viernes, 4 de agosto de 2017
Único en el Imperio Romano
Dicen los entendidos que el conjunto palatino de Cercadilla es único en su especie. Su diseño y sus espectaculares dimensiones, 400 metros de longitud por 200 metros de ancho (80.000 metros cuadrados), lo convierten en un espacio excepcional de los que se levantaron en el territorio ocupado por el Imperio Romano, lo que hasta la fecha ha hecho imposible poner de acuerdo a los investigadores sobre las funciones e incluso el origen del edificio. Según las fuentes que se consulten, los restos que se encuentran junto a las estaciones de Córdoba datan de finales del siglo III y son fruto de un encargo del emperador Maximiano Hercúleo o tiene carácter cristiano, se levantó a finales del siglo IV y fue un encargo del obispo Osio, un cordobés consejero del emperador Constantino I el Grande. que habría querido honrar así a San Acisclo. En cualquier caso, el complejo palatino se compone de una gran aula basilical, un pequeño conjunto termal, dos salas de banquetes, dos pequeñas aulas basilicales, dos salas poliabsidadas, un posible ninfeo y apartamentos imperiales. Desde el siglo VI, parte del antiguo palacio fue reutilizado como centro de culto cristiano y, a su alrededor, se concentraría una gran necrópolis cristiana y más tarde, un arrabal islámico.
El año pasado se cumplieron 25 años de los primeros hallazgos visibles del yacimiento, localizados a raíz de los movimientos de tierra que se llevaron a cabo para el soterramiento del ferrocarril y la construcción de la nueva estación de trenes, que trajo hasta Córdoba el AVE con motivo de la Exposición universal del 92. Las prisas por terminar destruyeron parte importante de la superficie. Pese a todo, en 1992 se extrajo la cisterna del cuerpo de servicio del palacio, que se encuentra en los jardines del Paseo de Córdoba. También se lograron rescatar de la masacre restos del acueducto y de casas califales que se encuentran expuestos en los sótanos y en el patio de la estación de autobuses. En 2005, la Consejería de Cultura abrió por primera vez el yacimiento al público con visitas guiadas, pero volvió a cerrarse diez años después, en el año 2015.