sábado, 29 de septiembre de 2018
Hallan una mano de 'ciborg' de la Edad del Bronce
Buscadores de tesoros suizos han descubierto una mano de bronce con un puño de oro de 3.500 años de antigüedad, informa LiveScience.
La mano es un poco más pequeña que una real y es la escultura de metal más antigua de una parte del cuerpo humano descubierta en Europa, reza una nota de los arqueólogos aficionados. ¿El primer 'ciborg' de la historia?
La pieza se descubrió en 2017 cerca del lago Biel, en el cantón occidental de Berna. Los aficionados helvéticos la entregaron a las autoridades junto a una daga y una costilla humana. Ahora ha sido fechada: data de la Edad del Bronce.
"Nunca hemos visto nada parecido", afirma Andrea Schaer, directora del Departamento de historia antigua y arqueología romana del Servicio Arqueológico de Berna, citada por National Geographic. "No estábamos seguros de sí era auténtica o no (…)", admitió. Los arqueólogos suponen que la mano pudo haber sido usada como una prótesis o durante rituales.
Durante la pasada primavera, los arqueólogos regresaron al lugar donde descubrieron la mano y hallaron una tumba. El lugar de enterramiento contenía los huesos de un hombre adulto, un peroné de bronce, un adorno de este mismo material bronce en forma de espiral y pequeños pedazos de oro. Además, los entusiastas encontraron un dedo de bronce partido en el sitio funerario, lo que proporcionaba más pruebas de que la mano había sido enterrada allí también.
viernes, 28 de septiembre de 2018
National Geographic:La presencia militar romana más antigua que se ha documentado en Galicia
Restos de armas, sandalias (caligae) y monedas, hallados en el campamento romano de Penedo dos Lobos, en el municipio de Manzaneda en la provincia de Ourense, arrojan luz sobre la conquista romana del noroeste de la península Ibérica, según informó la semana pasada la Universidad de Exeter (Inglaterra). La intervención arqueológica en el campamento romano de Penedo dos Lobos ha permitido descubrir la presencia militar romana más antigua que se ha documentado hasta el momento en el territorio de la actual Galicia. Las monedas de bronce fueron acuñadas por Publio Carisio entre el 25 y el 22 a.C. para pagar a los legionarios que participaron en las campañas bélicas; Carisio fue legado (general del ejército romano) del primer emperador Augusto durante las guerras contra cántabros y astures. "Estos hallazgos sitúan la construcción del campamento romano de Penedo dos Lobos en un horizonte cronológico anterior al cambio de era y posiblemente contemporáneo a las guerras asturcántabras, con las que el Imperio romano puso fin a la conquista de Hispania", señalaba Romanarmy.eu en un comunicado que emitió el pasado 28 de agosto.
"En Asturias y en Cantabria se han encontrado numerosos vestigios de la presencia militar romana, pero en Galicia y en el norte de Portugal los únicos asentamientos militares romanos que se conocían hasta no hace mucho eran los fuertes permanentes de Cidadela (en Sobrado dos Monxes, en A Coruña) y de Aquis Querquennis (en Bande, en Ourense), construidos desde mediados del siglo I d.C. en adelante. No se conocía ningún sitio temporal anterior a esa fecha, en particular relacionado con las expediciones tardorrepublicanas a partir del siglo II a.C. o con las propias guerras de conquista a finales del siglo I a.C.", explica João Fonte, el director de las investigaciones arqueológicas en el campamento romano de Penedo dos Lobos, a National Geographic España. Fonte trabaja en la Universidad de Exeter y es integrante de Romanarmy.eu, un equipo que investiga la presencia militar romana en el noroeste de la península Ibérica. "La gente había sugerido que las tropas romanas habían estado en esta zona, pero hasta ahora todo eran especulaciones. Estos hallazgos, que datan de la época de las guerras asturcántabras, realmente nos permitirán reescribir los libros de historia", destaca el arqueólogo en el comunicado de la Universidad de Exeter.
Rubén F. Lorenzo Pérez, un vecino de la comarca, comunicó al colectivo de Romanarmy.eu la existencia de un recinto de alta montaña con unas características peculiares; la tecnología de teledetección ha permitido distinguir el perímetro del recinto militar, construido en piedra y con las cuatro entradas características de los campamentos militares romanos. "Lo que está claro es que efectivamente se trataba de un pequeño contingente de militares, de hasta 1.000 hombres, que ocupó el sitio durante un periodo corto de tiempo, aunque es posible que no fuera tanto un campamento de marcha, construido para descansar durante una o dos jornadas, como un campamento estacional, construido enteramente en piedra para que resistiera durante un periodo más prolongado de tiempo, desde semanas hasta meses, con una misión específica que aún desconocemos", comenta a este medio.
La campaña arqueológica en el campamento de Penedo dos Lobos ha sido promovida por el Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit), el Consejo Superior de Investigaciones Cientificas (CSIC), el Grupo de Investigación Síncrisis del Departamento de Historia de la Universidade de Santiago de Compostela y por el Ayuntamiento de Manzaneda.
jueves, 27 de septiembre de 2018
Investigadores confirman que el acueducto romano de Huelva data de mediados del siglo I.D.Cristo
El grupo de investigación de la Universidad de Huelva que dirige el catedrático de Arqueología Juan Campos ha certificado que el acueducto romano de la capital data de la época de la dinastía conocida como Flavia, en la que gobernó una casta de emperadores romanos, de mediados del siglo I, después de Cristo. Esta datación es, en sí misma, una de las grandes novedades que aporta la investigación. Hasta ahora sólo había hipótesis y ningún dato científico que lo concretara.
En estos momentos, la investigación ha podido afinar más el estudio, tras la exploración las galerías en unos 50 metros y el sondeo de la ladera del Cabezo, entre otros análisis. Este hallazgo, fruto de la finalización de la primera fase del estudio, quedará reflejado en una monografía que publicará la universidad sobre el acueducto y, que, se quiere, tenga un marcado interés divulgativo.
El acueducto obedece a una infrestructura estatal que experimentó varias reformas y que se completaba con una fuente, la actual Fuente Vieja, que, en su día, servía para hacer ofrendas a los dioses. En el interior de las galerías se han encontrado, una inscripción de una de las reformas acometidas y las hornacillas donde se colagan las lucernas para ver.
De este estudio se desprende cómo fue el sistema constructivo en el que probablemente trabajaron los mineros onubenses en época romana. Una época en la que ONOBA era una ciudad en pleno auge con un puerto floreciente, una minería en pleno agopeo y una consolidada industria de salazón, que demandaba mucha agua. Los romanos se dieron cuenta de que de los cabezos fluía agua y construyeron el acueducto, aprovechando los recursos hídricos.
El proyecto del acueducto forma parte del Plan General de Zonas Arqueológicas que ahora se ha retomado. No se agota, con todo, con esta primera fase. Juan Campos precisa que se necesitarán más excavaciones y proyectos de mayor envergadura para seguir estudiando el acueducto, para el que plantea un centro de interpretación con el objetivo de ponerlo en valor.
En estos momentos, la investigación ha podido afinar más el estudio, tras la exploración las galerías en unos 50 metros y el sondeo de la ladera del Cabezo, entre otros análisis. Este hallazgo, fruto de la finalización de la primera fase del estudio, quedará reflejado en una monografía que publicará la universidad sobre el acueducto y, que, se quiere, tenga un marcado interés divulgativo.
El acueducto obedece a una infrestructura estatal que experimentó varias reformas y que se completaba con una fuente, la actual Fuente Vieja, que, en su día, servía para hacer ofrendas a los dioses. En el interior de las galerías se han encontrado, una inscripción de una de las reformas acometidas y las hornacillas donde se colagan las lucernas para ver.
De este estudio se desprende cómo fue el sistema constructivo en el que probablemente trabajaron los mineros onubenses en época romana. Una época en la que ONOBA era una ciudad en pleno auge con un puerto floreciente, una minería en pleno agopeo y una consolidada industria de salazón, que demandaba mucha agua. Los romanos se dieron cuenta de que de los cabezos fluía agua y construyeron el acueducto, aprovechando los recursos hídricos.
El proyecto del acueducto forma parte del Plan General de Zonas Arqueológicas que ahora se ha retomado. No se agota, con todo, con esta primera fase. Juan Campos precisa que se necesitarán más excavaciones y proyectos de mayor envergadura para seguir estudiando el acueducto, para el que plantea un centro de interpretación con el objetivo de ponerlo en valor.
miércoles, 26 de septiembre de 2018
ABC:Nace el primer premio nacional de Arqueología y Paleontología
Cuando tenía 19 años, Antonio Gallardo Ballart comenzó a sentir un genuino interés por el estudio del pasado gracias a unos talleres impartidos en el Museo Arqueológico de Cataluña (MAC). A pesar del paso del tiempo, y de sus obligaciones dentro del mundo empresarial, jamás perdió el gusto por disciplinas como la arqueología y, sobre todo, la paleontología. Tanto que, después de jubilarse, decidió poner en marcha la primera entidad privada destinada a apoyar las excavaciones de instituciones españolas públicas en el extranjero: la Fundación Palarq.
Ahora, más de dos años después del nacimiento de este entidad, Gallardo ha decidido impulsar el primer premio nacional de Arqueología y Paleontología de España, que será entregado el día 26 del próximo mes de noviembre en una ceremonia en el Museo Arqueológico Nacional (MAN). «Hay que poner en conocimiento y dar valor a todos los estupendos proyectos que llevan a cabo los arqueólogos y paleontólogos españoles», dice a ABC el presidente de la Fundación Palarq, Antonio Gallardo, sobre este premio.
La iniciativa, pionera en España, ha sido aplaudida con fervor entre los científicos españoles, que ven en este premio un justo y necesario reconocimiento a sus desvelos. «Me parece una fantástica iniciativa. Hay muchísima gente en España que se lo merece. Aquí hay una cantidad de gente enorme que realiza un trabajo estupendo y merece que este sea reconocido», afirmó en una entrevista con este diario hace poco más de un mes Juan Luis Arsuaga, paleontólogo y director científico del Museo de la Evolución Humana de Burgos.
El nacimiento de este premio también ha sido celebrado desde los distintos proyectos que la Fundación Palarq apoya económicamente. «La creación de este reconocimiento es una iniciativa maravillosa. Independientemente del vencedor, nos pone a los demás en el mapa. Es una grandísima noticia para todos los que nos dedicamos a la arqueología y la paleontología», dice a ABC la directora de la excavación del Museo Arqueológico Nacional en Heracleópolis Magna (Egipto), Carmen Pérez Die.
La Fundación Palarq se convirtió en febrero de 2016 en la primera entidad privada enfocada en exclusiva a dar solución a los problemas de financiación que sufren las distintas misiones arqueológicas nacionales en el extranjero. «Morimos de éxito», apunta a este diario la directora de esta fundación, Carolina Bähr. Y es que no son pocos los proyectos que, año tras año, solicitan apoyo a esta institución. Un órgano que en su primera convocatoria, en 2016, dio sustento económico a 22 proyectos paleontológicos y arqueológicos, un número que creció el año pasado hasta los 33 y que promete incrementarse todavía más en el futuro.
A la hora de otorgar ayudas, Palarq se ha centrado en dar sustento únicamente a las misiones españolas realizadas fuera de los límites de Europa. Como explica Bähr, «la fundación entiende que este tipo de proyectos son los que necesitan más apoyo». De este modo, la institución ha colaborado en el desarrollo de excavaciones nacionales en todo el mundo. Desde Eritrea, donde lleva ya dos años apoyando las investigaciones de la Fundación Atapuerca, hasta Tanzania, país en el que colabora con la Universidad Autónoma de Barcelona, pasando por Heracleópolis Magna, en Egipto.
La situación económica de las misiones españolas se ha agravado durante este 2018. La falta de aprobación de los Presupuestos del Estado, que todavía se están negociando, ha provocado el retraso en la convocatoria de las ayudas y subvenciones para financiar proyectos arqueológicos en el exterior. Para salvar esta situación, en el caso de Heracleópolis Magna se optó por realizar una campaña de mecenazgo en internet que resultó un éxito. «Las instituciones públicas no dan mucha financiación. Necesitamos fondos para aprovechar bien el tiempo», explicaba a ABC la egiptóloga Carmen Pérez Díe hace un mes.
martes, 25 de septiembre de 2018
National Geographic:Las increíbles pinturas murales de la Tumba del Fundador, hallada en Jordania
En noviembre de 2016, unas obras viales frente a la entrada de un colegio en Beit Ras (la antigua Capitolias), en la gobernación de Irbid y al norte de Jordania, sacaron a la luz un hipogeo o tumba subterránea del periodo romano, decorada con unos frescos deslumbrantes de gran colorido que contienen información única sobre los ritos funerarios y sobre la vida agrícola y social de aquella época. Casi dos años después, se conocen nuevos detalles sobre la tumba, que formó parte de la necrópolis de la antigua Capitolias, una ciudad de la Decápolis (un grupo de diez ciudades helenizadas, situadas en los confines orientales del Imperio romano y conocidas gracias a Plinio el Viejo), fundada a finales del siglo I d.C. "La nueva tumba de Capitolias, excavada en la ladera de una colina, es un descubrimiento espectacular por la profusión de su decoración y por sus inscripciones. En este hipogeo de 52 m2, compuesto por dos cámaras funerarias y con un único sarcófago de basalto en su interior, los muros interiores y el techo de la cámara funeraria principal están cubiertos de pinturas", explica en un comunicado Julien Aliquot, del Laboratorio HISOMA (Histoire et Sources des Mondes Antiques), quien ha investigado el hipogeo en 2017 y en 2018.
Otras tumbas romanas pintadas han sido descubiertas en las ciudades de la Decápolis, pero esta de Capitolias es única por tres motivos: por la abundancia de representaciones, aproximadamente unas 260 figuras que componen una narrativa en las paredes y el techo de la cámara funeraria; por las más de 60 inscripciones pintadas en negro que, cuando describen las actividades constructivas del sitio, tienen la particularidad de estar escritas en arameo, la lengua local, pero con letras griegas, es decir, la combinación de las dos lenguas principales del Oriente Próximo romano, "un fenómeno muy raro" según el comunicado; y, por último, porque el programa iconográfico representaría el mito fundaciónal de la ciudad de Capitolias a finales del siglo I d.C.
"Aunque la divinidad principal de Capitolias no era otra que Júpiter, del Capitolio de Roma, la nueva ciudad era del tipo griego, como las ciudades vecinas de la Decápolis. Por tanto, la persona que ordenó la decoración de la tumba antes de ser enterrada es muy probable que fuera aquella que aparece representada oficiando en la escena del sacrificio fundacional. Podemos presentarlo como el fundador de la ciudad y a su hipogeo lo podemos llamar la Tumba del Fundador", señala el comunicado. "Con todo mi pesar ahora mismo no podemos ser más específicos, pues nuestro equipo forma parte de un consorcio internacional que presentará, con todo detalle, los resultados de los estudios en curso en la próxima conferencia sobre arqueología jordana, que se celebrará en Florencia en enero de 2019", comenta Aliquot a National Geographic España.
lunes, 24 de septiembre de 2018
Descubren en Huerta Varona un mosaico romano
El equipo del Instituto Monte Bernorio de Estudios de la Antigüedad del Cantábrico (IMBEAC) que investiga el enclave arqueológico de Huerta Varona en Aguilar de Campoo ha descubierto este verano un importante hallazgo en el yacimiento romano. Se trata de un mosaico que aparece asociado a los niveles más antiguos del yacimiento que podría datarse incluso hasta el siglo I a.C., aunque habrá que esperar a las pruebas de radiocarbono.
Este descubrimiento que parece asociado a otros tipos de materiales podría indicar que en el yacimiento podría haber existido una zona de baños, algo que demuestra la gran importancia que tuvo el asentamiento romano en la villa galletera. Tras la toma del castro de Monte Bernorio, ubicado en el municipio de Pomar de Valdivia, por las tropas del Emperador Augusto durante las denominadas Guerras Cántabras, Huerta Varona supuso la continuación del poblamiento en esta comarca, una vez destruido el oppidum.
Según explica el director de la excavación y del IMBEAC, el Doctor Jesús Francisco Torres Martínez (Kechu), “este hallazgo tiene una gran importancia ya que nos demuestra que el asentamiento de Huerta Varona tuvo una gran complejidad constructiva y una larga duración en el tiempo”.
MOTIVOS GEOMÉTRICOS EN BLANCO Y NEGRO. Sobre el mosaico detalla que “está construido en un estilo que es propio del periodo que va desde el siglo I a.C. al II d. C. aproximadamente, con motivos geométricos en dos colores y del que hasta el momento se han descubierto cerca de ocho metros cuadrados. Está afectado por la destrucción que sufrió la edificación en la que se encuentra pero 2.000 años después sigue conservando su belleza y es posible distinguir los distintos motivos geométricos de su diseño, piezas de cuadrados divididos en triángulos blancos y negros formando distintos campos y líneas“.
Además, concreta que “el mosaico no ha sido todavía excavado en su totalidad y puede ocupar una gran superficie. En este caso interesa su conservación y su adecuada recuperación antes que terminar su excavación en la presente campaña. En este sentido estamos en contacto frecuente con las autoridades de patrimonio y el equipo de restauración del Museo de Palencia, y la prioridad de todos es la conservación de la parte descubierta”.
De igual modo, la alcaldesa de Aguilar de Campoo, María José Ortega, indica que “los hallazgos en Huerta Varona vienen a demostrar que la apuesta firme y que desde el Ayuntamiento se ha realizado por las excavaciones en el yacimiento ha sido un acierto y un compromiso por potenciar el rico patrimonio que atesora nuestro municipio”.
Precisamente con el fin de preservar el yacimiento y evitar expolios, el Ayuntamiento de Aguilar de Campoo ha puesto en marcha medidas de seguridad adicionales con el fin de dotar de una mayor protección al enclave.
INVESTIGANDO DESDE 2013. El Consistorio de Aguilar de Campoo inició hace cinco años, de la mano del IMBEAC, el estudio del yacimiento. El objetivo era documentar su estructura, la historia de su ocupación y de sus habitantes, algo que permite avanzar en el conocimiento sobre el inicio y desarrollo de los núcleos rurales hispano-romanos en las zonas de Montaña del norte de España, una materia hasta ahora muy poco conocida.
Denominado Proyecto Internacional de Investigación Arqueológica de La Huerta Varona: la colonización romana en el cantábrico central es desarrollado por investigadores del IMBEAC, del Departamento de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid e investigadores y colaboradores externos, y con la colaboración especial de investigadores de la School of History, Classics and Archaeology, University of Edinburgh.
ÚLTIMA CAMPAÑA Y JORNADA DE PUERTAS ABIERTAS. La última campaña comenzó en agosto, con la colaboración de un grupo de 20 jóvenes procedentes de toda España, del Campo de Trabajo concedido por la Consejería de Familia de la Junta, a través del Instituto de Juventud, que colaboraron durante una semana. Desde entonces otros 20 arqueólogos del IMBEAC– en turnos de ocho personas en campo- han estado investigado Huerta Varona.
Los trabajos se centran especialmente en el área 1, excavada en anteriores campañas y en las estructuras de habitaciones existentes en dos niveles: un primer nivel del momento de la fundación del enclave, que se data en el siglo I a.C.; y un segundo, creado tras una posterior reforma, del siglo II d.C –el enclave estuvo ocupado hasta los siglos IV-V d.C.-.
Las intervenciones arqueológicas están financiadas por el Ayuntamiento de Aguilar de Campoo, son ejecutadas por el IMBEAC y se cuenta con la colaboración de la Diputación de Palencia y la autorización de la Junta de Castilla y León.
sábado, 22 de septiembre de 2018
“La muerte es el evento más democrático”
Lo que ha visto esta mujer provocaría pesadillas a mucha gente. Momias, montones de momias. De toda clase y condición. Algunas recién desenterradas o aún en sus sombrías tumbas, en las que ha tenido que adentrarse. A Salima Ikram, la gran especialista de referencia en momias egipcias, la llaman cada vez que hay que examinar una, sea humana o de animal. Curiosamente, pasarse la vida entre momias no le ha amargado el carácter y es una persona jovial y simpática, llena de joie de vivre, que ya es contraste. Ikram nació en Lahore, Pakistán, en 1965, pero una visita a los 9 años a Egipto, donde se enamoró de sus antigüedades, selló su destino. Tras estudiar arqueología y egiptología en EE UU y en la Universidad de Cambridge, se instaló en El Cairo, donde enseña ambas materias en la célebre American University de la capital egipcia. Autora de numerosos libros y rostro habitual de los grandes documentales televisivos, Ikram es codirectora del Animal Mummy Project en el Museo Egipcio y trabaja en numerosas excavaciones. Para redondear, fue asesora de la película de Hollywood La Momia (el remake de 1999), aunque en muchas cosas no le hicieron, obviamente, caso. Participó en el pasado Congreso Extraordinario de Estudios de Momias, en Tenerife.
“Empecé trabajando en la vida cotidiana en el Antiguo Egipto y en un aspecto concreto que es la comida”, explica Salima Ikram. “Fue al estudiar cómo se preservaba la comida para los difuntos en las tumbas cuando llegué a las momias”, rememora l investigadora, que ya era una fan de la antigüedad faraónica desde que su padre la llevó a El Cairo. “Vi las pirámides y los tesoros de Tutankamón; para una niña como era yo Egipto fue una revelación”. La confluencia de ese interés primerizo y el estudio de cómo se embalsamaban los alimentos de las ofrendas funerarias la condujo a las momias. Se ha especializado en las de los animales.
“Me interesan igual las humanas pero si prefiero las de los animales es porque hay más especies”, apunta con cierta sorna. “También porque las formas de momificar son mucho más variadas. Y siempre me han gustado mucho los animales, el mundo natural era muy importante en la antigüedad y sobre todo en Egipto donde los animales eran fundamentales para la subsistencia pero además estaban relacionados con el mundo divino, eran intermediarios entre nosotros y los dioses. Los animales están por tanto en una posición clave para ayudarnos a entender el pensamiento egipcio. Griegos y romanos se burlaban de la relación de los egipcios con los animales, pero luego, cuando conquistaron ellos Egipto siguieron con los antiguos cultos. Esos cultos ofrecían acceso a verdades esotéricas y por eso eran tan populares”.
¿Cuál es la momia más impresionante que ha visto? “Sabía que me lo preguntaría”, responde la egiptóloga con un mohín. “Probablemente las de los dos grandes cocodrilos de la colección del Museo de El Cairo, de 5,20 y 4,65 metros respectivamente. Manifestaciones ambos del dios Sobek, en el más grande encontré crías de cocodrilo que habían sido introducidas en su boca tras ser también momificadas. Se han encontrado miles de momias de cocodrilos, necrópolis enteras dedicadas a ellos. En los lugares en que se los veneraba, como Medinet Madi, cerca del Fayum, existían incluso instalaciones para incubar sus huevos. Pero también me impresionan las de musaraña, en realidad las adoro, tan bien preparadas pese a ser animales tan pequeños... Conozco una momia de serpiente que tenía dentro a medio digerir una musaraña. Lo más extraordinario de todo es el número de momias de animales que hay. Se han hallado cuatro millones de momias de ibis. Las momias de gatos sepultadas en Bubastis eran tan numerosas que se las usaba en los barcos británicos como lastre y luego se empleaban como fertilizantes; un solo envío en el siglo XIX contabilizó 180.000 momias de gatos. Solo en la excavación de José Manuel Galán en Dra Abu el Naga, por ejemplo, han aparecido más de 7.000 momias de animales Los egipcios momificaban todo tipo de fauna, desde elefantes a insectos como escarabajos, pasando por peces, cobras, chotacabras, hienas, murciélagos, mangostas, gacelas, buitres, lagartos... Y también a veces bolas de estiércol”. Leones solo se conoce uno. “Sí, pero en Saqara confiamos encontrar más”.
Algunos de esos animales eran mascotas (a algunos babuinos, por ejemplo, se les habían quitado los caninos para evitar daños a sus dueños) o seres sagrados y se los momificaba al morir, con cariño o reverencia, pero otros se criaban como ofrendas y se los sacrificaba. “No solo se trataba de religión sino que había un aspecto económico: las momias de animales que se vendían masivamente en los templos y santuarios eran una importante fuente de ingresos”. Los visitantes y peregrinos las compraban, explica Ikram, y los dedicaban como exvotos.
¿Y qué momia humana prefiere? “No hay una sola pero la de Tutmosis IV, tan excelentemente conservada, me parece sensacional. En fin, no la conozco personalmente...”. Para la estudiosa, trabajar con momias humanas significa hacerlo “con alguien que es como tú. Cuando las miro a la cara pienso que están dormidas. Y la distancia en el tiempo se desvanece. La humanidad cierra brechas cuando estás ante una momia. Aunque sea de hace mucho tiempo, de otro país, de otra civilización. Ante una momia te sientes parte de un ciclo. Para conocer el futuro necesitamos saber lo que sucedió en el pasado”.
Saliima Ikram opina que pese a que la ciencia ha disuelto parte del misterio y el morbo de las momias, nuestro interés por ellas no decrece. Tiene que ver, dice, con que “somos macabros, para qué negarlo; existe el hecho de que somos humanos y podemos devenir eso, nos interesa la muerte, el evento más democrático, el umbral que todos pasaremos. Los egipcios tuvieron éxito preservando sus cadáveres y eso nos fascina”.
Ikram, como muchos de sus colegas considera a la de Boris Karloff la mejor momia que ha dado el cine. “No solo como entretenimiento sino en términos de veracidad e impacto ninguna otra la ha superado. Es terrible, pero además tiene esa dimensión sentimental. No es solo el monstruo, sino el dolor que percibimos en su corazón”. ¿Y las nuevas momias como la de Arnold Vosloo de 1999? “Está bien, excepto por algunas cosas en las que no hicieron caso, como lo de los cinco vasos canopos en vez de los cuatro preceptivos o lo de usar a los escarabajos como criaturas agresivas y malignas, cosa que a ningún antiguo egipcio se le hubiera ocurrido. Dicho esto he de recordar que hemos encontrado algún escarabajo momificado y minúsculas momias de otros insectos, muy pequeñitas, ¡un gran trabajo!”.
viernes, 21 de septiembre de 2018
Juerga loca en el Imperio: hallan una piscina romana con una botella de vino al fondo
El servicio de Arqueología del Ayuntamiento de Carmona (Sevilla), junto con los alumnos del curso de verano 'Arqueología de campo', desarrollado por el centro 'Olavide en Carmona' y la delegación municipal de Patrimonio, ha descubierto una nueva piscina de origen romano en las excavaciones desarrolladas en la plaza Julián Besteiro, en pleno centro histórico.
La nueva piscina hallada, según informa el Consistorio de esta localidad, se encuentra en perfecto estado y tiene la particularidad de que en su fondo, posiblemente tras perder su uso original, se había encajado un ánfora de vino procedente de la Galia.
De su lado, el alcalde de este municipio, Juan Ávila (PP), ha agradecido "el trabajo desarrollado por los alumnos y por el director de la excavación, el arqueólogo municipal Juan Manuel Román, puesto que su labor está confirmando la importancia histórica de Carmona en época romana". Asimismo, ha señalado que "ya trabajan con la Universidad Pablo de Olavide para poder hacerlas visitantes y también para ponerlas en valor".
Dicho curso de arqueología de campo ha estado organizado por el centro 'Olavide en Carmona' y la Delegación de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Carmona, dentro del programa de cursos de verano ofertados por la Universidad Pablo de Olavide.
Y, en este, los alumnos han recibido formación práctica sobre los distintos aspectos a los que debe enfrentarse un arqueólogo en los trabajos de campo, durante un mes. Asimismo, las clases prácticas han sido reforzadas con sesiones teóricas donde se tratan diversas temáticas como el tratamiento de los materiales arqueológicos, la digitalización de la planimetría, la estratigrafía arqueológica o los requisitos administrativos necesarios para estas tareas.
jueves, 20 de septiembre de 2018
National Geographic:La púrpura fenicia, el tinte más preciado de la Antigüedad
Cuenta una leyenda que durante un paseo romántico con la hermosa nereida Tiro, el dios Melqart descubrió por casualidad el exquisito tinte de color rojo púrpura que iba a convertirse en símbolo de los fenicios. Decidido a sorprender a su acompañante, Melqart envió a su galgo a rastrear las playas del Líbano en busca de un bello presente como muestra de su afecto. Sin embargo, cuando el perro finalmente volvió de su expedición, el dios observó que éste tenía el morro ensangrentado. Melqart se acercó preocupado a su mascota, pero enseguida se dio cuenta de que la sangre no era del perro, sino que procedía de un molusco hecho trizas, el murex; el animal llevaba tan bien sujeto entre sus fauces al molusco que lo había triturado. De la mezcla de la sangre del murex con la saliva del perro surgió, nada más secarse, un bonito tono de color púrpura-rojizo. La intensidad de ese color atrajo la atención de la nereida Tiro, quien accedió a convertirse en la esposa de Melqart si el dios era capaz de confeccionar un vestido que tuviese ese mismo tono. El ingenioso Melqart recogió los suficientes moluscos como para poder colmar los deseos de su amada. Fue así como surgió la llamada «púrpura de Tiro».
En una tradición alternativa, el vestido confeccionado por Melqart fue para el legendario rey de Tiro, Fénix, que sentía tal pasión por ese color que decretó que sus dominios pasarían a llamarse Fenicia (que significa «tierra de púrpura») y que todos los futuros gobernantes tendrían que vestir de ese color como distintivo de su rango real. Aunque ambas historias proceden de tradiciones grecorromanas tardías, la imagen de un perro royendo una concha de murex se ha descubierto en varias monedas de Tiro, lo que indica que las leyendas pudieron tener un origen fenicio.
El pueblo de la púrpura
A pesar del uso de historias mitológicas para explicar la génesis de la púrpura de Tiro, este tinte jugó un papel fundamental en la historia de los fenicios. El mismo término «fenicio», que fue usado por los griegos desde los siglos IX-VII a.C. para referirse a las diversas ciudades-estado que florecieron a lo largo de la costa de lo que hoy es Líbano, Siria y el norte de Israel –como la isla de Arwad, Biblos, Beirut, Sidón, Sarepta y Tiro–, aludía seguramente a la púrpura. En griego, phoínix podía también usarse para referirse a un color púrpura rojizo, y el hecho de que se aplicara al conjunto de las ciudades fenicias sería una alusión deliberada a la industria textil de la púrpura por la que éstas se hicieron famosas. En la Antigüedad, otra conocida teoría sostenía que la palabra podía relacionarse con el legendario Fénix, que algunos creían, como hemos visto, que había patrocinado el uso de la púrpura en Tiro.
A lo largo de toda su historia, los fenicios estuvieron indisolublemente unidos al comercio. Exportaban por todo el Mediterráneo una extensa variedad de productos, que incluían objetos metálicos ornamentados, tallas de marfil, madera de cedro, athyrmata (baratijas), vino y aceite de oliva. Pero uno de los artículos con los que ganaron especial fama fueron sus telas de llamativos colores y fina factura. Homero, por ejemplo, alabó los coloridos vestidos que producían y llevaban puestos las mujeres de Sidón. Al mismo tiempo, los anales asirios recogen listas de tributos entre los que aparecen con frecuencia prendas decoradas con profusión ofrendadas por la ciudad fenicia de Tiro. También en el Antiguo Testamento, concretamente en una lista de productos compilada por el profeta Ezequiel, se relacionan este tipo de telas.
Miles y miles de moluscos
Es difícil sobreestimar la importancia cultural, económica y social de estas telas, cuya producción artesanal requería una gran cantidad de trabajo. Estos tejidos ofrecían protección contra los elementos, eran signo de estatus social, se usaban para plasmar eventos o historias en forma de tapices e incluso podían ser tan valiosos que se empleaban como un tipo de moneda. Desgraciadamente, poco es lo que se sabe del aspecto o el modo en que se fabricaban estos brocados fenicios, pues han sobrevivido muy pocos fragmentos. A pesar de la falta de información sobre estos tejidos, las fuentes antiguas sí proporcionan informes detallados sobre la producción y el uso del tinte púrpura. Además, el hallazgo de numerosas instalaciones para la recolección del murex y su tratamiento para hacer tinte en las localidades de Arwad, Beirut, Sidón, Sarepta, Tiro, Tell Keisan, Shiqmona, Dor y Akko pone de manifiesto cuán importante fue esta industria para los fenicios.
El famoso naturalista romano Plinio el Viejo ofrece en su Historia natural –obra escrita en el siglo I d.C.– la mas detallada descripción de cómo se fabricaba este tinte. La materia prima básica era un líquido opaco que se obtenía de las glándulas mucosas de dos tipos de moluscos, el Murex trunculus y el Murex brandaris. El primero se usaba para hacer un tipo de púrpura azul que se conocía como «azul real», mientras que el segundo se usaba para hacer «púrpura de Tiro». Ambos tintes eran indelebles, es decir, no se decoloraban fácilmente, una rara cualidad entre los tintes antiguos que los hacía muy apreciados.
El primer paso en este proceso era hacer acopio de grandes cantidades de estos moluscos. Como ambas especies son carnívoras, el método más efectivo para capturar muchos era sumergir cestos de malla con conchas y trozos de pescado como cebo. Una vez recolectados, los caracoles de tipo murex se mantenían con vida en grandes contenedores o en estanques artificiales llenos de agua de mar hasta que se hubiera conseguido una cantidad suficiente. El siguiente paso era extraer la glándula mucosa que contiene los componentes químicos que se necesitan para producir el tinte. A los ejemplares grandes normalmente se les extraían esas glándulas con un utensilio especial de hierro o bronce, mientras que en el caso de los especímenes más pequeños se machacaban el cuerpo, la glándula y la concha hasta convertirlos en una masa pastosa.
Una industria muy lucrativa
Cuando ya se habían recolectado suficientes glándulas, se colocaban en una gran cuba de estaño que contenía agua salada y después se les aplicaba calor durante diez días. Durante ese tiempo, el tinte iba rezumando poco a poco, surgiendo un compuesto incoloro que, debido a una compleja reacción fotoquímica, producía un colorante púrpura cuando era de nuevo expuesto al aire y a la luz del sol. La exposición de este líquido a la luz, junto con el prolongado uso del calor, provocaba un olor apestoso por el que esta industria se hizo notoria en la Antigüedad.
Por esta causa, la mayor parte de las instalaciones manufactureras (y los montones de conchas podridas) se localizaban a las afueras de una ciudad o población y, en la medida de lo posible, a sotavento de las zonas residenciales. El propio Plinio el Viejo hace referencia a este hecho en su Historia natural: «Por eso podría perdonarse incluso esa pasión por la púrpura, aunque al mismo tiempo nos vemos obligados a preguntarnos: ¿de dónde salen estos precios tan altos para el producto de estos moluscos, que producen un olor tan fétido durante el tintado y un líquido de tono verdoso y feo, parecido al de un mar revuelto?».
Como cada murex destilaba unas pocas gotas de esas preciadas secreciones, la manufactura de la púrpura de Tiro en cantidades industriales requería muchos miles de moluscos. Los arqueólogos han calculado que se necesitaban doce mil moluscos de murex de un tamaño estándar (60-70 milímetros) para producir 1,4 gramos de tinte, lo que era suficiente para teñir el ribete de un vestido de tamaño normal; así que para destilar el tinte suficiente para teñir incluso una pequeña pieza de ropa se necesitaban enormes cantidades de murex. Esto explica que el tinte púrpura de Tiro fuera a veces más valioso incluso que su equivalente al peso en plata y oro, por lo que las telas de púrpura podían alcanzar precios exorbitantes. Por ejemplo, según cuenta Teopompo, un historiador del siglo IV a.C., los hombres de la ciudad de Colofón, en Asia Menor, «solían pasearse por la ciudad llevando prendas de púrpura, que en ese tiempo era un color raro incluso entre los reyes; y muy demandado, pues la púrpura se vendía regularmente por su peso en oro».
De hecho, los tejidos de púrpura eran tan codiciados que astutos hombres de negocios crearon una multitud de tonos de imitación de inferior calidad para satisfacer la demanda. Por esta razón, cerámicas y tejidos teñidos de púrpura tienen que someterse a un análisis químico antes de que los arqueólogos puedan dictaminar que son genuinos ejemplos de «azul real» o «púrpura de Tiro».
Esplendor y decadencia
Aunque la costa del Líbano tenía un ecosistema que podía favorecer una gran concentración de moluscos de tipo murex, en cuanto la demanda sobrepasó las reservas existentes se tuvieron que importar estos moluscos desde otras regiones del Mediterráneo y del golfo de Aqaba, en la costa del mar Rojo. La merma de la población local de murex, combinada con el deseo de adquirir cada vez una mayor cantidad de estos moluscos, hizo que los fenicios empezaran a fundar colonias ultramarinas en regiones que pudieran acoger este tipo de industria.
Las grandes cantidades de conchas de murex machacadas halladas por los arqueólogos en Almuñécar, Roscanos y Morro de Mezquitilla, en España; Cartago, Kerkouane y Meninx (Djerba), en Túnez, y Mogador (Essaouira), en Marruecos, proporcionan la evidencia de una industria del tinte púrpura a gran escala tanto en la península ibérica como en el norte de África. Según Plinio, después de Tiro, era la ciudad de Meninx la que producía el tono de púrpura más intenso. Se puede decir que el amor de los fenicios por la púrpura estaba indirectamente relacionado con su gran logro: la expansión del alfabeto por todo el Mediterráneo, que este pueblo exportó junto con otros productos.
Sometidos desde el siglo IV a.C. a la Grecia helenística y luego a Roma, los fenicios desaparecieron gradualmente, pero la industria de la púrpura que habían creado continuó floreciendo. De hecho, los romanos desarrollaron sus propias técnicas para la cría artificial de murex y otros moluscos en estanques excavados en la roca. La producción de tinte púrpura de murex continuó en el Imperio romano de Oriente hasta que ningún emperador bizantino dispuso de los recursos económicos necesarios para continuar con tan cara actividad. A pesar de los avances en la producción de tintes, que han logrado que el tinte púrpura sea considerablemente más barato, hoy en día países de todo el mundo todavía asocian la púrpura de Tiro con la realeza.
miércoles, 19 de septiembre de 2018
ABC:Así sonaba la desconocida música de la Antigua Grecia
Investigaciones llevadas a cabo por el músico y profesor de Oxford Armand D'Angour han logrado desvelar el auténtico sonido de la música en la Antigua Grecia. Un gran enigma cultural e histórico, según reconoce el experto. «La situación ha cambiado en gran parte porque en los últimos años algunos auloi (flautas griegas dobles con un sonido parecido al del oboe) muy bien conservados han sido reconstruidos por técnicos expertos como Robin Howell e investigadores asociados al European Music Archeology Project», ha expresado D'Angour sobre su descubrimiento.
El profesor de Oxford afirma en un artículo publicado en «IFL Science» que el sonido de la música en la Antigua Grecia ha planteado «un enigma enloquecedor». Especialmente debido a la importancia que tenía la música para esta civilización. Y es que es importante recordar que toda la poesía, entre ella la archiconocida obra de Homero, contaba con acompañamiento melódico.
El experto reconoce que, a pesar de la existencia de una gran cantidad de información sobre las notas, escalas e instrumentos empleados, «el sonido de las composiciones ha resultado increíblemente elusivo»: «Si bien la música notada (griega) existe y puede interpretarse de manera confiable, es escasa y fragmentaria. Lo que podría reconstruirse en la práctica a menudo sonaba bastante extraño y desagradable, por lo que la música griega antigua había sido considerada por muchos como un arte perdido».
A partir del estudio de un fragmento de la obra «Orestes», firmada por el poeta trágico Eurípides y que resultaba difícil de leer y comprender, Armand D'Angour logró realizar una interpretación adecuada. Para ello llevó a cabo un estudio cuidado y minucioso de los símbolos y palabras que aparecen en el fragmento. «La tradición occidental de la música clásica a menudo se dice que comienza con la canción gregoriana del siglo IX. Pero la reconstrucción y el rendimiento de la música griega han demostrado que la música griega antigua debe ser reconocida como la raíz de la tradición musical europea», expresa el músico.
martes, 18 de septiembre de 2018
ABC:Descubren una esfinge de arenisca de hace más de dos mil años en Egipto
Un grupo de arqueólogos egipcios ha descubierto una esfinge de arenisca en un templo del Valle de Asuán, mientras retiraban el agua acumulada en la excavación del lugar, según informa el Ministerio de Antigüedades de Egipto.
La esfinge fue encontrada en templo de Kom Ombo, una ubicación que ha permitido a los expertos datar la escultura. Probablemente pertenece a la época ptolemaica (323-30 a.C.), ya que se encontró en el lado sureste del templo en cuestión, el mismo lugar donde fueron encontrados hace un par de meses dos relieves de piedra arenisca del rey Ptolomeo V.
Abdel Moneim Saeed, director general de Antigüedades en Aswan, ha informado que la misión llevará a cabo más estudios arqueológicos para conocer más información sobre la recién descubierta esfinge.
Además, Moneim Saeed ha señalado que los dos relieves están grabados de piedra arenisca con inscripciones jeroglíficas y demóticas y, tras su descubrimiento, fueron trasladados al Museo Nacional de Civilización Egipcia en Fustat para su conservación y para formar parte de la colección del centro.
lunes, 17 de septiembre de 2018
National Geographic:Hallan objetos rituales de la civilización minoica en el palacio de Zóminthos (Creta)
Las excavaciones arqueológicas realizadas este año en la parte noroeste del antiguo palacio de Zóminthos, que fue erigido por la civilización minoica en el centro de Creta, en las estribaciones del monte Ida, el más alto de la isla, han sacado a la luz los misteriosos objetos que se ocultaban bajo el edificio palacial de tres plantas: los arqueólogos, dirigidos por Efi Sapouna-Sakellarakis, han descubierto una parte del recinto originario, con una gran cantidad de vasos cerámicos depositados en las cavidades de las rocas, "un tipo de culto que se practicó alrededor del 1900 a.C. en los santuarios minoicos ubicados en las cimas", asegura Sapouna-Sakellarakis en una entrevista concedida a National Geogaphic España. Zóminthos se encontraba en el camino de Cnosos a la cueva sagrada de Zeus, el santuario más importante de Creta. "Parece ser que una persona de la dinastía de Cnosos tenía su residencia en este importante, elegante y laberíntico edificio; probablemente controlaba la riqueza de Psiloritis y de la cueva del Ida", añade la prestigiosa arqueóloga, cuyo marido Yannis Sakellarakis (1936-2010) emprendió las excavaciones en Zóminthos en los años 80.
En la zona recientemente descubierta del palacio de Zóminthos han aparecido numerosos vasos cerámicos, recipientes para cocinar, objetos para la molienda de los alimentos, pero también dagas y otros objetos de bronce, sellos o cuentas. Entre ellos destacan una taza y una cucharilla de bronce que muestra un uso especial, anterior al 1750 a.C., aproximadamente cuando los palacios minoicos fueron destruidos por un terremoto, y sobre todo los restos de un ritón o vaso ritual con forma de cabeza de toro, ubicado en una de las habitaciones del lado occidental del edificio. "En época minoica, Zóminthos fue un lugar frecuentado en los meses de invierno para el culto de la divinidad masculina. Fue construido alrededor del 1900 a.C. y, como ocurrió con los otros palacios minoicos, quedó destruido alrededor del 1750 a.C. por un terremoto. Fue reconstruido en el 1700-1600 a.C., su periodo más importante, y luego los micénicos lo usaron como un lugar de culto, una función que prevaleció durante el II milenio a.C. Los romanos lo saquearon y construyeron un gran edificio sobre el edificio minoico y finalmente lo abandonaron; las monedas romanas halladas recientemente así lo atestiguan", concluye Sapouna-Sakellarakis.
sábado, 15 de septiembre de 2018
ABC:El «castellum» romano descubierto en Benidorm es «único» con una calzada del 8% de desnivel
El «castellum» romano del siglo I a. C. descubierto en Benidorm se ha convertido en «único en España» a juicio de los arqueólogos de la Universidad de Alicante (UA) después de nuevos hallazgos que ponen de relieve la riqueza de detalles de estos restos de una construcción militar. Por ejemplo, hay una calzada para facilitar el acceso que supera un 8% de desnivel.
La sexta campaña de excavaciones en el cerro de El Tossal de la Cala de Benidorm (Alicante) ha sacado a la luz nuevas habitaciones y diez metros más de calzada.
Los responsables de Arqueología de la UA han hecho hincapié en la importancia del proceso de rehabilitación y sus "resultados científicos espectaculares". "Se va haciendo historia con cada excavación", ha manifestado el profesor Moratalla.
Así lo ha puesto de relieve el arqueólogo y profesor de la Universidad de Alicante Jesús Moratalla, que dirige los trabajos junto a la catedrática de Arqueología de la UA Feliciana Sala, detalla la Concejalía de Patrimonio Histórico en un comunicado.
Desde principios de mes, los técnicos han exhumado cuatro estancias más y alrededor de diez metros adicionales de la calle integrada en el fortín o ciudadela del 'castellum' romano de El Tossal de la Cala de Benidorm, cuya construcción se sitúa entre los años 80 y 70 a.C.
Los trabajos finalizarán en los próximos dos días y se han centrado en la parte oeste del enclave hasta consolidarlo. Durante la excavación también se ha puesto al descubierto el acopio de materiales que realizaron para nivelar la calzada principal, con un desnivel del 8% para mantener la accesibilidad al 'castellum'.
El alcalde de Benidorm, Toni Pérez, junto a la concejal de Patrimonio Histórico, Ana Pellicer, y el director del Hotel Bali (entidad colaboradora), Jerónimo Linares, han visitado este miércoles el yacimiento. "Con el paso del tiempo, se ha revelado como una referencia única de las construcciones militares romanas en Hispania", ha resaltado el primer edil, para poner en valor el riguroso trabajo de los alumnos de Arqueología de la UA.
Las excavaciones cuentan con acciones y recursos municipales directos desde el año pasado -100.00 euros en el último ejercicio-, que permiten avanzar más rápidamente en los trabajos de cara a la musealización completa del 'castellum'.
Financiación europea
Se trata de un proyecto "ambicioso" para el que el Ayuntamiento finaliza actualmente la redacción. Tras las gestiones realizadas por la Concejalía, cuenta con 500.000 euros para su ejecución procedente del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).
Los trabajos en El Tossal de la Cala se realizan de forma sistemática desde 2013 y han confirmado que el enclave es un 'castellum' romano del I a.C, en lugar de un poblado íbero como se pensaba en un principio, al exhumar la muralla del fortín, sus habitaciones y la calzada principal.
A los descubrimientos realizados sobre el terreno en campañas anteriores -cerámica romana, monedas, una plomada utilizada en la construcción de los muros o una llave, entre otros objetos-, en esta ocasión se han unido restos singulares de plomos. Estos utensilios podían tener tanto un uso bélico como de reparación de recipientes cerámicos.
jueves, 13 de septiembre de 2018
El País:Mil legionarios solos ante el peligro
Algo debió pasar en el campamento romano porque los legionarios abandonaron su sueldo y hasta las tachuelas de las sandalias. Más de dos mil años después, arqueólogos del Instituto de Ciencias do Patrimonio (Incipit), dependiente del CSIC, y del Grupo de Investigación Síncrisis del Departamento de Historia de la Universidad de Santiago de Compostela y especialistas del colectivo Romanarmy.eu, hallaron aquellos restos durante unas excavaciones en Manzaneda (Ourense) —cuyo Ayuntamiento también ha colaborado en el proyecto—, donde comenzaron a estudiar el que está considerado el asentamiento legionario más antiguo de Galicia, el campamento de O Penedo dos Lobos.
El acantonamiento, que ocupa 2,5 hectáreas de un promontorio pelado, tenía una capacidad máxima para mil legionarios, lejos de los campamentos desenterrados en Asturias o en el norte Galicia y que podían albergar a una legión completa (unos 6.000 hombres fuertemente armados). Por eso, y dadas sus reducidas dimensiones, el director del proyecto, João Fonte, considera que podía tratarse del lugar que eligió para asentarse un “destacamento legionario antes de realizar un reconocimiento territorial”.
Los expertos relacionan el hallazgo con el desarrollo de las guerras cántabro-astures, ya que las monedas encontradas fueron acuñadas por Publio Cariso, delegado del emperador Octavio Augusto, entre los años 25 y 22 antes de Cristo para pagar a las legiones que participaban en estas campañas y que culminarían con la completa romanización de la Península.
¿Qué hacía un millar de hombres en mitad de los bosques gallegos y lejos de los fortines más seguros? Esta es una incógnita que aún los arqueólogos no han logrado responder. La hipótesis que manejan es que quizás se tratase de una especie de avanzadilla militar que tenía órdenes de entrar en contacto con los pueblos que habitaban la zona. Lo que resulta seguro es que los soldados no se sentían muy a salvo en el lugar donde habían levantado el fuerte, ya que lo rodearon de una muralla defensiva de piedra.
miércoles, 12 de septiembre de 2018
ABC:Encuentran los restos de una iglesia clave de la Cristiandad en el fondo de un lago
El emperador romano Constantino I legalizaba la religión cristiana por el Edicto de Milán en 313. Unos años más tarde, en el 325, organizaba y presidía el Concilio de Nicea en el año 325, que está considerado el primer sínodo general y en él se estableció, entre otros, la naturaleza de la relación entre Dios y Jesús, la fecha en la cuál debía celebrarse la Pascua y supuso el comienzo del Credo Niceno.
Obispos de todo el mundo descendieron hasta el templo del lago Ascanio en Turquía, hoy lago de Iznik, para eliminar las divisiones en religión cristiana primitiva. Se trataba, pues, de uno de los enclaves más importantes de la Cristiandad, que, sin embargo desapareció sin dejar rastro en el lago tras un terremoto del año 740.
Siglos después ha vuelto a salir a la la luz fruto de un descubrimiento casual. El gobierno de Bursa, provincia donde se enclava el lago, estaba realizando una serie de fotografías aéreas de la zona. En ellas, se apreciaba claramente la estructura de una iglesia sumergida.
El gobierno local contactó entonces con Mustafa Şahin, al frente del departamento de arqueología de la Universidad de Uludağ, en Bursa, quien, a su vez, había estado buscando las ruinas durante años, que ha manifestado que puede tratarse del templo.
«Cuando vi por primera vez las imágenes del lago, me sorprendió ver tan claramente la estructura de una iglesia», ha afirmado al Daily Mail Şahin, quien continúa: «He estado haciendo trabajos de campo en el lago desde 2006 y nunca había visto algo semejante».
Este especialista señala, además, que se trata del lugar en el que martirizaron a San Neófito en el año 303 y que, por tanto, la iglesia se habría edificado para honrarle. También señala que existen evidencias de que bajo sus ruinas existen los restos de un templo dedicado al dios Apolo.
En el futuro, Şahin plantea la construcción de un museo bajo el agua en 2019. «Con nuestro método de excavación, los visitantes no perturban nuestro trabajo».
martes, 11 de septiembre de 2018
Descubren centenares de monedas romanas en el sótano de un antiguo teatro
Arqueólogos están estudiando un valioso tesoro de antiguas monedas romanas encontradas en el sitio de un antiguo teatro en el norte de Italia.
Las monedas, cientos de ellas, datan de la época imperial tardía romana y fueron encontradas en un tarro de esteatita (un tipo de roca) desenterrado en el sótano del Teatro Cressoni en Como, al norte de Milán.
"Todavía no conocemos en detalle la importancia histórica y cultural del hallazgo", dijo el ministro de Cultura, Alberto Bonisoli, en un comunicado de prensa. "Pero esa área está demostrando ser un verdadero tesoro para nuestra arqueología. Un descubrimiento que me llena de orgullo".
Las monedas fueron descubiertas la semana pasada, de acuerdo con el Ministerio de Patrimonio Cultural y Actividades, y fueron transferidas al laboratorio de restauración Mibac en Milán, donde arqueólogos y restauradores las examinarán.
El Ministerio no dio un valor a las monedas. Pero los informes en los medios italianos sugieren que podrían valer millones de dólares.
El histórico Teatro Cressoni abrió sus puertas en 1807 antes de la transición a un cine y finalmente cerró en 1997. El sitio no está lejos del área del foro Novum Comum, donde se descubrieron otros artefactos romanos importantes, según el Ministerio. El hallazgo es uno de los varios descubrimientos sorprendentes de monedas romanas en los últimos años.
En 2016, los arqueólogos desenterraron una rara moneda de oro romana de 2.000 años en Jerusalén. La moneda mostraba la cara de Nerón, el emperador romano mejor conocido por tocar el violín mientras ardía la Antigua Roma, y probablemente fue fabricada entre los años 56 y 57 d.C..
La moneda fue descubierta en la excavación arqueológica de Mount Zion, al sur de la Ciudad Vieja de Jerusalén, donde un equipo de la Universidad de Carolina del Norte-Charlotte estaba excavando durante el verano.
Ese mismo año, un equipo de arqueólogos desenterró 10 antiguas monedas romanas y otomanas de las ruinas de un castillo en Okinawa, Japón.
lunes, 10 de septiembre de 2018
ABC:La bodega de vino más antigua de Occidente, oculta y olvidada en un monte de Cádiz
Bajo la cima de un monte de la Sierra de San Cristóbal, en Cádiz, permanece oculta la que se considera como la bodega más antigua de Occidente, un centro productor de vino del siglo III antes de Cristo que confirma cómo esta bebida tuvo desde sus inicios un sentido religioso.
«Es el hallazgo más importante, hasta ahora, de la historia del vino», explica en una entrevista con Efe el catedrático de Prehistoria Diego Ruiz Mata, que en 1991, junto a un equipo, excavó la zona de 2.000 metros cuadrados en la cima del monte en la que se encuentra este centro productor de vino, el único de esta antigüedad que se conserva en su totalidad.
A pesar de su valor arqueológico, tres o cuatro años después de ser excavada y estudiada durante unos siete meses, la bodega tuvo que ser cubierta de nuevo y, por ello, hoy permanece oculta.
«Se tuvo que tapar porque está en medio de campo, me encontraba a motoristas haciendo motocross por los muros, era su destrucción», lamenta Diego Ruiz, que lamenta la «dejación» con la que España trata elementos importantes de su patrimonio.
Este complejo bodeguero forma parte de lo que sería la zona industrial del poblado fenicio de Doña Blanca, dentro del término municipal de El Puerto de Santa María.
Diego Ruiz dirigió las investigaciones arqueológicas de este poblado que se iniciaron en los ochenta, cuando ya una zona había desaparecido porque el lugar se había convertido en una cantera de piedra calcarenita, con lo que, según explica, vestigios arqueológicos importantes pudieron convertirse en parte del material de construcción con el que, por ejemplo, se hicieron carreteras.
El catedrático reivindica ahora que la zona bodeguera de este importante poblado fenicio pueda volver a ser exhumada y salir a la luz para ser convertido en un centro sobre la historia del vino en la antigüedad, ubicado además dentro del Marco de Jerez, una de las comarcas vinícolas más importantes de España y el mundo.
La bodega incluye dos balsas para el pisado de la uva, un recipiente para el vertido del zumo o del mosto, los almacenes para depositar las ánforas llenas de mosto, hornos para la fabricación del vino dulce, además de tres templos que han causado «gran sensación en el mundo científico» porque revelan cultos betílicos.
Aunque el origen del vino es anterior (surgió en Oriente en el Neolítico), esta bodega es la huella de que a Europa el invento llegó con los fenicios a través de zonas como esta de Cádiz.
Fue desde sus inicios, explica el catedrático, una bebida de gran éxito y valor, por su sabor y por su faceta psicotrópica, que rápidamente encontró usos religiosos.
«Se trataba de que el hombre alcanzara a través del delirio una conexión con la divinidad», por lo que el vino sustituyó pronto a otras hierbas psicotrópicas que se usaban con este objetivo.
También tenía otros usos sociales y comerciales, siempre como una bebida muy exclusiva.
«Hay estimaciones de que en los siglos II y III antes del Cristo un litro alcanzaría un precio equivalente a 8.000 o 10.000 euros actuales. Yo no creo que valiera tanto, pero era un bien muy escaso, no había tecnología para producir mucho, por lo que era costosísimo, se usaba en momentos muy especiales», añade.
Los tres templos o santuarios hallados en la bodega de la ciudad fenicia de Doña Blanca han corroborado las relaciones entre la religión y el vino y revelado ritos que acompañaban todo el proceso de elaboración, desde la pisa de la uva hasta su crianza en vasijas. Uno de ellos contiene un foso para ofrendas, en el que se han recogido numerosos vasos y ánforas rotas que habían sido arrojadas allí durante banquetes rituales.
Otro santuario se usaba para rituales de la pisa de la uva y otro cuenta con una pileta para libaciones.
En las ruinas se han encontrados también betilos (piedras sagradas) que representaban la presencia divina en el lugar.
Años después de la excavación de esta bodega, Diego Ruiz prepara una memoria científica dado«el interés despertado a escala científica general» por este complejo, con el que quiere despertar el «orgullo» por tener estos vestigios y animar a que el lugar salga a la luz y se cuide.
«Soy muy cabezón. No lo veré, por supuesto, pero no comparto las indiferencias» que permiten que una joya arqueológica de este calibre tenga que estar sepultada bajo una cima de un monte, dice.
sábado, 8 de septiembre de 2018
ABC:La Venus Capitolina que prefiere quedarse en el pueblo
Oculta en un muro de la villa romana de Salar (Granada), los arqueólogos han hallado la estatua en mármol de una Venus Capitolina, también conocida como púdica, porque siempre cubre con sus manos pecho y pubis. Se trata de una de las escasas muestras originales romanas que se han descubierto en el mundo. “Es un hallazgo bastante importante dada su buena conservación, y porque no está decapitada, como ocurre en otros muchos casos”, explica Julio Román, director de las excavaciones.
La primera Venus Capitolina de la que se tiene noticia fue desenterrada en la colina romana de Viminal a finales del siglo XVII. El papa Benedicto XIV la adquirió dada su indudable belleza y fue trasladada a los Museos Capitolinos de la ciudad, donde permanece. Se supone que este tipo de figuras son una adaptación de la Venus de Praxíteles, escultor griego del siglo III antes de Cristo. En la Roma clásica, las familias pudientes adquirían copias para decorar sus villas.
En Salar, un municipio de 2.700 habitantes, querían construir en 2004 a las afueras una depuradora. Pero nada más comenzar las labores de asentamiento, aparecieron muros y estructuras arquitectónicas muy delimitados. Los trabajos fueron paralizados y se inició así la primera campaña de excavaciones. Poco a poco, y fundamentalmente por la terquedad del Ayuntamiento, se inició el desentierro de una de las diez mejores villas romanas de la Península Ibérica.
La de Salar se hallaba situada próxima a la que fue una de las vías romanas de comunicación más importantes de la provincia, la que unía los municipios de Iliberis e Ilurco con Anticaria. La Bética, en la que se localizaba el pueblo, fue una de las provincias latinas de mayor importancia exportadora de trigo, aceite y vino.
Las intervenciones arqueológicas de Salar dejaron pronto al descubierto parte del peristilo de la villa (las columnas que rodeaban el patio), un triclinio (más o menos el comedor) y el ninfeo (una especie de fuente).
Frescos, mosaicos, diversas esculturas de ninfas fueron apareciendo conforme avanzaban las excavaciones, hasta que este verano los expertos lograron el mayor de sus descubrimientos: la Venus Capitolina, una figura de unos 75 centímetros, que llegó a alcanzar los 1,2 metros cuando contaba con piernas (estas aun no han sido encontradas).
La figura estaba incrustada en uno de los muros de la edificación. Román recuerda que el complejo sufrió una fuerte degradación en los primeros siglos del milenio. “Se supone que más o menos en el V fue ocupado por agricultores de la zona, que ya comenzaban a abrazar el cristianismo. Para ellos no tenía ningún valor la estatua, por lo que la reutilizaron para reforzar los muros”.
“La importancia del hallazgo es indudable, dado que no habrá más de un centenar de venus de este tipo en el mundo. Ya hemos recibido peticiones de numerosos historiadores y universidades para estudiarla”, recuerda el arqueólogo.
El pueblo quiere que la diosa permanezca en el municipio, pero la ley andaluza señala que este tipo de hallazgos deben descansar en el museo provincial. El alcalde, Armando Moya, es muy claro: “Para nosotros es muy importante que se quede aquí. Vivimos fundamentalmente de la agricultura, y la villa romana y el turismo que pueda generar son un complemento económico fundamental para nosotros. Si no, morimos”.
Julio Román admite que la figura pasará pronto al Departamento de Restauración en Piedra de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada. “Luego ya se verá. Pero en Salar quieren que se quede. ¿Por qué no?”.
viernes, 7 de septiembre de 2018
Dénia recupera pieza a pieza la nave romana que se hundió en el siglo I en l'Almadrava
Eurídice murió dos veces. La primera, cuando le mordió una víbora. Y la segunda, cuando su amado Orfeo, que la rescataba del infierno, se volvió a mirarla antes de tiempo. La arqueología subacuática de Dénia también tiene dos vidas (y hasta tres). Los hallazgos de los años 70 y 80 se los quedaron sus descubridores o pasaron a engrosar colecciones privadas. Ahora quienes durante años han coleccionado o simplemente guardado ese patrimonio arqueológico empiezan a concienciarse de que debe custodiarlo y estudiarlo una institución pública, en este caso el Museo de Dénia. La citada tercera vida de muchos de estos hallazgos llegará cuando salgan de los almacenes municipales y se expongan en el futuro Museo del Mar o en las nuevas salas de la restaurada Casa de la Marquesa de Valero de Palma. El museo pide a gritos espacio expositivo.
Angelino Mut Femenia, que es de El Verger, se ha zambullido mil veces en l´Almadrava, en el tramo norte de la costa de Dénia. Un día de finales de los 70, pescaba pulpos con su amigo Jaime Mateu Serrano. Les bastaban las gafas y el tubo de buceo para sumergirse en estas someras aguas. Angelino se sorprendió al encontrar a unos tres metros de profundidad un objeto bastante pesado. Ya sabía por experiencia que estos fondos marinos esconden «tesoros» arqueológicos. También participó en el hallazgo de un barco de guerra (estaba armado con cañones) que se fue a pique aquí en el siglo XVIII
Pero esa pieza era incluso más antigua. Junto a su amigo, la sacó a flote utilizando garrafas vacías a las que ataron cuerdas que, a su vez, anudaron al pesado hallazgo. Cuando lo sacaron a tierra, se cercioraron de que era un cepo de plomo de un ancla.
Angelino Mut lo ha donado ahora al Museo de Dénia. No es un hallazgo más. Forma parte de un pecio romano documentado. Y el museo ya tiene la otra pieza de plomo de este ancla, que es el zuncho. La encontró Antonio Catalá hace 20 años.
Por tanto, no es difícil reconstruir el ancla (los otros elementos, la caña y los brazos, eran de madera). El concejal de Cultura, Rafa Carrió, y el director del museo, Josep A. Gisbert, avanzaron ayer que el ancla restaurada podría exponerse en el Museo del Mar que irá en la antigua lonja.
Este hallazgo que ahora ha salido a la luz perteneció a un barco romano que en época Flavia (siglo I) encalló y se fue a pique en la costa de l´Almadrava. Entre lo que se ha recuperado de ese pecio, está un sello de plomo que se utilizaba para marcar las ánforas y que llevaba la inscripción de Tiberios Claudius Amiantus. Gisbert precisó que ese nombre correspondía a un mercader de Tarraco. Fletó una nave para transportar ánforas y dolia (tinajas) de vino probablemente a Cartago Nova. Pero no pasó de Dianium. L´Almadrava está erizada de arrecifes. Allí embarrancó.
Ese yacimiento subacuático no se ha excavado. Pero el museo va recuperando vestigios del barco romano. Cuenta con fragmentos de las dolia (en singular, dolium) y ánforas y ahora ha ingresado el citado cepo de ancla hallado hace 40 años y que arroja un poco más de luz sobre la terrible historia de naufragios (ahora son un filón para la arqueología) de Dénia.
Llamamiento a entragar al museo los hallazgos "privados"
Angelino Mut ya anunció ayer que donará al museo una bala de plomo que también encontró en una de las muchas inmersiones en apnea (él, que pescaba pulpos, no es buceador de botella) que ha realizado en el litoral de l´Almadrava. Hizo un llamamiento a quien tenga en su casa hallazgos para que los entregue al museo.
Los tiempos han cambiado mucho en la arqueología subacuática. «Hoy en día no se puede sacar nada del mar. Hay que avisar en seguida. En Dénia sabemos que hay colecciones memorables. Las instituciones públicas son las que pueden garantizar la perdurabilidad de ese patrimonio», advirtió Gisbert.
jueves, 6 de septiembre de 2018
El País:Desenterrando la primitiva Complutum
La ciudad romana de Complutum, origen de Alcalá de Henares, tuvo una predecesora a tres kilómetros al sureste; en un momento dado, los pobladores del primer asentamiento cogieron sus pertenencias, desmontaron todo lo que podían reutilizar y se mudaron al nuevo y definitivo emplazamiento, más cerca del río. Esta idea está ampliamente aceptada desde hace mucho tiempo por los especialistas; pero los arqueólogos Sandra Azcárraga Cámara y Arturo Ruiz Taboada han aportado ahora que la primitiva Complutum, que yace bajo el cerro de San Juan del Viso, en el término municipal de Villalbilla, fue una gran ciudad romana de al menos 35 hectáreas. Levantada entre el final de la época republicana y el inicio del Imperio, en torno al siglo I antes de Cristo, todas sus construcciones públicas (unas termas, un templo, una posible puerta de entrada monumental y un teatro) apuntan a una ciudad muy importante, la primera con urbanismo moderno en el territorio que hoy ocupa la Comunidad de Madrid, a pesar de su corta vida: aproximadamente un siglo.
Probablemente construida junto a un poblado carpetano (el pueblo ibérico que ocupaba la zona antes de la llegada romana), tampoco se sabía hasta ahora que su origen se encontraba en un campamento militar de las tropas llegadas desde la metrópolis en el contexto de las últimas guerras civiles al final de la República. “Creemos que puede ser un campamento cesariano”, dicen Azcárraga y Ruiz Taboada —profesor de la Universidad Complutense— basándose en su planta con un ángulo redondeado, la misma que se generalizó en época de Julio César para este tipo de construcciones militares, lo que ayuda a datar el nacimiento de la ciudad en torno a mediados del primer siglo antes de Cristo.
Los dos arqueólogos lo explicaban esta semana en el propio cerro, donde junto a un grupo de entusiastas alumnos voluntarios de Historia y Arqueología están empezando a confirmar sobre el terreno —en varias zanjas en las que asoman ya paredes con vanos estucados, suelos de anchas calles y de interiores de casas con amplias habitaciones— lo que ya anunciaban las imágenes aéreas sobre las que empezaron a trabajar. Para esta segunda campaña de excavación, que terminará el próximo viernes, han contado con el apoyo del Ayuntamiento de Villalbilla y algunos empresarios locales; en la primera, el año pasado, tuvieron que recurrir al crowdfunding.
Todo había comenzado unos años antes con la tesis de Azcárraga. Durante su investigación sobre la llegada romana al Valle del Henares, cayó en sus manos una imagen aérea de 2009 del Instituto Geográfico de España del Cerro de San Juan del Viso. En ella, se pueden apreciar una especie de dibujos, formados por las diferentes alturas a las que crece el cereal según las estructuras que se conservan en el subsuelo, que en este caso son las de una ciudad de planta ortogonal en la que se aprecian claramente las calles principales, de hasta cinco metros de ancho, coincidentes con una calzada cuyo trazado sí se puede ver todavía en una parte que los romanos tuvieron que excavar en la roca.
En la imagen también se aprecia una estructura de 30 x 25,5 metros, con patio central, probablemente una impresionante domus, las residencias de familias acomodadas. En la confluencia de las dos calles principales, donde los expertos creen que debía estar el foro, se observa un edificio con medidas similares a las del templo del yacimiento de Baelo Claudia, en Cádiz, de la misma época. Lo mismo ocurre con la posible puerta monumental y con el teatro, que podría ser parecido al de Acinipo, en Ronda, en el extremo noreste de la ciudad. Y, justo en la otra punta, está la estructura del campamento militar que, por su posición y orientación, los especialistas Azcárraga y Ruiz Taboada piensan que fue el origen de la ciudad.
Todo eso está bajo un campo de cultivo privado, así que la excavación ha comenzado en el sur del yacimiento, en una zona —propiedad del Ministerio de Defensa— donde se ubicaría el oppidum carpetano y donde ya han comprobado que se ampliaba la ciudad, con el mismo urbanismo ortogonal, como muestran los restos que ya asoman en las catas abiertas.
Cuando termine esta campaña el próximo viernes, el objetivo del grupo —constituido en la Asociación Proyecto Primitiva Complutum-San Juan del Viso y completado con Gonzalo Ruiz Zapatero, catedrático de Prehistoria de Complutense— es seguir sumando apoyos para poner en pie un plan más ambicioso a medio plazo, con campañas de excavación más potentes y frecuentes y, a la vez, con un programa de divulgación que podría incluir visitas al cerro. El lema del grupo, insisten Ruiz Taboada y Azcárraga, es “conocer para proteger”.
miércoles, 5 de septiembre de 2018
National Geographic:El Erecteion, el monumento dedicado a la diosa Atenea
En la Acrópolis ateniense se conservan las ruinas del Erecteion, un templo con un diseño fuera de lo común dedicado a Erecteo o Cécrope, un ser mitad hombre y mitad serpiente, quien, según cuenta la leyenda, fue el primer rey de Atenas. Este templo se encuentra en el lugar donde el mito sitúa la disputa entre los dioses Poseidón y Atenea por el patronazgo de Atenas: Poseidón, dios del mar y de los terremotos, golpeó el suelo con su tridente e hizo surgir una fuente de agua salada; Atenea, diosa de la sabiduría, hizo brotar un olivo y resultó ganadora. El templo se edificó entre los años 421 a. C. y 406 a.C., aprovechando un paréntesis de paz en la guerra del Peloponeso, el terrible conflicto que enfrentó a Atenas con Esparta.
De orden jónico, el Erecterion agrupó en un único recinto varios edificios que acogían los cultos de Atenea Políada (que significa patrona de la ciudad) –cuyo santuario habían destruido los persas en el año 480 a.C., cuando ocuparon Atenas–, y de Poseidón, Erecteo y Hefesto, el dios de la fragua, hijo de Zeus y Hera –en el mito ateniense, este último era padre del rey Erecteo–. Las cariátides, las seis columnas en forma de doncella que sostienen el pórtico, podrían representar a las seis hijas del rey Erecteo. Según se decía, la tumba del monarca se hallaba junto a este pórtico.
martes, 4 de septiembre de 2018
ABC:Descubren un pueblo anterior a los faraones en el Delta del Nilo
Un grupo de arqueólogos franceses ha descubierto uno de los más antiguos asentamientos conocidos hasta ahora en el Delta del Nilo, que data de la Edad de Piedra Moderna, anterior por tanto a los faraones.
El jefe de la misión arqueológica, Frederic Gio, ha explicado que las perforaciones efectuadas en las capas inferiores de una colina han revelado restos datados alrededor de 5.000 años a.C., 2.500 años más antiguos que la pirámide de Giza.
Gio ha dicho que la misión había descubierto muchos silos de almacenamiento que contenían una cantidad abundante de huesos de animales y restos de alimentos vegetales, que han confirmado la existencia de comunidades estables en el humedal del Delta del Nilo hace siete milenios, según ha informado el Ministerio de Antigüedades de Egipto.
La información que se ha logrado desde 2015 en el sitio, ubicado en Tell el Samara, 140 kilómetros al norte de El Cairo, ofrece una oportunidad única para los arqueólogos de conocer las comunidades prehistóricas que han vivido en el Delta durante miles de años.
lunes, 3 de septiembre de 2018
ABC:El apretón de manos que sirvió para descubrir una villa romana tan grande como el Palacio de Buckingham
Una escena de película con su toque cómico. En 1963, un granjero llamado John Taylor estaba trabajando en el campo con el tractor un día como cualquier otro cuando de repente... se topa con una piedra y un agujero. ¿Y esto? Mete la mano y saca un hueso humano. ¿Y esto? Era un sarcófago de una mujer romana.
Ahora nos trasladamos a la actualidad a Oxford, donde un equipo de investigación, aunque no dirigido por Gloria Serra, ha utilizado la tecnología más puntera para hacer radiografías del suelo y trazar lo que sería el plano de una antigua villa, la segunda villa romana más grande en el Reino Unido tan enorme como el Palacio de Buckingham, según «The Times». Está en Broughton, a una hora de Londres. El hueso, por cierto, pertenece a una misteriosa mujer de Gran Bretaña enterrada hace unos 1.700 años. También se han encontrado paredes, habitaciones y zanjas, y todo sin coger una pala todavía, cuenta «IFL Science».
Ahora nos trasladamos a la actualidad a Oxford, donde un equipo de investigación, aunque no dirigido por Gloria Serra, ha utilizado la tecnología más puntera para hacer radiografías del suelo y trazar lo que sería el plano de una antigua villa, la segunda villa romana más grande en el Reino Unido tan enorme como el Palacio de Buckingham, según «The Times». Está en Broughton, a una hora de Londres. El hueso, por cierto, pertenece a una misteriosa mujer de Gran Bretaña enterrada hace unos 1.700 años. También se han encontrado paredes, habitaciones y zanjas, y todo sin coger una pala todavía, cuenta «IFL Science».
«La villa sería el verdadero centro de la industria rural y la agricultura, y aunque las personas que viven allí habrían sido muy ricas y poderosas, habría también desde cocineros a esclavos. El grano era de vital importancia para ellos», dijo el historiador participante Keith Westcott al «Banbury Guardian», que también señala que «el único más grande está en Fishbourne Palace (West Sussex), pero es un palacio». Westcott tenía la teoría de que había una villa de alta alcurnia en la zona, lo que no sabía es que iba a encontrar uan villa de estas dimensiones. El investigador forma parte del «Instituto de detectores», que pretende integrar la detección de metales en la práctica arqueológica profesional y que, nos cuenta a ABC, espera que «genere interés en Europa y Estados Unidos».
¿Y quién sería esa mujer? Los investigadores no están seguros, cuenta este medio. Los antiguos romanos habitaron Gran Bretaña durante casi 400 años hasta que el imperio comenzó a colapsar durante el siglo III. Dada la cantidad de riqueza que rodea a su tumba con el revestimiento de plomo, es probable que sea una noble de unos treinta años en el momento de su defunción.
sábado, 1 de septiembre de 2018
ABC:Los indestructibles Diez Mil de Jenofonte: la fuga griega que hundió la reputación del Gran Rey Persa
En la batalla de Cunaxa (401 a. C) un grupo de 10.000 mercenarios griegos arrasó a un inmenso ejército persa en su propio terreno, casi 80 años después de los sucesos del Paso de las Termópilas. Una victoria épica –narrada en detalle por Jenofonte en su célebre «Anabasis»– que demostró la superioridad de las tácticas occidental que pronto iban a conducir a Alejandro Magno a adueñarse del mayor imperio conocido. Y es que mucho había llovido desde el duelo al sol entre Jerjes y Leónidas, entre otras cosas la proliferación de fuerzas militares profesionales en Grecia. De ahí que Ciro el Joven, pretendiente al trono persa, recurriera a los mercenarios helenos para intentar derrocar a Artajerjes II.
El pretendiente se sublevó en el año 401 a.C. contra su hermano, recién nombrado Rey, argumentando que su tatarabuelo Darío I no nombró sucesor a su primogénito sino al primer hijo que tuvo «nacido en la púrpura» (cuando ya estaba en el trono). Él era, por tanto, el legítimo heredero, aunque para ello tuviera que matar a su hermano. Nada nuevo en la peligrosa corte persa, donde los asesinatos y los golpes palaciegos eran el pan de cada día.
Las mentiras del derrotado Ciro
El hermano del Rey trató de ocultar sus intenciones reclutando un ejército mercenario en distintos puntos de Grecia. De hecho, Jenofonte y el resto de los mercenarios no supieron al principio de los auténticos planes del persa, que les aseguró que la campaña iba a ser contra un pueblo bárbaro en la frontera sur de su satrapía. Aparte de que únicamente tres divisiones procedían de la Grecia Continental, siendo el resto alistadas en la costa jonia de Asia Menor y muchos de procedencia tracia.
En total, Ciro logró reclutar una imponente fuerza de más de 10.000 mercenarios al calor de la crisis económica que azotaba Grecia. El oro persa fue una tentación irresistible para la fuerza griega, entre ellos 700 hoplitas lacedemonios bajo el mando de Quirísofo de Esparta, que representaban la contribución oficial del Reino de Esparta a este aliado que les prometía ayuda para recuperar sus colonias en Asia Menor. La mayoría de los reclutados eran hoplitas, esto es, soldados de infantería pesada, mientras que entre las tropas locales de Ciro se levantó un ejército de infantería ligera, arqueros y caballería.
En este sentido, como señala Carlos Varias en su introducción a la edición de «Anábasis» hecha por Cátedra Letras Universales, «el reclutamiento de tantos mercenarios griegos constituye el principio de una nueva época en la historia militar de la Antigüedad: el de los ejércitos profesionales». Hasta el siglo IV a.C. las ciudades-Estado helenas recurrían a ciudadanos-soldados, hoplitas, solo a nivel local; pero a partir de la Guerra del Peloponeso empezaron a surgir soldados profesionales, primer paso para que los hoplitas se convirtieran en la fuerza mercenaria más demandada incluso en puntos remotos de Asia.
Sin saber cuál era el propósito de su misión, los Diez Mil marcharon al interior del Imperio persa divididos en distintos ejércitos según su procedencia helena. Tan autónomos eran entre sí que incluso se dieron algunos choques entre generales griegos durante la campaña, en los que Ciro tuvo que poner paz en persona. Los generales griegos, de hecho, respondían directamente a las asambleas itinerantes que formaban los soldados, siendo cada fuerza una polis democrática en la que los oficiales ejercían el papel de órgano ejecutor de las órdenes generales.
En un momento dado, parte de las tropas se negaron a avanzar hacia Babilonia al sospechar, con razón, que todo estaba dirigido a destronar al Rey persa. Los generales se vieron obligados a «convencer» a sus soldados de que lo mejor era continuar adelante a pesar de todo. Convencerlos; que no obligarlos.
A principios de otoño del año 401 a.C. se produjo el deseado choque entre las tropas reales y el ejército de Ciro El Joven. En las cercanías de Babilonia, Jenofonte asegura que el Rey Artajerjes congregó una fuerza de más de un millón de soldados (la cifra estimada hoy se sitúa en torno a los 130.000 hombres), frente a los escasos 114.000 de Ciro (unos 64.500, según estudios modernos). A pesar de la superioridad numérica del enemigo, el flanco derecho, dominado por los mercenarios griegos, vivió la huida de los infantes persas y medos, los carros y un contingente de caballería pesada desplegados.
Los mercenarios se centraron en perseguir a los huidos de su flanco, mientras que Artajerjes, sin distraerse de su verdadero objetivo, ordenó a su caballería ligera que envolviera al grueso de las tropas de su hermano pequeño. La infantería griega había hecho valer su superioridad militar frente a tropas escasamente adiestrada, pero solo eran un islote en la mezcolanza de tropas de Ciro.
Temiendo ser envuelto, Ciro cargó al frente 600 jinetes directamente contra la posición de Artajerjes con la intención de matarlo. No obstante, lo que parecía la última estación de su anhelado objetivo se tornó en la tumba de Ciro, que recibió un flechazo en el estómago. El aspirante persa y su guardia de oficiales cayeron muertos en esta carga suicida.
Al saber que los griegos habían ganado su particular batalla, Artajerjes ordenó reagrupar a su ejército para dar caza a los mercenarios. Por segunda vez ese día, los griegos entonaron el peán (el cántico de guerra en honor a Apolo) y desmantelaron las líneas persas. La persecución duró hasta la noche, momento en que los griegos se retiraron a lo que quedaba de su campamento en Cunaxa. Nunca una victoria serviría para tan poco.
La hora de Jenofonte
De forma súbita, Jenofonte y los suyos pasaron de ser una tropa mercenaria a un ejército errante sin comandante, sin víveres y en territorio hostil. El pagador había muerto y, de repente, a los Diez Mil lo único que les importaba era marcharse cuanto antes de las tierras de Artajerjes. Así y todo, el ejército heleno se negó a ponerse a disposición de Artajerjes, como sí hicieron las tropas nativas de Ciro, prefiriendo pactar con el sátrapa de Lidia, el maquiavélico Tisafernes, una forma de salir del país. No obstante, cuando los generales griegos se encontraban reunidos en su tienda con el sátrapa fueron ejecutados junto a una veintena más de oficiales.
Según explica Jenofonte, la traición de Tisafernes obedeció a los temores de Artajerjes de que una fuerza griega armada aprovechara para arrasar su territorio. ¿Qué clase de Gran Rey era si permitía que un grupo de soldados extranjeros paseara como Pedro por su casa a lo largo de su enorme imperio?
Sin cabeza –esperaba– los griegos se dispersarían en mil direcciones. Pero no ocurrió así. Las asambleas griegas resolvieron reemplazar a los oficiales desaparecidos y regresar a Grecia de forma compacta. El espartano Quirísofo y el ateniense Jenofonte, discípulo de Sócrates y aventurero sin hogar desde que se exiliara de su ciudad, dieron entonces un paso al frente para conducir a los Diez Mil a través de 1.500 kilómetros de Imperio persa en dirección a la colonia griega de Trapezunte, en el Mar Negro.
Allí aterrizarían al fin 8.000 hoplitas y 1.800 peltastas (infantería ligera) griegos tras abrirse paso contra fuerzas enemigas y unas condiciones extremas. En esta marcha con Jenofonte como comandante, los griegos se mostraron cohesionados, lejos de la fuerza heterogénea y mercenaria que eran. Ante la falta de caballería y de una fuente de suministros estable, el carismático Jenofonte no permitió que la moral decayera gracias a sus encendidos discursos:
«Si alguno de vosotros está desalentado porque no disponemos de caballería y los enemigos la tienen numerosa, considerad que diez mil jinetes no son nada más que diez mil hombres: nadie murió jamás en una batalla a consecuencia de los mordiscos o de las coces de un caballo; son los hombres quienes deciden la suerte de las batallas. ¿Y puede negarse que nosotros marchamos sobre un vehículo mucho más seguro que los jinetes? Ellos van suspendidos sobre sus caballos, temerosos no sólo de nuestros ataques, sino también de caerse. Nosotros, en cambio, que marchamos por tierra, golpearemos con mucha más fuerza si alguno se acerca, daremos con más facilidad en el blanco que queremos. Sólo en una cosa nos llevan ventaja los jinetes: pueden huir con más seguridad que nosotros»
La venganza se llama Alejandro
Los griegos mantuvieron alejados de sus bagajes a la caballería persa en todo momento. Cada persa que cayó muerto por su mano terminó con el rostro desfigurado para disuadir a otros soldados de no intentar más ataques. Incapaces de cruzar el río Tigris, los mercenarios se internaron en las montañas de Armenia en su viaje a Trapezunte. Una ruta salvaje en la que los feroces carducos tomaron el relevo a las tropas reales.
Los nativos hostigaron a los griegos en los desfiladeros y colinas que conocían como la palma de su mano, de modo que los mercenarios de Jenofonte tuvieron que dejar atrás la mayor parte de esclavos y bestias de carga. Tras superar las reiteradas emboscadas de los carducos, los primeros en llegar a la cima de una montaña llamada Teques comenzaron a gritar «¡El mar! ¡El mar!» al divisar lo que parecía el final de su pesadilla: el Mar Negro. Allí mismo erigieron un gran túmulo sobre el que colocaron pieles de buey, bastones y escudos capturados al enemigo.
Solo una vez en territorio amigo, en Trapezunte, regresaron las divisiones. El propio Jenofonte desistió de mantener la unidad y renunció a seguir al frente del ejército, una decisión que probablemente se debió a la mala recepción que tuvo su propuesta de que los mercenarios fundaran una colonia en el Mar Negro. Saltando de colonia griega a colonia griega, y tiro porque me toca, la situación de discordia derivó en la formación de tres secciones durante un tiempo y, lo que resultó más aterrador, en un estallido de violencia en Bizancio, que saquearon a conciencia. La mayoría de los griegos rechazaban volver a su hogar sin botín; en tanto, las colonias se negaron a darles sus suministros.
El último coletazo en la aventura de los Diez Mil, que dos años después de partir con Ciro estaba integrada por solo 5.300 efectivos, fue una campaña militar promovida por Esparta contra el traicionero Tisafernes en Asia Menor. Una venganza que logró pocos éxito. En verdad, la revancha de los Diez Mil llegó de alguna manera con Alejandro Magno, quien consultó constantemente durante su invasión al Imperio aqueménida el texto de Jenofonte. Aquella fuga guió muchas de sus dilemas estratégicos.
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