martes, 3 de noviembre de 2015
ABC:Tres arqueólogos fundan el primer museo español bajo el agua
Todo en la escena recuerda a un capítulo de «La carta esférica»: el olor a salitre, las ánforas almacenadas en un viejo depósito portuario, el calor húmedo, el material de buceo... e incluso la identidad de quien explica los detalles de un plan que tiene algo de aventura: la arqueóloga subacuática Carlota Pérez-Reverte Mañas (30 años), hija del escritor y periodista cartagenero Arturo Pérez-Reverte y estudiosa de las técnicas de navegación antigua. También el mar y la historia en las venas.
Pero la realidad, aunque seductora, tiene más componentes científicos que novelescos: el Proyecto Isla Grosa, que se pondrá en marcha en julio, tiene el objetivo de analizar los yacimientos localizados en el entorno de este islote plantado frente a La Manga, crear una escuela de arqueología submarina y poner en valor este patrimonio «desprotegido y apenas estudiado» mediante la creación de un museo bajo el agua que pueda ser visitado controladamente por los buceadores. Sería el primer parque arqueológico sumergido de España y seguiría los criterios actuales de la Unesco, que recomienda extraer el mínimo imprescindible de los restos encontrados. Italia, Grecia, Croacia, Francia, Portugal y Turquía ya han enriquecido su oferta cultural con yacimientos hundidos visitables.
El Proyecto Isla Grosa es una iniciativa de la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena (AdArqua), cuyas cabezas visibles son Carlota Pérez-Reverte y el también arqueólogo Felipe Cerezo Andreo (alhameño de 29 años), y de la empresa Arqueomar, que dirige el madrileño Juan Pinedo, igualmente historiador y arqueólogo subacuático, que lleva veinticinco años investigando naufragios en proyectos nacionales e internacionales. Bajo su dirección se excavó entre 2007 y 2011 el pecio fenicio del Bajo de la Campana, con espectaculares resultados en forma de colmillos de elefante y otros objetos valiosos.
Turismo de calidad
«Y que al mismo tiempo pudiera contribuir al desarrollo económico local mediante el turismo de calidad», añade Pinedo, quien ve en Isla Grosa un punto de buceo alternativo a la reserva marina de Cabo de Palos-Islas Hormigas. «Por eso queremos que se implique la comunidad local, y de hecho los centros de buceo nos están ayudando desde el principio», explica este investigador. El presupuesto para arrancar es modesto, apenas 24.000 euros, pero aún necesitan cubrir la mitad. Esperan conseguirlo convocando a treinta alumnos de diferentes nacionalidades y también mediante actividades de divulgación como buceo tutelado en los yacimientos y talleres infantiles.
El proyecto cuenta con el apoyo de la Universidad de Murcia, la Politécnica de Cartagena y la Universidad del País Vasco, y con el aval de la Consejería de Educación y Cultura, que ha concedido los permisos necesarios para las excavaciones y que además está muy interesada en el programa turístico-patrimonial, siempre y cuando los resultados científicos confirmen las grandes expectativas en los próximos cinco años.
Están poniendo en valor el patrimonio de una forma novedosa y prometedora. Carlota Pérez-Reverte reconoce en ese punto la huella familiar, «libros maravillosos que mi padre puso en mi estantería». En «La carta esférica», el novelista volcó su pasión por el mar y la aventura: «La disfruté una barbaridad, pero yo era muy pequeña cuando la escribió», recuerda la también coautora de «El capitán Alatriste», la primera entrega de la célebre serie.