martes, 3 de marzo de 2020
La Vanguardia:La inscripción de Nazaret no tiene ninguna conexión con Jesucristo ni con el cristianismo
La inscripción data de los primeros años de nuestra era. Es un edicto, emitido por un gobernante romano que firma simplemente como “César”, en el que se reclama a la población que se dejaran “las tumbas intactas” y que los cadáveres ni fueran destruidos ni exhumados, y que tampoco se quitaran las losas que acompañaban las tumbas.
Algunos sectores del cristianismo aprovecharon este texto encontrado en Nazaret como prueba fehaciente de que el Imperio romano tuvo que reaccionar ante la resurrección de Jesús o, al menos, la desaparición de su cuerpo tres días después de haber fallecido en la cruz. Los investigadores de la Universidad de Oklahoma acaban de descartar esta teoría.
“La inscripción de Nazaret no tiene conexión con Jesucristo ni con el cristianismo primitivo. Fue provocada por la profanación de la tumba de una figura política conocida como Nikias de Kos”, asegura Kyle Harper, autor principal de un estudio que se publicará en el número de abril de la revista Journal of Archaeological Science: Reports .
La tabla está escrita en griego sobre una losa de mármol de 60 centímetros de alto y 37,5 centímetros de ancho. “El análisis de los isótopos de oxígeno y carbono (usados comúnmente para intentar establecer la procedencia de artefactos antiguos) ha permitido establecer que el misterioso texto fue tallado en piedra de una cantera en la isla de Kos”, añaden los científicos.
Aunque el edicto pide dejar las tumbas “intactas” y clasifica como “delitos capitales” el hecho de remover los cadáveres o destrozar las sepulturas. El rótulo perteneció hasta 1930 al enigmático coleccionista alemán Wilhelm Froehner, que lo había adquirido en 1878 en París y lo mantuvo en su archivo privado hasta su muerte.
Las notas de Froehner se limitaba a señalar que el mármol fue “enviado desde Nazaret”. Aunque nadie sabe exactamente cómo llegó la tabla hasta Francia el estudio del estilo de las letras de la inscripción sugerían que se había escrito en algún momento entre el siglo I a.C. y el siglo I después de Cristo, justo cuando el Imperio Romano se expandía por el Mediterráneo oriental.
“Si el propósito de este edicto hubiera sido una reacción al movimiento cristiano primitivo, entonces este documento se erigiría como el artefacto físico más antiguo conectado a la nueva religión y estaría entre las inscripciones más importantes del mundo antiguo”, reconocen los propios investigadores. Pero sus análisis no confirmarían esta hipótesis.
Los especialistas de la Universidad de Oklahoma apunta creen que el edicto fue emitido por César Augusto en respuesta a la profanación de la tumba de un famoso tirano de Kos llamado Nikias. “Esta teoría se ajusta más lógicamente a la procedencia del mármol y los acontecimientos de esa época”, escriben.
“Nuestros resultados indican que el mármol de la cantera superior de la isla de Kos es una fuente probable para la tableta de la Inscripción de Nazaret, aunque no podemos descartar por completo otros mármoles de la región”, añaden. Hasta ahora nadie había apuntado esta procedencia para la piedra, que se conserva actualmente en la Bibliothèque nationale de Francia.
Nikias fue un dirigente que murió alrededor del año 20 antes de Cristo. Las monedas creadas durante su gobierno comienzan después del período 50 a.C. y muestran a un “hombre joven con cabello bastante rizado, frente ancha, nariz aguileña, barbilla escasa y una expresión seria transmitida por sus ojos y la línea descendente de sus labios”.
El historiador y geógrafo griego Strabo describe a Nikias como un tirano al que se opuso el “renombrado arpista” Theomnestus. Kos es una isla griega de apenas 45 kilómetros por 11 kilómetros, situada en el mar Egeo a solo cuatro kilómetros de la costa de Bodrum, en Turquía. Hay evidencias de que tuvo asentamientos importantes desde la Edad de Bronce.
“Nuestra interpretación es que la inscripción de Nazaret no tiene nada que ver con el cristianismo, ni siquiera con el Levante. Su procedencia no fue Palestina, sino Asia Menor. Froehner, o algún otro comprador intermedio, fue engañado, tal vez por un vendedor que esperaba aumentar el valor de mercado del artefacto vinculándolo con Jesucristo”, indica Harper.
El texto, concluyen los especialistas, debe verse como parte de los esfuerzos del primer emperador romano, Augusto (hijo adoptivo de Julio César y fundador de la dinastía de emperadores Julio-Claudios), para llevar el orden a Asia después del período civil guerra. “La palabra griega usada para el robo de tumbas es rara fuera de Asia Menor. De 177 ejemplos encontrados, solo dos provienen de otras regiones”, aseguran.