La última campaña de trabajos en el yacimiento arqueológico de Los Mondragones, en Granada, ha descubierto construcciones que, según Ángel Rodríguez, arqueólogo responsable de los trabajos, demuestran que lo que se creía una simple villa romana, “un emplazamiento rural, de unos cuantos pobladores”, explica, fuera en realidad una población bastante mayor. Los trabajos de estos tres últimos meses han sacado a la luz 12 tumbas visigodas, unas termas y tres edificios, uno de ellos “con tres ábsides, lo que nos lleva a pensar que se trata de un edificio protocolario o religioso”.
Además, según Rodríguez, Los Mondragones tiene cierta trama urbana que va más allá de la que aparecería en una villa rural. Las primeras edificaciones del complejo arqueológico de los Mondragones fueron descubiertas en 2013, mientras se hacían trabajos preparatorios para un aparcamiento y un supermercado. Se trataba de restos de una villa romana del siglo I. Parte de aquel yacimiento se musealizó y no fue hasta 2016 cuando la Junta de Andalucía promovió una nueva campaña arqueológica para comprobar la extensión e importancia del yacimiento.
Ángel Rodríguez estima que éste ocupa una hectárea, una extensión mayor de la que se preveía inicialmente. La Junta anunció ayer que convertirá el yacimiento en un parque arqueológico, “un espacio que se podrá visitar y que servirá para entender mejor la historia de la ciudad”, según Sandra García, delegada del Gobierno andaluz en Granada.
Durante estos tres meses de trabajo, los arqueólogos han descubierto una calle que consideran el eje principal de la villa, en torno a la cual se organizan dos de los tres edificios descubiertos. También allí, informa Europa Press, han aparecido las termas del siglo VI de unos 200 metros cuadrados, con un hipocausto o sistema de calefacción por suelo de gran tamaño y muy bien conservado y una construcción rectangular con tres estancias cuya función aún se desconoce. Además, en el extremo oeste de la excavación ha aparecido un tercer edificio de gran entidad que conserva un alzado de casi 1,60 metros y que estuvo cubierto con una bóveda.
En la zona exterior ha aparecido además un cementerio de época visigoda con 12 tumbas y, bajo ellas, una construcción más antigua del siglo IV. Hasta el momento los trabajos revelan que esta última consta de una cabecera de tres ábsides, mayor el central, de carácter noble o cultural. Tras estos nuevos hallazgos, los expertos creen que se trata de un asentamiento complejo, especialmente activo y dinámico en los siglos de la Antigüedad Tardía y en la transición a la Edad Media.