miércoles, 24 de enero de 2018
Cultura propone conservar el puerto romano para autorizar el edificio en la Casa Llagostera
La Consejería de Cultura tiene previsto hacer la semana que viene una propuesta en firme para conservar los restos de una parte del puerto romano de Carthago Nova, que reposan protegidos desde hace 16 meses en el solar que ocupaban la Casa Llagostera y el Edificio Selecciones, en la calle Mayor. En la reunión que se pretende organizar, se instará a los propietarios a drenar el agua y excavar todo el yacimiento, garantizar la estanqueidad hasta el nivel en que se considere que hay restos de valor y hacerlos «visitables», según avanzó ayer el director general de Bienes Culturales, José Antonio Lorca. «No se trata de convertirlo ya en un museo, sino de dejarlo listo para poder hacerlo y que su estado pueda ser supervisado y estudiado por los arqueólogos», añadió.
La iniciativa se apoya en los informes de los colegios oficiales de Arquitectos y de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. A ellos acudió la Comunidad, ante el recurso de los propietarios del solar al primer dictamen de sus técnicos. En él ya se establecía que no era posible extraer los sillares de piedra y arenisca, admitir su soterramiento, ni que sean alterados.
Los nuevos estudios limitan pero no invalidan el proyecto de construcción del edificio que promueve Etosa, conservando la fachada y recolocando elementos de valor que estaban en los inmuebles originales. Las limitaciones se centran en los sótanos. No se permitirá hacer el aparcamiento previsto en dos plantas bajo tierra, sino solamente en una. «En el segundo nivel solo queda libre un área pequeña que no se puede usar para eso», explicó el director general.
En septiembre de 2016, la promotora paró las excavaciones arqueológicas, tras encontrarse con un fragmento de 23 metros de cantil que recorre el solar en diagonal y junto al que hay más restos portuarios de valor. Los arqueólogos de la Comunidad confirmaron que es un pedazo de muelle de hace dos mil años, que quedó enterrado por debajo del nivel del mar.
El hallazgo paralizó el proyecto de hacer un edificio de cuatro plantas (las tres originales y un ático retranqueado), con bajos comerciales y 23 viviendas. El lugar elegido fue el que ocupaban la Casa Llagostera, una joya modernista construida hace más de un siglo, y el Edificio Selecciones (número 23 y 21 de la calle Mayor). La estructura del primer inmueble fue derribada, respetando la fachada de coloridos azulejos. Actualmente, este elemento que es obligatorio conservar, está protegido por una lona y sustentado por un andamio interior. También está previsto recolocar la escalera que fue desmontada e incorporar otros elementos rescatados antes de la demolición. Lorca indicó que los dueños, que no ofrecieron información a este periódico, han mostrado «disposición a llegar a un acuerdo».