El grupo de investigación de la Universidad de Huelva que dirige el catedrático de Arqueología Juan Campos ha certificado que el acueducto romano de la capital data de la época de la dinastía conocida como Flavia, en la que gobernó una casta de emperadores romanos, de mediados del siglo I, después de Cristo. Esta datación es, en sí misma, una de las grandes novedades que aporta la investigación. Hasta ahora sólo había hipótesis y ningún dato científico que lo concretara.
En estos momentos, la investigación ha podido afinar más el estudio, tras la exploración las galerías en unos 50 metros y el sondeo de la ladera del Cabezo, entre otros análisis. Este hallazgo, fruto de la finalización de la primera fase del estudio, quedará reflejado en una monografía que publicará la universidad sobre el acueducto y, que, se quiere, tenga un marcado interés divulgativo.
El acueducto obedece a una infrestructura estatal que experimentó varias reformas y que se completaba con una fuente, la actual Fuente Vieja, que, en su día, servía para hacer ofrendas a los dioses. En el interior de las galerías se han encontrado, una inscripción de una de las reformas acometidas y las hornacillas donde se colagan las lucernas para ver.
De este estudio se desprende cómo fue el sistema constructivo en el que probablemente trabajaron los mineros onubenses en época romana. Una época en la que ONOBA era una ciudad en pleno auge con un puerto floreciente, una minería en pleno agopeo y una consolidada industria de salazón, que demandaba mucha agua. Los romanos se dieron cuenta de que de los cabezos fluía agua y construyeron el acueducto, aprovechando los recursos hídricos.
El proyecto del acueducto forma parte del Plan General de Zonas Arqueológicas que ahora se ha retomado. No se agota, con todo, con esta primera fase. Juan Campos precisa que se necesitarán más excavaciones y proyectos de mayor envergadura para seguir estudiando el acueducto, para el que plantea un centro de interpretación con el objetivo de ponerlo en valor.