supone La Olmeda en el mundo científico internacional». Lo que sí ha permitido la cita es analizar el estado actual de las investigaciones sobre villas romanas en Hispania.
Nuevas tecnologías
«Ha sido muy interesante», explica Martínez, porque se «han aportado resultados de excavaciones recientes en los últimos años. La Olmeda fue pionera hace 50 años junto con las villas más clásicas de España y «hasta nuestros días han salido a la luz nuevas». En los trabajos que en ellas se han acometido destaca la aplicación de nuevas tecnologías. Prospección geomagnética, radares o escáneres al servicio del descubrimiento de yacimientos romanos.
Martínez valora muy positivamente estas «herramientas complementarias para la interpretación de los yacimientos», que recientemente han tenido su relevancia en Castilla y León. Hace un año, un joven encontró una villa romana a 25 kilómetros de Burgos a través de Google Maps. En realidad buscaba uno de los molinos abandonados en la ribera del río Urbel pero topó con unas ruinas que se sabía que existían, aunque su localización no se había podido determinar.
viernes, 7 de diciembre de 2018
National Geographic:Timgad, la gran ciudad romana del norte de África
Uno de los protagonistas de este redescubrimiento fue James Bruce de Kinnaird, viajero y escritor escocés que llegó a Argelia como cónsul británico en marzo de 1763, tras pasar seis meses en Italia estudiando sus antigüedades.
Entre las tareas de su cargo estaba investigar las antiguas ruinas romanas de Argelia que anteriores viajeros, como Thomas Shaw, habían registrado y que aún permanecían inexploradas.
James Bruce se dio cuenta de que el tipo de expedición que esperaba llevar a cabo requería muchos más instrumentos de los que poseía. Por ello, escribió a Italia para que le enviaran una cámara oscura y algún joven con conocimientos de arquitectura y dibujo. Finalmente se unió a su expedición un aprendiz de dibujante, el florentino Luigi Balugani. De este modo, en agosto de 1765, ambos partieron de Argel hacia un territorio ignoto: la Berbería, un conjunto de regiones tradicionalmente pobladas por bereberes. Los viajeros ignoraban que en su periplo descubrirían algunas de las joyas arqueológicas más impresionantes del norte de África.
Una ciudad misteriosa
"Una pequeña villa repleta de edificios elegantes". Así describió James Bruce lo que observó a su llegada a Timgad en la mañana del 12 de diciembre de 1765. Él y Balugani se convertían, así, en los primeros europeos en visitar aquel recóndito lugar, ubicado en los límites septentrionales de los montes Aurés. Pero Bruce ignoraba que bajo sus pies, sepultada por el tiempo, yacía una de las ciudades romanas más importantes del norte de África: la antigua Thamugadi, un magnífico exponente del urbanismo romano. La había fundado el emperador Trajano en el año 100 para acoger a los veteranos de la Legión III Augusta, con la misión de controlar la frontera con los bereberes y el territorio de Numidia.
A su llegada, Bruce y Balugani dibujaron los restos de un arco triunfal y pasaron la noche en la periferia del lugar. El arco era una puerta monumental dedicada a Trajano que daba acceso a la ciudad por su extremo occidental.
Al día siguiente, los dos viajeros volvieron para dibujar un templo corintio y Bruce anotó en su diario: "El arco se encuentra al noreste [del templo]. Las ruinas del an teatro, al noroeste. Entre las ruinas del arco y el anfiteatro hay restos de un templo del que sólo permanece uno de sus lados. Aquí copié dos inscripciones". En su afán por preservar el pasado, tras dibujar un busto de Faustina, la esposa del emperador Antonino Pío, Bruce lo enterró en el lugar donde previamente había hallado una inscripción y restos de un rico suelo de mármol. Sus comentarios y dibujos muestran que por entonces la ciudad estaba casi enterrada. Tras visitar las ruinas, los viajeros siguieron su periplo por tierras argelinas.
A su vuelta a Inglaterra en 1774, Bruce presentó al rey Jorge III tres volúmenes con los dibujos de Timgad y del resto de ruinas halladas en su camino. Sin embargo, las ruinas de Timgad no tardarían en caer otra vez en el olvido.
Redescubrimiento
Hubo que esperar más de un siglo hasta que nuevas expediciones avivaran el interés científico por Timgad. En 1875, el cónsul general británico en Argelia, Robert Lambert Playfair, decidió seguir los pasos de James Bruce. A su llegada a Timgad se dio cuenta de la magnitud de la ciudad, de la que ahora era posible observar más restos. Siguiendo los pasos de su predecesor, Robert Lambert Playfair describió con detalle cómo lo que Bruce había identificado como un anfiteatro era un teatro, y que el cercano templo no era sino el foro. En el último cuarto del siglo XIX se habían hallado en Timgad numerosas inscripciones y esculturas, y muchos europeos se habían adentrado en tierras argelinas hasta llegar al lugar.
Pero aunque Gran Bretaña se había atribuido el éxito de descubrir la antigua Thamugadi, la historia del yacimiento estaba a punto de dar un giro inesperado en favor de Francia. Gracias a su meticulosa descripción y comentario de los restos hallados, el profesor Émile Masqueray consiguió llamar la atención del Servicio de Monumentos Históricos de Francia. Esa institución, en su afán por convertirse en mecenas del verdadero descubrimiento de lo que todavía yacía bajo las arenas de Timgad, inició en 1881 unas excavaciones sistemáticas que hasta 1960 desvelaron los secretos ocultos bajo el Sahara durante siglos; la ciudad estaba tan bien conservada que recibió el nombre de "la Pompeya de Argelia".
Un oasis estratégico
La ciudad se convirtió en una especie de oasis urbano en medio de un área yerma, atrayendo pronto a las comunidades vecinas.
Su esplendor urbanístico se sitúa entre los años 125 y 225, cuando llegó a tener una población de más de 15.000 habitantes. En 1901 se localizó incluso una monumental biblioteca que habría acogido hasta tres mil manuscritos.
Hacia finales del siglo III y durante el siglo IV, la ciudad seguía siendo uno de los mayores exponentes del triunfo romano en la frontera sur del Imperio. La arqueología ha confirmado la diversidad religiosa de su población: se han encontrado testimonios tanto de fieles del tradicional paganismo romano como de adeptos de las nuevas sectas cristianas, entre ellas, del donatismo. De hecho, en Timgad residía el obispo donatista Optato, con quien san Agustín se enfrentó a causa de sus discrepancias teológicas.
La crisis general que sufrieron las fronteras del Imperio romano a finales del siglo IV afectó de lleno a Timgad. Tras su saqueo por los vándalos en el siglo V, la ciudad se convirtió en una ruina, y fue así como la encontraron los bizantinos cuando llegaron a la región. Timgad fue repoblada como centro cristiano y se construyó un bastión defensivo fuera de la localidad en el año 539, pero un posterior saqueo bereber acabó sepultando esta joya romana, que fue cubierta por las arenas del Sahara.
Antes de este desenlace, Timgad fue una ciudad rica, apacible y gozosa. Así lo indica al menos la inscripción que un habitante grabó en una de las losas del foro, como mensaje para futuros visitantes: "Cazar, bañarse, jugar, reír. ¡Eso es vida!".
jueves, 6 de diciembre de 2018
National Geographic:Hallada una lápida romana en un río de Eslovenia... ¿Cómo llegó hasta ahí?
Un pescador llamado Jure Meden estaba pescando a finales del pasado mes de noviembre en el río Sava en Kranj, la cuarta ciudad más grande de Eslovenia, situada al norte del país, cuando percibió un bloque de piedra a un metro de profundidad: un fragmento de una lápida romana con una inscripción perfectamente legible. "El lado de la inscripción estaba hacia arriba y, tras ser retirada la piedra del agua por los bomberos, resultó evidente que había permanecido mucho tiempo en el agua pero con la inscripción hacia abajo, pues esta está perfectamente conservada, mientras que el lado posterior está bastante desgastado. Creemos que la piedra fue arrastrada por la corriente del río a finales de octubre, cuando el río creció con fuerza debido a las lluvias torrenciales", explica Judita Lux, del Instituto para la Protección del Patrimonio Cultural de Eslovenia, a National Geographic España.
La inscripción no está completa, pero aporta mucha información. La traducción (no literal) por parte de Anja Ragolič, del Instituto de Arqueología en el Centro de Investigación de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes, es la siguiente: "Esta lápida fue erigida en memoria de Arellia Argolis, de 12 años de edad, la hija de Arellius Iucundus. Ambos, padre e hija, fueron esclavos liberados". La historia se podría reconstruir de la siguiente manera: hace casi 2.000 años, la fecha en que ha sido datada provisionalmente la lápida, murió una niña de 12 años de edad llamada Arelia y su afligido padre Arelio, ambos esclavos emancipados, encargó una tumba en su recuerdo. Ironías de la vida, la naturaleza arrastró y desgastó la piedra caliza, pero conservó su inscripción, preservando la memoria de Arelia a lo largo de los siglos. "No sabemos dónde estaba originalmente la lápida, no hay ninguna necrópolis romana conocida río arriba", admite Lux. Los arqueólogos intentarán resolver el rompecabezas, de momento disponen de la siguiente información: "Tenemos la parte superior de la inscripción; la parte inferior debe de estar en algún lugar. Además, en medio del lado superior del bloque hay un pequeño agujero que indica que estaba conectado a otra pieza; puede que hubiera una pequeña estatua encima del bloque de piedra".
miércoles, 5 de diciembre de 2018
El País:El tesoro romano que apareció en un caldero
Los hermanos Eusebia y Tomás Roldán, en mitad de una fortísima tormenta, avanzaban a pie por la antigua senda que unía las minúsculas poblaciones palentinas de Valsadornín y Gramedo. El agua, que descarnaba los rodales del viejo camino aquella mañana del 19 de agosto de 1937, comenzó a desenterrar a los pies de un muro un objeto que se semejaba una vieja olla. Intrigados, se acercaron y tiraron con fuerza de sus asas. Se trataba de un caldero de cobre de unos 45 kilos de peso con más de 8.000 monedas en su interior y varios miles más esparcidas por el suelo. Habían encontrado lo que se conoce desde entonces como el tesoro de Valsadornín y que, tras 67 años en el Museo Arqueológico Nacional, en Madrid, volverá restaurado a Palencia a principios de 2019. El director del museo provincial, Francisco Javier Pérez Rodríguez, explica que se ultiman ya los trabajos para la exposición definitiva de las miles de piezas de plata y cobre que fueron acuñadas durante los reinados de 18 emperadores y emperatrices de Roma.
Los expertos coinciden en que el dueño del caldero lo escondió ante la inestabilidad que sufría la Península en torno al 270 después de Cristo. Un estudio de la historiadora Valentina Calleja destaca que entre los años 260 y 280 de nuestra era la Hispania romana estaba sometida a fuertes convulsiones por "causas internas y externas". Por eso, posiblemente su propietario lo ocultó con el fin de recuperarlo pasado el peligro, pero nunca volvió.
La vasija contenía unas 8.000 monedas amalgamadas en su interior y otras 2.421 sueltas que fueron depositadas en el Museo de Palencia, a pesar de que los descubridores intentaron venderlas antes. De hecho, las crónicas de la época registran que los hermanos Roldán "se quedaron con algunas de ellas", que los vecinos de Cervera de Pisuerga (localidad próxima a Valsadornín y donde el tesoro fue depositado unos días) "tenían también ejemplares" y que al " gobernador de Valladolid, señor Villalobos, se le entregaron 23 de las mejor conservadas, de las que no se ha vuelto a tener noticia". Finalmente, las restantes, y que no se pudieron separar del caldero con las técnicas de la época, se enviaron a Madrid en 1951 y fueron dejadas en depósito para su restauración. Pero pasaron las décadas, y el conjunto permanecía en los depósitos del Museo Arqueológico Nacional. "Nunca había tiempo para restaurarlas. Como era de Palencia...", se queja Francisco Javier Pérez.
"El tesoro de Valsadornín traza un mapa del poder en su tiempo. Hay piezas con el nombre de 18 emperadores, emperatrices y sus herederos. Pone cara a la inestabilidad política del Imperio, con dirigentes efímeros y usurpadores que se suceden y superponen en Roma, en Galia y Oriente", explican fuentes del Museo Arqueológico.
Las monedas más antiguas se sitúan en el 240 d. C. y las más modernas en el 269 d. C. La mayoría fueron acuñadas en Roma, aunque también las hay de las cecas de Lyon, Antioquía o Milán, y pertenecen principalmente al reinado de Galieno, que gobernó entre el 253 y el 268. Galieno fue emperador durante una época de grandes turbulencias y tuvo que enfrentarse a la disgregación del imperio a causa de diversas rebeliones. De hecho, murió asesinado.
Entre 2016 y 2018 el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) abordó la restauración de la vasija y su contenido, conservando ahora el aspecto más aproximado al hallazgo original e interviniendo individualmente en una parte de las monedas desprendidas del bloque. También fueron realizadas diversas pruebas de imagen y composición metálica: radiografías, microanálisis mediante microscopía electrónica de barrido (SEM) y espectrometría de dispersión de energías de rayos X (EDX). Los datos obtenidos sirven para desentrañar las técnicas romanas de fabricación de moneda o la variación del contenido real en plata de este tipo de piezas. Los antonianos, como se las conoce, eran inicialmente de plata, y deben su nombre a que fueron acuñadas durante el mandato de Marco Aurelio Antonino. Pero conforme pasaban los años, fueron perdiendo valor, ya que cada vez incluían menos plata y más cobre y estaño.
Tras la exposición en Madrid, en la llamada Vitrina Cero, el conjunto volverá definitivamente al Museo de Palencia. El 13 de enero, la muestra en el Museo Arqueológico cierra sus puertas, un día importante para el provincial de Palencia, al que solo le resta ir a buscarlo. "Se tomarán todas las medidas de seguridad precisas", señala Pérez Rodríguez.
martes, 4 de diciembre de 2018
La galería Ostalé expone un importante conjunto de arqueología clásica
Por segunda vez en Zaragoza una galería de arte organiza una exposición de arqueología clásica con todas las piezas a la venta. Lo hace la galería Ricardo Ostalé (Teniente coronel Valenzuela, 2) durante todo el mes de diciembre. Y va a consoldiarse como una de sus líneas de trabajo. «Quiero hacer al menos una exposición de arqueología al año –señala Ostalé–, porque son obras que me gustan y porque en Aragón hay coleccionistas que las buscan. En esta ocasión no he podido encontrar piezas de gran tamaño y me he decantado por las pequeñas, pero todas muy importantes». Piezas como la que figura en la portada del catálogo que ha editado para la exposición, una figura oferente mochica, tallada en un trozo de turquesa, que es única en su género. «Puede que haya alguna de este tipo en algún museo o colección privada, pero yo solo conozco alguna otra en el Museo de América pero de menor tamaño».
La muestra tiene numerosos puntos de interés aunque, dado el tamaño de las piezas, hay que detenerse en ellas para encontrarlos. Destacan, por ejemplo, una daga ritual nazca (siglo I al VII después de Cristo), una venus tlatilco mexicana de tan solo seis centímetros de altura (siglos XIII a VIII antes de Cristo), un lekhytos griego (siglo IV antes de Cristo), dos azulejos de incrustación de Al-Andalus, varias piezas en terracota de la dinastía Tang... Un museo arqueológico en miniatura, en definitiva. La muestra recorre las principales culturas antiguas. Llama la atención que, celebrándose en el corazón de la Península Ibérica, incluya pocas piezas de origen romano y ninguna celtibérica.
«La arqueología celtibérica me apasiona –admite Ostalé–, pero cuando alguna pieza de este tipo sale a la venta no siempre puedes trazar con claridad su procedencia, así que, para evitar problemas, es una cultura que no toco. Las piezas que ofrezco en la galería son de procedencia legal, de colecciones avaladas y antes de inaugurar la muestra mando el catálogo a la Policía para que esté informada».
Los precios no son para todos los bolsillos pero están al alcance de muchos. El de las 54 piezas que se exponen en la galería a lo largo de todo el mes oscila entre los 500 euros de la más barata y los 8.000 de la más cara.
«En torno al coleccionismo de arqueología hay todavía muchas ideas preconcebidas, que no tienen que ver con la realidad. Como que solo pueden acceder a ella los económicamente poderosos. No es así. Evidentemente, si quieres comprar un busto de época romana, bello, grande y en perfectas condiciones de conservación, vas a tener que pagar medio millón de euros por él. Pero se pueden adquirir muchas piezas por menos dinero. Hay coleccionistas de vidrio romano que han ido llenando una gran vitrina a lo largo de los años y a lo mejor no se han gastado ni 30.000 euros en las piezas que contiene».
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