miércoles, 8 de febrero de 2017

La Badalona romana reaparece con un formidable mosaico en perfecto estado


Un mosaico en perfecto estado de conservación, pendiente aún, eso sí, de un proceso de delicada limpieza, ha vuelto a ver la luz del sol en Baetulo, la antigua ciudad romana de Badalona. Bien, en realidad, han resurgido, tras casi 2.000 años de silencio, varios tesoros: el mosaico de una ‘domus’ de varias estancia, diversos talleres artesanales y un viñedo. Pues, como es bien sabido, esta zona pasó a ser, terminadas la batallas con los cartagineses y convertida en plácida retaguardia, un región especializada en la producción de vino, según los autores clásicos nada del otro mundo, un caldo más bien tabernario destinado a las tropas que combatían en Germania y la Galia, pero que hizo rico a más de uno. De ahí el mosaico, un lujo de decoración geométrica y que estaba en una habitación con pinturas murales.

El hallazgo, como siempre en estos casos, es fruto de una intervención arqueológica de emergencia como consecuencia de unas obras de infraestructura. Esa vez han sido los trabajos de ampliación del lateral de la C-31, entre la avenida de Martí Pujol y la avenida President Lluís Companys. Los responsables del Museu de Badalona (visita indispensable para comprender cuán importante fue Baetulo en su tiempo de gloria) ya tenían constancia desde los años 80 de la existencia de restos romanos en aquella zona. Sin embargo, la sorpresa por lo hallado ahora es notable. La razón es su ubicación exacta, por encima de la actual autovía C-31, lo cual sugiere que Baetulo era una villa romana mucho mayor de lo que hasta ahora se daba por hecho. Aquello no tiene el aspecto de ser una finca periférica, sino parte de la trama urbana más integrada a la ciudad. La muralla de Baetulo, por lo tanto debería estar situada, tal vez, en algún punto de la actual colina de Rosés.

EXPLORAR Y VOLVER A TAPAR

El yacimiento en el que estos días han trabajado los arqueólogos está, afortunadamente para los historiadores de futuras generaciones, por debajo del actual nivel del terreno. Es decir, una vez concluida la excavación y retirados los elementos más singulares, como el mosaico y algunas piezas cerámicas, se volverá a cubrir y quedará documentada su existencia para, quizá algún día, un trabajo más a fondo de exploración, pues es un testimonio palpable de que aquella colina estuvo habitada entre los siglos I A.C. y IV D.C..

El mosaico será, lo dicho, retirado con cautela para pasar a ser una muestra más de la interesante ciudad romana que fue en su tiempo Badalona, antes sobre todo de que Barcelona adquiriera prestigio como plaza fortificada. No en vano, el Museu de Badalona exhibe una de las piezas más interesantes de las colecciones romanas de Catalunya, una Venus de una factura deliciosa. Apenas mide un palmo de altura y fue encontrada nada menos que en una alcantarilla de la desaparacida Baetulo, pero da fe de que esa fue una ciudad rica en su tiempo.