jueves, 7 de junio de 2018
El País:Extraordinario descubrimiento arqueológico en Roma: hallan una tumba romana intacta
Una extraordinaria tumba con cuatro personas de hace 2.300 años, completamente intacta, se ha descubierto casualmente mientras se construía un acueducto en la periferia de Roma. La tumba, a cuatro metros de profundidad, contenía los restos de tres hombres y una mujer y objetos funerarios. A los arqueólogos les ha impresionado la extraordinaria conservación de la tumba, porque nunca fue violada. Normalmente las tumbas se volvían a abrir, a veces para enterrar a otros difuntos. En este caso, se mantenía la gruesa piedra que, como una puerta, cerraba la tumba-cámara que conducía al más allá. En torno a los esqueletos aparecen ricos enseres tal y como fueron dejados hace casi 24 siglos: veinticinco cerámicas, entre platos, cuencos y ánforas, con decoraciones blancas de motivos vegetales. En algunos recipientes se han encontrado los esqueletos de animales (conejo, cabrito, cordero y pollo), dejados según el ritual del banquete que acompaña a los difuntos en su viaje al más allá.
La fecha se la tumba se ha fijado entre el 335 y 312 a. C., gracias a una moneda que se encontró al lado de un esqueleto. En una cara aparece la cabeza de Minerva; en la otra, una cabeza de caballo con la inscripción «Romano». La calidad de la cerámica hace pensar que en la tumba fueron enterradas personas de clase social alta, seguramente propietarios de villas que había en el lugar. Se han recogido muestras antiguas de polen y plantas de la tumba, para investigar sobre la flora y el paisaje de la zona.
Gran fortuna
Hubo mucha suerte en el descubrimiento de la tumba, según ha explicado Francesco Prosperetti, superintendente de Roma: «Si la máquina excavadora se hubiera desviado solo unos centímetros hacia la izquierda, nunca hubiéramos encontrado la tumba». Los arqueólogos la han llamado la «tumba del atleta» porque entre los restos se encontraron dos estrígiles, la rascadura de metal que los antiguos atletas griegos y romanos utilizaban para eliminar el sudor, arena y grasa después de los combates o actividades deportivas. En realidad, los esqueletos masculinos, los presuntos atletas, tenían entre 35 y 50 años, muy ancianos ya en aquella época. Es, por tanto, exagerado decir que había atletas, pero esa denominación servirá para recordar mejor un descubrimiento arqueológico extraordinario debido a la fortuna.