Arqueólogos israelíes han desenterrado los restos de una impresionante fortaleza de más de dos mil años, construida por los griegos en el centro de la zona conocida como Ciudad Vieja de Jerusalén. Esas ruinas son la primera prueba tangible de un periodo en que la cultura helenística dominó esta antigua ciudad.
La ciudadela, conocida hasta ahora solo en textos, fue el centro de una rebelión sangrienta que condujo a la eventual expulsión de los griegos, un acontecimiento que los judíos aún celebran en Hanukkah. No obstante, como la excavación se lleva a cabo a la sombra del Monte del Templo (que los musulmanes llaman Haram esh-Sharif), la controversia no se ha hecho esperar en estas tierras políticamente cargadas.
“Ahora tenemos evidencias masivas de que esto es parte de la fortaleza llamada Acra”, dijo Doron Ben-Ami, arqueólogo de la Autoridad de Antigüedades de Israel, y director de la excavación.
Situado bajo lo que solía ser un estacionamiento entre el Monte del Templo, al norte y la población palestina de Silwan, al sur, el sitio es ahora un agujero rectangular enorme que se hunde más de tres pisos por debajo de la calle. Durante una visita reciente, los obreros retiraban la tierra mientras el entusiasmado Ben-Ami saltaba de roca en roca, señalando los nuevos hallazgos.