Fue durante una visita al Museo de Jaén, mientras contemplaba las esculturas de Cerrillo Blanco y El Pajarillo, cuando las caprichosas “musas” lo visitaron. Escribiría una obra para piano inspirada en el mundo íbero y dedicada a Jaén. Estas impresionantes tallas de piedra le sorprendieron por “la fuerza con la que estaban hechas” y la simbología que esconden.
“Tras alguna visita más, compuse una suite, con dos danzas, la Marcha de los Guerreros y la Danza de la Dama”, recuerda el pianista jiennense Eloy Cubillo Pinilla. Una copia del manuscrito de esta obra la entregó, recientemente, a la ciudad de Jaén, tras una reunión con el alcalde, José Enrique Fernández de Moya. “Ahora mi ilusión sería poder estrenarla en un teatro de Jaén, para lo que me tendió la mano el alcalde. Quizá para el otoño, en alguna cita benéfica. No siempre es fácil encontrar un escenario y una oportunidad”, mantiene este profesor de Secundaria que ejerce desde 1998 y, en la actualidad, imparte Música en Martos.
A la hora de escribir estas Danzas íberas se fijó en la estructura jerárquica de un asentamiento íbero, de las figuras masculinas y la femeninas. “La Marcha del Guerrero tiene una estructura casi verdina, enérgica, muy difícil de interpretar”, comenta. La Danza de la Dama es la contraposición, más dulce y tranquila. Estas Danzas íberas son solo una pequeña parte de su cada vez más extenso repertorio. De hecho, ya ha compuesto 18 obras. “El interés por componer nació mientras vivía en El Ejido, en el año 2000, cuando cree un concurso de piano”, recuerda. “La sensación que tienes al tocar tu propia obra es completamente distinta”, reconoce. Pilar Valero fue la encargada de estrenar su primera obra, Cinco variaciones para un tema. Cuatro de las últimas tendrá la oportunidad de interpretarlas ante el público por primera vez en Martos, donde ofreceré un concierto benéfico a finales de abril”, destaca. Será para la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzhéimer y contará con la colaboración de la soprano Alfonsi Marín.
