sábado, 31 de agosto de 2019

El senador romano de Salar


Han pasado 15 años desde que una retroexcavadora diera con un mosaico romano en las obras de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Salar. Desde entonces, cada palmo de tierra retirado en la zona ha ido descubriendo lo que ahora se conoce como la Villa Romana de Salar, una casa de arquitectura monumental datada del siglo I y en la que hoy finalizan la cuarta campaña de excavaciones.

El verano en el yacimiento arqueológico ha sido más que satisfactorio, según ha asegurado a Granada Hoy el jefe de las excavaciones, Julio Román. Sobre todo porque, por fin, han podido ponerle cara al propietario de esta gran casa romana: el ya famoso Dominus de Salar.

Se cree que este hombre fue un terrateniente en la antigua Hispania romana y quien mandó construir esta villa en las afueras del municipio del Poniente granadino. Los arqueólogos afirman que sin duda era un propietario con un alto poder adquisitivo y con una posición social y política de nivel senatorial, a nivel de la propia Roma.

"Es complicado saber con exactitud quien era. Habría que encontrar algún escrito que haga referencia directa al Dominus. Aunque no sería descartable que en algún momento tuvieramos información, o incluso algún dato parcial que nos permita relacionarlo con los personajes de la provincia bética de Hispania y que pudiera ser asociado a nuestro señor" ha comentado Román.

Pese a ello, hay tres letras que podrían ser una pista: L, V y R/P (el tercer caracter no está claro aún). Unas iniciales halladas grabadas en una de las columnas descubiertas que podrían ser un 'tria nómina', es decir, los tres nombres correspondientes a los aristócratas en época romana.

"Podría ser algo así como Lucio Valerio, o algo parecido. Pero no se puede saber con rotundidad. Hay que encontrar las bases científicas para afirmarlo, todo lo demás son suposiciones", ha advertido el jefe de excavaciones.

Lejos de saber su nombre, lo que está claro es que gracias a su poder pudo construir una gran casa y articular una pars urbana alrededor de ella. En sus alrededores también hay restos de ocupación, y con evidencias de asentamientos en diferentes periodos de tiempo.

El gran mosaico sería el suelo del peristilo, el pasillo de esta lujosa casa de campo que repartiría el paso y acceso hacia las distintas estancias presentes en la casa, y de las que se conservan otros bellos mosaicos que habrán de ser excavados en un futuro para así poder limitar las extensiones exactas de villa.

"Tenemos aproximadamente el 50% excavado de unos 20-25 metros de mosaico conservados en una excelente calidad y con una escena de caza representada. Leones, jabalís, caballos, leopardos... En todo el mediterráneo hay pocos casos de estos tipos de mosaicos parangonables con el nuestro", comenta con orgullo Román.

La campaña de excavaciones que se cierra ha destapado nuevos hallazgos, y ahora toca trabajar con ellos. Un trabajo de laboratorio que se alargará durante varios meses.

"Hay que gestionar todo el volumen de información, los materiales que se han ido recuperando, tanto cerámicos como faunísticos, sedimentos para tomar muestras de semillas y carbones que nos permitan reconstruir el entorno natural de la que se rodeó la villa. Toda una labor que requiere meses de gestión", ha asegurado el arqueólogo jefe del proyecto.

Además del trabajo en el mosaico, también se han realizado otras excavaciones en la otra zona del yacimiento, la que se corresponde con el Ninfeo y la zona nor-oriental de la casa de campo. En ella se ha descubierto el baño privado del Dominus, una zona en la que el mosaico del suelo es peor al de otros encontrado en la villa, lo que tuvo dudando a los investigadores durante todo el mes.

Finalmente, después de las excavaciones, han podido confirmar que era así. Y además, la bóveda que cerraba el techo de esa zona se ha encontrado casi completa, un tipo de construcción a base de cilindros muy poco común en las técnicas romanas y que da fe del lujo de detalles que pudo haber tenido la vivienda.

Esta cuarta campaña de excavaciones tiene otros protagonistas, además del Dominus. Los 20 voluntarios y estudiantes del Grado de Arqueología de la Universidad de Granada que llevan tres años trabajando como una familia para seguir descubriendo los secretos de la Villa. Además, cuatro técnicos y el propio Julio Román cierran un equipo en el que el Ayuntamiento de Salar confía plenamente.

El trabajo se continuará durante los próximos 5 años, ya que la Junta de Andalucía ha aprobado un nuevo Proyecto General de Investigación hasta 2023, por lo que se podrán seguir encontrando restos, se adecuará la zona para un mejor acceso de los visitantes y se prevé que se prepare un pequeño museo a modo de centro de interpretación de la villa.

El consistorio municipal es quien, de momento, está financiando de forma íntegra las excavaciones, razón por la que los trabajos no avanzan con tanta velocidad como querrían tanto la institución como los arqueólogos. Caja Rural de Granada también ha aportando una pequeña subvención a modo como mecenas en la excavación, algo que agradece el alcalde de la localidad, Armando Moya (IU).

"Las tres anteriores campañas de excavaciones fueron estupendas, y la cuarta ha sido espectacular, con la continuación del descubrimiento del mosaico, y todo lo que queda. La calidad del mosaico y de las columnas encontradas, los datos de la ocupación tardía de la villa... Estamos muy satisfechos", ha asegurado a este periódico Moya.

El regidor local espera que con la declaración de la zona como Bien de Interés Cultural (BIC), unos trámites que ya han comenzado, se pueda acceder a subvenciones y desarrollar este proyecto de forma más ambiciosa. Aunque no descarta otras opciones como los mecenazgos o el 'crowdfunding' para continuar.

Este año ya han pasado por la Villa 5.000 personas, y se prevé que al acabar el 2019 se llegue a las 9.000. "Cada vez es más conocido y la gente viene porque la calidad de los restos son espectaculares" asegura Moya. Algo de lo que cada vez queda menos duda gracias a los continuos descubrimientos.

Aunque el yacimiento fue descubierto en 2004, fue entre 2011 y 2013 cuando comenzaron las primeras excavaciones, en la zona A, y en las que se encontró el Ninfeo. 


Desgraciadamente el yacimiento se cerró hasta 2015, año en el que Moya contactó con el equipo de Román, y desde ese momento se hicieron cargo.

Desde 2016 a 2019 se han llevado a cabo cuatro excavaciones en la zona B, la correspondiente al Peristilo y al gran mosaico de caza, y algunas zonas de la A. Un trabajo que continuará y dará aún más relevancia a este hallazgo arqueológico singular.