jueves, 19 de diciembre de 2019
ABC:Así son las dos últimas tumbas abovedadas de la civilización micénica halladas en el Peloponeso
Ya es oficial: los arqueólogos norteamericanos Jack Davis y Sharon Stocker, pertenecientes a la Escuela Americana de Estudios Clásicos, han presentado en el salón de actos del Ministerio de Cultura griego sus resultados más recientes y los últimos descubrimientos de las excavaciones que efectúan, con la Universidad de Cincinnati a la que pertenecen, en el Peloponeso, cerca del Palacio de Néstor en Pilos.
Se trata del descubrimiento en el 2018 de dos monumentos funerarios abovedados, que se llaman ahora Tumba VI y Tumba VII. La presentación comenzó con unas palabras de la ministra de Cultura Lina Mendoni, que agradeció a los arqueólogos la magnífica colaboración durante tantos años con el Ministerio y destacó que «los resultados hasta ahora muestran que existe un cementerio» en la zona. Y no es de extrañar, ya que tanto el Palacio como las tumbas muestran la importancia de la civilización micénica de la Grecia continental, durante la transición de la Edad de Bronce Media a la Tardía y proporciona información valiosa sobre las rutas de comunicación y comercio con Oriente Próximo en los primeros períodos micénicos.
Descubiertos casi por casualidad
Este descubrimiento fue casi producto de la casualidad: se efectuó en una zona de parcelas agrícolas cercanas al denominado Palacio de Néstor, un palacio micénico que podría haber sido el del mítico Rey de Pilos. Estos dos arqueólogos ya habían descubierto en el 2015 la tumba de un guerrero, denominada el Guerrero de los Grifos (por las figuras mitológicas que se encontraron junto al cuerpo). Pero se desconocía si la zona era parte de un cementerio.
El Ministerio de Cultura griego consiguió expropiar una parcela agrícola cercana a dicha tumba y es así como en el 2018 Davis y Strocker descubrieron lo que presentaron ayer, estas dos tumbas cuya situación es paralela a otras tumbas descubiertas previamente por Carl Blegen, destacado arqueólogo y profesor de Arqueología Clásica en la misma Universidad de Cincinnati que dirigió importantes excavaciones tanto en Troya como en Pilos, hasta su jubilación en 1957.
La tumba VI es enorme: con un diámetro de aproximadamente 12 metros, sus paredes se mantienen a una altura de aproximadamente 4,5 metros sobre el piso. Al hundirse la cúpula con el paso del tiempo, se retiraron nada menos que 1.000 metros cúbicos de tierra y roca que habían ido entrando en el monumento y se ha descubierto que la parte superior de la cámara estuvo habitada en la Edad Arcaica-Clásica y quizás durante la Edad Media.
La tumba VII es mucho más pequeña: tiene un diámetro de solo unos 8,5 metros, mientras que sus paredes solo se conservan a una altura de unos 2 metros. Y ambos, junto con las tumbas encontradas con anterioridad, fueron edificadas en el s. XV antes de Cristo.
Y una vez más se demuestra que en la Antigüedad siempre se reciclaba: los sillares y piedras que se utilizaron para construir estos edificios provienen de la Acrópolis del Palacio de Néstor, posiblemente de edificios anteriores. Y en ambas tumbas, de acuerdo con la costumbre micénica, había muchas tumbas que fueron reutilizadas, dado que los restos de los entierros anteriores se guardaban a intervalos regulares. Y curiosamente las ofrendas efectuadas para cada persona fallecida se reciclaban para otros entierros o volvían a ser utilizados por los vivos.
El Guerreo de los Grifos mitológico
No es el primer descubrimiento destacado de estos dos arqueólogos. En 2015 descubrieron cerca del Palacio de Néstor una tumba de la Edad de Bronce que no había sido saqueada. Tras meses de estudio, se llegó a la conclusión de que se trataba de la tumba de un guerrero de grandes dimensiones, con más de 1.400 objetos acompañándole: joyas, armas y una armadura, además de vasijas en oro, plata y bronce así como cerámica. Se le denomina el «Guerrero de los Grifos» ya que se encontraron dos representaciones de esta figura mitológica, con cabeza, garras y alas de un águila feroz y cuerpo de león musculoso. Y ahora la pregunta que todos los expertos se hacen es por qué el guerrero no fue enterrado en una de las grandes tumbas de la zona, sino en solitario y si ello supone que en otros terrenos sin excavar se descubrirán más tumbas individuales o otras abovedadas.