sábado, 17 de agosto de 2019
La villa romana de Salar busca el rostro de su Dominus
La localidad granadina de Salar busca en una campaña de excavaciones arqueológicas en un yacimiento romano, que data del siglo I, al Dominus representado en un gran mosaico de cacería, que fue hallado en muy buen estado de conservación.
El "Dominus" mandó construir en las inmediaciones de la localidad granadina de Salar una lujosa villa integrada por decenas de edificaciones repletas de mosaicos, esculturas y demás elementos que daban buena cuenta del poder económico y social de ese terrateniente en la antigua Hispania romana que mandaba traer desde los talleres de Roma las obras de arte con los que decorar sus estancias.
De hecho, todas las excavaciones realizadas hasta ahora han desenterrando nuevos tesoros; esculturas de Venus junto a mosaicos, teselas, cerámicas y columnas.
La aparición de este valioso material convierte a la villa romana de Salar, de la cual sólo se ha excavado un 10%, en uno de los yacimientos más importantes de la península equiparable al yacimiento de Noheda en Cuenca.
Julio Román, arqueólogo y coordinador de la campaña arqueológica lo tiene claro: "La villa romana de Salar es uno de los espacios con más expectación y futuro debido al buen estado de conservación de sus mosaicos y esculturas localizadas".
Un equipo de veinte personas entre estudiantes de Historia y Arqueología de la universidad de Granada, voluntarios y arqueólogos- dirigidos por Julio Román- trabajan estos días en tres puntos diferentes del recinto: el ninfeo (espacio consagrado a las ninfas) donde ha aparecido un brazo de una nueva escultura, el peristilo (patio central de la villa) y el complejo estructural tres que podría albergar las termas.
El peristilo es el eje central de la villa en línea con el triclinium (salón de la villa) y donde también se localiza el vestíbulo principal de entrada.
Es en este punto donde se ha ampliado hasta 24 metros la zona de excavación para terminar de desenterrar uno de los muchos mosaicos, en este caso, de cacería que decoraba dichas estancias.
"Si el ritmo de las excavaciones continúa como hasta ahora, a finales de agosto podríamos tener todo el mosaico de cacería donde esperamos que esté representado el dominus en gesto triunfal" adelanta el coordinador de la campaña.
La aparición estos primeros días de una nueva columna en el peristilo confirma, según los arqueólogos, la espectacularidad de la villa romana de Salar en cuanto a la conservación de sus estructuras arquitectónicas.
El trabajo en el yacimiento va paralelo al que se realiza en el laboratorio donde los arqueólogos intentar explicar y reconstruir cómo sería la vida en esa época; el medio ambiente Y los alimentos que se consumían.
Los sondeos se realizan sobre una superficie municipal de unos 8.000 metros cuadrados, si bien los arqueólogos coinciden en señalar que el yacimiento es muchísimo mayor.
Mientras los arqueólogos se afanan en desenterrar el Dominus, la otra gran tarea se libra en el plano político donde el alcalde de la localidad, Armando Moya (IU) está decidido a buscar un "patronum" para la villa, es decir, financiación para dar continuidad a las excavaciones, para adecentar los accesos, señalizar el lugar y continuar los trabajos de conservación e investigación de este espacio que va camino de convertirse en la "gallina de los huevos de oro" de este pequeño pueblo de unos 2.600 habitantes dedicado principalmente a la agricultura.
"Cada campaña cuesta al Ayuntamiento unos 30.000 euros", según Moya, que no oculta su queja por la falta de apoyo económico de las administraciones y que sí prestan voluntarios y empresas locales como Asigran y la fundación Caja Rural que se ha sumado al proyecto.
Desde que se descubriera a finales de 2004, el interés por conocer este espacio crece al mismo ritmo que se va excavando, y para cuando finalice el año, este espacio lo habrán visitado más de 9.000 turistas, según el alcalde de Salar.
Los demás pueblos del interior miran con cierta "envidia" a Salar que está sabiendo aprovechar el tirón de este espacio arqueológico, ya que se abren nuevos negocios como una floristería, se sirven comidas romanas en los bares del pueblo y se puede comprar miel del lugar con el sello de "Villa romana de Salar" y además el ayuntamiento ha impulsado rutas y visitas teatralizadas.
Mientras la villa romana intenta salvar uno de sus grandes escollos, la falta de financiación, vive expectante la próxima declaración de este espacio como Bien de Interés Cultural.