jueves, 26 de noviembre de 2015
Halladas 50 monedas de oro con 2.000 años de antigüedad en una tumba china
La rica y larga historia de China sigue dando agradables sorpresas a los arqueólogos. En el último hallazgo de relevancia en este país, han sido encontradas 50 monedas de oro y 25 lingotes con forma de herradura en una tumba con unos 2.000 años de antigüedad en la provincia oriental de Jiangxi. Según informa la agencia estatal Xinhua, tan valioso tesoro apareció en un sarcófago con los restos del primer marqués de Haihun, que vivió durante la dinastía Han Occidental (206 a.C.-24 d.C.).
La tumba de este noble, que viene siendo excavada desde 2011, se ha convertido en un importante yacimiento para conocer aquel período histórico. Con una superficie de 40.000 metros cuadrados, es el cementerio más completo que se conserva de esa época e incluye otras siete tumbas y un recinto fúnebre para los caballos que tiraban de las carrozas de los nobles. Desde que empezaron sus trabajos hace cuatro años, los arqueólogos han encontrado diversos artefactos de gran valor como un retrato de Confucio y casi 3.000 tablillas de madera, así como numerosos objetos de oro, bronce y jade.
Halladas en tres cajas colocadas bajo una cama en la cámara principal de la tumba, cada moneda pesa unos 250 gramos, mientras que los lingotes con forma de herradura oscilan entre los 40 y los 250 gramos. Los expertos creen que la tumba pertenece al aristócrata Liu He, quien fue nieto del emperador Wu y ocupó el trono solo durante 27 días. Tras ser depuesto, se le otorgó el título de marqués de Haihun, que es el nombre antiguo de un diminuto reino al norte de la provincia de Jiangxi. Tal y como explicó a Xinhua el director de la excavación, Yang Jun, las monedas de oro habrían sido entregadas al marqués como un regalo del emperador.
Descubrimientos previos
Hace dos años, los arqueólogos chinos descubrieron en otra tumba de Luoyang, antigua capital imperial situada en la provincia central de Henan, una moneda de oro con 1.500 años de antigüedad que estaba todavía reluciente y había sido acuñada por el Imperio Romano de Oriente entre los años 491 y 518. Dicho hallazgo demostraba los intercambios comerciales entre China y los países del Mediterráneo en una primigenia Ruta de la Seda, pero no parece que dicha moneda hubiera sido utilizada para pagar ninguna transacción, sino más bien como ornamento o amuleto en una tumba de la Dinastía Wei del Norte (220-265), donde también había objetos de porcelana, bronce y piedra.
Tras el trágico paréntesis de la «Revolución Cultural» (1966-76), que vio la destrucción de numerosas obras de arte antiguas en su afán revolucionario por crear una nueva sociedad comunista, la larga historia de China sigue desenterrando los tesoros de su pasado milenario.